Día 2: Juego Previo
Y sigue la salvajada xD ok, ok, no xd.
Advertencia: contiene lime, no lemon, porque...bueno, esto me pareció mucho más interesante y que quedaba mejor. También tiene un bello dibujo de Oni.
Prompt: juego previo (me aproveché que todo lo anterior al lemon se puede considerar juego previo jaja)
Que se diviertan
Día 2: Juego previo
Varios días después de su encuentro con Tomioka, la joven mariposa seguía sin verlo y eso, extrañamente, le causaba un poco de ansiedad. Antes nunca se había preocupado por el tiempo que pasaba sin verse con el resto de sus colegas, es más, muchas veces pasaban meses antes de toparse con alguno. Sin embargo, desde que tuvo ese encuentro educativo con el Hashira del Agua, no pudo dejar de pensar en él y en las múltiples sensaciones que la habían azotado ese día.
Y una parte de ella entendía a las esposas de Uzui y la otra parte quería seguir investigando, pero la parte racional le decía que Tomioka no se volvería a prestar para sus juegos y ella no quería que otro la tocara. Kochô había descubierto varias cosas en el corto tiempo en que Tomioka había estado ausente.
La primera de ellas era que su líbido -palabra que había entendido después de todo lo sucedido en la sala de examinación- se había despertado y que la hacía sentir la necesidad de volver a revivir lo hecho con el Hashira del Agua, pero ella era una chica racional y madura, que no se dejaba manejar por sus emociones, por lo que había logrado controlar ese nuevo y molesto lado de ella. Al menos por el exterior, porque gran parte del tiempo su mente se encontraba rememorando su encuentro con el pelinegro y eso la terminaba frustrando.
Lo segundo era que el trabajo extra lograba evitar que su líbido se manifestara y que sus pensamientos se descarrilaran hacía Tomioka. Y shinobu dio gracias porque el trabajo existía y por poder acabar con sus necesidades primitivas al socabarlas en montañas de trabajo que comenzaban a preocupar al resto de las chicas de la finca, pero que para ella eran un maravilloso respiro de esos pensamientos indecorosos.
Y lo tercero era que, a pesar que los primeros días fueron los peores y que deseaba imbuirse en ese nuevo mundo recién descubierto, no quería hacerlo sin el hombre con el que lo había descubierto. Hubo un punto en que la necesidad había sido tan grande que pensó en dejarse llevar y caer en la intimidad con alguien más, pero por más que veía muchos varones de la organización al día, ninguno le producía ganas de dejar que la tocara. Ni siquiera otro de sus colegas Hashiras, porque en ese tiempo Obanai, Shinazugawa y Uzui la habían visitado sin que sintiera siquiera curiosidad por ellos y esto era lo peor: estar en un bucle entre sus necesidades más animales, el control ejercido por el trabajo y las nulas ganas de probar aquello con alguien diferente al actual Pilar del Agua.
Suspiró, nuevamente pensando en que Tomioka no volvería a aceptar investigar este nuevo mundo con ella, por lo que siguió su camino hacia la residencia del ex Pilar del Sonido, dispuesta a inundar sus bajas pasiones con la revisión médica del shinobi y sus escandalosas esposas. Sólo rogaba que ellas no salieran con nuevas charlas disparatadas.
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Shinobu se arrepintió de pisar la residencia de Uzui apenas se vio rodeada por las tres kunoichis que la arrastraron al interior sin dejar de parlotear entre ellas. La Hashira revisó rápidamente a su ex colega y a sus esposas, pero cuando quiso irse, no la dejaron marchar.
― Debes probar las aguas termales ― comentó Makio mientras la jalaba hacia el interior y ella quiso detenerla, pero Suma la empujaba desde la espalda.
― Tengen-sama está ocupado con uno de ustedes, luego se nos unirá ― dijo alegremente la menor de las esposas y Kochô decidió que ella no estaría presente en ese momento, no vaya a ser que una de esas mujeres saliera con alguna idea disparatada como convertirla en una de las esposas de Uzui...
― ¡Eso es! ― chilló Suma y Makio se detuvo para voltear a observarla con la duda grabada en su bello rostro ― Shinobu-chan podría ser la cuarta esposa de Tengen-sama, así descubriría lo que es un orgasmo ― comentó, como si del clima se tratara y la mariposa apretó sus labios en una sonrisa tensa. No podía creer que, efectivamente, se les ocurriera tal disparate.
― Para eso debes considerar los deseos de Shinobu-san y Tengen-sama ― dijo Hinatsuru, como si hubiera algo que ella necesitara considerar.
― ¿Lo harás, Shinobu-chan? así podrías vivir con nosotras ― insistió Suma y una venita se inflamó en la frente de la Hashira.
― No lo haré ― zanjó, con una sonrisa falsa en sus labios. Necesitaba irse de ese lugar.
― ¡No! ― chilló la pelinegra, alargando su grito y lloriqueando mientras la abrazaba y la joven del broche de mariposa recordó que debía mantener la calma ―. Sé una de nosotras, Shinobu-chan, será divertido ― pidió la kunoichi y Shinobu agradeció que Makio la alejara de ella tras jalarla del cuello de su ropa.
― Shinobu-san dijo que no, respeta su decisión ― exigió la kunoichi y la mariposa pudo respirar en paz.
― ¿Kochô?. ― La llamó una voz masculina que ella conocía demasiado bien ―. ¿Qué haces aquí?. ― Shinobu se volteó hacia la persona que lo llamaba y, tras encontrarse con Tomioka junto a Uzui, sonrió sinceramente mientras su corazón se saltaba un latido.
― Vine a revisar las heridas de Uzui-san y sus esposas ― contestó, mientras se acercaba al inexpresivo Pilar del Agua ―, pero ya he terminado... ¿Y tú, Tomioka-san~? No es habitual verte por aquí.
― Necesitaba consultar un asunto con Uzui, me encontré un demonio extraño en mi última misión ― aclaró y Tengen se extrañó de que él diera tantas explicaciones, pero más lo descolocó ver que se acercaba a la Pilar del Insecto mientras ella también iba a su encuentro. El ex Pilar del Sonido frunció su ceño, curioso por la vibra que le daban esos dos.
―Ya he terminado ― afirmó la joven de mechones morados, deteniéndose a dos pasos del pelinegro ―. Ahora iba a comer ¿vienes, Tomioka-san?― invitó, sin pensar, sólo quería salir de ahí y hablar con él.
Giyuu clavó sus ojos azules en el rostro de ella y asintió. Se había tenido que obligar a detenerse antes de depositar un beso en la frente de la chica; luego de terminar su misión, su mente no había dejado de pensar en ella y había estado debatiéndose entre ir a verla o dejar las cosas así. Al fin y al cabo no creía que ella quisiera repetir lo de su último encuentro.
― Entonces, vamos, realmente muero de hambre― dijo la joven, antes de enganchar su brazo con el del Pilar y mirar a los anfitriones ―. Nos vemos, en otra ocasión hablamos.
La kunoichi más joven iba a protestar, pero las otras dos la tomaron para que se callara. Los cuatro vieron alejarse a los Hashiras, mientras Kochô hablaba animadamente con Tomioka, quien se limitaba a mirarla y asentir de vez en cuando.
― Tengen-sama ― llamó Hinatsuru, sonriendo, y Uzui clavó sus ojos fucsia en ella ―. ¿Ellos...? ― consultó y el shinobi volteó a ver la espalda lejana de sus ex colegas.
― No lo sé...― concluyó, tomando su barbilla con su única mano, decidiendo que esos dos juntos eran una pareja extravagante. Y, por ello, lo aprobaba.
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Shinobu compró unos dulces de chocolate, mientras que Giyuu se decantó por los de fruta. Ambos Pilares siguieron su camino juntos mientras degustaban sus dulces. Entonces Tomioka observó de reojo a la joven, quien hacía ruiditos de satisfacción mientras el chocolate se derretía en su boca, inundándola, y a él eso le recordó a su último encuentro con la Hashira.
Shinobu no solía comer cosas dulces, pero el chocolate de aquella tienda le encantaba, sobre todo porque el bombón que había elegido tenía fresa en su interior y la combinación la hacía volar hasta las nubes. Giyuu la vio cerrar sus ojos y llevar su mano libre a su mejilla, mientras su boca volvía a emitir esos soniditos de placer tan sugerentes y la incomodidad lo inundó. Todo porque su memoria sonora más los recuerdos de su colega en otras circunstancias en que había emitido ruidos similares, hicieron que su cuerpo se tensara y una corriente eléctrica se materializara hasta su ingle.
Tomioka volteó su rostro al frente y se llevó uno de sus dulces a la boca, en un intento desesperado por distraer a su mente de tal asunto, pero Kochô parecía la encarnación del pecado y su mayor problema en ese momento. Y cómo no lo iba a ser si era una mujer venenosa y él siempre lo había sabido.
― Ara, ara~ Tomioka-san. ― La escuchó decir antes de que le cortara el paso, poniéndose frente a él ―. Nunca aprenderás a comer. ― Le dijo, mientras chupaba la yema de su pulgar para luego pasarla por la comisura de su boca, limpiando un poco del merengue de su dulce. Y nada hubiera sido tan terrible si ella no hubiera introducido ese dedo en su boca, para luego emitir otro de esos soniditos placenteros que tanto lo perturbaban ―. ¡Delicioso! ― exclamó Kochô, cerrando sus ojos y Giyuu volvió a tener una de esas inapropiadas descargas eléctricas―. Tienes buen gusto para las cosas dulces, Tomioka-san.
Y tras ello, se dio vuelta y siguió caminando como si nada. Mientras el pelinegro fruncía su boca y respiraba lentamente, en un intento por controlarse al tiempo que la seguía. Pero ella siempre había sido problemática para él y lo volvió a comprobar cuando la vio llevarse un nuevo dulce a su boca y morder su labio inferior mientras otro ronroneo suave era emitido por su garganta.
Y Giyuu decidió que había tenido suficiente, por lo que cuando ella volvió a introducir en su boca otro de los chocolates, decidió actuar.
― Kochô ― llamó, captando la atención de la menor, quien se giró hacia su voz y el Pilar del Agua aprovechó para alcanzar sus labios mientras una de sus manos sujetaba la nuca de la Hashira.
Shinobu se sorprendió tanto de la iniciativa pública de él que no atinó a nada más que darle paso al interior de su boca, momento que el pelinegro aprovechó para juguetear con la lengua de ella y el chocolate que seguía en su boca. Shinobu se dejó llevar por el beso invasivo sin darse cuenta que los movimientos de la lengua masculina habían robado su preciado dulce.
Giyuu se alejó repentinamente de la Hashira, quien abrió los ojos, desconcertada, y lo vio mordisquear algo dentro de su boca. Los ojos azules estaban perdidos en el cielo mientras degustaba el chocolate robado y, tras hacerlo bajar por su garganta, miró a su sorprendida colega y sonrió tenuemente.
― Si está delicioso, también tienes buen gusto, Kochô ― afirmó, ampliando levemente las comisuras de su sonrisa y Shinobu entendió que él le había robado su dulce y su respiración se elevó, porque lo que más le había gustado a ella, había sido su sorpresiva arremetida contra su boca.
Giyuu vio enrojecer el rostro sorprendido de la joven y supo que ella se vengaría por su descaro, pero no le importaba, ahora ella podría entender un poco el cómo lo hacía sentir y, tal vez, comprendería que lo mejor era no emitir esos sonidos perturbadores en medio de la calle. Sin embargo, Shinobu no sabía que todo había iniciado por sus suspiros deleitados y cuando Giyuu se lo explicara en el futuro, ya sería demasiado tarde para ellos dos, porque acababan de comprobar que el otro deseaba seguir investigando aquel mundo en el que habían entrado juntos.
Y las orejas rojas de Kochô lo enternecieron de una forma que pensaba olvidada y su entrecejo fruncido le hizo saber que la venganza de ella estaba próxima, pero seguía sin arrepentirse de haberle robado el chocolate de esa forma.
Shinobu vio hacia su alrededor y reconoció el lugar, estaban cerca de la residencia de Tomioka, por lo que no dudó en jalarlo de la manga del haori y correr hacía el lugar. Giyuu se sorprendió, pero se dejó hacer y trotó tras la Hashira, sin extrañarse que ella supiera la dirección de su hogar. Al final, ella mantenía una ficha médica de todos.
Kochô se detuvo fuera de la entrada de la residencia y volteó hacia el pelinegro, extendiendo su mano, pidiendo silenciosamente las llaves del lugar. Giyuu comprendió el mensaje, pero le parecía divertido verla de esa forma, por lo que decidió jugar con la paciencia de la joven.
Clavó sus ojos azules en los morados de ella y ladeó su cabeza, dando la impresión de no comprenderla. Shinobu infló sus mofletes y movió su brazo extendido, enfatizando su petición y el Pilar frunció su ceño, en un gesto de incomprensión que la hizo chillar levemente.
― To-mio-ka-san~― llamó con un tono falsamente dulce y Giyuu supo que esa mujer no sabía el significado de paciencia ―. Las llaves ― pidió Kochô y Tomioka decidió jugarse el cuello con tal de aprovechar la ventaja que tenía en ese momento.
El que muestra sus intenciones, era el primero en perder y Kochô ya había salido del juego. Se inclinó hacia la Hashira y acarició su mejilla con su nariz antes de dirigirse a su oreja.
― ¿Por qué tanta prisa? ― susurró en su oído y un escalofrío bajó por la columna vertebral de la joven, haciéndola morder su labio inferior para retener el jadeo que quería escapar de su boca, pero él volvió a acariciar su mejilla con la punta de su nariz mientras descendía hacia su cuello y todo su muy preciado autocontrol se fue al carajo.
― Tomioka-san~ ― jadeó, a modo de súplica y él se alzó para admirarla. Los ojos de Kochô estaban muy brillantes, sus mejillas coloradas y verla succionar su propio labio le hizo comprender que la necesidad de ella competía con la suya propia.
Giyuu vio hacia ambos lados de la calle y, tras comprobar que estaban solos, tomó a la Hashira hasta posarla en su hombro y saltó el muro que lo separaba con el interior de su hogar. Buscar sus llaves sería demasiado tedioso.
Kochô chilló ante el inesperado movimiento de él, pero cuando el pelinegro aterrizó y la deslizó por su torso para bajarla, ella enganchó sus piernas en su cintura y Giyuu tuvo la seguridad de que las cosas con Shinobu ya no tenían vuelta atrás.
La sonrisa de ella se volvió traviesa cuando enterró sus manos entre sus mechones y cortó la banda elástica que sujetaba sus cabellos.
― GIyuu-san ~, quiero ver tu pelo suelto ― dijo, sin llegar a admitir que le gustaba verlo así y el Pilar del Agua descubrió que su nombre, dicho de forma cadenciosa por la melodiosa voz de esa venenosa mujer podía hacer que todo su cuerpo vibrara en anticipación y se preguntó si él podría algún día provocar lo mismo en ella.
― Yo también ― contestó con voz ronca, mientras retiraba el adorno de mariposa de ella con su mano hábil -al tiempo que la otra la sostenía desde la espalda-, provocando que su pelo cayera -en cascada- sobre sus hombros ―, Shinobu. ―Se atrevió a llamarla y la aludida descubrió que el tono de voz ronco de Tomioka, tan distinto a su habitual tonalidad calmada, hacía que su centro se contrajera en anticipación de algo que aún desconocía.
Giyuu avanzó, con la joven enredada sobre su cuerpo, por el patio, hasta dar con la puerta interior de su hogar, consciente de que no estaba cerrada, mientras Kochô no dejaba de besar su cuello. Y Tomioka tuvo que hacer un esfuerzo por resistirse a la tentación. Y Shinobu comprendió que todo lo que había pasado desde que él robara su dulce, era parte de un juego previo que había resultado mucho más excitante de lo que cualquiera podría imaginar.
Y lo que hicieran a puertas cerradas, en la solitaria habitación del actual Pilar del agua, sólo lo sabrían ellos y las paredes de esa residencia que -desde entonces- se convertirían en su refugio.
Porque lo que había comenzado como una curiosa investigación, se acababa de convertir en una peligrosa adicción.
Espero saber que les parece este cap, me cuesta esto del NSFW, pero con Oni hacemos lo que podemos. BTW, ella hizo este hermoso dibujo en tiempo record ejjejej
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