—¿Letras de nuevo? —se escucho un pequeño abucheó al interior del salón.

—La pasión es importante a la hora de plasmar lo que sientes, pero la técnica es imprescindible. —suspire.

Una pequeña niña, cuyas coletas llevaba atadas en dos trenzas que caían por su pecho, me miró ladeando la cabeza —. ¿Que es imprescindible?

—Que es tan necesario que no lo puedes dejar de lado. —me acerque al pizarrón, escribí un par de conceptos y me giré hacía ellos —. Ya saben que sigue.

Ellos suspiraron y comenzaron a copiar.

Mi teléfono vibró por séptima vez en esta hora. Tengo casi cien llamadas perdidas de Artemis.

Ni siquiera sé cómo tiene mi número.

Terminamos las clases, mi hermano empezó a caminar a mi lado en dirección a la salida, donde ya nos esperaban Adham y Ciara.

—Odio dar técnica, vuelve las clases tan aburridas. —murmuro la menor.

—Tambien yo, pero que más podemos hacer. —me pase una mano por el rostro.

Ellos compartieron una mirada extraña.

—¿Nos vamos? —Adham nos arrastro a la salida.

Cerré las ventanas con seguro y me deje caer en mi cama, la cual literalmente apesta a colonia masculina, Artemis.

Aspire su aroma y suspiré, imbécil.

Saque mi teléfono y entre a Instagram, me apareció una foto de Apolo con la chica pelirroja del otro día.
El le daba un beso en la mejilla y ella tenía una cara de pocos amigos.

Hacen linda pareja, le dí like y seguí bajando.

Me salió una foto de Ares el cual estaba sin camisa junto a Artemis, ambos bebían de una mata de cerveza y sonreían a la cámara, los pies de Apolo sobresalen de la parte baja de la fotografía, seguramente el la había tomado.

Me debati entre darle like o no, pero accedí y seguí bajando.

Un mensaje se asomó por mi pantalla.

Soy un idiota, lo siento.

Suspiré y pique el mensaje con mi dedo.

Que lo admitas no ta hace menos idiota, buenas noches Artemis.