Capitulo 7.
Mis ojos se abren lentamente, y siento un peso incómodo en el abdomen, alzo la vista ligeramente y veo la mano de Artemis rodeando mi cintura.
Quitó su mano cuidando no despertarlo y me levanto. Me acerco a la pequeña mesita de noche con la intención de agarrar mi teléfono y entonces caigo en cuenta en qué lo eh olvidado en casa de los Hidalgo.
Mierda.
Me giro a ver a Artemis preocupada, carajo, ¿Lo dejo aquí?, ¿Y si viene mi madre? O Adham, dios sería un desastre.
Suspiró y me acerco a el para moverlo —. Artemis. —susurre su nombre, pero el apenas y se movió —. Artemis. —hable normal y lo moví un poco más —. ¡Artemis! —grite levemente y lo moví bruscamente, abrió los ojos.
Se levantó de golpe —. ¿Dónde estoy?
—En mi cuarto. —respondi rápidamente —. Debo ir a tu casa, olvide mi celular, debes ir conmigo, no puedo dejarte aquí.
El asiente y se levanta, miro por la ventana, está obscuro.
Se puso los zapatos y lo imite, colocándome los míos antes de que salieramos de mi casa cuidando que mis hermanos no nos vieran.
Al llegar a su casa abrió la puerta y entramos a hurtadillas, las luces estaban apagadas, subimos al segundo piso en silencio —. Esta es la habitación de Apolo. —la señalo en la obscuridad y asentí —. Toma tu teléfono y vete.
Oculte mi molestia por su orden —. Bien. —abri la puerta entre y camine en medio de la obscuridad, con la leve luz de la luna guiandome, me acerque a su mechita y tome mi teléfono, su mano sostuvo mi muñeca con firmeza causandome una pulsada de dolor, me giré a ver a Apolo, el cual creí estaba dormido.
—Apolo, estás lastimandome. —susurre y soltó mi muñeca.
Me miró fijamente y tragué, justo así en la obscuridad y con la mirada tan fría da un montón de miedo —. ¿Dónde está Artemis?
—Creo que está afuera. —murmure. Dí un paso atrás —. Yo... Debo irme, buenas noches Apolo.
Salí corriendo de su habitación y cerré la puerta de un portazo silencioso.
Tragué y mire al frente, encontrándome con la mirada del ojiazul en la obscuridad —. ¿Que haces saliendo de la habitación de Apolo a las tres de la madrugada?
—No es lo que parece. —me apresure a decir —. Volví por mi teléfono Ares.
El asintió no muy convencido —. ¿Y Artemis?
—¿En su habitación? —respondi, pero fue más bien una pregunta —. No importa, yo, debo irme.
Salí corriendo de su alcance, baje las escaleras y cruzando por la cocina los ví, a Artemis y a Claudia, besandose, ella estaba de espaldas y el rostro de Artemis daba en mi dirección, abrió los ojos y me miró fijamente mientras la seguía besando. Tragué, di media vuelta y salí del lugar.
Corrí a mi casa y respire profundamente al llegar, ¿Que demonios acaba de pasar?
La luz de la sala se encendió, revelando a mi hermano mayor, el cual llevaba puesta una bata, chanclas y una toalla de baño enrollada en la cabeza. Apreté los labios evitando reírme.
—TN Adele Montes, ¿Dónde diablos estabas a estás horas?
Joder, ¿De verdad nadie noto que recién salí de la casa?
—Dios Adham, pareces la tía Amelia.
Su rostro se contrajo de incredulidad —. No acabas de compararme con la tía Amelia alias Dolores Umbridge.
Me cruce de brazos —. Sí, lo hice.
—Si Adham, veré toda las películas de Marvel contigo.
Frunci el ceño —. ¿De que hablas?
—Eso deberás decir y hacer para que vuelva a dirigirte la palabra, a partir de ahora no voy a hablarte y voy a ignorarte.
Muchos dirán, con gusto lo hago, dios, no conocen a mi hermano, este tipo grita cada dos minutos.
—Bien, creo que puedo soportar la ley del hielo. —tal y como dijo, no me respondió.
Rodé los ojos y subí a mi habitación.
Nota.
Yellow.
¿Sintieron mis #R el deja vú cuando Ares le pregunto a la TN que hacía saliendo de la habitación de Apolo?
Joder amo tanto.
Las leo luego Artemisas.
Un beso pal cubito que derrito, vos sabés quién sos. 💙😌
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