Toma mi mano,
Al pequeño Shoto no le gusta la escuela, no desde que Touya le había dicho que habían personas malas que le jalaban los cabellos a los niños bonitos.
Y él era un niño muy muy muuuuuy bonito, según le habían dicho.
Menos fueron sus ganas cuando Fuyumi, tratando de animarlo, le dijo que tal vez una niña le daría un beso si se portaba bien. Él no quería un beso de ninguna niña, solo quería volver a casa a ver a la ciega Dora y dormir en el pecho de su mamá mientras escucha como su padre le llamaba a atención a Natsuo por alguna tontería.
Pero ahí estaba, frente al jardín de niños, aferrado a la falda de una pobre Rei que solo sonreía enternecida por su hijo menor y un Enji a su lado tratando de persuadirlo con regalarle una figura de él mismo para que vaya a sus clases, aunque el niño no tenía ni el mínimo interés en esta misma.
Ya para cuando era hora de empezar con las clases, el pobre jovencito de cabellos dispares empezó a patalear mientras la encargada lo sostenía para que no fuera detrás de sus padres, mismos que se obligaban a sí mismos a mirar únicamente al frente antes de volver y llevarse a su hijo de vuelta a la cálida seguridad de su hogar. Toda la primer parte del día se mantuvo sentado en una esquina mientras veía a los demás jugar al rededor, aún cuando la maestra había intentado integrarlo, Shoto se abrazaba a sí mismo asustado de ver a tantas personas juntas.
-¡Hey, niño! ¿Qué haces aquí solo? -
Asustado, alzó su carita para ver de donde provenía la voz femenina, encontrándose con una bonita piel canela acompañada de una enorme sonrisa y un cabello enmarañado peinado en una cola de caballo alta en un fallido intento de acomodarlo.
-¿No hablas? ¿Eres mudo? Disculpa, no sé lenguaje de señas... ¡Pero aprenderé para que juguemos juntos!-
Los ojitos heterocromáticos brillaron ante la amigable voz chillona de la niña y sus pizpiretos ojos ámbar.
-Me llamo Shoto... -Susurró mientras sus piececitos jugaban entre sí frotándose, su característica forma de lidiar con su "temor a los desconocidos".
-¡Así que sí hablas! Me llamo Mina, no deberías estar solo aquí, vamos a jugar. -La niña lo tomó de la muñeca y lo jaló, pero su nuevo amigo parecía pegado con silicona al suelo, al no ver indicios que este quisiese moverse intentó persuadirlo. -¡Vamos! Te daré un beso en recompensa.
En ese momento Shoto se asustó y negó repetidas veces desesperado ¡Él no quería besar a ninguna niña!
-¿Eh? ¿No quieres un beso? -
La niña se quedó pensativa, su mamá siempre le daba besos en la frente para felicitarla y hasta entonces ningún niño le había negado uno, miró de nuevo a su compañero quien temblaba ligeramente. Estaba preguntándose si este no era algún tipo de vibrador humano. Tal vez solo estaba enfermo, ella tiritaba cuando tenía fiebre.
No le llevó mucho tiempo para notar el rápido movimiento de sus ojos al rededor de la habitación, sin poder detenerse en alguien o algo, la rápida subida y bajada de su pecho tratando de encontrar la cantidad de oxígeno adecuado. Oh, ella reconocía esos síntomas.
-No tienes que asustarte, nadie te va hacer daño. Lo prometo. —Extendió su pequeña mano hacia su nuevo, autoproclamado, mejor amigo. -Toma mi mano, no te dejaré solo.
Y fue ahí cuando, siendo llevado a rastras por la morena, el joven corazón del Todoroki conoció por primera vez lo que era tener un amigo.
***
Me gusta lo flux y
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro