V E I N T I T R É S | P I S C I N A 🎡
«Algo en mí me decía que iba a terminar peor que el primer rechazo y mi corazón se rompería en mil pedazos. Pero no le hice caso por las esperanzas que tenía esta vez con ella»
Rhett.
El sonido que hacía una persona al salir del agua de la piscina, hizo que Rhett clavase su mirada hacia dicha persona y ver cada gesto que hacía ella.
Una diosa salió de la piscina con elegancia, echando su cabello dorado hacia atrás, totalmente mojado. Sus manos empezaron a bajar por su cuerpo, tratando de quitar un poco el agua de su cuerpo ahora resbaladizo y brillante por la piscina. Y no ayudaba para nada aquel bikini que llevaba puesto y esas hermosas y voluminosas montañas que hacían una perfecta línea que hizo no parar de mirar a Rhett desde su hamaca.
El joven tragó saliva, mirando por el rabillo del ojo a su mejor amigo y esperando que él estuviese muy ocupado mirando su móvil para que no viese las miraditas que le estaba dando a Zoe.
Zoe salió de la piscina, se subió la parte baja del bikini, mostrando más sus caderas desnudas y casi hizo desmayar a Rhett, empeorándolo más todavía.
—Joder...
Izan levantó la mirada de su móvil al escuchar a su amigo, y preguntó;
—¿Pasó algo?
Rhett lo miró y, tan rápido como lo hizo, negó con la cabeza.
Todos se encontraban en la piscina a las 3 de la tarde. Llevaban desde las 12 aquel fin de semana de mediados de mayo y lo estaban pasando increíblemente bien. Se divertían juntos, nadando en la piscina, molestándose entre ellos, hablando, jugando a las cartas, sacándose fotos y mucho más.
Disfrutaban de esos momentos juntos como quien guardaba oro y para ellos esos iban a ser momentos que guardarían de por vida.
Izan y Rhett se encontraban acostados en la hamaca, mientras las chicas se encontraban en la piscina. Ahora Faith y Blue se encontraban solas en la piscina, después de que Zoe hiciera su elegante salida que hizo perder la compostura a Rhett.
Pero Blue no tardó mucho en salir de la piscina y dirigirse hacia la ducha que había cerca de la piscina. Y aquello hizo que Faith observaba cada gesto de ella como si fuese una principiante.
Eso, sin duda, tampoco la ayudó a Faith.
Durante ese tiempo, Rhett se quedó dormido, relajado tras la salida de piscina que había hecho Zoe y Faith se acercaba a Izan para hablar seriamente con él.
El joven Izan trataba de hablar con Zack, el cual no le respondía desde que se habían besado. No ayudaba a que estuviese preocupado por lo que le podría hacer el padre de Zack, ya que, aunque él no se lo había dicho, no dudaba que su propio padre le pegase y eso lo angustiaba.
La joven Faith se sentó a su lado y, mirando a Rhett al otro lado, asegurándose de que estaba dormido y no escucharía la conversación de ellos, confió en Izan por lo que iba a contarle.
—Izan, ¿podemos hablar? Pero que se quede entre nosotros.
El pelirrojo levantó la mirada de su móvil y asintió, dejando el aparato electrónico a un lado para atender a su amiga.
—Claro, lanza.
Faith se quedó unos segundos en silencio, sin ni siquiera saber como comenzar aquella conversación que tendría con Izan. No sabía ni siquiera si debía hablarlo, pero apretó la mandíbula y prefirió soltarlo, en vez de aguantárselo dentro.
Y preguntó;
—¿Cómo te diste de cuenta que te gustaban los hombres?
Izan se sentó, sin dejar de mirar a los ojos y arrugó su frente por la pregunta de Faith, pero se la respondió con toda la tranquilidad que había. Pero nada más escuchar esa pregunta, es que ella debía de tener dudas en esos momentos. Lo sabía por experiencia.
—Cuando iba a comprar ropa interior y me encantaban las fotos de hombres solo en calzoncillos —contestó sin más, consiguiendo que Faith elevase sus cejas, asombrada por lo que acababa de escuchar. —¿Qué? También lo sabía de antes y me habían gustado 2 chicos. Diría que fue una serie de cosas lo que hicieron darme de cuenta. Pero otros se percatan con más edad, o con una persona en concreto. —Analizó los ojos de Faith tras terminar de hablar, por si ellos decían algo y veía duda, incluso miedo. Sabía muy bien que era esa sensación—. ¿Por qué? ¿Te estás replanteando tu sexualidad?
Faith abrió los ojos por completo y empezó a negar rápidamente, como si temiese a esa preugnta.
—No... No es eso. Era mera curiosidad.
—Ya... —susurró, ladeando la cabeza para mirarla mejor—. Así se empieza —concluyó, sonriendo dulcemente comprendiendo a la joven que tenía frente a él.
Faith miró al joven Rhett, el cual seguía durmiendo en la hamaca de al lado y empezó a mirar luego a Izan.
—¿Y nunca te atrajo Rhett? —cuestionó, imaginándose a Blue.
Izan miró a Rhett con la ceja elevada y rio en voz alta, negando con la cabeza.
—Que sea gay no significa que me gusten todos los hombres del planeta, Faith —aclaró. —Jamás vi a Rhett como algo más que amigos. Es como un hermano para mí. —Izan se acercó a ella y, mirándola a los ojos, preguntó. —Ahora dime, ¿qué ocurre para que me hagas esas preguntas? Cuando alguien se le enciende la alarma, es por algo. Si hubieses probado y no te gustase, créeme que no estarías ahora con dudas.
Faith suspiró con fuerzas y sacudió su cabeza, echándose un mechón rizado de su rostro.
—No he probado, pero me siento con dudas sobre alguien... —Volvió a mirar a Izan y contestó. —Una mujer.
Izan preguntó;
—¿Se puede saber quien es?
Negó con la cabeza.
—De momento no quiero decirlo.
Izan asintió y luego dijo con toda la naturalidad del mundo;
—Bésala y sales de dudas.
Se acostó en la hamaca y luego ella cuestionó, alarmada y empezando a notar el sudor en su piel de tan solo pensarlo.
—¿Y si ella no quiere?
Izan la miró, sonriendo y contestó;
—Créeme que lo sabrás. Y si no quieres besarla, háblalo con ella.
Ella rio y niega con la cabeza.
—¿Tienes miedo a sentir algo por una persona de tu mismo sexo? —preguntó aquella pregunta que a Faith le tenía miedo contestar.
Y ella respondió;
—Si...
Izan la comprendió tanto que se vio reflejado en ella. Se volvió a acercar a Faith, tomando la mano de la joven y diciéndole;
—Hay muchos tipos de sexualidad, Faith. Podría gustarte ambos, ser bisexual. No hay nada de malo en ello. Pasa que al principio tememos ese sentimiento. Lo sé por experiencia. —Apretó su mandíbula y continuó. —Pero no lo oprimas.
Ella asintió y luego le dio las gracias, besando en la mejilla a su amigo.
—Por favor, que no salga de aquí.
Izan se lo prometió, siendo el mejor que guardase secretos.
—Sabes que jamás cuento un secreto de un amigo.
Blue, por le otro lado, se acercó a su amiga Zoe, quien se secaba con la toalla y le dijo;
—¿Has visto a Rhett?
Zoe arrugó su frente y negó.
—No, ¿por qué?
Blue señaló con la cabeza a Rhett y contestó;
—Échale un vistazo.
Ambas miraron hacia un Rhett más que relajado, sin camisa, solo con su bañador puesto y acostado sobre la hamaca, durmiendo cómodamente.
Ambas rieron y Zoe le pidió la cámara a Blue. Y ambas, a hurtadillas, se acercaron a Rhett para hacerle alguna trastada. Pero no sin antes sacarle una foto.
Zoe observó la foto, divertida y todos rieron suavemente mientras Zoe sacaba un pintalabios rojo de su bolso y comenzaba a dibujarle gafas y pintarle los labios a Rhett.
Rhett, quien no se estaba enterando, estaba tan relajado que cuando se fue a despertar, al sentir las manos de Zoe por su rostro, sonrió dulcemente al sentir ese roce en su piel. Pero al abrir los ojos por completo, con Zoe riéndose y levantándose rápidamente, mientras sus amigos también lo miraban riéndose.
El joven arrugó su frente y preguntó;
—¿Qué pasa?
Sacó su móvil y por el reflejo se vio tremenda obra de arte que le había dibujado Zoe en el rostro. Su rostro empezó a sonreír de una forma que hizo creer a Zoe que estaba tramando algo y vaya si lo estaba haciendo.
Se levantó de su hamaca, tras limpiarse con la toalla partes del pintalabios y, con rapidez, tomó a Zoe por la cintura, levantándola del suelo y empezó a correr hacia la piscina, tirándose ambos al agua.
—¡¡Rhett!!
Ella se levantó, empujando a Rhett mientras reía y este empezó a mirarla de una forma romántica, al cual ella no se percató.
Sus amigos rieron y se tiraron a la piscina con ellos, disfrutando del momento. Ni siquiera supieron que hora era, pero estaba siendo un día increíble entre ellos 5, viviendo ese momento como nunca. Riendo, hablando entre ellos y nadando en aquella piscina.
El preludio del verano estaba ahí y lo iban a disfrutar juntos como si fuese el último, aunque en realidad no lo fuera.
Cuando Rhett y Zoe se acercaron en la piscina, mirando hacia todos lados para saber si sus amigos los estaban mirando, observó a la joven y le preguntó;
—¿Te gustaría irte a otro sitio más íntimo? —Con una voz bastante grave por los sentimientos que estaba teniendo por Zoe, sonrió mientras la miraba.
Zoe asintió con una sonrisa y dijo;
—Por supuesto, vecino.
🎡
En un rincón escondido, no muy lejos de donde se encontraba la piscina, ambos amantes se encontraban dándose amor, con Rhett agarrando las piernas de Zoe, la cual tenía sus piernas envueltas en las caderas estrechas de Rhett.
Rhett la envestía rápidamente, necesitado de ella mientras que Zoe era incapaz de escuchar una sola palabra de Rhett, ya que estaba tan inmersa en el placer que ese hombre le estaba dando, que susurraba cosas incoherentes.
A Rhett le encantaba escucharla, y sabía que, cuando escuchaba cosas incoherentes de ella, es que estaba haciendo las cosas muy bien.
El sonido que hacía la espalda de Zoe chocando contra la pared era música para él, que lo animaba más y más a la hora de mover sus caderas.
—Dámelo todo, nena... —susurró con la voz algo afectada mientras escuchaba los gemidos de Zoe, el cual la observaba el rostro de ella.
Varias embestidas más y, al ver que ella no le escuchaba, continuó;
—Vamos, nena... Quiero mi premio —susurró, mordiéndole el labio suavemente a Zoe y, cuando se lo soltó, continuó. —Córrete para mí, solo para mí —susurró eso último con un tono de voz tan sensual, que a Zoe le encantó escuchar mientras trataba de agarrarse a los hombros fuertes de Rhett.
Y a los pocos segundos, ella cayó rendida ante él, desplomándose por completo, mientras que Rhett la sujetaba hasta que llegó al final seguido de ella.
No supieron cuanto rato estuvieron así, tratando de encontrar la estabilidad de sus cuerpos tras llegar al maravilloso clímax. Pero sí que disfrutaron de estar de esa manera, escondidos en un rincón cerca del coche de Rhett mientras se abrazaban. Él no quería saber nada de lo demás, solo de la chica que abrazaba en esos momentos y cerró los ojos unos segundos antes de soltarla y dejar que las piernas de la joven rubia tocasen el suelo.
Una vez vio que ya había recuperado las fuerzas de sus piernas, sonrió y no dejó de mirarla, mientras Zoe se echaba un mechón de su cabello rubio detrás de su oreja, sin éxito.
Él levantó su mano y tomó ese mechón con suma galantería para luego colocárselo con cuidado tras su oreja.
Esos ojos de Rhett, que no abandonaron la mirada tan azul de Zoe, no supo que le ocurría que apenas podía dejar de mirarla. Era consciente, pero parecía incluso más fuerte que antes, que hacía muchos años. Era como tener todos esos sentimientos que tenía escondidos y sacarlos a la luz después de estar resguardados en un lugar secreto. Lo que estaba vez Rhett parecía ir cuesta abajo y sin frenos hacia el corazón de Zoe.
Ambos tenían algo diferente a cuando eran adolescentes. Las cosas habían cambiado mucho, sobre todo, cuando empezaron a tener sus momentos íntimos después de aquella fiesta que organizaron sus amigos.
La joven Zoe, al ver el rostro de Rhett, la cual desconocía ella que fuese de enamorado, ya que no sabía lo que era el amor romántico, preguntó;
—¿Por qué me miras así? —Los ojos de Zoe sonreían y eso era un punto a favor para Rhett, al ver que ella tenía ese rostro después de lo que acababan de compartir.
Y él preguntó, con un rostro de felicidad;
—¿No puedo hacerlo?
Zoe, dudosa, asintió sonriente.
Se colocaron la ropa que tenían de cintura para abajo, cuando el móvil de ella sonó, poniendo a Rhett tenso y, disimuladamente, escuchó la conversación mientras se alejaba un poco de ella.
—¿Diga? —cuestionó Zoe con un tono de voz diferente—. Claro, a la hora que dijimos. Nos vemos dentro de 40 minutos.
Colgó rápidamente y Rhett arrugó su frente, con un rostro completamente cambiado, triste incluso. Se giró para mirarla y el rostro de Zoe ya no trasmitía paz, ni felicidad, trasmitía ansiedad, como si supiera que lo que estaba haciendo a escondidas de sus amigos y de Rhett estuviese mal. Y Rhett, rápidamente, supo que era por ese maldito trabajo que tenía.
—¿Quién era?
Zoe levantó su mirada para verle y negó con la cabeza.
Rhett sintió que era como si se hubiese olvidado de sus obligaciones pasando ese momento con sus amigos y luego con él, hasta esa llamada. Supo que algo tenía que ver y quiso saberlo en ese momento, pero debía ser ella quien confiase en él.
—Nadie. —Miró los ojos de Rhett y susurró. —Debo irme.
Comenzó a caminar para salir de ese rincón, cuando Rhett la tomó de la mano y, sin que Zoe lo mirase estando de espaldas a él, lo escuchó decir;
—¿Era un hombre no?
Esa pregunta tenía muchos significados y Zoe lo sabía. Pero volvió a mentirle.
Se giró y continuó con su mentira;
—Claro que no. Debo irme a...
—Trabajar —terminó él la frase de la joven.
Zoe respiró profundamente, costándole bastante y susurró;
—Si.
Odió verlo así y saber que era por su culpa. Por eso y muchos motivos más le advirtió que lo mejor era solo sexo entre ellos. No quería hacerle preocupar, quería que él fuese feliz y ahí se dio de cuenta de que estaba siendo una egoísta con ese chico.
Ella, por su trabajo, jamás podría tener un novio... No porque no le estuviese permitido, sino porque ese chico que la amase no aceptaría para nada la realidad de ella. Por ello no quería decirle nada, para no ver como Rhett se alejaba de su vida ahora que empezaban a volver a llevarse bien, ahora que también ella empezaba a sentir cosas por Rhett y le daba miedo a decirlas... Mucho miedo.
Rhett no dijo nada, solo la soltó y Zoe supo que estaba decepcionado con ella. Aunque la palabra decepcionado no era la indicada, ya que él solo estaba disgustado al ver que jamás podría tener la confianza de Zoe... Al igual que él confiaba en ella.
—Debo irme, Rhett.
Rhett asintió, sin mirarla a los ojos y fue él quien se marchó, notando como le costaba respirar. Necesitaba estar solo para pensar y saber que se estaban dañando mutuamente como siguieran con esos juegos... Sobre todo, él... Rhett se estaba dañando a sí mismo nuevamente con la chica que amaba en silencio.
Zoe quiso volver atrás para buscarlo, pero tenía obligaciones y no podía dejarlas por mucho que deseara volver tras él.
Y ella se sintió la peor persona por no poder confiar en nadie, por no poder ser capaz de dejar ese trabajo y por verse cada vez más y más sola, sin poder decirle a nadie que le ocurría.
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