- Cap 11 -
Los rayos de sol golpearon el rostro de los chicos, primero Alexy quien daba directo a la ventana; luego el pelirrojo que solo dio un gruñido de fastidio.
—Mmm... ¿Qué hora es? —el mitad lobo intentó moverse —Mi estómago... —algo sobresalía levemente de su piel. Raptor había dormido dentro de él.
—Es temprano, deja dormir.
—Raptor, por favor sal. —la sensación era extraña.
—Shh quédate quieto... —el reptil solo apretó un poco su agarre. —No tenemos que salir si no puedes.
—N-no me refiero a eso —podía sentir todo su cuerpo adolorido y pegajoso, pero lo que más resaltaba era la llenura y el roce con el miembro ajeno. —Raptor, está muy profundo... Mnh...
—Es lo que provocas, y si intentas sacarlo te vas a lastimar. —mantenía los ojos cerrados, solo se molestaba en mantener el agarre.
—¿Cuánto tiempo estuvimos haciendo esto? —intentaba acomodarse, pero seguía agotado.
—Dos... Tres... ¿Acaso importa saberlo?
Eso llamó la atención del beta, pequeños recuerdos regresaban a su conciencia, habían pasado tres días y medio desde que empezaron, solo tenían pequeños intervalos para hidratación y alimento, ni siquiera cuando intentó ir al baño el alfa se había calmado. Aunque había otro motivo por el que se detenían.
—Tu... ¿De verdad sabías quién era?
—¿De qué hablas? —eso llamó la atención del pelirrojo. —Claro que sabía.
—Entonces... ¿Por qué me anudaste? —por fin el más alto se dignó a abrir los ojos. No solo ahora, sino varias veces en esos días lo había hecho de forma consiente e inconsciente. —Por eso no lo puedo sacar, ¿verdad? Sigue abultado.
—Ah... Eso —el de ojos bicolor con todo el cuidado del mundo cambió la posición para que se pudieran ver. —¿Y si es así? ¿No te gustaría tener cachorros? —Alexy se puso colorado.
—Dices eso porque sigues en el rut... No es posible, soy beta. —respondió algo triste y evitando la mirada del contrario. —Sparta si podría.
—Jmm... Tiene cabello castaño, ojos miel y cara de imbécil —el mitad canino estaba extrañado. —Para nada mi tipo, deja de compararte todo el tiempo con Sparta, siempre me han gustado más las rubias de ojos bonitos, y tú, tienes unos ojos preciosos. —tomó su mentón para que lo viera. —¿Te gustaría tener cachorros conmigo Alexy? Porque yo sí.
Las dudas sobre el pensamiento ajeno hacían que el albino fuera escéptico ante dichas palabras, era bien sabido los impulsos de los alfas en su rut, no por nada muchos detestaban ese instinto de apareamiento casi animal. Se lo imaginó por unos instantes un mundo donde ellos pudieran vivir con su pequeño, despertarse juntos y ser felices... Pero ese era el mundo real.
—Quiero dormir. —dejó la pregunta al aire y se recostó como hace unas noches en el pecho ajeno, no tenía cabeza para lidiar con eso.
》¤《
—Y... ¿Cómo está tu cuerpo? —el alfa preguntó mientras enjabonaba el cuerpo del contrario.
—Se hizo de noche y aún así continuamos ¿Qué crees? —aunque le habían bajado a la rudeza y descansaran igual estaba afectado de forma física. —A decir verdad, estoy adormecido, no me duele nada porque no siento nada en general.
—... Te compraré analgésicos y- y preparé comida ligera, lamento haberte dejado tan mal.
—Soy beta, por supuesto que quedaría así luego de un rut de alfa dominante. —evitaba el contacto visual, tenía miedo de que el encanto generado por los instintos se apagara.
En lo que Alexy se secaba el más alto buscó en la cocina algo rápido de preparar, aún podía sentir la fiebre del ciclo pero luego de haber dormido casi como osos no le afectaba. Sacó una olla y los ingredientes, trabajaba en automático debido a la vergüenza frente a su invitado. Agarró las llaves y fue a la farmacia; la chica encargada le miraba con cierta intriga.
—Deberías llevar algo para ti también, aunque soy beta se que hueles a vino.
—No me hacen efecto. ¿Hay alguna pastilla del día después no tan agresiva? —la castaña sonrió. —Que haga su trabajo pero no tenga tantos efectos.
—Amigo, yo también quisiera que existirá algo así, todas las pastillas de emergencia dejan demasiados problemas para lo que solucionan. —se alejo un poco del mostrador. —Estos tres podrían funcionar, haz que el omega la tome dos veces al día durante junto a otros alimentos.
—Y... ¿Si no es omega? —pudo sentir como la chica se mordía la lengua, no eran casos muy aislados pero no dejaba de sorprenderle. —¿Funcionará?
—Sí, da igual, pero por seguridad que solo sea una dosis... Y de paso, lleva de estos. —con cierta burla le pasó dos cajas de condones, y de paso apuntó a su cuello. —Se ve que no será la última vez y que ambos tienen aguante. Una cosa más, evita estar un tiempo sin supresores, el brazo se te va a caer si los consumes hasta el límite. —el pelirrojo se miró el brazo, estaba morado e irritado. —No te preocupes, luego de tremenda mordida de almohada es probable que no regrese en un mes.
—Soy irregular. —de nuevo la castaña se alejó un poco, luego regresó con un liquido morado.
—Toma, ahora no tienes excusa, pero no te lo tomes en un día, hablo en serio.
Compró todo de forma rápida y regreso para supervisar la comida que dejó en la estufa, y al albino por supuesto. Tendrían mucho de que hablar.
Una vez todo servido Raptor acercó la medicina.
—¿Qué es esto? —el mitad canino miraba las pastillas.
—Para que no te duela y te desinflame... Lo que sea que se te haya hinchado, jeje. —Raptor se sentía nervioso.
—Las pastillas blancas bien, pero esta... No soy idiota ¿Por qué carajos me das esto? —levantó una pequeña pastilla rosada. —¿Crees que no sé lo que es?
—Se que lo sabes, pero de todas formas debes tomarla.
—Ah claro, me la trago sin preguntar ¡Pues no mi rey, no me joda! —era absurdo que le diera eso, y peor que asimilara que la tomaría por que si. —¿¡Un puto anticonceptivo!?
—Alexy...
—¡Que soy beta mierda! Beta ¿Tengo que deletrearlo!? —se paró de la silla y golpeó la mesa, sus piernas aún temblaban, pero la rabia en cierta forma le dio fuerzas. —Que sea beta y tú dominante no hará que-
—¡No soy alfa! ¿¡Entiendes!? No soy... No soy alfa... —imitó la acción del de ojos azules, con la leve diferencia de que en el proceso soltó feromonas.
—¿Qué? —cayó en la silla impactante por la confesión. —¿Eres... Eres zeta? ¿Sigma? —un porcentaje muy pequeño lograba superar a los alfa dominante.
—No... Soy un enigma.
----------
Buenas buenas.
No recordaba haber dejado tanto tiempo sin actualizar jsjs. Espero y aspiro a no dejar ninguna historia en hiatus así que échenme la bendición.
Se me cuidan y nos vemos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro