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CAPÍTULO SIETE

Eider.

—Sí, estoy embarazada — suspira — puede ser ridículo no haberte dicho esa simpleza, pero para mí no es para nada fácil. Cuando se lo dije a mis padres, temía que me golpearan o algo.

—Estás equivocada, Cecile, un embarazo no es una simpleza, no quiero que me lo digas así solo para que comprenda, entiendo que no hayas querido decirme desde el principio, porque primero tenías que aceptarlo tú antes de andar diciéndolo a los cuatro vientos — respiro, para calmarme un poco de lo alterada que me había puesto — y pensaba que tus padres eran más comprensivos.

Ella sonríe un poco — tienes razón Eider, gracias por entenderme — me abraza por unos segundos — sobre mis padres, son lo contrario, Eider. Ellos son víboras, critican a casi todo el mundo, a todos que no son perfectos para sus ojos — se acomoda — son homofóbicos, si tienes tatuajes te critican completamente, también si llevas piercings, debes ser educado siempre, aunque ellos u otra persona que esté te ofenda en algo o te sientas ofendido — Cecile se ríe, sin gracia — ah, ¿lo peor? como son unos adultos ejemplares, me obligaron a tener a este bebé, sin preguntarme si quiero abortar o no, claro, en vez de dejar decidir a la que estará sufriendo, mejor deciden ellos y que Cecile se joda.

—El padre, ¿dónde está el padre?

—Creo que es un rubio que conocí en una fiesta; se llama Rick.

—¿Cómo que crees?

—No es el único con el que he estado, pero concuerda con las fechas, sin embargo, no lo buscaré.

—Cecile, debes decirle, contáctalo.

—No, dije que no y no lo haré.

—¿Pero por qué no quieres hacerlo? no puedes tener un bebé sola sin decirle al padre. No sabes si se hará responsable.

—Eider, entiéndelo, no sé si él sea el padre, y aunque lo fuera, no voy a hablarle sobre un problema del cual no se hará cargo. Rick es un tipo de estos que solo andan en fiestas, bebiendo y quién sabe si hace otras cosas más. Esa noche hablamos horas y me di cuenta que solo piensa en él, en lo que quiere; yo solo quise divertirme ese día, pero aquí está mi consecuencia.

La abrazo, intentando consolarla, no soy buena en esto, pero intento dar lo mejor de mí y apoyarla en lo que pueda. No sé porqué siento, en el fondo, que también necesito consuelo.

—¿Cómo reaccionó Isandro?

—Nada mal, primero se quedó en shock, mirando mi barriga y luego mi cara, después lo que preguntó fue: ¿cómo se lo vamos a decir a nuestros padres?, me abrazó, me dio muchos besitos — se ríe — el estúpido hasta me cantó una canción infantil.

Me rio con ella — Isandro es la imagen de lo que no has podido tener en tus padres.

—Mm… Sí, es curioso que ellos sean tan estrictos y que sus hijos hayan crecido con otras mentalidades — se ríe — es como si fuera un castigo divino.

Duramos un par de horas hablando sobre el tema y contando anécdotas que hemos tenido juntas.

Cecile en una ocasión me dijo que tenía mucha hambre, la llevé a la cocina para que pudiera comer lo que quisiera, pero ella quería que le hiciera compañía comiendo, pero traté de convencerla de que no tenía hambre y de tanto hablar, pues me dejó tranquila, lo cual le agradecí para mis adentros.

Siento un tipo de apretón y dolor en mi estomago, pero no voy a preocuparme con eso, seguro son los efectos de que estoy quemando grasa poco a poco, y eso me hace muy feliz. Ya nadie podrá decirme que estoy gorda o que como demasiado.

Cecile se quedó conmigo durmiendo, porque no quería ir a su casa esa noche, pero al otro día cuando dieron las diez de la mañana, decidió irse, porque según ella quería ver a Isandro y compartir con él, ya que no tenía mucho tiempo para eso, por su momento de colapso.

Yo me vestí, para dar un paseo por el parque y despejar un poco la mente. Le dije a mi consentida si quería ir conmigo, pero solo me dijo que no era su ambiente y prefirió quedarse en la casa escuchando música de Selena Quintanilla.

Mientras camino, veo muchos perros distintos pasearse con sus amos, personas caminando deprisa tal vez porque tenían una emergencia o llegaban tarde al trabajo. Muchas personas tienen rutinas diferentes, sufrimientos diferentes y claro, secretos diferentes de igual modo.

Por el incidente de Tyler, tenemos aproximadamente cuatro días sin clases, porque quieren averiguar a fondo cómo pasó todo y si verdaderamente fue un suicidio, aunque, claro, obviamente fue un suicidio, porque solo a un loco se le ocurriría matar a una persona en plena escuela, con cientos de alumnos y profesores, además, Tyler era una persona muy tranquila, nunca hablaba con nadie, ni se metía con nadie, pendiente con sus estudios siempre, o bueno, eso es lo que recuerdo de él cuando llegamos a estudiar juntos.

Al llegar al parque, lo primero con lo que me enfrento son varios niños correteando por el lugar, con una energía espectacular.

«Desearía tener esa energía.»

Voy caminando para poder encontrar un banco tranquilo para sentarme.

En uno de los bancos visualizo a la señora Grace, la directora de la High School Smith; está fumando, algo que me sorprende un poco. Me acerco a ella, para poder saludarla.

—Señora Grace, que sorpresa encontrarla aquí.

Ella me mira confundida por un momento, pero luego sonríe.

—Eider, por favor, toma asiento conmigo — se echa a un lado.

«No se olvidó de mi nombre ».

Tomo asiento a su lado — Pensaba que estaría en la escuela.

—Oh no, no es necesaria mi presencia por ahora. Como la policía están haciendo sus investigaciones, quieren estar solos sin estorbos — le da una calada a su cigarrillo — oh, perdón, ¿te molesta que fume?

—No, no, no se preocupe por eso señora Grace.

—Llámame solo Judith, sin señora ni nada de eso — se ríe.

—Oh... Pues está bien, Judith.

Ella sonríe, le da una calada al cigarrillo nuevamente, mientras susurra: — ¿Cómo está tu madre?

Yo la miro confundida — ¿mi madre? ¿la conoces?

—¿Te acuerdas cuando te dije que mi hija se llama Eider? — voltea a verme.

—Sí, me acuerdo.

—Pues te contaré una pequeña historia — se carraspea la garganta — hace muchos años, una jovencita conoció a otra jovencita muy bella y espontánea. Las dos, empezaron a juntarse y charlar, hasta que decidieron tener una amistad, donde casi siempre estaban juntas, se apoyaban la una a la otra — sonríe levemente — sus nombres eran Elizabeth Jones y Judith Grace, se hacían llamar Las inseparables. Elizabeth se enamoró perdidamente de un joven guapo y espontáneo igual que ella, del cual quedó embarazada; la joven Judith estuvo al pendiente de ella siempre, apoyándola en lo que podía y un día, ellas hablando, tuvieron la idea de ponerles el mismo nombre a sus hijas, digo, si Judith tenía una niña. A Elizabeth le encantaba el nombre Eider y a Judith también.

«— Pasaron dos años, donde Judith quedó embarazada, sorprendentemente de una niña, lo cual la hizo muy feliz a ella. Elizabeth brincó de emoción, transmitiéndole la misma emoción a Judith; pero entonces Elizabeth decidió hacer un nuevo ambiente con su hija en brazos, un ambiente que no le recordara su pasado, donde Judith y ella perdieron contacto, pero Judith nunca la olvidó, ni la olvidará.

Siento mi corazón latir más rápido de lo normal y por más que intento, no logro articular palabra alguna, de lo sorprendida que estoy.

—No lo puedo creer...

—Te entiendo, es difícil creerlo, pero como dicen, el mundo es como un pañuelo.

—Pero, ¿cómo supo que soy la hija de Elizabeth? podía ser otra Eider.

—Sí, eso lo sé perfectamente, pero cuando te vi, antes de decirme tu nombre, veía algo en tus ojos que me recordaba a esa niña tierna de mi querida Eli. Pero claro, no podía simplemente dejarme llevar por el conocido de tus ojos, así que me puse a buscar en los expedientes y efectivamente decía que tu madre es Elizabeth Jones y no podía ser tanta coincidencia.

La señora Grace fue nombrada directora de la High School Smith hace dos años, así que entiendo el porqué sabe de mi existencia hasta este momento. Nunca había formado una conversación fija con ella hasta el día que el profesor Blanco me quiso mandar a su oficina, lo cual ahora le agradezco al señor mediocre.

—Estoy sorprendida que seas la mejor amiga de la cual mi mamá siempre hablaba maravillas, pero cuando le preguntaba tu nombre, seguía hablando de sus ocurrencias.

Ella se ríe — La entiendo, tal vez no quería mencionar del todo cosas de su pasado y tal vez se sospechaba que me ibas a buscar en redes para hacer un reencuentro.

—Bueno, probablemente hubiese pasado eso.

—Cuando vi que eras su hija, tenía miedo de hablarte sobre el tema y de acercarme a ella.

—Quiero que vayas conmigo a verla.

La señora Grace al principio estaba nerviosa y no quería verla de nuevo, pero finalmente la pude convencer, saliendo del parque.

Estábamos frente a mi casa, ella viendo la puerta fijamente y observando alrededor.

Me observa — ¿Cómo está ella?

Yo suspiro — la verás.

Abro la puerta totalmente, pero ella no está en la sala, donde la dejé escuchando música.

—¡Mami, ya llegué!

—¡Por fin, ya bajo!

La señora Grace me ve, notoriamente nerviosa, limpiando sus manos de su pantalón y tomando respiraciones largas para calmarse.

«Me parece chistoso».

Mi madre baja las escaleras, hasta que me ve y fija su mirada a la mujer que tengo a mi lado, escaneándola con sus ojos.

—Hola... Eli... no sé si te acuerdas de mí, pero soy la amiga la cual te dio muchos consejos y en varias ocasiones te quiso dar jalones de pelo — ella se ríe, mientras le caen lágrimas de sus ojos, una escena que me motiva demasiado y agradezco estar presente en ella.

Mi madre se lleva la mano a la boca, caminando hacia nosotras, mientras solloza fuertemente.

—Mi Jud, mi querida cabello de avispa.

Se abrazan fuertemente, mientras lloran. Su emoción me la transmiten, haciéndome dejar salir un par de lágrimas también, pero intento disimular, porque no quiero que se centren en mi presencia.

Mi madre le cuenta que tiene cáncer, lo cual destroza a Judith mucho, comenzando a llorar de nuevo, algo que me duele bastante ver, así que decido dejarlas sola para que hablen y se puedan desahogar una con la otra.

Decido acostarme para pensar bien las cosas. Todo me ha resultado increíble y emocionante; me siento inmensamente feliz de que mi madre ya no se sienta tan sola y tenga una compañía a la cual pueda hablarle de todo.

Cierro mis ojos por un momento y me quedo dormida.

Empiezo a caminar en una oscuridad aterradora.

Siento mi corazón latir fuertemente, mis manos temblar, el sudor recorrer mi frente.

Choco con una pared que ya no me deja seguir adelante, lo cual me asusta aún más, siento que mi corazón va a terminar de salirse del pecho.

Con temor, decido voltearme, sintiendo mis piernas temblar.

Me volteo, enfrentándome con una mirada penetrante y fría que me miraba. Una mirada despiadada que me estremeció.

—¡AH! — grito, mientras cierro mi ojos con fuerza, para no poder ver esa mirada de nuevo.

Siento el viento mover mi cabello, lo cual me confunde y me da curiosidad, así que de nuevo intento abrir los ojos, encontrándome en la calle, de noche.

Camino, abrazándome a mí misma del frío.

Mientras camino, por accidente piso un charco de vomito. Tratando de irme del charco, sigo pisando más charcos de vomito, lo que me causó náuseas y terminé vomitando del asco.

Intento relajar mi respiración y cuando levanto mi rostro de nuevo, me encuentro esa mirada filosa cerca de mis ojos...

Me espanto, sintiendo mi cuerpo totalmente sudoroso.

«Esa mirada...».

Me levanto de la cama, para irme a tomar un largo baño.

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Desconocido.

—Eres tan hermosa — me acaricia mi mejilla, mientras se lame los labios, lo cual me causa asco.

—¿Por qué me llamaste?

—Sabes porqué lo hice — me toca los pechos — quiero sentirte de nuevo, me tienes loco.

Trato de aguantar mi asco.

—¿No podías dejarme en paz el día de hoy?

Él enarca sus cejas — podías simplemente ignorarme y disfrutar tu día entonces.

—Me amenazaste con subir los videos a las redes.

Él se ríe — no considero eso una amenaza, solo fue una consecuencia si no venías.

Él me coge del cuello con una mano y con la otra del cabello, mientras me besa despiadadamente.

Siento el asco abrazarme de pies a cabeza.

«Te odio, mil veces te odio.» 

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¡Hola!

Mis disculpas por desaparecerme, pero trataré de subir capítulos lo más seguido posible. Espero que hayan disfrutado este capítulo hermoso y fuerte a la misma vez ¡Besos! ಥ⌣ಥ

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