OO4; Curiosidad.
❝CURIOSIDAD❞
Jihyun golpeaba la bolsa de boxeo sintiendo su sangre hervir. Llevaba su cabello atado, una camiseta negra que dejaba ver sus brazos completamente tatuados, pantalón y zapatillas del mismo color.
Sus manos estaban vendadas y el sudor caía por su frente, mientras los recuerdos comenzaban a torturarlo queriendo provocar que perdiera los estribos.
El de cabello rizado observaba a la rubia, que miraba el atardecer desde la colina donde estaban haciendo un pequeño picnic, lo cual fue idea de Jihyun. Pues, quería alejarse de la ciudad con ella, por lo que cuando salieron de la Universidad, la hizo subirse a su coche sin responder sus preguntas. Eso provocó que se molestara un poco más con él, pero no le importó porque cuando vio la sorpresa y la sonrisa en su rostro, no pudo evitar sonreír también.
Se acercó de manera lenta a ella que estaba sentada en frente, en la manta, y pasó los brazos por su cintura.
-¿Aún sigues molesta, mi amor? -preguntó divertido a la vez que apoyaba la barbilla en su hombro, sintiendo cómo se tensaba.
-¿Debería estarlo, Jihyun? -cuestionó alzando una ceja. Este suspiró, por lo que ella volteó a verlo cuando él volvió a alejarse-. Te hice una pregunta.
-Te escuché -aclaró conectando sus miradas-. Yurim no entendía algo y me ofrecí a ayudarla.
-¿Piensas que voy a creerte?
-¿Por qué te mentiría?
-Oh, claro. La ayudabas mientras reían, y parecían no conocer el espacio personal. No me tomes por estúpida, no lo soy para nada -espetó apartando su mano, lo que hizo que este también se molestara.
Cuando la clase acabó, el de cabello rizado había tomado sus pertenencias para marcharse, ya que se encontraba agotado luego de las dos horas donde escuchó atentamente al profesor, pero al escuchar una voz femenina a sus espaldas, volteó encontrándose con Yurim. Era demasiado tímida, por lo que titubeó al pedirle ayuda y su rostro enrojeció al escucharlo reír.
Siempre se le había hecho alguien agradable, pues habían cruzado alguna que otra palabra, motivo por el cual decidió aceptar ayudarla con Análisis Matemático.
Decidieron ir a la biblioteca, donde comenzó a explicarle sin problema alguno mientras ella lo escuchaba atentamente, tratando de entender.
Cuando intentó resolver algunos ejercicios, los cuales algunos estuvieron bien y otros volvió a explicarle, no pudieron evitar bromear y reír, notando rápidamente que tenían una buena conexión.
Jihyun creía que quizás podría ser el comienzo de una buena amistad, olvidando por completo el hecho de que Haesun era demasiado celosa. Al salir y notar cómo ella lo ignoraba, rápidamente, supo que había hecho mal.
Al escucharla sintió como se frustraba aún más, aunque estaba esforzándose para no perder la calma porque no quería para nada tener otra discusión al ser demasiado explosivo, al igual que ella.
-Sé perfectamente que no eres una estúpida, y por eso no puedo creer que digas algo como ésto -habló frustrado, echando su cabello hacia atrás, dejando notar sus costados rapados-. El hecho de que haya reído con ella, no significa absolutamente nada.
-He visto como la mirabas mientras la "ayudabas".
-¡¿Estás acaso escuchándote?! ¡¿Cómo puedes decir una estupidez así, Haesun?! -alzó la voz molesto, provocando que ella se sobresaltara-. ¡Deja los malditos celos de lado y reacciona!
-Jihyun...
-Está bien. Lo sé -la tomó de la barbilla conectando sus miradas, notando el arrepentimiento en sus orbes oscuros-. Yo también siento esos mismos celos cuando otro hombre se acerca a ti.
-¿En serio? -preguntó intentando reprimir la sonrisa.
-¿Acaso no lo he demostrado, Haesun? -alzó una ceja.
-Pero quiero saber si lo eres tanto como yo.
-Lo soy y puede que más.
-¿Por qué lo dices?
-Porque me siento reventar cuando algún otro hombre se te acerca...hasta me sentí así cuando mi padre se acercó a hablarte ayer -confesó en casi un murmuro inaudible, observando detenidamente cada centímetro de su rostro mientras acariciaba su mejilla de manera delicada-. Traté de controlarme lo más que pude, pero terminé alejándote de él.
-Hablas de tu padre.
-Por esa misma razón. Siento que puede llegar a desearte, y no permitiré que nadie te aparte de mi lado, ni siquiera mi mismo padre -aclaró bajando la mirada a sus labios carnosos.
-Estás muy mal, Jihyun -dijo en un murmuro casi inaudible con la respiración pesada.
-Te encanta que lo esté, Haesun.
Esta sonrió por un momento, y sin poder soportarlo más, juntó sus labios siendo rápidamente correspondido.
Todo en ella volvía loco a Jihyun, principalmente, la forma en la que se burlaba de la vida, su seguridad, sus orbes oscuros y brillantes donde podía notar sus malas intenciones en todo momento, la forma en que sonreía, sus besos y su cuerpo. Sabía perfectamente que Jang Haesun era su perdición, pero no le importaba en lo absoluto, porque sentía que no era capaz de vivir sin ella.
-¡Jihyun!
Al escuchar ese grito masculino, dejó de golpear la bolsa de boxeo, y agitado sintiendo su corazón golpear con fuerza, volteó a ver a Jinho.
Este tenía sus gafas puestas, su cabello liso algo largo dividido. Estaba descalzo, llevaba un pantalón gris, camiseta azul, enseñando el tatuaje que llevaba en su brazo, que al igual que sus hermanos tenía tres cuervos.
-¿Qué haces despierto? Es de madrugada -habló con algo de dificultad al estar agitado, y tomó la botella de agua que estaba en el suelo.
-¿Tú qué haces despierto y entrenando? Deberías esta durmiendo.
-No es sorpresa que no pueda dormir, ¿no crees?
-No estás tomando las pastillas, ¿cierto? -inquirió frustrado mientras lo observaba beber-. ¿Por qué no lo estás haciendo?
-Porque es pura mierda. No quiero hablar de eso, así que vete a seguir leyendo, pintando, o duerme de una vez. Ya te pareces a mí con esas ojeras -rodó los ojos.
-¿Y Jimin?
-¿Tú qué crees?
-No me digas que se atrevió...
-Había quedado en presentarse en el Bar Friday, no iba a faltar.
-¡Pero hace apenas unas horas discutió con papá! ¡¿Acaso quiere convencerlo más de que no tiene que ayudarlo?! -preguntó alterado-. Cuando papá note...
-¿En verdad eres tan idiota como para creer que él está aquí? -preguntó cínico.
-¿Dónde está papá?
-No lo sé. Debe haberse ido con alguna de sus tantas zorras -se encogió de hombros restándole importancia, para luego volver a golpear la bolsa, tratando de concentrarse.
-Ya hablas como Jimin -murmuró disgustado, provocando que este volteara a verlo, alzando una ceja.
-Sólo están con él para sacarle dinero y lo logran.
-Jimin salió a él.
-Es broma, ¿cierto? -soltó una risa amarga-. Jimin no es idiota como para comprarle un carro a alguna, ni siquiera sería capaz de comprarles unas malditas bragas. Papá es un idiota.
-No hables así de él. Si no fuera por nuestro padre, nosotros...
-¡Si vas a defenderlo, vete! -gritó molesto y apuntó la puerta, por lo que Jinho se sobresaltó-. No estoy para escuchar tus mierdas sobre cómo todos merecen respeto, sólo por haber tenido una puta buena acción alguna vez.
-Jihyun...
-Vete a dormir o a lo que sea, pero déjame sólo.
-No creo que...
-Quiero estar solo, Jinho -recalcó entre dientes, tomando la bolsa con ambas manos, tratando de mantener la calma.
-Está bien -murmuró dándose por vencido, para luego empezar a caminar hacia la puerta.
Jihyun no podía creerse cómo luego de todo lo sucedido, Jinho era capaz de defender a su padre. Quizás este tenía mucho rencor por dentro y veía a todos como los malos de la historia. O quizás Jinho se cegaba buscando los momentos buenos porque era incapaz de aceptar una realidad que sólo lo destrozaría más.
Jimin estaba cantando I Don't Need Your Name de Rosenfeld, mientras tocaba la guitarra eléctrica. Taehyung tocaba el teclado, acompañándolo por momentos en la canción, Hoseok tocaba la batería, y Taemin -amigo de Hoseok-, tocaba el bajo. En los labios de Hoseok por momentos se dibujaba una gran sonrisa al ver cómo el público los acompañaba, y su cabello algo largo y ondulado se movía al compás de su cabeza.
El de piercings no podía evitar en esos momentos echar de menos a Jihyun, que era el vocalista antes y tocaba el bajo, pero sabía que debía hacer esos recuerdos a un lado y aprovechar que gritaran más que nada por él. Amaba tener siempre la atención de las personas, no podía negarlo.
Pues, la mayoría lo reconocía por ser uno de los trillizos Park, hijo del empresario de bienes y servicios, pero otras personas lo reconocía más que nada por su mala fama, y por la banda que tenía con sus amigos.
Hyesoo estaba observándolo boquiabierta, por la distancia en que estaba y al tener la cabeza un poco gacha al estar concentrado en tocar la guitarra, podía divisar muy poco su rostro. Eso le trajo el recuerdo de hacía varios días, donde al salir a tirar la basura, un joven encapuchado no dejó de mirarla, hasta que se estremeció y decidió volver a entrar.
¿Acaso era él? No podía dejar de preguntárselo, aunque cuando lo vio frente a la cafetería se le hizo demasiado intimidante, hasta le dio algo de miedo, por lo que decidió entrar rápidamente. En cambio, ahora verlo en el escenario, sin camiseta y algo sudado, sólo se le hacía jodidamente caliente.
-¡Hyesoo!
Esta al escuchar esa voz masculina tan cerca, se sobresaltó y giró a ver a Jungkook, que observó el escenario y nuevamente a ella con el semblante serio. La fémina bajó la mirada por un momento, sintiéndose estúpida por la manera en que la atrapó el joven de la guitarra.
-¡Esperamos que hayan disfrutado de nosotros! ¡Nos volveremos a ver muy pronto!
Hyesoo al escuchar esa voz se sorprendió, girando rápidamente a ver si era aquel pelinegro que había hablado. Pues, su voz era distinta al cantar, pero al ver que era el de cabello rizado que tocaba el teclado, mientras que los otros dos hacían una reverencia, para luego salir por la parte trasera, se decepcionó.
-¿Te gusta?
-¿D-De qué hablas? -giró su cabeza para volver a ver a Jungkook.
-Me refiero a que si te gusta cómo canta él -aclaró con tranquilidad, antes de darle un sorbo a su bebida.
-Oh, nunca lo había escuchado cantar.
-¿Hablas en serio? -preguntó sorprendido y ella asintió-. Pues, Jimin canta bien, pero en lo personal prefiero a Jihyun.
-¡¿Qué cosas dices?! ¡Estás sordo, Jungkook! -intervino indignada, Dahae-. JM es todo un mojabragas hasta con su voz. Jihyun es sexy, sí, pero Jimin...
-¿De qué hablan? ¿Quién es Jihyun?
-¡¿No conoces a los trillizos Park?! ¡¿Acaso no vas a la Universidad de Seúl?! -preguntó Dahae, mientras Jungkook la miraba sorprendido.
-Empezaré este lunes, ¿por qué?
-Si tienes suerte, jamás te cruces en el camino de ellos-aconsejó el rubio.
-¿Qué? ¿Debo asustarme? -preguntó burlona.
-Jang Haesun tuvo la mala suerte de salir con uno de ellos, y simplemente, un día desapareció.
-Es broma, ¿cierto?
-No lo es. Hay quienes dicen que el hermano que salía con ella, la mató, y su padre, el gran empresario Park, pagó para que eso no saliera a la luz -comentó observando su vaso.
-¡Tonterías! -exclamó Dahae, y chasqueó la lengua-. Ella estaba loca y él aún así la amaba demasiado. Haesun, simplemente, se fue.
-¿Cómo puedes asegurar eso?
-¿Y tú cómo puedes asegurar que está muerta? ¡Nunca dijeron nada sobre algún cuerpo!
-¡Porque su padre les cubre todo! -respondió histérico, pero luego suspiró para volver su atención a Hyesoo-. En verdad, trata de mantenerte alejada de ellos.
Hyesoo tenía el ceño fruncido, tratando de asimilar todo lo que habían dicho acerca de ellos. Sabía del gran empresario Park, y que tenía trillizos, pero jamás se esperó que aquel joven que cantaba y tocaba la guitarra eléctrica, fuese uno de ellos. No lo veía exactamente con la fachada de ser hijo de uno de los grandes empresarios reconocido en varios países.
Como tampoco se esperó que los relacionaran con un asesinato, pues hacía apenas unos meses que se había mudado a Seúl, así que no sabía demasiado de aquellas familias privilegiadas y no era algo que le importara.
Al sentir los orbes mieles de Jungkook sobre ella, también lo miró, notando algo de preocupación en él, lo cual la confundía.
-Ya, no importa. ¡Vamos a bailar! -exclamó Dahae, colocándose en medio de ellos para tomarlos del brazo.
Antes de aceptar, Hyesoo y Jungkook terminaron su bebida, observando a Dahae bailando sola, sin vergüenza alguna, lo cual hizo reír al rubio que por momentos le aplaudía animándola más.
Una vez que terminaron sus bebidas se acercaron a la pista de baile, donde se encontraban la mayoría de personas, lo que hizo que Hyesoo hiciera una mueca de disgusto.
Trató de dejar la vergüenza y la incomodidad de lado, para así bailar como sus compañeros que parecían divertirse, como también tratar de animarla, pero sentía que por momentos le faltaba el aire al estar rodeada de personas.
Deseaba más que nada irse, pero al girar vio a aquellos jóvenes que pertenecían a la banda, lo cual llamó su atención, provocando que volviera a pensar en lo que le habían dicho acerca de los trillizos. Los veía bailar, beber, conversar y reír entre ellos, por lo que se preguntaba si ellos también sabían sobre lo que realmente sucedió con aquella chica, porque se notaba demasiado la confianza entre ellos.
Se supone que entre mejores amigos se guardan secretos, hasta los que convienen guardarse para uno mismo.
Hyesoo pensaba eso y su curiosidad crecía con cada segundo, más al ver como Jimin -que ya se había colocado la camiseta negra-, se acercaba a hablarle al oído, y Hoseok de manera discreta le daba algo en la mano.
Quizás si no les prestaba tanta atención, no hubiese notado lo que llevaba este, pero no podía quitarles la mirada de encima. Era demasiado curiosa, más que nada ahora que sabía lo que decían acerca de los trillizos Park.
-¡Hey! -aquella voz la hizo reaccionar y que mirara a Jungkook-. ¿Está todo bien?
-Claro.
-Está bien. Iré al baño, ¿sí?
Hyesoo asintió sin darle importancia, aunque no quería quedarse a solas con Dahae, la cual al ver que el rubio se alejaba, lo tomó del brazo impidiéndoselo.
-¡¿A dónde vas?!
-Iré al baño. Ya vuelvo.
-Oh, yo también quiero ir. Bebí demasiado -comentó riendo.
-Pero, Hyesoo...
-No te molesta quedarte sola, ¿verdad?
-No, está bien. Tienen que ir -contestó tranquilamente.
Esta vez algo dudoso comenzó a dirigirse hacia el baño junto a Dahae, mientras que Hyesoo, rápidamente volvía la mirada a donde antes, pero al ya no verlos, observó a sus lados tratando de encontrarlos.
Siguió buscando, pero esta vez no sólo con la mirada, sino que se atrevió a pasar entre las personas, hasta que logró ver al baterista, pero estaba solo y eso la desconcertó.
Este al verla pudo notar la curiosidad en sus orbes, y ella la manera en que las comisuras de sus labios se elevaban en una pequeña sonrisa.
-¿Me estabas buscando, linda? -preguntó curioso.
Hyesoo sintió estremecerse y cómo los nervios se volvían parte de ella al darse cuenta de que fue demasiado obvia, por lo que no sabía qué decir, aunque sí tenía un interés en este.
Tragó con dificultad y asintió con la cabeza, pero al darse cuenta que no estaba actuando de una manera que logrará llamar su atención, cerró con fuerza los ojos por un momento, pellizcándose el brazo de manera discreta para que este no lo notara.
-¿Te molestaría si digo que sí? -preguntó dando un paso hacia adelante, notando como la sonrisa de este se ensanchaban.
-Claro que no -respondió mirándola de pies a cabeza sin siquiera disimular un poco, lo que provocó que ella se tensara al sentir sus inseguridades atacarla-. ¿Y por qué estabas buscándome?
-Te vi en el escenario y... tu manera de tocar la batería...
-Oh, estas manos hacen un trabajo grandioso cuando de tocar se trata -dijo con un toque de picardía, lo cual la sorprendió, y este al notarlo soltó una risilla-. ¿Cómo es tu nombre, linda?
-Hyesoo.
-Lindo nombre. Yo soy Hoseok, pero seguro eso lo sabías, ¿cierto?
-Claro que sí -mintió rápidamente.
-¿Y qué te gustaría hacer? Quizás... ¿Bailar? -preguntó llevando las manos a su cintura para acercarla a él, juntando sus frentes.
Hyesoo se sorprendió, pero trató de disimularlo observando cómo volvía a sonreír, apegándola más, provocando que jadeara. No iba a negar que se le hacía atractivo, pero no quería lo mismo que él, al contrario, lo que le interesaba era otra cosa, por lo que decidió jugar un poco para conseguirlo.
-¿Prefieres bailar o ir a un lugar dónde estemos a solas, linda? -mordió su labio inferior por un momento, mientras se movía un poco al compás de la música.
-Podríamos irnos a otro lugar, pero quiero algo a cambio antes -aclaró rozando sus narices, notando cómo este sentía ganas de juntar sus labios, pero al escucharla alzó ambas cejas.
-Ah, ¿en verdad? -soltó una risilla-. Eso suena interesante. ¿Qué es lo que quieres?
-Lo que tienes en el bolsillo de tu chaqueta -respondió con una falsa sonrisa.
-Oh...-miró a sus lados por unos segundos tensándose, para luego volver a ver sus orbes-. Si lo quieres, tienes que pagar.
-Ya te he dicho cómo lo pagaría.
-Bien... De todos modos, me interesa.
-¿Entonces...?
-Primero tienes que pagar -respondió alzando una ceja, observando su cuerpo mientras pasaba las manos por su cintura.
-No. Tú me das lo que me interesa, y luego iré contigo a dónde quieras.
Observó como este fruncía el ceño, desviando la mirada como si estuviese pensando, mientras ella mordía su labio inferior rogando que aceptara.
-Está bien -aceptó sorprendiéndola, llevando la mano al bolsillo de su chaqueta-. Pero no intentes jugar sucio, ¿está bien?
-Por supuesto.
Este tomó su mano de manera discreta, entregándole el paquete, notando como ella sonreía satisfecha.
-Ya vuelvo.
En cuanto quiso irse, Hoseok la tomó de la muñeca de manera brusca, haciendo que quedara frente a él y que jadeara por la sorpresa.
-Quiero una pequeña parte del pago por adelantado -mencionó tomándola de la barbilla.
Antes de que pudiera decir algo este estrelló sus labios en los de ella, tomándola por sorpresa y por más que quiso separarse, como también golpearlo, no lo hizo. Le correspondió por un momento, sintiendo como este pasaba la lengua por su labio inferior para pedirle acceso, pero no pudo soportarlo más y se separó bajando la mirada mientras llevaba un mechón de su cabello detrás de su oreja.
Sentía su estómago revuelto por los nervios, pues no quería hacerlo molestar, por lo que le sonrió.
-Prometo que no vas a arrepentirte -aseguró en su oído, para luego comenzar a caminar sintiendo su intensa mirada.
La joven apresuró su paso, chocando con algunas personas hasta que frente a ella se encontró con Jungkook, por lo que tragó con dificultad, empuñando con fuerza la mano en la que tenía el paquete.
-¿Dónde estabas? Con Dahae llevamos minutos buscándote.
-Oh, yo también estaba buscándolos.
-Ella está pidiendo más bebidas. Vamos -intentó tomarla de la mano, pero la fémina lo esquivó-. ¿Qué sucede?
-Yo... voy al baño -informó notando cómo este la miró no muy convencido-. Ya vuelvo.
-Está bien.
La fémina miró a su alrededor, sintiendo temor de que Hoseok la viera, por lo que apresuró el paso aún siendo observada por Jungkook que no le creía demasiado.
Al ver el letrero de Baños, entró rápidamente al de mujeres, casi chocando con dos jóvenes que salían riendo.
Observó el paquete en su mano, sintiendo como los latidos de su corazón se aceleraban por los nervios, aunque no había nadie más allí y podría hacerlo más tranquila. Tomó una bocanada de aire, repitiéndose que debía calmarse, pero cuando escuchó la puerta abrirse bruscamente, volteó rápidamente llevando la mano a su espalda.
En cuanto vio que se trataba de un joven, quiso decir algo al respecto, pero este la sorprendió llevando la mano a su cuello, estrellándola contra la pared, por lo que soltó un chillido.
Al ver su cabello oscuro, corto con unos pocos mechones que caían por su frente, cejas gruesas con un piercing, orbes oscuros, y labios gruesos, pequeños y rosados con un piercing en el inferior a su costado, supo rápidamente de quién se trataba.
Su respiración pesada chocaba contra sus labios, y podía notar que parecía molesto con ella, por lo que no pudo evitar estremecerse, mientras temblaba por el temor.
-Tienes algo que me pertenece, pequeña perra.
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