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Dos

Las risas femeninas resaltaban de la habitación de la castaña. Habían muchos libros esparcidos por el suelo y la cama, montones de bolígrafos y un grupo de amigas que no paraban de reírse ante cualquier comentario o anécdota.

- ¿Se acuerdan de los juegos deportivos?

- ¿Cómo no? La pelea entre Uraraka y Bakugou fue tan épica. -contesta Mina.

- Cierto, pera era fabuloso ver a Uraraka lista y preparada, le diste una muy buena pelea. -la motiva Momo.

- Muchas gracias aunque fue bastante cansador todo eso. -suspira- Creo que fue la primera vez que Bakugou supo de mi existencia.

- Si lo vemos desde otro punto de vista, Bakugou es realmente lindo solo que su actitud es horrible.

Uraraka mira en dirección a Toru (o más bien la ropa que usaba), la chica invisible se agarraba de las mejillas avergonzada de su comentario.

- ¿Lindo?

- ¿Tu no lo crees Uraraka?

- Obvio que no. -responde por ella Mina- Uraraka solo piensa en Izuku, se le nota a leguas.

- ¿Huh? ¿Izuku?

Momo quien observaba toda la escena curiosa empezaba a molestarse por el acoso hacia su amiga aún sabiendo del secreto que guardaba.

- Ignóralas, lo único que quieren es ponerte nerviosa. -le sonríe.

- Sea como sea, si, Bakugou es bastante lindo. -lo dice recordándolo entre las sábanas durmiendo- Pero tiene un muy mal carácter que ahuyentaría a cualquier chica.

- ¿Se imagina a Bakugou enamorada? ¡Ja! Pagaría por verlo. -comenta Mina.

- ¿Quién sabe? Por ahí ya está enamorado. -dice Tsuyu.

No, en definitiva no estaba enamorado, o no de ella y eso la frustraba demasiado. No sabía en qué momento se encontraba en el dilema de que el rubio la amase o no, no debería ni de importarle pero ahí estaba ella pensándolo e imaginándose una relación concreta con él.

- En ese caso, ¿quién es más probable de ser su enamorada?

Todas intercambiaban miradas entre ellas analizando y pensando.

- No creo sinceramente que haya alguna con la "suerte" -hace ademán con sus dedos- de estar con él.

- Como sea. -de pone de pie Momo agarrando sus libros- Lo mejor será irnos, la hora del almuerzo se acerca y les toca cocinar a Denki y Sero.

- Ugh. -se tumba en la cama Jirou- La ultima vez hicieron un asco de comida.

- Por eso lo digo, prefiero ver lo que hacen y prevenir cualquier accidente. -ríe- ¿Vienés Uraraka?

- Luego las alcanzaré.

Todas salieron de la habitación de la castaña entre risas y pequeños empujones dejándola sola.

Ella instintivamente se tumba en su cama liberando un suspiro liberando toda la frustración acumulada que tenía. Mira el techo dejando que sus pensamiento se pierda hasta sentir como un dolor inmenso se apodera de su estómago.

- ¡Ugh! -se pone en posición fetal procurando aliviar ese dolor.

Abre sus ojos inmenso al sentir como un líquido salía de ella, rápidamente se pone de pie fijándose de las sábanas de su cama que por su suerte si estaban limpia pero la parte baja de short no. No puede ser. La regla le llegó.

- ¡Maldita sea! -frunce su celó enojada.

Agarra velozmente un short y unas bragas limpias y se mete volando a su baño logrando cambiarse y colocar su toalla intimida pero no cesaba el dolor insoportable. Se mira en el espejo de su baño y busca ente sus estantes el remedio que aliviase esos dolores menstruales insoportables, agarra el envase pero este se encontraba vacío.

- ¡Ugh! -tira el envase.

El dolor empezaba a ser punzante en su vientre provocando que se ponga en cuclillas. Sale del baño casi arrastras queriendo hasta llorar por el dolor insoportable. Se acuesta en su cama y se coloca en posición fetal sacando quejidos. Esta sería una larga tarde de puro dolor, rezaba para que le pasase.

Su móvil empieza a sonar. Contesta a duras penas.

- ¿Hola?

- ¿Uraraka?

Era él, su voz la tranquilizaba por unos minutos y la aliviaba.

- ¿Si, Bakugou?

El rubio estaba en la cocina preparando la crema para su pastel de frutilla y vainilla, en el mesón se podía ver toda una exquisita lasaña lista para ser devorada. Abandona la habitación con el teléfono en la oreja topándose a Denki y Sero.

- Ammm ¿harás algo esta noche? -gruñe.

Ambos amigos intercambiaban miradas felices y luego deciden entrar en la cocina dejándolo solo.

Uraraka lo piensa unos segundos pero decide mentir ante la vergüenza de decirle que estaba en sus días.

- Si, haremos una pijamada con las chicas.

El rubio frunce su ceño.

- Tsk. Ok.

- Otro día pasaremos la noche juntos. -sonríe.

Este baja la mirada y suspira.

- No pasa nada, diviértete, adiós.

Cuelga. Deja el celular en el piso y da vueltas sobre su cama. Toc toc. Ugh, ¿por qué no me dejan en paz?

- ¿Quién es?

- Uraraka discúlpame soy Momo, deje uno de mis libros en el suelo, ¿me lo puedes devolver?

Uraraka pasea su mirada hasta encontrarlo, con el cuerpo arrastrando lo agarra y se acerca a la puerta, se pone de pie y abre la puerta.

- Aquí tienes.

Momo no pasa desapercibida al ver el repentino cambio de expresión de su amiga. Se preocupa.

- ¿Estás bien?

- Si, es solo que me bajo y mis píldoras se acabaron. Es solo un pequeño dolor que de seguro se me pasa. -sonríe falsamente.

- Uy, ¿estás segura que estarás bien?

- No te preocupes, verás como en diez minutos estaré como nueva. Solo necesito estar sola.

Le da un último vistazo no muy convencida pero decide no instar.

- Cualquier cosa llámame y vengo volando.

- ¡Gracias!

Cierra la puerta para poder desmoronarse una vez más en el piso e irse a arrascas hacia su cama.

Mientras tanto el rubio entra a la cocina nuevamente viendo como su amigo Denki estaba por darle un buen bocado al pastel.

- ¡Ni te ocurra idiota!

- ¿Es para Uraraka? -pregunta Sero.

- Tsk. Era. -agarra el pastel y lo mete a la nevera enojado.

- ¿Por qué? ¿Te dijo que no?

- Tendrá una tonta pijamada.

- Que extraño. -comenta Kaminari- Mina me dijo que hoy no harían nada.

Bakugou baja la mirada sintiendo el dolor de ser engañado por la castaña, ¿tanto daño le había hecho como para que le mintiese? Se reñía solo.

- ¡Hola chicos! -Yaoyorozu entra con una sonrisa directo a buscar algún té medicinal- Mmm, que bien huele.

- Es la lasaña que hizo Bakugou. -dice Sero.

- ¿Bakugou? ¿Pero no les tocaba cocinar a ustedes?

- No es para nosotros, es para su cita con Uraraka. -molesta Denki.

Bakugou gruñe y lo mira de manera asesina al otro rubio queriendo golpearlo.

Momo por lo tanto lo mira sorprendido y muy feliz al escuchar eso. Junta sus manos con una enorme sonrisa.

- ¿En serio? Me alegro muchísimo, ¿saldrán hoy? ¿Puedo ayudarles en algo?

- Iban a salir hoy pero Uraraka le mintió diciendo que tenía una pijamada con ustedes.

- ¡¿Puedes callar esa maldita boca idiota?! -le grita enfurecido.

La muchacha pone pose pensativa extrañada.

- Seguramente te mintió porque no quería que te enteres que está en su regla.

- ¿Huh? ¿Regla?

- Si, hace rato fui a verla y tenía una cara de sufrimiento y decía que no tenía más sus píldoras para el dolor, seguramente agonizara toda la tarde y por eso buscaba algún té medicinal.

Bakugou frunce su ceño enojado al ser engañado y que la castaña tenga vergüenza por decirle algo tan natural qué pasa entre las mujeres. Tsk. Tonta.

- No hagas nada, yo iré a comprarle sus cosas.

Sero y Kaminari intercambian miradas un poco sorprendido ante tal atención del chico explosivo.

- ¿Sabes que le compraras?

Se queda en silencio.

- Té haré una lista de lo que una chica necesita en días así.

Tsk.

- ¡Ustedes, ni se atrevan a darle ni una sola mordida a esa lasaña que los mato! -apunta a ambos que levantaban las manos.

- No te preocupes Kacchan, cuidaremos de tu comida. -levanta el pulgar.

- Cuida mi comida de Denki. -le pide a Sero.

- Prometo tratar de retenerlo.

- ¡Y trata de no hablar de más idiota!

Momo le entrega un papel con un listado variado.

- Aquí tienes, procura no comprar otras cosas o confundirte.

Bakugou se marcha de la cocina y también de la academia en si sin despedirse de nadie. Mientras camina por la acerca se dedica a leer con más detenimiento aquella lista.

- ¿Chocolate? ¿Chocolate para que?

Elevaba una ceja confundido. No era ajeno ante la situación de la menstruación y de lo doloroso que podía ser en algunas ocasiones pero no entendía en su totalidad. Suspira. Se golpea la frente. Se maldice.

- Te compraré todos los putos chocolates porque no tengo idea cual es tu favorito.

Llega al supermercado y se adentra entre las secciones femeninas pero no logra ubicarse.

- Buenas tardes, ¿puedo ayudarle en algo? -se le acerca una empleada con una sonrisa.

- No. -gruñe.

- ¿Está seguro? Es que lo veo perdido.

Bakugou lee la primera cosa en la lista: toallas intimas.

- Busco las toallas íntimas.

- Claro, ¿de qué quiere?

- ¿Huh?

- O sea, invisible, deportiva, nocturna, desodorante, diario...

- Quiero todas. -la interrumpe.

- Ammm... claro, por aquí por favor. -sonríe nerviosa.

Si, era muy notorio que Bakugou no sabía de la existencia de la diversidad de toallas y Momo no lo había especificado. Al llegar a la sección ve aún más las distintas marcas que había. Frunce su ceño enojado.

- Aquí puede obtenerlas toda, cualquier duda me la puede decir.

Tsk. Empieza a sacar gran variedad de toallas a la canasta que tenía leyendo una marca que otra procurando no repetir. Al terminar lee lo siguiente: píldoras para el dolor de la menstruación.

Maldita Momo que no especifica qué marca comprar. Se dirige a la parte de la farmacia acercándose a caja.

- Buenas tardes, ¿se le ofrece algo?

- Busco píldoras para el dolor de la menstruación. -así, sin saludar ni nada.

- ¿De qué marca quiere?

- ¿Cuáles tiene?

- Por el momento contamos con tres: una es para el dolor de cólicos y calma también el dolor de seno, la otra también ayuda a activar la energía y la tercera sirve al mismo tiempo como regulador.

- Quiero las tres.

- Por supuesto. -la señora desaparece entre los pasillos y luego vuelve con las píldoras en una pequeña bolsa- Aquí tiene, puede cancelar cuando vaya a la caja principal.

Bakugou las recibe y se aparta del lugar, estaba gastando bastante en todo esto pero era muy orgulloso y no le preguntaría a Uraraka cuál usaba. Abre la lista: chocolate.

- ¿Pero qué chocolate? Ugh,

Camina sin perder el tiempo pensando que en estos momentos la castaña debía seguir agonizando. Mira los estantes y empieza a sacar chocolate de distintas combinaciones y marcas hasta él sentir que fuese suficiente para ella, no quería que nada le faltase.

Abre la lista: helado.

Gruñe. Abre las neveras de vidrio del lugar y saca cinco botes de un kilo de helado cada uno de diferente sabores.

Abre la lista: frituras.

Bueno, era lo último que faltaba y podía irse. Las frituras no serían la excepción y Bakugou con el ceño fruncido mete a la canasta una buena cantidad de esta. Tsk. Maldita cara redonda. Camina hasta la caja y paga todo llevándose la mirada de sorpresa de la chica que lo estaba atendiendo.

- Tu novia es muy afortunada por tenerte, muy pocos hombres hacen estos detalles.

El rubio sonríe sutilmente ante el comentario. Mi novia. Hasta llega a sonar muy lindo.

- Yo soy el afortunado.

Agarra las bolsas y se marcha tratando de no cuestionarse ni mucho menos reconocer que estaba haciendo todo eso por ella y solamente por ella.

Si, estoy rendido a sus pies.

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