-¡No! ¡No! –sintió como el miedo recorría su cuerpo al ver que la puerta se cerraba, la sala era fría, demasiado fría

Todo era blanco, las paredes, las cortinas, los dos hombres que la arrastraban la llevaron hasta la camilla

-¡Papa! ¡Papa ayúdame! ¡Por favor! ¡No! –araño el rostro de uno mientras trataba de dar una patada al otro

La puerta se abrió y ella sintió una pequeña esperanza, pensando que era su padre, que se arrepentía que quería ayudarla.  Pero no era el, aquel hombre la miro de forma fría, la mascarilla blanca cubría su rostro y solo sus ojos grises la observaban

-Atadla a la cama –Miro a los enfermeros que la sostenían

-¡No! ¡Suéltenme! ¡Por favor! –sintió como ataban sus manos y sus piernas, fuertemente, impidiendo que se moviera.  Giro el rostro y vio al doctor, se acercaba a ella con una bandeja plateada en sus manos -¡Por favor! ¡No!

-Si te quedas tranquila será mas fácil –dejo la bandeja sobre la mesa y movió los artilugios que habian ella –El dolor pasara rápido

-No –Cristal cerro los ojos sintiendo como las lagrimas brotaban de ellos –William

-William –Se incorporo bruscamente en su cama, respirando agitada, mientras sus manos temblaban  -Otra vez –Llevo la mano a su rostro empapado en sudor

De nuevo aquella pesadilla, ¿Por qué regresaba? Hacia años que no volvía a tenerla y ahora de nuevo atormentaba sus sueños  ¿Tenia algo que ver el encontrarse allí? En aquella casa, volver a la casa de su padre.   Se levanto despacio y entro al baño, abrió el grifo y se mojo el rostro despejándose

Con tranquilidad salio de su habitación y bajo las escaleras, camino hacia la cocina en busca de un poco de leche y se encontró con que el lugar ya estaba ocupado

-¿Giselle? –entro despacio y se paro ante la encimera mirándola -¿Estas bien?

-No podía dormir –Ella sonrió levemente -¿Y tu?

-Tampoco –la miro con el ceño fruncido -¿Te preocupa algo?

-Lo cierto es que si –suspiro –Mi exmarido se lleva a Marta y Will

-¿Cómo? –la miro sorprendida –No lo entiendo

-Es su turno –levanto la vista hacia Cristal –Por eso vengo aquí, para estar cerca de ellos

-¿Estáis divorciados? –Cristal asintió

-No, separados –Ella sonrió con dolor –El vive con su secretaria, la que se estuvo tirando durante un año

-Lo siento –se acerco a ella y coloco una mano en su hombro

-Tiene dinero ¿sabes? –Giselle cerro los ojos –Mucho y tengo miedo

-¿Por qué? –frunció el ceño

-Tengo miedo de que quiera quedarse con mis hijos –Una lagrima cayo por la mejilla de Giselle –Mis niños, no puedo estar sin ellos

-Tienes a William –Cristal la miro sorprendida -¿El no te ayuda?

-Por supuesto –Giselle sonrió –Pero no puedo evitar sentirme así, sobre todo cuando el se los lleva

-¿Cuánto tiempo? –Cristal se quedo pensativa

-Un mes –Giselle junto sus manos –Demasiado tiempo

-Siempre es demasiado tiempo –Cristal se quedo mirando el grifo con la mirada perdida

-¿Cómo dices?-Giselle la miro confundida

-Ve a dormir –Ella le sonrió –No te quitara a los niños, dudo que su secretaria quiera hacerse cargo de ellos

-En eso tienes razón –Giselle negó con la cabeza –A esa mujer solo le preocupa estar guapa

-Típico –ella rió –Buenas noches

-¡Espera! –Giselle la tomo de la muñeca –Necesito hacerte una pregunta

-¿Cuál? –espero tranquilamente

-¿Qué paso entre William y tu? –Giselle la miro a los ojos

-¿Por qué no se lo preguntas a tu hermano? –Cristal se puso tensa

-Lo hice –ella suspiro –Pero evita responder

-Pues entonces tendrás que seguir insistiéndole –Cristal camino hacia la puerta de la cocina –Yo no hablo de mi pasado

Cristal regreso a su habitación y volvió a meterse en la cama.  Pero ya no pudo volver a conciliar el sueño, la pregunta de Giselle rondo su cabeza toda la noche

Eran las diez cuando Cristal se desperto al oír un grito de Will, se incorporo bruscamente en la cama y frunció el ceño.  Fue al baño y tras una ducha se vistió con ropa cómoda y salio de la habitación

-Hola –frunció el ceño observando a William y a Giselle, estaban parados en el pasillo, frente a la puerta de la habitación de Will -¿Qué pasa?

-Will no quiere ir con papa –Marta camino hacia ella –Yo tampoco, pero como soy grande me comporto

-Marta baja a desayunar –Giselle miro a su hija –Tu padre vendrá a recogeros dentro de poco

-Ve con ella –William coloco una mano en el hombro de su hermana –Déjame a mi

-Esta bien –Giselle asintió y se marcho con su hija

-Will ábreme –William golpeo la puerta levemente –Déjame entrar, solo quiero hablar contigo

-¡No! –El niño chillo molesto -¡Me obligaras a irme!

-William –Cristal se acerco a la puerta -¿Me abres a mi? Te prometo que tu tío no entrara

El la miro con el ceño fruncido, y ella le hizo  señas para que se callara

-¡Me obligaras a irme! –el niño grito de nuevo

-No, te prometo que no Will –Cristal suspiro –Escúchame, solo deja que hablemos y después si tu mismo no quieres irte, yo convenceré a tu madre a tu tío para que te quedes

-¡¿Lo prometes?! –La voz de el sonó cerca de la puerta

-Lo prometo –Cristal sonrió, la puerta se abrió despacio el niño la miro con el ceño fruncido.  William fue a dar un paso adelante pero ella coloco la mano antes impidiéndoselo, después entro despacio -¿Quieres hablar conmigo?

-Si –Will asintió –No quiero ir con papa, quiero quedarme con mama

-Will –Cristal se arrodillo para estar frente a el –Sabes que papa y mama ya no estan juntos

-Si, pero yo quiero estar con ella –El niño frunció el ceño

-Ya, pero no puede ser así –Cristal le sonrió levemente –Tanto papa como mama quieren estar contigo  -acaricio la mejilla del niño –Y ahora, mama esta solita, tu eres el hombre de la casa, tu tienes que cuidarla, hacerla feliz 

-¿Y si me voy será feliz? –El suspiro

-No, ella quieres estar a tu lado –Cristal lo miro a los ojos –Pero sabe que tu papa tambien quiere.  Tienes que ayudarla, ya es difícil apartarse de vosotros, si tu te comportas así solo haces que se ponga mas triste

-¿Por mi culpa? –Will la miro triste

-Pero ahora la vas a ayudar ¿A que si? –Cristal se levanto –Vas a bajar a desayunar y después iras junto con tu hermana a pasar unos días con tu padre 

-Si –El niño se puso firme –Porque yo soy el hombre de la casa y tengo que cuidar a mama

-Exacto –Cristal le guiño un ojo -¿Vamos?

-Si –y Will salio de la habitación ignorando a su tío

-¿Y eso? –William la observaba sorprendido -¿Desde cuando se te dan tan bien los niños?

-Desde que aprendí a ser mujer –Cristal respondió mirando la maleta del pequeño

Al rato de desayunar el padre de los niños fue a por ellos y Will y Marta se despidieron de todos.  Cristal subió al despacho para preparar algunas cosas sobre nuevos modelos y sobre la hora de comer bajo, justamente cuando estaba pasando ante el teléfono este sonó y contesto rápidamente

-¿Diga? –observo sus dedos manchados de tinta

-¿Señorita Cristal Write? –La voz de un hombre sonó al otro lado

-Si, soy yo –Ella frunció el ceño -¿Con quien hablo?

-Soy Diego Suearet –el hombre parecía bastante mayor –El abogado de su padre

-Ah si, señor Suearet –Una sonrisa se dibujo en su rostro -¿Ya regresa de su viaje?

-Si, mañana mismo estaré allí –El pareció aliviado –Lo que quería saber era si tendría tiempo de recibirme mañana

-Por supuesto –Cristal se sorprendió -¿Por qué no iba a tenerlo?

-Como el señor O´Connor me dijo que estaba ocupada –Cristal se tenso al oír eso

-¿Cuándo le dijo eso el señor O´Connor? –apretó el teléfono en su mano

-El día que me reuní con el en su casa –El hombre se puso nervioso -¿ocurre algo?

-No nada –ella trato de sonar tranquila –Tenia asuntos que resolver  ¿El señor O´Connor se lo comunico no?

-Así es –el suspiro –me dijo que podía salir de viaje y arreglar los asuntos, que no importaba el tiempo

-Ya veo –Cristal mordió su labio –Entonces mañana le espero

-Si señorita –y colgó el teléfono

Cristal permaneció de pie mirando el aparto fijamente ¿Cómo se atrevió? ¡¿Cómo diablos William O´Connor se atrevió a manejar su vida?! 

-Cristal –escucho la voz de Ada y la miro –La comida esta lista

-Si –ella la miro fijamente y la siguió hasta el salón, observo a Giselle y William sentados en la mesa

-Tiene buena pinta Ada –William sonrió a la mujer

Y algo dentro de Cristal se prendió, ¡Desgraciado! ¡Prepotente! ¡Mentiroso! ¡¿Acaso pensaba que podría manejarla?!

Atravesó la sala hasta pararse ante el que la miro sorprendido, tomo el plato y con la mirada puesta en sus ojos le lanzo la comida por encima.

-Dios –Giselle llevo una mano a su boca sorprendida

-¡Ah! –William retiro la silla y se puso en pie de un salto -¡¿Pero que te pasa?!

-¡¿Quién diablos te has creído que eres para retrasar la vista del testamento?! –Cristal tiro el plato en la mesa sin dejar de mirarle -¡Eres un maldito mentiroso! ¡Puede que pienses que puedes manejar todo a tu alrededor! ¡Pero estas equivocado William O´Connor! –Camino hacia el furiosa -¡Mañana se leerá el testamento y me marchare para no tener que verte la cara nunca mas!

-Niña tranquilízate –Ada se acerco a ella despacio

-¡Tu no te metas! –Cristal la miro enfurecida, después poso la vista en William –Esto te costara caro

-Solo quería que estuvieras un tiempo en esta casa –El la miro a los ojos –En la casa de tu padre, eras importante para el

-¡Y una mierda! –y todos se sorprendieron al oírla -¡Para Peter Write solo había una persona importante! ¡el mismo! ¡y tu! ¡Tu eres igual que el! ¡No te importan los demás! ¡No te preocupan, solo quieres hacer tu voluntad!

-¡¿Y tu que?! –William la encaro molesto -¡¿Qué es lo que te importa a ti?! ¡Nada! ¡Ni tu padre! ¡Llegas a su entierro y quieres marcharte! ¡¿A caso a ti te importa la gente?!

-¡Si! ¡Me importa! ¡Me importa mi gente! –Cristal se aparto de el bruscamente -¡Tengo! ¡Tengo gente importante esperándome! ¡Gente importante para mi! ¡A los que no e podido ver por tu culpa! ¡Tengo gente a la que echo de menos! ¡A la que necesito! ¡Y tu! ¡Tu! –Respiro profundamente -¡Tu piensas que sigo siendo aquella estupida niña de dieciocho años! ¡Pero te equivoca William! ¡No podrías estar mas equivocado!

Y Cristal salio del salón furiosa, dejándole con la palabra en la boca, mientras Giselle permanecía sentada en su lugar, aun con el tenedor en la mano y los ojos abiertos de par en par y Ada, de pie observando a William sin saber que hacer

-¿Qué a querido decir con gente importante? –El miraba la puerta fijamente

-Te lo dije William –Giselle se levanto de su asintio mirando a su hermano –Te lo advertir, ahora apechuga con las consecuencias

 Y AHORA WILLIAM DEBERA ENCONTRAR OTRA FORMA DE QUE CRISTAL SE QUEDE ¿Y SI SE LO PIDE?   SI LA SITUACION YA ES COMPLICADA ESPERAD AL SIGUIENTE CAPITULO, SE DESCUBRIRA EL SECRETO DE CRISTAL, ¿CUANTO SE PUEDE ENREDAR UNA SITUACION CUANDO TIENES MIEDO? PODREIS COMPROBARLO EN EL PROXIMO CAPITULO,,,,,, LOS SECRETOS SE PUEDEN GUARDAR; PERO LAS MENTIRAS SIEMPRE SALEN A LA LUZ,