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1. Talón de aquiles


Las cinco con cuarenta y ocho minutos. Alastor se dio cuenta en el cubículo de su oficina que ya se había pasado la hora de salida por al menos casi veinte minutos. Viendo su reloj de bolsillo, un viejo recuerdo de un pasado que apenas pudo recuperar, concluyó que se había perdido en sus pensamientos mientras buscaba culminar los informes diarios de la emisora donde trabajaba.

Su mente inevitablemente se había desviado a las semanas previas, donde un remolino de diversas experiencias lo absorbió de tal modo que no se reconocía. Él era un espía de clase mundial. Uno de los mejores, de verdad, no hace falta ser demasiado modesto. Sin embargo, había caído ante la presión de algo espero nunca necesitar, por ser molesto e inútil: finalmente, luego de todos esos años, el demonio de la radio había caído ante las garras del amor. El inmiscuirse en una misión que lo conecto de forma tan personal a aspectos tan sencillos y cotidianos que no espero ansiar,

Todo ello le hizo retomar el pasado donde su vida, aunque no era sencilla, fue mucho más feliz. Con una madre amorosa que le proveía de todo lo que él podría necesitar de forma emocional y personal. Pero es que no espero sentirse feliz y dichoso de tener una familia, de tener unas personas que ansiaran cada tarde su llegada y se preocuparan por él desde lo más profundo de su corazón, Y aunque en un principio temió de sentirse débil o vulnerable por esos sentimientos, finalmente entendió que hiciera lo que hiciera no podía sacarse ese sentir del pecho, tanto como le sería imposible volver a separarse de Molly y Charlie. Quería tanto a su esposa falsa. Quería que las cosas entre ellos fueran reales y que no tuvieran el temor de verse inmiscuidos en una guerra secreta. Quería amarla con todo su corazón, a ella ya su hija, quería hacer del mundo un lugar en el que pudieran estar seguros y felices. Quería darles todo lo que sus corazones deseaban.

Pero entonces, el temor irremediable de que algo pudiera sucederles se inmiscuyó en su cabeza como un terrible parasito. Con ella a su lado como algo más allá de una fachada o una misión, por las acciones que él realizaba las dejaba en una posición de enorme vulnerabilidad. Con los años que habían pasado, Alastor se había adjuntado miles de enemigos tanto dentro como fuera de Ostania. No era un secreto a voces que el demonio de la radio era de unos de los agentes más buscados en las listas del servicio secreto, y ni que decir de todas las otras organizaciones que ansiaban su cabeza. Era claro que, mientras el permaneciera dentro de esa vida, tanto Molly como Charlie no estarían seguras.

Por eso, luego de pensarlo por tanto tiempo, una idea surco y se instaló en su cabeza con tanta fuerza que no había forma de que pudiera echarse para atrás: dejaría de ser espía. Durante toda su vida había estado sirviendo de una u otra forma a Westalis, fuese como asesino o como espía, sirviendo a los intereses del Estado con el único motivo de mantener un estado elevado de vida, sirviéndose del entretenimiento que la carnicería podría dejar para él. Pero en ese momento, teniendo a una hermosa niña y una maravillosa mujer a su lado, que significaban lo más importante para él, estaba determinado a cambiar su estilo de vida a uno más tranquilo, donde ellas pudieran vivir tranquilas y en paz sin en el temor de verse atacadas en cualquier momento por su categoría de agente encubierto.

Si era totalmente franco, Alastor había pensado demasiado como separarse de su profesión sin tener resultados contraproducentes a largo plazo. Aunque Rosie lo dejaría libre sin inconvenientes, el estado de Ostania o la misma Westalis no serían tan generosos dejándole ir así nada más. La idea más acertada sería mudarse a otro país en donde no fuera conocido, aunque tuviera que iniciar de cero dado que no tenía una identidad por la cual valerse, pero todo eso serian pormenores siempre y cuando pudieran estar bien.

Con esa nueva motivación, culmino los detalles laborales en corto tiempo para poder regresar a su hogar. Viendo como su estado de ensoñación le genero cumplimiento de horas extras, paso por una pastelería cercana al vecindario por un pequeño bizcocho de chocolate para compartir a modo de disculpa por la demora.

Sin embargo, cuando ya se encontraba en último tramo para llegar a su departamento, algo extraño le llamo la atención. Fueron mínimos detalles, elementos que fácilmente podrían pasar desapercibidos para el ojo común, pero que dada su experiencia pudo reconocer, instándolo a entrar a la residencia alerta mientras sacaba el arma de su bolsillo.

Con sigilo, se adentró por la puerta observando todo a su alrededor. Los objetos de la casa estaban tirados sobre el suelo, señal clara de un forcejeo, la habitación estaba fría y a penumbras, apenas filtrándose la luz por la lámpara de la cocina. Con precaución, debió cubrir su rostro con un pañuelo al sentir los rastros de un quimico adormecedor muy potente, apenas seguían los vestigios en el aire, pero eran capaces de adormecerlo y dejarlo vulnerable si lo permitía. Fue entonces, que, doblando hacia la sala, la encontró.

En el suelo, en claro signo de inconciencia, estaba Charlotte. De inmediato el espía fue a socorrerla, tomándola entre sus brazos para revisar su estado. Era una dicha que estuviera con vida, pero su cuerpo estaba magullado y su rostro herido, un rastro de sangre seca estaba pegado a su cabello, apelmazado en su mejilla. Una gran ira e indignación retorcieron las entrañas del locutor, cuestionándose quien había hecho eso.

Busco con la mirada alguna señal de enemigos en el perímetro, pero un sorpresivo toque lo alerto, instándolo a bajar la mirada.

—¡Charlie! —exclamo. Ella tosía ferozmente, como si hubiera sido noqueada mediante un elemento químico que le quito el aliento. Charlie lo miró, con uno de sus ojos hinchados y con grandes lágrimas en los ojos, gimoteó al saberlo allí.

—¡Alastor! —susurro, apenas pudiendo hablar. Con desesperación, salto a abrazarlo, temblando copiosamente—, ¡por dios, estas aquí!

El espía correspondió el abrazo, sosteniéndola con la misma fuerza, completamente aliviado de saberla con vida. Besando su frente y su coronilla con necesidad, trato de calmarla dado su estado de pánico. Entonces cayó en cuenta de un hecho terrible, virando la mirada por toda la sala, la presencia de una segunda figura brillaba claramente por su ausencia, provocándole un sentimiento de terror compartido con la mujer.

—Charlie, Charlie ¿Qué sucedió? ¿Dónde está Molly? —a la mención de la pequeña, un pavoroso lamento fue exclamado de sus labios, rompiendo en llanto nuevamente.

—La tienen... a Molly, se la llevaron —susurró.

La indignación, la ira y mi sed de venganza se agolparon en la cabeza del espía, quien apenas soporto el impulso de salir por la puerta en busca del responsable. Sentía cómo la pulsación de su sangre aumentaba al tiempo que la ira consumía su pecho. La cabeza se le lleno de pensamientos apresurados y erráticos, instando a su mente a tomar justicia por su propia mano.

Apretando el mango de la pistola, tomo a su esposa entre sus brazos para dejarla sobre el mueble mientras se adentraba a su habitación por las provisiones que necesitaría para salir. Mediante su radio escala dejo un mensaje encriptado a Husk, solicitando sus servicios para cuidar a Charlie mientras daba con el paradero de Molly. Sacó un mapa de la ciudad, intuyendo que dado el corto periodo de tiempo que había pasado, le daba un tiempo determinado para ocultarse con precisión en un espacio oculto para la vista de los curiosos, o en tal caso, un lapso de tiempo para que la niña fuera sacada de la ciudad sin ser vista.

Con rabia, busco precisar en su cabeza cualquier persona que pudiera ser considerado una amenaza para su familia, descartando de inmediato el Servicio Secreto. Sin embargo, por más que pensaba en agujeros en su misión actual o posibles enemigos que pudieran ir por su cabeza, había tantas personas, tantos posibles escenarios que lo hicieron desesperarse. Trato de calmarse, de controlar su cabeza y ordenar sus pensamientos, él era uno de los mejores agentes encubiertos de la WISE, un sanguinario asesino a sangre fría con miles de cuerpos a sus pies, no podía dejarse llevar por la ira en un momento como ese, tenía que encontrar una ruta rápida para encontrar a su hija, antes de que algo peor pudiera sucederle.

—¿Al?

La voz suplicante de Charlie lo llamó desde el marco de la puerta, haciéndolo voltear hacia ella. Sus ojos estaban marcados por el más amargo llanto, incrementando el sentimiento de culpa que sentía en su pecho, estrujando su corazón. Aun sin precisar las causas o los responsables de esos atentados, verla de ese modo lo hacía sentirse responsable de lo que pasaba, atravesando sus vísceras y encausándole un malestar que nunca sintió en su vida. Tanto Charlie como Molly se habían convertido en algo indispensable en su vida, y saberlas en el más profuso peligro, le causo una terrible desesperación e impotencia.

Terminando de alistarse, camino hacia ella, Charlie le veía preocupada.

—No puedo dejar que pase más tiempo, cariño —le dije—. Husk llegara en unos minutos y será tu escolta hasta que regrese. Si por casualidad este lugar vuelve a ser un objetivo, le instruí para que te lleve a un lugar seguro.

La oficinista lo miró impávida por un momento, fue solo unos segundos que proceso lo que le estaba diciendo y reacciono, agarrándolo de la chaqueta, indignada.

—¿Piensas ir tu solo? —le increpo, furiosa—. ¡No puedes! ¡Esa gente es extremadamente peligrosa, un paso en falso y te podrían matar!

—Yo puedo solo —aseguró—. Mientras estés en un lugar seguro es lo único que me importa.

Él se encamino hacia la puerta, pasando por un lado de Charlie, ella solo acentuó su gesto frustrado, in

—No, no puedes irte tu solo —menciono, desafiante.

—Charlie — Alastor chasqueo la lengua, con molestia, pero ella siguió

—Déjame ir contigo, yo puedo ayudarte, te prometo que seré de gran ayuda para ti, yo...

—¡No quiero perderte! —exclamo, tomándola de los hombros.

La abrazó, tomándola fuertemente entre sus brazos mientras Charlie se quedaba congelada en su lugar, sorprendida de la reacción del espía. Pero en esas instancias, Alastor estaba sinceramente sobrepasado. Ya había perdido a su madre, Molly estaba en lugar desconocido presa por personas peligrosas que no habían temido en llevársela a la fuerza. Si algo llegaba a pasarle a Charlie, perdería por completo la cordura.

Por eso, cerrando sus ojos con pesar, apartándola para poder continuar su camino hacia la puerta.

Sin embargo, no espero que de la nada ella interpusiera una daga dorada en su cuello, impidiendo su paso.

—No me dejaras, iré contigo —asevero.

Alastor ni siquiera pudo darse cuenta de cuando las había alcanzado, un sudor frio bajo por su nuca mientras abría los ojos, como si la resolución de todas las interrogantes que se había hecho finalmente llegaron a su cabeza.

Verla sostener con maestría las dagas gemelas le hizo reconocer lo acostumbrada que se encontraba de manejar aquellas armas. No se trataba de un objeto de defensa o una reliquia que adornaba la casa, eran armas de ataque y asesinato en manos de una asesina especializada.

Charlotte enfoco su mirada en Alastor con un sincero gesto de disculpa, no parecía contenta con lo que estaba haciendo en ese momento, ni siquiera estaba feliz de revelar su verdadera identidad como asesina de esa forma. Sin embargo, no podía permitir que la dejara de lado, aunque no compartieran la misma sangre, para ella Molly era su verdadera hija.

El problema radicaba ahora en la mente del espía quien se encontraba en un limbo personal mirando la expresión de Charlie. Sabía que algo extraño le sucedía, al principio no pudo percatarse de nada, no encontrando nada diferente o peligroso en ella. Era claro que, como él mismo, limpiaba su rastro y ocultaba su verdadera naturaleza para no ser descubierto. Pero con el transcurrir del tiempo y la reducción de la distancia entre ellos, dejo ciertas fallas en su disfraz que él pudo notar, más no dar respuesta. Incluso aplico al concepto de confiar ciegamente en ella, pese a que eso era un suicidio para personas como él. A final de cuentas, todos sus temores se vieron finalmente concretados en esa traición de su confianza.

Casi quiso reír de lo irónico que resultaba todo ¿Acaso había sido divertido para ella? ¿Había sido entretenido convertirlo en un payaso que bailaba en la palma de su mano? ¿Cuánto tiempo se había burlado de él desde que le comentó la verdadera naturaleza de su relación?

Entonces una sincera furia lo carcomió como un veneno, terrible y expansivo que le hizo apretar el mango de su pistola con fuerza, conteniéndose de cometer una locura. Charlie lo veía, con una expresión amarga de a instantes, pero teniendo en cuenta el momento que vivían, carecían de tiempo.

—Puedes pensar lo que quieras de mí, en verdad puedo merecer todo tu desprecio y asco, pero en este momento solo quiero que unamos fuerzas, RadioDemon. Nuestra hija está en peligro y nos necesita —espetó,

Alastor la miró. Su rostro alejado de cualquier sonrisa, su expresión convertida en una simple mueca mordaz. Sin decir palabra, asintió para salir ambos de la residencia, dejando un mensaje encriptado en el buzón de correos para que Husk fuera por ellos. No tenían ni idea de donde se encontraba su hija, pero tenían que comenzar con algo, y eso era buscando en el orfanato donde el espía la encontró primero.

¡Hola corazones! Estamos finalmente comenzando el maravilloso fictober del año 2022, en el cual estaremos publicando diariamente una historia de un capitulo dedicado a un promt especifico del listado que les mostré en el primer apartado de esta historia. Seran 31 días de mucho trabajo, pero se que rendira sus frutos, estoy muy emocionadas. 

Debo aclarar desde este momento que la historia no tendra un orden preciso, algunos One shot tendran secuencias consecutivas y otros no tanto, pero rondaran en torno a la misma tematica del Charlastor - Spy x family, asi que espero sinceramente que les guste. 

Me disculpo de antemano con mis seguidores de "Cuando una súcubo me cayó del cielo" porque no pude subir el capitulo de este viernes, mi bebe se enfermo y no he finiquitado aun el capitulo, pero entre este sabado y domingo lo publicare sin faltas. 

Espero que les haya gustado mucho, y nos vemos mañana de nuevo, porque octubre esta lleno de sorpresas así que esperenlas con ansias. Un saludo desde Venezuela y se me cuidan mucho. 

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