♟️♟️CAPÍTULO 1: Nuevo comienzo♟️♟️
10/julio/2009
Tipo de narrador: Tercera persona.
A las fueras de New York se encuentra un pueblo llamado Cold Spring, un lugar hermoso para poder habitar. Todos los pueblerinos de ese lugar son muy unidos y sociables, especialmente la familia Maslow, son una familia muy hermosa, amable, y sobre todo humilde. Siempre ayudan en lo que pueden, limpian las calles, hacen comida para regalar y gracias a eso se han ganado el cariño de las personas.
Sin embargo, era un día lluvioso, y la noche era bastante fría, cuando de repente escucharon cinco balazos seguidos dentro de la casa de los Maslow, la gente se empezó a asustar, no sabían que hacer, y solo habían pasado 10 largos minutos cuando la policía llegó a la casa para ver que ocurría; encontraron a la única hija de los esposos con su boca llena de sangre, sus ojos llorosos y asustada. Cinco policías entraron a la casa y se llevaron una gran sorpresa: encontraron los cuerpos de los Maslow mutilados, el lugar estaba lleno de sangre y había un hombre tratando de escapar, no fue demasiado listo al momento de huir porque fue capturado, claramente, esto había sido venganza, era una escena de crimen bastante perturbadora, todos estaban en shock, ese pueblo no volvió a ser igual nunca más.
—Sé que no estás bien, y lo entiendo—el Sheriff mira fijamente a la niña, le es inevitable no verla con lástima después de lo que pasó—pero es necesario hacerte esta pregunta—se toma el tiempo para ver la expresión de la niña, pero no ve nada en ella— ¿Qué fue lo que ocurrió, Wendy? ¿Por qué tenías sangre en tu boca?—cuando se llevaron al hombre que intentó huir por la ventana, se percataron de que su oreja derecha, –o donde estaba–, brotaba un montón de sangre, por lo que rápidamente llegaron a la conclusión de que la niña le había arrancado dicha oreja, a lo mejor en modo de protegerse— ¿Tú le arrancaste la oreja al hombre?—nada, la niña ni siquiera se inmuta en verlo a los ojos—Wendy… necesitamos que digas algo, mínimo si conoces al…—no termina la frase porque la niña empieza a llorar y a gritar pidieron ver a sus padres—no llores, todo estará bien—tranquiliza el Sheriff, pero nada sirve para que la niña deje de llorar.
—No encontramos nada, ni un familiar, ni un amigo de la familia, la niña ni siquiera tiene registros—una tercera voz hace acto de presencia—es como si la familia Maslow no existiera—aclara.
—¿Pero como es eso?—pregunta el Sheriff anonadado.
—No lo sé, pero hasta ahora nos dimos cuenta que los Maslow no eran quien nosotros creíamos que eran. Nos estuvieron engañando todo este tiempo —afirma la tercera voz.
—Entonces… ¿Quiénes eran?—la pregunta estuvo rondando por mucho tiempo tratando de buscar una respuesta concreta, sin embargo, jamás la hallaron.
🔮🔮🔮
—Wendy, no pudimos encontrar ningún familiar tuyo, lo lamento—habla el Sheriff dirigiéndose a la niña—te dejaré en este lugar, ¿de acuerdo?, aquí harás amigos, y te van a dar mucho amor—le dice mirándola con lástima—di algo por favor, lo que sea—insiste el Sheriff, pero la niña no dice absolutamente nada.
—Hola, buenos días Sheriff—una señora con túnica hace acto de presencia.
—Hermana Lucrecia, buen día—saluda el hombre—ella es Wendy, la niña de la que le estaba hablando.
—¡Oh!, así que tú eres Wendy—la señora se acerca a la niña, y se pone a su altura—yo soy la hermana Lucrecia—le sonríe, pero la niña no se inmuta.
—Disculpe hermana, ella… ella es especial —confiesa el Sheriff.
—Me lo imagino… lo que pasó no fue nada fácil—explica la hermana—Wendy—le llama sin borrar la sonrisa de su rostro —aquí estarás un tiempo, luego podrás irte, una buena familia te adoptara y te van a querer muchísimo—aclara, la niña por su parte, solo observa el piso.
—Solo ha pasado una semana hermana, necesita tiempo—interrumpe el Sheriff.
—Lo entiendo—comprende la hermana—la cuidaremos muy bien, no tiene nada de que preocuparse—dicho esto se levanta y toma del brazo a la niña—cuando le encuentre una familia le avisaré.
—Muchas gracias hermana Lucrecia, nos vemos pronto—se despide de la hermana y de la niña.
—Muy bien Wendy—habla la hermana adentrándose al lugar—bienvenida al orfanato “Flor de loto”—se detiene en el pasillo para observar a la niña, pero ella en cambio, sigue con la cabeza agachada— ¿Sabes por qué se llama así este lugar? —pregunta la hermana, pero como es de esperar, la niña no responde—la Flor de loto en el budismo es la pureza física y espiritual. El agua lodosa que acoge la planta está asociada con el apego y los deseos carnales, y la flor inmaculada que florece en el agua en busca de la luz es la promesa de pureza y elevación espiritual. —empieza a hablar la hermana mientras caminan por el lugar— Simbólicamente, la flor de loto se asocia con la figura de Buda y con sus enseñanzas, por eso es una planta de carácter sagrado para los pueblos de Oriente. Cuenta la leyenda que cuando el niño Buda dio sus primeros pasos, en todos los lugares que pisó crecieron flores de loto—se detienen en una puerta y la hermana la abre lentamente—para mí la flor de loto es pureza, es luz y sobre todo, enseñanza, es decir; estoy cien por ciento segura que todo lo malo siempre llega a terminar, para que luego florezca paz y armonía, la flor de loto es eso para mí, por eso la considero mi flor favorita—sonríe la hermana de oreja a oreja, la niña después de mucho tiempo alza la mirada para contemplar a la hermana, ella por su parte se sorprende por ese acto de la niña Wendy.
La hermana Lucrecia quedó hipnotizada por esos ojos azules de la niña, unos ojos azules muy intensos, pero en esa mirada, pudo notar varios sentimientos que no pudo lograr descifrar.
—Está será… tu… tu habitación—menciona abriendo por completo la puerta.— ¿No es hermosa?—pregunta, pero la niña no dice nada, solo observa el lugar—como dije, aquí estarás un tiempo, haremos que te sientas cómoda en ese tiempo, ¿de acuerdo?—sonríe la hermana al ver a la niña, se le hace muy tierna, pero a la vez igual la mira con lastima—puedes descansar, estaré visitándote a menudo.
No dijo nada más, solo le dio otra mirada a Wendy y se retiro del lugar. La niña había pasado por mucho en solo una semana, vio como mataban a sus padres, estuvo con el asesino, fue para ella, un trauma terrible, por esa razón no ha podido hablar, no ha dicho ninguna palabra desde ese día que el Sheriff la interrogó, incluso la psicóloga dijo que era normal ya que vio algo que un niño de su edad no debe ver, ahora solo quedará esperar a que la niña logre recuperarse.
🔮🔮🔮
—Es una niña especial, como les dije, al principio le costará hablar y adaptarse, pero igual tengan calma—habían pasado 6 meses desde ese terrible accidente, 6 largos meses donde la niña no ha podido hablar, ni interactuar con nadie—pasó por mucho la niña, por lo cuál, les pido comprensión.
—No se preocupe hermana Lucrecia, la cuidaremos bastante bien—aclara la señora Romina—para ella lo mejor es irse de este pueblo, así para que pueda sanar y olvidar.
—Gracias por darle esta oportunidad a Wendy, pese a todo es una niña dulce—los señores le sonríen a la hermana, sin decir más, se levantan y van a la recámara de la niña.
—Wendy—la hermana la llama—ellos son los esposos Collins, como te explique anteriormente, tendrás una nueva familia, es complicado de entender, pero ellos son tus nuevos padres— se agacha para estar a la altura de ella, le levanta el mentón para poderla ver a los ojos—todo estará bien Wendy, descuida, aparte, sabes que si algo malo llega a pasar no tienes de que preocuparte, porque eres fuerte, valiente, eres una linda chica, y sabes que todo problema tiene una solución.
—Aparte… seremos buenos contigo Wendy—afirma la señora Romina—mi esposo Roberto y yo seremos unos padres increíbles, te daremos mucho amor—el esposo se acerca a donde está su esposa y la niña, y con una sonrisa en su rostro habla.
—Nosotros no pudimos tener un hijo—menciona el hombre—pero créeme que te vamos a querer como una hija biológica, como nuestra hija, te vamos a querer, amar, te daremos tanto cariño, te daremos todo—aclara el hombre.
—Son buenas personas, enserio la niña tiene suerte de conocerlos—confiesa la hermana Lucrecia.
—Solo queremos lo mejor para ella—los esposos hablan al unísono.
Después de tener una última conversación con la hermana Lucrecia, los señores se llevan a Wendy, después de un largo viaje, llegan a una casa pequeña, pero acogedora, en la ciudad de Argentina.
—Cariño, aquí vivirás ahora en adelante —menciona la señora—no queremos que sigas recordando ese terrible momento, por lo cuál, te vamos a poner un nuevo nombre, ¿te parece?—la niña mira sin ninguna expresión a la señora—te llamarás Mía Collins y serás nuestra hija.
La niña solo tenía 7 años, no entendía nada, no sabía lo que pasaba, pero no le dio importancia, sólo terminó asintiendo, a partir de ese momento el destino estaría jugando en la vida de Mía Collins.
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