Todo inicio tiene un final, pero, en nuestra historia ¿Cuál es el inicio y cual el final?

Fue la primera frase que durante años me dejo pensado; solemos creer que el inicio es nuestro nacimiento, pocos creen que es cuando finalmente empieza nuestra compresión de lo que sucede al rededor; por años creí que era la segunda sentía que era obvio, más tarde comprendí que no era así, la verdadera historia de una persona comienza cuando de un día a otro tu vida da un giro no esperado y no me refiero a un cambio común u ordinario, no, hablo de un cambio que marca no solo tu vida, sino también tu pensamiento a como lo creías.

Por mucho tiempo creí que mi historia empezaba cuando entraba a una nueva escuela o cuando sentía las tan populares mariposas al mirar un chico; al final ninguna era correcta, sentía que mi historia nunca empezaría, me tocaría vivir una vida aburrada y ordinaria, sin cambios emocionantes o una gran aventura que me llamara. No fue hasta que mis padres me contaron la verdadera historia de nuestra familia y lo que conllevaba ser. Un trabajo, una tradición y un secreto que por generaciones se transmitió.

Recuerdo perfectamente ese día, tenía 10 años, recuerdo entrar a casa y encontrar a mis hermanos sentados junto a mis padres, recuerdo como se sentía el ambiente tenso y misterio, recuerdo la cálida voz de mis padres pidiendo que me sentara y escuchara atentamente lo que tenían que decir y claro que recuerdo mi reacción, tan confundida y asustada ante la verdad; pase días enteros sin poder conciliar el sueño, días en donde apenas cruzaba palabras con mis padres o hermanos, días enteros encerrada en mi habitación tratando de comprender lo dicho, días en donde tenía miedo, pero no miedo a mis padres o hermanos, sino miedo a perderlos ahora que sabia todo. Y finalmente recuerdo cuando aclare mi mente y sin pensarlo me abrace a mis padres y hermanos pidiendo entre lágrimas perdón y a ellos decir que no había nada que perdonar.

Desde ese día creí que mi verdadera historia empezó cuando conocí ODESI, cuando empecé a entrenar, cuando tuve mi primera misión y todo salió de maravilla, estaba fascinada con lo que este secreto me otorgo, descubrí lo que verdaderamente me apasiona y para lo que verdaderamente nací, tal vez era la sangre de mi familia corriendo por mis venas lo que me hacía amar esto, pero aun así lo amaba. Hubo momentos de crisis, miedo, valentía y odio, pero siempre creí que mi historia empezó ese día.

Estaba tan equivocada.

A mi alrededor todo estaba en llamas, veía cuerpos y sangre por doquier, pedazos de vidrio esparcidos por donde sea, balas en las paredes, en el suelo, en los cuerpos que yacían sin vida a unos cuantos metros de mí, las luces parpadeaban y parpadeaban, agua creando grandes charcos; oía los gritos, las armas disparando, personas corriendo, el motor de los autos. Pero lo que más veía era a él, escuchaba su asquerosa, pero maniática risa y mientras apuntaba el arma hacia mí lo comprendí, mi historia no empezó el día que conocí ODESI, ni cuando entrene por primera vez, ni siquiera cuando regrese victoriosa de mi primera misión, no, mi historia comenzó el día que lo conocí.

Nunca le tuve miedo a la muerte, solo tenía miedo a lo que implicaba dejar atrás, a mis seres queridos y todo lo que amo.

Pero hoy viéndolo frente a mí, ese miedo se convirtió en fortaleza, se convirtió en poder; mirándolo fijamente solo sonreí; sin miedo, sin orgullo, sin burla, solo una sonrisa vacía. Así fue como lo acepte, iba a morir, pero no lo haría sola.

Finalmente apunte con mi arma, al final el sonido de dos disparos y su gran eco fue lo último que se escuchó y con ello la oscuridad llego.

Finalmente termine de escribir el prólogo, debo admitir que no tenía planeado hacer uno, simplemente quería iniciar de una con la historia, como normalmente hago, sin embargo, al final me decidí por hacerlo; además quería darles un poco de contexto de uno de los cambios de esta historia.

Espero les guste y lo disfruten.

Y si así lo desean les agradecería mucho que votaran. 

DEREYERF