«Tenía que confesárselo antes de continuar, antes de salir más dañado... Y solo esperaba una respuesta positiva por parte de ella»

Rhett.

Habían pasado varios días y la semifinal del torneo de baloncesto estaba a la vuelta de la esquina.

Mayo estaba acabando y una pareja de jóvenes se encontraba en el interior de un coche, a punto de irse a una fiesta universitaria, juntos por primera vez. Habían estado hablando en privado sobre lo que pasó aquel día en la ducha de la universidad. Zack se había arrepentido de haberse ido de su lado, cuando en realidad, lo que estaba hablando, era su miedo y no él aquel día. Pero Izan, lejos de haber sufrido aquel día, lo comprendía.

Lo amaba y en sus ojos se veía que Izan amaba a aquel chico rubio. Pero Zack no era menos y también estaba enamorado de él por completo, aunque las circunstancias no les ayudasen a poder estar juntos.

Tras disculparse y ahora encontrarse en el coche de Izan, a punto de hacer algo juntos que no fuese en el cuarto de Izan, en el sofá del pelirrojo o de la ducha de la universidad.

Aún faltaban muchas cosas para que Zack se abriese a Izan, sobre todo cuando le pidió en aquella conversación que le diese tiempo y que no hiciera preguntas incómodas hasta que él no estuviese preparado para abrirse emocionalmente a Izan.

El joven pelirrojo lo miraba con una sonrisa, feliz de tenerlo a su lado y cuestionó;

—¿Estás nervioso?

Zack se relamió los labios, con la atenta mirada de Izan que deseaba besarlo delante de todo el mundo. Pero sabía que debía ir al ritmo de Zack y que, si terminaban juntos, que fuese él quien le plantase un beso delante de todo el mundo.

Poco a poco.

—Jamás he ido a una fiesta. ¿Habrá mucha gente? —preguntó, demostrando que tenía nerviosismo.

Izan sonrió por completo y asintió.

—Es una fiesta universitaria, así que si. Aunque estoy seguro que te lo pasarás bien —le prometió.

Zack mostró su sonrisa, dejando de lado la tristeza en la que estaba sumergido y miró sus manos, no siendo todo su nerviosismo por aquella fiesta, sino porque Izan iba a presentarle a sus amigos y porque iba a ser la primera vez que pasaran juntos, sin importar que su padre los viese.

Estaba relajado en el fondo por aquello último y solo esperaba caerle bien a los amigos del chico del que estaba enamorado.

Lo miró y volvió a decirle;

—Siento lo del otro día... Pero...

Izan tomó las manos de Zack y negó con la cabeza para contestarle;

—Tienes miedo, eso lo comprendo... No te preocupes, Zack.

En el interior de aquel coche, en el silencio de ambos, el cual estaba lleno de significado, se observaron por largos minutos. Y aquel espacio cerrado no ayudaba en lo absoluto para controlar lo que ambos sentían.

Zack tragó un nudo en la garganta que no paraba de molestarle y el cual, por mucho que lo intentase, seguía ahí, al menos, hasta que no lo sacase a la luz. Hasta que no se lo confesara a ese joven pelirrojo que tenía toda su atención en los ojos de Zack.

Y se atrevió a decírselo;

—Cuando te miro, solo quiero besarte... Hablar contigo por horas y abrirme emocionalmente a ti... Pero las consecuencias podrían ser...

Izan, al ver que Zack era incapaz de terminar la frase, negó con la cabeza, colocó su mano sobre la mejilla de él y susurró;

—Te prometí que no hablaría de eso contigo, hasta que tu no estuvieses preparado. Pero aquí estoy para lo que sea, Zack.

Zack sonrió, tranquilizándose por ello y ambos viajaron en el coche de Izan por las calles de Los Ángeles. El ambiente de esa ciudad era diferente a otros lugares y, cuando llegaron a la casa donde se hacía aquella fiesta universitaria, ambos chicos se dedicaron una dulce mirada y se bajaron juntos.

Izan deseó tomarle de la mano, pero eso era ir con prisas y no quería agobiar a Zack. Poco a poco, tenía la esperanza de que Zack quisiera ir así en un futuro.

El sonido de la música bañaba las paredes de aquel lugar, incluso saliendo al exterior. La canción Cold Heart de Elton John y Dua Lipa sonaba con buen ritmo en esa casa y 2 chicos caminaron juntos hacia aquella fiesta, donde las luces de neón decoraban el amplio salón.

Izan buscó a sus mejores amigos y, cuando los vio a todos juntos, charlando y bailando, sonrió como nunca y caminó hacia ellos mientras caminaba al lado de Zack.

Cuando se acercaron a ellos, Zack se notó bastante más nervioso de lo que se imaginaba y, al observar tantas personas desconocidas, le hizo sudar las manos como nunca, teniéndoselas que secar en el pantalón vaquero.

Blue, Rhett, Zoe y Faith, observaron a los chicos y las miradas entre ellos significaron mucho, creyendo que Izan iba a presentarle a su novio.

—¡Hey! ¿Cómo están? —saludó Izan, abrazando a las chicas y saludando con un choque de puños a Rhett.

—Fenomenal. Este tío hace unas fiestas increíbles —dijo Faith algo borracha, señalando al chico que había organizado la fiesta que estaba al otro lado del salón.

—Hola —dijo Zoe, dirigiéndose a Zack y, con una enorme sonrisa, Zack se vio contagiado por la joven rubia.

Izan, feliz, presentó a ese joven a sus amigos.

—Quiero presentarles a Zack.

Todos lo empezaron a saludar y miran a Izan, hablando tan solo con la mirada, creyendo que les estaba presentado a su novio. Pero Izan les contestó también con la mirada significando que no... Todavía no. No quería ir con prisas con Zack.

Faith se acercó a él, con su vaso en la mano y, ya notando como su voz fallaba por el alcohol, decía;

—Encantada Zack. Ella es Zoe, Blue, Rhett y yo, la fabulosa Faith.

Zoe rio al ver como le fallaban las palabras y que se estaba pasando con el alcohol, sabiendo que tenía que cuidarla si seguía bebiendo más y no quería que ningún hombre se sobrepasara con ella.

—¡Vale! Creo que has bebido suficiente, reina —dijo Zoe, quitándole el vaso y ella se quejó.

—Tener amigas para esto... —susurró Faith, consiguiendo que Zoe sonriese mientras se iba a la cocina, acompañada de Blue.

Esa noche fue increíble entre todos, conociendo más a Zack y divirtiéndose juntos. Incluso, cuando Blue habló con Zoe, tras ser ella la única a la que le confesara los sentimientos por su amiga Faith.

Blue tomó un vaso de alcohol, no siendo fan de esta bebida, pero aquella noche parecía necesitar tomarse algún que otro trago.

—¿Estás bien? —cuestionó Zoe, aunque se imaginaba que es lo que ocurría.

No podía dar por sentado algo hasta que Blue no se lo dijera. Y Blue confiaba mucho en Zoe y sabía bien que cualquier secreto, la joven rubia podía confiárselo sin pedirle nada a cambio.

—Empiezo a pensar que es mejor olvidarme de ella.

Zoe suspiró con suavidad y negó con la cabeza. Pero, en el fondo, se vio reflejada en ella la ver que ella tampoco se atrevía a dar ese paso con Rhett. Pero sus motivos eran diferentes y sabía que, por lo que le ocultaba a Rhett, él sería más feliz con otra chica. Estaba tan ensimismada pensando en ello, que no pensaba en la posibilidad de que Rhett no la juzgase, de que Rhett estaría a su lado a pesar de ello.

Pero ella pensaba que solo sería una pequeña posibilidad de miles.

—Es fácil olvidarse de eso, Blue... Pero trata de intentarlo.

—Si lo intento, Zoe... Si lo llegase a intentar, ella dejaría de hablarme.

Entonces, la pregunta que le hizo Zoe a Blue, la dejó completamente pensativa y con otra perspectiva que, al escuchar de otra persona, hizo replantearse su propio pensamiento.

—¿Y si no? ¿Y si terminan siendo novias?

Blue no supo responder a eso, pero si hizo que pensara en esa posibilidad. Y su estómago empezó a revolotear con nerviosismo. Esa sensación del estómago de cuando uno estaba enamorado.

Rhett, que se encontraba charlando con Zack, observó a Zoe desde la cocina. Necesitaba confesarle lo que llevaba ocultando mucho tiempo y lo que había vuelto a descubrir, el cual esa sensación jamás había desaparecido, solo se había ocultado por aquel enfado, aquel supuesto odio que tuvo sobre ella después de aquel día hacía muchos años.

Enamorado de Zoe, se disculpó con Zack, dejándolo con Izan bailando los 2 y llegó hacia Zoe, la cual se encontraba hablando con Blue.

A escasos metros de ella, le preguntó;

—¿Podemos hablar?

Zoe, desconcertada por lo que acababa de escuchar, asintió y le dijo a Blue que ya hablarían más tranquilamente. Ambos amantes se marcharon de la fiesta, con Blue mirándolos desde la cocina, con una sonrisa y sabiendo que es lo que ocurría entre ellos que tantos secretos a voces tenían.

No hacía falta sacar matrículas en la universidad para saber que algo ocurría entre ellos desde hacía semanas, por no hablar de la cara de enamorado que tenía Rhett desde entonces, recordándole cuando eran adolescentes.

Cuando 2 de los integrantes de aquel grupo de amigos se marcharon, Blue siguió desde lejos de la fiesta, disfrutando de ese momento en solitario con su bebida alcohólica y fascinándole ver a las personas desde lejos. Ahí podía ver lo que ellos mismos no miraban, y era los sentimientos que tenían en su mirada.

Observó al "amigo" de su hermano como lo miraba, con amor y cuando Zack se acercó a Blue, sonriéndola, Blue aprovechó para hablar con él y el alcohol en su organismo empezaba a hacer efecto.

—Zack, ¿qué tal tu primera fiesta? —cuestionó mientras Zack se pegaba a la encimera de la cocina con su bebida.

—Pues... Bien. Aunque no estoy acostumbrado a estos ambientes —confesó divertido.

Ambos se entendieron rápidamente y Blue respondió;

—Te comprendo. Yo tampoco.

Zack se dirigió hacia ella, interesado para hablar con Blue y dijo, por encima de la música;

—Eres la hermana de Izan, ¿verdad?

La joven rio, notándose más suelta de lo normal por la bebida y asintió.

—Si, ¿tanto se nota?

Zack asintió y luego silenció mientras las personas seguían de un lado al otro, disfrutando de la compañía y del momento.

Blue, ya un poco borracha y notándose diferente a otras veces, resultó ser de lo más sincera de lo que nunca había sido.

—Estás enamorado de mi hermano, ¿me equivoco? —cuestionó, aunque fue más como una afirmación.

Zack suspiró, no importándole que ella le hiciera esa pregunta y asintió con mucha delicadeza.

—Si... Aunque es complicado.

—¿Tienes miedo a lo que la gente pueda decir de ti por amar a un hombre? —preguntó.

Y Zack asintió por ver como esa chica daba en el clavo.

—Más bien, miedo de alguien...

Blue arrugó su frente ante aquello último, y se imaginó que debía de ser alguien de su familia quien no quería aceptarlo tal y como era. Aunque no sabía la historia completa y la historia de Zack era bastante difícil.

Y entonces, Blue se lo reveló a la segunda persona, a alguien que, para ella, era un desconocido, y no le importó. Incluso, se sintió bien al expresarlo, al decirlo y fue un paso más para ella.

—Te confesaré algo... Yo llevo enamorada desde hace años de esa mujer de ahí.

Señaló con la cabeza a la joven de cabello rizado y Zack preguntó;

—¿Faith?

Blue asintió.

—Si. Y no me he atrevido jamás a decirle nada. Ni siquiera he dado mi primer beso porque solo me ha atraído ella y no hay ningún hombre que me haya gustado —murmuró, aunque si había dado un beso a un hombre, pero no lo cuenta jamás porque fue un pico nada más—. Así que, después de tanto darle vueltas, me he aceptado a mí misma... Pero, cuando miro atrás, veo el tiempo que he perdido por no decirle a esa joven lo enamorada que estoy de ella.

—¿Y por qué no lo haces? —cuestionó Zack.

Silenció unos segundos y respondió;

—Por miedo a lo que me dirá, a su reacción... Incluso miedo a que mi madre descubra que soy lesbiana y me deje de hablar como hizo con Izan.

Zack dejó el vaso en una mesa de la cocina y se giró para mirarla mejor.

—Si no te lanzas... No sabrás la respuesta o lo que te estarías perdiendo.

Blue asintió, de acuerdo con él, pero su sinceridad, nuevamente, salió gracias al alcohol.

—Aplícatelo a ti mismo también, Zack. Solo tienes 2 opciones en la vida; o ser lo que los demás quieren... O vivir la vida como tú deseas vivirla —murmuró haciendo que Zack abriera los ojos—. Y me he dado de cuenta que quiero lo último.

Zack tragó las palabras de ella y las aceptó, mirando a Izan desde lejos, deseando contarle lo que sentía por él, dejar de lado ese miedo e ir recto hacia ese chico para besarlo delante de todos. Pero no lo hizo, al menos, no esa noche.

Y blue, dejando la bebida de lado, caminó hacia Faith, dispuesta a tragarse su miedo y mostrarle lo que sentía por ella.

Aquella joven caminó hacia Faith, recta para mostrarle sus sentimientos, para dejar atrás aquel miedo a perderla y no confesárselo jamás. La fiesta seguía y la música estaba bastante alta. El alcohol había hecho bastante en el organismo de Blue y Faith estaba sola, bailando mientras más personas a su alrededor también lo estaban.

La música electrónica hacía mover las caderas de Faith, consiguiendo que su cuerpo perfecto hiciera un movimiento exitante para Blue, la cual estaba lista para dar aquel paso.

El vestido de fiesta que llevaba Faith, de color rojo y con su pintalabios del mismo color, dejaba a la vista ciertas partes de su anatomía, mientras que Blue llevaba un vestido azul sencillo.

Faith, al verla, sonrió para decirle;

—¡Ah, Blue! ¡Ahí estás! Deberías bailar conmi...

No acabó la frase en cuanto los labios de Blue se estamparon en los de ella, colocando sus manos sobre las mejillas de Faith y besándola como hacía tiempo que soñaba con hacer.

Faith, asombrada, se quedó quieta, sin moverse, sin saber que hacer ni donde poner sus manos. Y Blue creyó que se alejaría de ella enseguida, pero no fue así.

Las manos de Faith se colocaron sobre la cintura estrecha de Blue y le siguió aquel beso, cerrando los ojos e intensificándolo, uniendo sus lenguas por el camino.

Un terremoto de sentimientos se apoderó de ambas chicas en medio de aquella fiesta, sin que nadie las molestara, ni les importase lo que hacían. Cada una fue libre, cada una demostró lo que sentían.

Tenían tantas ansias, que Faith caminó hacia adelanta, haciendo que Blue caminara hacia atrás y la llevó a un rincón escondido, donde podrían tener más privacidad y las luces de neón no las iluminaban tanto. Pegó la espalda de Blue en la pared mientras las manos de Faith la tocaron como nunca nadie la había tocado a Blue y esta última no se quedó atrás.

Faith colocó sus manos sobre el trasero de la joven pelirroja mientras que Blue se dejaba hacer todo por ella, pegando sus pechos y sintiéndose todavía más unidas.

Pero algo cambió, algo ocurrió en cuanto la música se terminó, que Faith dejó de besarla, mirándola con deseo a aquella joven, mientras que Blue no podía estar más y más enamorada de esa joven que acababa de besar.

Y entonces lo dijo;

—Faith... Llevo años enamorada de ti...

Faith, abrumada por el beso y ahora por las palabras de Blue, se quedó estática, tragando saliva mientras se alejaba de ella y miraba hacia todos lados, pareciendo haber despertado del alcohol. Pero el alcohol, aunque te hiciera hacer cosas que no harías estando sobria, no significaba que no lo sintieras. Y ambas se besaron y Faith siguió el beso, sabiendo que llevaba tiempo queriendo besarla y lo había negado.

Pero tras besarla, se percató de algo que le aterrorizó y descubrir el secreto de Blue, la hizo paralizarse.

Y, sin decirle nada, negó con la cabeza, mirando hacia el suelo y salió de aquella fiesta, dejando sola a Blue, más preocupada y destrozada de lo que jamás creía que estaría.

🎡

Mientras, lejos de aquella casa, en la playa cerca de la hermosa noria que había en el muelle de Santa Mónica, se encontraban una joven pareja sentada en la arena.

La joven rubia observaba el cielo con admiración, enamorada de cada estrella que había en ese inmenso cielo ahora oscuro y le fascinó, a la vez que el viento le daba de lleno en su hermoso rostro, haciendo que su cabello dorado ondeara. Aquello hacía que Rhett pudiese oler mejor aquel perfume natural de ella que tanto adoraba y cerrase los ojos, nervioso mientras apretaba sus manos.

No paraba de darle vueltas a lo que estaba a punto de contarle y parecía mentira que solo se sintiera así de nervioso con esa chica rubia, cuando no le pasaba jamás con nadie. Se sentía aquel joven, enamorado de la chica que había sido su mejor amiga por años y que siempre, siempre, ella había estado a su lado, incluso cuando era un desconocido en aquel colegio.

Miró a la joven, mientras el sonido de las olas rompiendo el agua sonaba de fondo y, sin poder aguantar más con aquel secreto que tenía que contarle desde hacía tiempo a Zoe, se lo confesó.

—Zoe... Debo decirte algo. —Rhett esperó que los ojos azules de Zoe lo mirasen y, cuando lo hizo, su corazón empezó a latir con mucha más fuerza de lo que lo hacía habitualmente. Respiró profundamente y lo soltó, sin ser consciente de la reacción de la joven—. Llevo enamorado de ti mucho más tiempo del que puedo recordar... Y ahora lo estoy mucho más de ti de lo que jamás creí que lo estaría.

Zoe, sin esperarse aquellas palabras de Rhett en esa misma noche, silenció, asustada por completo por lo que le estaba diciendo aquel chico y tragó saliva, nerviosa y sin poder encontrar las palabras exactas.

Todo empezó a darle vueltas, sin saber muy bien que responderle y, en circunstancias normales, su respuesta sería positiva. Pero en esa época de su vida y siendo lo que era... Eso significaba hacerle mucho daño al chico del que estaba enamorada en silencio.

Rhett, al escuchar solo aquel sonido de las olas, se asustó y vio aquella reacción de esa joven que solo lo observaba con los ojos completamente abiertos, sin poder sacar ni una sola palabra de su boca.

Rhett comenzó a arrepentirse de contárselo y, al ver que la respuesta de ella se eternizaba, se apresuró en decir;

—Por favor... Dime algo —suplicó.

Zoe tardó unos segundos más, viendo el rostro de Rhett desesperado por su respuesta y no era para menos. No después de lo que ocurrió aquella tarde, en el instituto, cuando Rhett se le declaró a esa joven que le estaba diciendo que estaba enamorado de ella.

Ella entreabrió los labios, mientras el cuerpo de Rhett se giraba hacia ella para verla mejor y Zoe, sin dejar de mirar hacia el paseo marítimo, donde quería huir, lo miró a los ojos y respondió, temerosa;

—No... No puedes enamorarte de mí. Te dije que solo era sexo, Rhett —contestó para la mala suerte de Rhett, el cual comenzó a bajar sus hombros por aquella respuesta.

—Zoe... —susurró.

—No... —Se levantó, apoyando sus pies sobre la arena y negó con la cabeza, deseando huir y viendo el daño que le estaba haciendo en ese momento a ese joven chico del que estaba enamorada y él no debía saberlo—. Rhett, no me hagas esto... No puedes amarme, por lo que soy...

Estaba muerta de miedo y su voz se notaba por completo desesperada. No lo estaba rechazando como cualquier otra persona haría. Si alguien la escuchaba, sobre todo por las palabras que estaba soltando, podría ver que algo ocultaba, que le tenía miedo a amar, a que la amasen porque no sabía lo que era el amor romántico... Su idea de esa era bien distinta y temía lo peor.

Pero Rhett, en ese momento, estaba tan mal al ser rechazado por segunda vez por la misma chica, que solo se pudo levantar para mirarla mejor y susurró;

—No me rechaces... No otra vez...

Zoe no escuchó aquello último, ensimismada en las palabras de Rhett que la había sorprendido tanto y contestó;

—No sabes que soy... Te daría asco si lo supieras.

Rhett escuchó aquello último y arrugó su frente, sin comprenderla.

—¿Por qué siempre dices eso? ¿Por qué siquiera dices eso, Zoe? ¿A que le tienes miedo?

—A tu reacción si lo descubres.

Rhett no dejó de mirarla a aquellos hermosos ojos azules, ahora brillantes por el miedo que la estaba poseyendo dentro de ella y tragó saliva antes de decirle;

—No hay nada en este mundo que cambie mi opinión por ti.

Ella negó, no pudiendo dejar de pensar en toda su vida y negó con la cabeza.

—No... —murmuró. —Si lo harás. —Y dijo las peores palabras que podría haber elegido, pero su mente no podía pensar, no en ese momento—. Esto ha sido un completo error, Rhett... Debo irme.

Empezó a caminar rápidamente, y Rhett trató de frenarla, pero al tocar su mano sobre la de ella, se resbaló con la rapidez de ella y empezó a irse de aquella playa.

—Zoe...

Y Rhett se quedó solo allí, siendo rechazado por segunda vez por la misma chica y con el corazón roto nuevamente... Pero esta vez iba a costar en recomponerse.