En las profundidades del bosque prohibido
- ¿Y bien? ¿Algo que decir en vuestra defensa? – Inquirió Filch, en verdad se veía feliz por haberlos pillado con las manos en la masa, demasiado feliz pensarían algunos.
- Pues...nosotros... - Draco y Harry solo acertaban a balbucear cosas sin sentido y Hermione llego a la conclusión que, como abogados esos dos se mueren de hambre.
- Calma todo el mundo – Pidió Hermione, tomando las riendas de la situación – Todo tiene una explicación lógica y entendible.
- ¿Si? – Dijo Filch con un falso tono de dulzura – Que pena que no me importe, el toque de queda a terminado hace media hora y deberíais estar en vuestra sala común no merodeando por los pasillos, ¡Vamos! – Gruño para luego empujar a los tres pobres alumnos y guiarlos (Por no decir empujarlos) hacia el despacho de...para su alivio, McGonagall, por un momento temieron que los llevara con Snape.
Filch toco a la puerta, aunque no sabían muy bien porque, porque al final entro sin esperar una respuesta y se plantó orgullosamente delante de la pobre profesora que lo miraba sin entender nada hasta que su vista se detuvo en los tres jóvenes que estaban también en la habitación, pero con la mirada en el suelo.
- ¿Qué ocurre Argus? – Suspiro, sabiendo lo que venía a continuación.
- Alumnos fuera de la cama Profesora, los he pillado merodeando por los pasillos del quinto piso – Dijo, muy emocionado, de nuevo ¿No estaba demasiado contento por haberlos pillado? ¿Acaso pensaba que McGonagall dejaría que él los castigara?
- Entiendo, ¿Y se puede saber que hacían ustedes fuera de la cama o en su defecto fuera de sus respectivas salas comunes si el toque de queda hace rato que culmino? – Pregunto la Profesora, ahora dirigiéndose a los tres jóvenes.
Harry y Draco miraron a Hermione, esperando que ella tuviera alguna escusa pensada, pero la joven no sabía que decir, debía decir algo creíble pero que no involucrara a Norberta...
- Vera Profesora, estábamos pasando el día con Hagrid en su cabaña aprovechando que es fin de semana, pero al volver se nos pasó el tiempo y con ello la hora que era – Dijo Hermione, con su mejor voz de "Niña que no ha roto un plato".
- Ajá, entonces les complacerá saber que su castigo será ir, esta noche, a acompañar a Hagrid al bosque prohibido y ayudarlo en lo que necesite además de que le serán despojados diez puntos a cada casa por su despiste – Dijo McGonagall – Ahora Argus haz el favor de llevarlos junto a Hagrid.
Filch murmuro algo entre dientes, pero asintió mientras Hermione suspiraba de alivio, diez puntos no le parecían demasiados teniendo en cuenta que otro profesor tal vez le quitaban veinte y les daba un castigo peor que el que McGonagall les había impuesto, aunque podía sentir a Draco y Harry temblar, y hacia unos segundos que un olor picante llegaba a su nariz, el temblor y olor había empezado cuando la Profesora menciono el bosque por lo que lo atribuyo el temblor al miedo y el olor a las cocinas o a su propia imaginación.
A ella sinceramente no le importaba mucho, después de todo lo pasado en el bosque no le daba tanto miedo, de echo tenía ganas de volver, se sentía segura en el bosque, bosque que sin decirlo la había adoptado como una más dentro de él, al igual que Derek ahora ese bosque era su territorio y ella era su guardiana, todo era precipitado pero y aparentemente sin sentido, pero al haber saltado a proteger a ese potrillo hace apenas un día y poco la había convertido en alguien importante dentro del bosque, pero había una pregunta que le rondaba la mente.
¿Estaba segura de aceptar el puesto que había conseguido dentro del bosque?
No lo sabía, pero tenía la esperanza que, con el castigo de esta noche, al volver a adentrarse en el bosque, las dudas que le quedaban se disolvieran, de echo estaba segura de que esta noche sabría lo que debía hacer.
Los pensamientos de Harry y Draco eran bastante más diferentes e histéricos que los de Hermione, ¡Iban a entrar en el bosque prohibido! Estaban aterrorizados, aunque obviamente no lo iban a dejar ver y al fin y al cabo iban con Hagrid ¿No? Era imposible que les pasara algo malo...o eso esperaban.
- Hey Hagrid, tenemos a tres chiquillos castigados y son tu responsabilidad durante esta noche – Gruño Filch, parando a los chicos delante del semi-gigante.
- Si, por supuesto, vamos chicos os contare lo que pasa mientras caminamos – Dijo Hagrid, los chicos asintieron y siguieron a Hagrid que iba con su ballesta, lo que no les causo una buena impresión, un farol para iluminar el lugar y su perro Fang, que caminaba al lado de su dueño, aunque parecía tan asustado como Harry y Draco – Quiero pediros perdón chicos, os habéis metido en problemas por ayudarme.
- No te preocupes Hagrid, ahora dinos que es lo que pasa ¿Hemos de buscar alguna planta? – Dijo Harry, tratando de que su nerviosismo no se notase demasiado, o al menos que no supieran que le temblaban las piernas.
- Es un tema serio chicos, hay algo que está atacando a los unicornios, los está matando y eso es algo inaceptable, por varias razones...
- ¿Puedes ser más específico Hagrid? ¿Por favor? – Dijo Hermione, apretando los puños.
Así que esa cosa había vuelto a atacar...maldita sea, ¿Dónde estaba Derek? ¿No debería estar con Hagrid ayudando a que esa cosa no volviera?
- Matar a un unicornio es un crimen atroz, la sangre de unicornio puede mantenerte con vida aun si estas al borde de la muerte, pero al haber matado a un ser tan puro...el resto de tu vida esta como maldita, una parte de ti se corrompe y no es posible volver a ser como antes, sinceramente no sé quién podría elegir una vida como esa – Susurro Hagrid, mientras caminaban más a fondo en el bosque.
- ¿Y dónde está Derek? – Pregunto ella de vuelta, centrándose en lo que debía hacer.
- Él...ha sido atacado por esa cosa...está bien y ha dicho que podía venir conmigo a solucionar esto, pero...realmente necesitaba descansar, esa cosa lo ha estado manteniendo en constante vigilancia desde que ha aparecido hace dos meses más o menos – Anuncio Hagrid.
- Pero está bien ¿Verdad? – Inquirió Draco, al ver el repentino nerviosismo de la joven, que hasta ahora parecía la más tranquila de todos.
- Oh sí, no os preocupéis por eso, solo han sido un par de rasguños, además Derek tiene la suerte de tener un metabolismo rápido por lo que no tarda mucho en curarse, pero Dumbledore le ha dicho que por esta noche descanse y me deje a mi encargarme de esto – Explico Hagrid mientras Hermione asentía algo más tranquila.
- ¿Entonces cuál es el plan, Hagrid? – Dijo Harry, deseando salir del bosque lo más rápido posible.
- Creo que debemos separarnos para recorrer más fácilmente en bosque, Harry y yo iremos por el camino de la izquierda mientras que Draco y Hermione van por la derecha el sendero no tiene perdida, Hermione Derek me ha dicho que eres bastante buena con la espada, no sé a qué se refiere, pero espero que si tienes una a mano la lleves, a lo mejor esa cosa se asusta si la ve – Dijo Hagrid.
- No creo que se asuste... - Murmuro Hermione, más para sí misma que para Hagrid, pero sacudió la cabeza – No te preocupes, tengo la espada a mano, siempre la tengo a mano.
- Bien, eso me tranquiliza un poco más – Dijo Hagrid.
- ¿Podemos llevarnos a Fang? – Pidió Hermione divertida al ver a Draco un poco tembloroso.
Hermione quería mucho a sus amigos, pero le causaba mucha diversión verlos tan asustados al estar en el bosque, la verdad es que ella pensaba que el problema de la mala fama del bosque eran los rumores, rumores que ella no creía que fueran 100% ciertos...
Tal vez solo el 75% fueran ciertos...
- Si, por supuesto, pero os aviso, es un cobardica – Aviso Hagrid por lo que Draco trago saliva y Hermione oculto una risita en una tos.
- No te preocupes, estaremos bien – Aseguro Hermione – Vamos par de cobardicas – Se mofo mientras comenzaba a andar y oía la risa de Harry.
- Yo no soy un cobardica, solo soy precavido – Dijo Draco por lo bajo y Fang soltó un bajo ladrido como si estuviera de acuerdo con él.
- Por supuesto... - Dijo Hermione.
- Oye...¿Podrías sacar a Llama Eterna? – Pidió Draco, ignorando la sonrisita sarcástica que estaba seguro, Hermione tendría en el rostro mientras asentía a su petición.
- ¡Llama eterna! – Una vez invoco a su espada se giró para mirar a Draco.
- ¿Cómo es posible que estés tan tranquila? Es como si...como si ya supieras a lo que te enfrentas...¿Hermione? ¿Algo que decirme? – Dijo Draco mirándola con cautela.
Hermione suspiro, no sabía si podía decírselo...no, más bien no estaba segura de querer decírselo, Draco noto su duda y acelero el paso para poder cogerla de la mano.
- Sabes que me puedes decir lo que sea ¿Verdad? – Draco acaricio la mano de Hermione y Fang pareció querer ayudar a Draco a convencer a Hermione porque froto su cabeza contra su cadera con gesto cariñoso.
- Veras...descubrí que Derek es una especie de...guardián o protector del bosque, es como si el bosque fuera su territorio, lo protege a él y a las criaturas que habitan aquí, cuando fui a hablar con él nos encontramos a un centauro que venía con una unicornio en busca de su potrillo, Firenze (el centauro) nos habló de lo que sea que está atacando a los unicornios, aunque no sabía bien por qué pero Derek y yo lo encontramos, él muy cobarde estaba acorralando al pobre potrillo y Derek y yo atacamos a ese monstruo...pude hacerle un rasguño en el brazo pero fue algo superficial, si Firenze no hubiera llegado no sé qué habría pasado, pero la pregunta que no fue formulada fue "¿Serás la nueva guardiana de este bosque junto a Derek?" creo que encontrare la respuesta esta noche – Dijo Hermione con una suave sonrisa.
- Vaya...no sé qué contestar a eso, pero puedo ver que esto es algo importante para ti – Dijo Draco, algo desconcertado.
- Si, lo es – Asintió ella.
- Bien, pues vamos a encontrar a esa cosa y a sacarla de vuestro bosque – Apoyo Draco dándole un suave apretón.
- Gracias.
Ambos siguieron andando hasta que el sendero se volvió un poco difícil de seguir hasta que, gracias a Merlín, llegaron a un claro, pero lo que vieron no les gusto en absoluto.
Una hermosa criatura que parecía resplandecer con luz propia estaba tirada descuidadamente en el suelo con algún extraño ser encima de ella.
- Es él – Gruño Hermione, estaba a punto de saltar a por él, pero Draco la detuvo.
- Espera, espera ¿Qué demonios crees que haces? Tu sola no puedes con lo que sea eso, me acabas de decir que solo conseguiste hacerle un rasguño en el brazo – Susurro Draco, mirándola con sincera y profunda preocupación en sus ojos.
- Si, y recuerdo el lugar exacto donde se lo hice... - murmuro con cierto enfado en la voz – Escúchame bien, coge a Fang y corre todo lo rápido que puedas a donde están Hagrid y Harry, ya los escuchaste el sendero no tiene perdida.
- ¿Y mientras tú te vas a enfrentar a eso? – Pregunto algo escéptico.
- Esa cosa acaba de matar a una criatura de mi bosque, y esto no se va a quedar así, hazme caso por esta vez – La voz de Hermione había comenzado siendo dura, pero al final acabo siendo algo parecido a una súplica.
- Esta bien, pero si esa cosa te hiere tendrás que aguanta mis regaños durante toda una semana – Gruño Draco, aun algo contrariado mientras él y Fang echaban a correr para avisar a Hagrid.
Una vez sola Hermione salió todo lo sigilosamente que pudo, pero al parecer algo la delato porque lo que fuera esa cosa se enderezo y se giró para enfrentarla.
- Muy bien, ya no es necesario el ataque sorpresa ¿Verdad? – Dijo Hermione, colocándose instintivamente en posición de ataque – No sé bien qué tipo de degenerado eres como para haber cometido algo tan horrible como esto, pero se supone que debo darte la oportunidad de huir y dejar mi bosque...y no volver jamás.
La criatura dejo salir un gruñido bastante escalofriante y salto sobre ella.
- Muy bien, por las malas pues – Dijo Hermione esquivando su ataque y tratando de darle con la espada.
Estuvieron 10 minutos jugando al esquiva y ataca que solo parecía enfurecerlos más a los dos al ver sus intentos por acabar con su oponente frustrados.
En cierto momento la criatura consiguió darle un golpe fuerte en un costado a Hermione y la estampo contra uno de los arboles cercanos, esta vez fue el turno de Hermione en soltar un gruñido profundo casi animal, tal vez tenía algo que ver con el hecho de que sus ojos se volvieron al ya no tan inusual azul intenso, casi eléctrico.
- ¡Se acabó! ¡O te vas tu o te saco yo!
Hermione volvió a arremeter contra él con un objetivo fijo: el brazo donde lo rasguño.
Hermione Granger no era tonta, sabía perfectamente que con lo inexperta que aún era con la espada en las manos y lo fuerte que parecía esa cosa no podría vencerlo, al menos no ella sola.
Pero por su forma de moverse esa cosa era humana, o en parte humana, en Hogwarts no se podía aparecer debido a las protecciones del colegio y se tardaban unos veinte minutos en carruaje desde Hogsmeade y una hora a pie...es casi imposible que esa cosa viviera en otro lado y pudiera venir al bosque para alimentarse con sangre de unicornio siempre que lo necesitase, si se tomaba el tiempo de llegar, encontrar a un unicornio, tarea que ya de por si es complicada y cazarlo, es demasiado, Hermione solo podía pensar en una alternativa...
Esa cosa vivía en Hogwarts.
Si le hacia una herida lo suficientemente profunda se podría notar, y aunque podría ir a la enfermería estaba segura de que Madame Pomfrey haría preguntas, porque la enfermera siempre hacia preguntas, dudaba que esa cosa estuviera dispuesto a contestar ese interrogatorio.
Hermione corrió hacia él con la espada en posición como para dirigirse a su pecho, la criatura se lo creyó por que trato de esquivarla, grabe error, Hermione sonrió y clavo a Llama Eterna en el brazo, el brazo donde ya le había herido.
Oyó cascos a su espalda y una flecha se clavó en el suelo a los pies de la criatura que, con un gruñido lastimero salió corriendo, pero a Hermione no le importo, ya había conseguido lo que quería.
- ¿Te encuentras bien Hermione? – La joven se giró y una gran sonrisa se dibujó en su rostro al ver a Firenze detrás de ella, mirándola con gentileza.
- Firenze...me alegro mucho de verte – Suspiro Hermione, la joven parpadeo rápidamente casi sin darse cuenta y sus ojos volvieron a cambiar.
- Si, me imagino que sí, que te alegras, ese golpe que te has hecho ha tenido que doler, ¿Segura de que estas bien? – Firenze se acercó al unicornio y suspiro.
- Si, el golpe ha parecido más fuerte de lo que ha sido en realidad – Dijo Hermione con voz seria, luego agacho la cabeza avergonzada, con la mirada en el suelo – Lo siento mucho...de haber llegado antes tal vez...no lo sé...tal vez su ataque se hubiera centrado en mí y no en él – Una lagrima se resbalo por su meguilla.
La vida de Hermione siempre había sido tranquila y bastante pacifica si omitimos los constantes ataques de sus antiguos compañeros de clase, ella nunca había tenido que enfrentarse a nada que se le pareciera a la muerte, tal vez la muerte de algún pariente lejano que nunca llego conocer, pero era demasiado pequeña como para recordarlo si quiera.
Esto, en cambio, era nítido, alguien estaba matando a criaturas inocentes por su conveniencia, y era algo que no era capaz de aceptar.
Movió a Llama Eterna un par de veces con fastidio y la devolvió a su forma de colgante para colocársela en el cuello una vez más.
- Oye...no ha sido culpa tuya, no sería justo que acogieras la responsabilidad de esto porque no es así, la única culpa es de lo que sea ese monstruo, has sido muy valiente al enfrentarte a él...y también al pedirle al chico que se fuera – Dijo Firenze, acercándose a ella y limpiando la lagrima de su meguilla.
- Le dije que fuera a buscar a Hagrid, los refuerzos eran necesarios – Susurro ella.
- No es cierto, lo has enviado a por Hagrid para ponerlo a salvo, no querías aceptar que ese chico estuviera en peligro, anteponer la seguridad de los seres queridos a la propia es algo muy valiente, sin duda eres una Gryffindor con honores – Dijo Firenze, estaba claro que a este centauro era imposible engañarlo.
- Bueno...parecía que la última vez que estuve aquí se me hizo una pregunta no formulada en realidad, una pregunta importante que traía responsabilidades en ella igual que un riesgo que acoger – Dijo Hermione.
- Así parece, dime, ¿Este nuevo enfrentamiento te ha proporcionado la respuesta que necesitabas?
- Si
- ¿Y bien? – Inquirió él.
- Lo are, me convertiré en guardiana del bosque junto a Derek y protegeremos el bosque – Hermione le dedico una sonrisa ladeada.
- Es una gran respuesta, pero me temo que aún queda un misterio que resolver ¿Verdad?
- Lo que sea que este atacando a los unicornios lo hace por su sangre, es decir que necesita de ella para seguir con vida – Dedujo Hermione.
- Si, ¿Y sabes lo que se guarda en lo más profundo de Hogwarts? – Dijo Firenze en voz baja aun cuando no había nadie a su alrededor, aunque en el bosque prohibido nunca se sabía.
- La piedra filosofal...el elixir de la vida, eso es lo que busca... - Dijo Hermione entendiendo al fin el plan de la criatura.
- Exacto...pero ahora no es momento de pensar en ello, es tarde y tus amigos estarán muertos de la preocupación, ¿Puedes cabalgar? – Dijo Firenze arrodillándose para que la joven pudiera subir sin problemas en su lomo.
- Si, Gracias Firenze – Agradeció Hermione subiendo con gentileza en su lomo y acariciándole un costado del mismo – Sé que a los centauros no les gusta que los humanos se les acerquen, menos que los monten.
- Cierto, pero eres una guardiana de este bosque, eres alguien que protege a todas las criaturas de este bosque, por lo que creo que es justo que nosotros te ayudemos cuando lo necesites – Dijo Firenze obsequiándole una suave sonrisa.
Firenze comenzó con un suave trote y cuando sintió que Hermione estaba segura en su lomo arranco a un galope igualmente suave pero rápido, no tardaron en ver la luz proveniente del farol de Hagrid.
- ¡Hermione! – Grito Harry al verla.
Firenze dio un pequeño salto y se detuvo justo delante de Hagrid y los chicos.
- ¡Firenze! Veo que ya conoces a Hermione y...parece que os habéis llevado muy bien – Dijo Hagrid, sinceramente sorprendido al ver a Hermione bajar del lomo del centauro de un salto.
- Si, digamos que compartimos intereses comunes – Dijo Firenze con una ligera carcajada – Bueno Hermione, con ellos estas a salvo te dejo aquí, espero verte pronto.
- Tenlo por seguro Firenze.
Finalmente, Hermione le dijo a Hagrid que había encontrado al unicornio...pero que había llegado tarde, Hagrid le dijo que no se preocupara, que lo importante es que ella estaba bien y que era hora de ir a la cama.
Draco la interrogo mientras recorrían los pasillos y ella le aseguro que estaba bien y que lo que tenía que hacer ya estaba hecho, que no tardaría en darse cuenta de quién era esa cosa.
Harry pregunto de que hablaban y Hermione se vio obligada a contarle sobre que era oficialmente guardiana del bosque junto a Derek.
Finalmente llegaron a un cruce y se separaron, Harry y Hermione se dirigieron a la sala común y nada más entrar se encontraron con la capa doblada de Harry con una nota que decía:
Tened más cuidado pequeños gamberros
Derek
Hermione y Harry soltaron una carcajada para luego irse a dormir, Hermione estaba tan cansada que ni siquiera se molestó en quitarse el uniforme, simplemente se quedó dormida.
A la mañana siguiente estaba sentada en el aula de defensa contra las artes oscuras escuchando los tartamudeos del profesor Quirrell hasta que se dio cuenta de un detalle importante.
Normalmente Quirrell apuntaba en la pizarra lo que quería que copiaran en lugar de dictar por las quejas de algunos alumnos que no entendían bien lo que el profesor decía, y era muy extraño que ahora dictara teniendo en cuenta que desde el año pasado (Según alumnos mayores) Quirrell no dictaba, y Hermione no fue la única en darse cuenta.
- Profesor Quirrell, ¿Cómo es que esta dictando y no redactando en la pizarra? – Pregunto Padma Patil, hermana de Parvati Patil y alumna de Ravenclaw con los que compartía aquella clase.
- Oh, n...no es n...nada, es q...que me h...he cor...cortado con u...un vid...vidrio roto...ya...ya sab...saben lo tor...torpe que...soy, y m...me duel...duele al m...mover el...br...brazo – Dijo Quirrell colocando durante un momento la mano en su brazo, luego pareció darse cuenta de su error y miro con nerviosismo a Hermione que lo miraba con frialdad.
- ¿Y...podría decirnos como se cortó con un vidrio, profesor? – Inquirió Hermione con voz falsamente inocente y preocupada.
Quirrell paseo su mirada por toda la clase que estaba callada y esperando por una respuesta expectantes y luego su mirada se paró en un punto fijo: Hermione Granger.
De nuevo, la maldita niña no era tonta, ella sabía que haciéndole un corte lo descubriría, si, había sido hábil al dejar fuera de combate temporalmente al muchacho nuevo, pero se había olvidado de la nueva "ayudante".
Podría haberla atacado y dejado muy malherida, incluso matarla, pero eso pondría a Dumbledore sobre aviso...y Snape ya le pisaba los talones.
Entonces lo entendió:
¡Hermione no había tenido intención alguna de matarlo! ¡Era una persona demasiado pura como para acabar con la vida de alguien y manchar su alma con la sangre de la persona a la que matara! ¡Lo que ella quería era marcarlo de alguna manera para luego poder identificarle!
Y ya lo había hecho, debía darse prisa en burlar las pruebas para coger la piedra antes de que esa maldita mocosa se volviera a interponer en su camino.
- P...Pues tropecé...y...lu...luego rom...rompi sin qu...querer un espe...espejo – La excusa era mala, lo admitía, pero al fin y al cabo debía responder algo y la niña ya sabía lo que quería saber, ya no valía la pena tratar de parecer inocente a sus ojos porque no lo conseguiría.
- Comprendo, y tuvo la mala suerte que se golpeó el brazo contra el espejo, lo que causo que con la fuerza del impacto se rompiera el espejo y uno de los vidrios más cercanos a usted, los que impactaron con su brazo le hicieran un profundo corte, que curioso – Dedujo Hermione, lo suficientemente alto como para que todos la oyeran.
- Pue...pues s...si – Dijo Quirrell para luego ignorar la comprometedora situación y seguir dictando, Hermione imito su acción y también siguió apuntando en su pergamino como si nada hubiera pasado.
Pero eso no impidió que al finalizar las clases del día Hermione arrastrara a Draco y Harry hacia los terrenos de Hogwarts y se sentaran a la sombra de un frondoso árbol.
- Ya sé quién es el que ha estado atacando en el bosque y lo que busca – Soltó Hermione de golpe, sin tapujos ni pelos en la lengua.
- ¿¡Sabes quién es!? – Dijo Harry.
- ¿¡Y se puede saber a qué esperas para contárnoslo!? – Grito Draco cuando Hermione asintió.
- Es Quirrell y busca la piedra filosofal – Pues eso, que Hermione no se andaba con rodeos.
- ¡¿QUE?! – Chillaron Draco y Harry al unísono.
- Lo que oís.
- Pero Hermione, ¿Tú has visto bien a Quirrell? Ese pobre hombre apenas y puede manejarse en clase como para poder entrar en el bosque y atrapar a un unicornio con Derek y ahora tu vigilando el bosque – Dijo Draco.
- Si, siempre suelen ser los que parecen más indefensos – Dijo Hermione apretando los labios.
- Por esa expresión puedo suponer que tienes pruebas – Dijo Harry.
- De hecho tengo tres argumentos comprobados que confirman mis sospechas, primero, hoy en el bosque cuando me enfrente a él me di cuenta de que debe vivir en el castillo para poder llegar e irse tan rápido que nadie parece notarlo y le hice un corte profundo en el brazo, segundo, cuando hoy le pregunte por el cómo se había hecho daño "cortándose con un cristal" no estaba mintiendo del todo ya que fui yo con Llama Eterna quien lo hirió, además de la mirada asustada que me dio, sabiendo que era yo quien estaba en el bosque y que le había descubierto y tercero, la primera vez que entre en el bosque con Derek, después de enfrentarme a ese monstruo por primera vez huyo, y después de quince minutos que estuve hablando con Derek volví al castillo encontrándome a Snape amenazando a un muy nervioso Quirrell que le advertía que no sabía que se traía entre manos pero que no se atreviera a hacerle daño a algún alumno además de que le recriminaba por haber llegado media hora tarde de la hora en la que habían quedado, no lo culpo, al fin y al cabo yo y Derek fuimos los culpables de su retraso por entretenerle.
- Ahora que lo dices...en clase Quirrell se te quedo mirando durante un largo rato después de que le preguntaras como se había hecho daño, y parecía nervioso – Recordó Harry.
- Y mi padrino parece no quitarle la vista de encima y lo mira con desconfianza...o más desconfianza de la que suele mostrar con los demás – Dijo Draco, también pensativo.
- Tenemos que encontrar la piedra filosofal antes de que Quirrell la robe, quiere usarla para crear el elixir de la vida, por eso estaba matando a los unicornios, para mantenerse con vida – Gruño Hermione.
- Mañana nos dedicaremos a diseñar un plan y mañana por la noche entraremos por la trampilla que guarda Fluffy, recuperaremos la piedra antes que Quirrell pueda usarla y le detendremos – Declaro Draco a lo que Harry y Hermione asintieron con decisión.
¡Espero que os haya gustado, dejadme un Review que me anima a continuar!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro