T R E I N T A | L I B E R A D A 🎡
«Solo faltaba un paso para poder confiar, para poder decir lo que escondía y lo que me dolía en el pecho. Faltaba un paso para sentirme libre»
Zoe.
Blue caminaba por el pequeño piso que compartía con su hermano mayor, el cual se encontraba jugando a un videojuego.
La joven pelirroja estaba completamente pensativa, deseando poder hablar con su hermano para decirle que es lo que le estaba ocurriendo desde hacía tiempo con Faith y de lo que estaba sintiendo, sobre todo, lo que quería hablar con él desde hacía meses.
Él, al verla tan distante aquellos días, cuando escuchó los pasos de ella pasando por la cocina, cerca del salón, dejó de jugar y la miró desde el sofá. Quería hablar con ella, sobre todo, para ver si ella se abría a él, después de descubrir su secreto hacía unos días, en el campus de la universidad.
Tomó otro mando de la Play Station para que ella jugase con él y se lo entregó desde ahí.
—Vamos, como en los viejos tiempos.
Blue, con una botella de agua en sus manos, arrugó su nariz al no ser muy compatible con los videojuegos.
—Me vas a ganar. Siempre lo haces.
Él sacudió su mano, en la cual estaba el mando de la play y ella negó con la cabeza, acercándose a su hermano.
—Quizás hoy cambie tu suerte.
Ella se sentó a su lado, tomando el mando y empezaron a jugar. La primera partida la ganó él, cosa que no le hizo mucha gracia a su hermana pequeña. Y, en la segunda parte que jugaron, él la miró, conociendo su secreto y, esperando que ella se abriese a él, le dijo;
—¿Te acuerdas la tarde que te dije que era gay?
Ella arrugó su frente por la pregunta de él y ella asintió.
—Si.
Izan sonrió y, sin dejar el videojuego, continuó;
—Y a esa edad ya eras mucho más madura que cualquiera de mis compañeros de clase.
Lo recordó como si fuera ayer y jamás creyó que confiara tanto en su hermana, hasta que él se lo confesó, viendo que su hermana no hizo como su madre que lo dejó de lado, sino que se unieron más. Y desde ahí, fueron inseparables.
Siempre se lo agradeció porque, aunque su hermana había sido tan abierta de mente, sus compañeros de clase no lo fueron tanto. Y a pesar de no decirlo públicamente, sus compañeros de clase siempre lo supieron de una forma u otra y le hicieron la gran mayoría de las burlas a él por ello.
—Debiste sufrir mucho ocultando ese secreto —susurró Blue, dejando de jugar.
Izan hizo una mueca con su boca, asintiendo.
—Era un secreto a voces. Y todos, sin yo contarlo, ya lo sabían. Tenía miedo a que me juzgases, pero siempre me sorprendías y aquella tarde fue la mejor de mi vida —confesó, agradeciéndoselo.
Blue no dijo nada más, como si algo le estuviese haciendo daño dentro, deseando salir, decirlo en voz alta. Pero le costaba mucho más de lo que se creía. Y, a pesar de decírselo solo a Zoe, parecía complicado decírselo a su hermano, cuando sabía que, en el fondo, no debía ser difícil.
Izan supo que le estaba costando mucho más que a él en su momento y prolongó;
—Muchas veces, los secretos nos queman por dentro y aquella tarde estaba listo para decírtelo.
Entonces, el temor de ella salió a la luz.
—Pero mamá no te aceptó.
Izan supo que su madre no lo había aceptado, pero ella sí.
—Pero tú si. Y con eso ya estoy feliz.
Blue entreabrió los labios para continuar;
—Pero...
Su hermano la interrumpió, diciéndole;
—Pero sería infeliz si seguía ocultando lo que soy, Blue.
Entonces, al ver como su hermano estaba hablando de algo que habían hablado hacía años, soltó el mando sobre la mesa y se giró para mirarlo mejor. Elevó la ceja, con sus manos totalmente sudadas del nerviosismo y, cuando analizó la mirada de Izan, supo que era el momento y que él sabía más de lo que ella pensaba.
—Ya lo sabes, ¿verdad?
Izan movió sus cejas y preguntó, haciéndose el nuevo;
—¿El qué? —guiñó él, algo serio, pero con una pequeña sonrisa en su boca.
Blue se puso nerviosa, carraspeando y, tras tardar toda una eternidad, mientras que su hermano le daba todo el tiempo que ella necesitase, lo dejó salir a la luz.
—Yo... —Hizo una pequeña pausa y soltó. —Creo que soy lesbiana.
Izan elevó la ceja y preguntó;
—¿Crees o lo eres?
Estaba titubeando y entonces, decidió soltarlo, decirlo en voz alta a alguien muy cercano a ella y, siendo valiente, lo miró, segura y contestó;
—Soy lesbiana.
Izan sonrió al ver que, por fin, se había aceptado tal y como era y que, por amar a alguien de tu mismo sexo, no te hacía ni mejor, ni peor persona. Te hacía humano y, fuese como fueses, amases a quien amases, debías aceptarte tal y como eras.
Blue comenzó a sentirse bien, como si se hubiese soltado algo pesado de su pecho y, al mirar a su hermano, sonrió, feliz.
—¿Fue tan difícil como creías? —preguntó Izan.
Y ella lo pensó y no era tanto como creía, al menos, porque era su hermano a quien se lo decía. Pero también porque se había aceptado tal y como era. Con sus gustos.
Derribó aquel muro, viendo con más claridad las cosas de su vida, sintiéndose bien consigo misma y quitándose un fuerte peso de encima y, cuando ella se escuchó en voz alta lo que su mente se decía por tantos años, entre susurros... No fue tan malo como creía y se sintió liberada de su propia trampa mental.
Libre.
—Al principio creí que sería horrible decírtelo, pero me siento... Muy bien —confesó.
Izan negó con la cabeza para decirle;
—El problema no es mientras lo contamos, sino el momento antes y eso asusta. Ese miedo a que dirán, a que pensarán... Pero yo no soy nadie de fuera, Blue. Soy tu hermano y te recuerdo que yo me sentí igual que tú hace muchos años.
Ella suspiró fuertemente, empezando a pensar en la madre de ellos.
—Tengo miedo de lo que diga mamá.
Izan la comprendió.
Se tomó su tiempo para pensar y luego decirle;
—Tiene 2 opciones; o dejar de hablarnos por no querernos como somos o aceptarnos.
Blue arrugó su frente, triste.
—Pero no quiero que terminemos la relación con ella.
Izan se entristeció con ella, miró los ojos azules de su hermana y susurró;
—Yo tampoco lo quiero, Blue. Pero tampoco podemos hacernos daño a nosotros mismos.
—¿Y no puedo ocultárselo? —preguntó.
—¿Y no ser fiel contigo misma? ¿Eso quieres?
—No quiero perder a mamá —contestó ella.
Izan asintió, pensando bien en sus palabras y, apagando la televisión, sin importar el videojuego, continuó;
—No la vas a perder. Yo creo que ella algún día nos aceptará, le costará, pero lo hará. —Dio su punto de vista—. Es nuestra madre y la quiero mucho, jamás dejará de ser nuestra madre y ella lo sabe.
Entonces, pensando en su amiga Faith, el querer saber que es lo que había pasado entre ellas, hizo que Izan se interesase en ese momento de su hermana y le preguntó;
—Por cierto, ¿qué pasó con Faith?
Blue lo miró, elevando la ceja y preguntó;
—¿También lo sabes? ¿Eres brujo o algo?
Él rio en alto, negando con la cabeza.
Se echó el cabello hacia atrás mientras que Blue se veía más relajada después de liberar aquel peso que llevaba encima y que lo estaba escondiendo como su mayor secreto.
La miró y dijo;
—No, hermana. Pero Faith habló sobre su sexualidad conmigo antes de la fiesta universitaria —dijo, captando la atención de Blue—. No me dijo que con la que tenía dudas era contigo, pero me dijo que se sentía atraída por una chica. Y el otro día las vi distanciadas después de la fiesta. Me imaginé que era por eso.
Blue tragó saliva y, aunque no le gustase hablar de esas cosas con nadie, es cierto que necesitaba alguno de los famosos consejos de Izan. Él parecía el consejero del grupo, junto con Zoe y sin duda, esa tarde, necesitaba saber algo sobre Faith. Le parecía sorprendente que la joven de la que estaba enamorada, fuese a hablar con su hermano sobre su sexualidad y saber, ahora, que el motivo era ella... No sabía si le asustaba o le gustaba, después de como acabaron ambas tras la fiesta.
Miró a su hermano y respondió;
—La besé... —Izan se hizo el sorprendido, a pesar de que ya se lo imaginaba—. Llevo enamorada de Faith años. Y tenía miedo de que me rechazara o que dejase de hablarme. Cuando me atreví gracias al alcohol, la besé.
—¿Y ella que hizo?
Blue suspiró con fuerza, mientras se colocaba sus manos sobre sus rodillas, mirándolas y sin saber que hacer ahora sin la amistad de Faith, ya que no la hablaba después de aquel beso.
—Esa es la cosa. Me siguió y estuvimos un rato así, hasta que la canción terminó y se marchó. Después de eso no volvió a hablarme.
Izan sonrió, sabiendo lo que significaba.
—Dale tiempo. A veces cuesta aceptarlo. Si te siguió es que le gustó.
Ella negó con la cabeza, no muy confiada en ello.
—Gracias por confiar en mí, hermanita —susurró Izan.
Mientras que Blue sonrió, feliz de sentirse menos pesada.
—Gracias a ti.
Colocó su mano sobre la de su hermana y susurró;
—Y no te preocupes por mamá. Cuando estés lista, estaré a tu lado cuando quieras decírselo.
Se abrazaron y aquel momento, aquella liberación de Blue, fue el inicio de algo que amaría, que era confiar en sí misma, en querer a sí misma.
Ambos dejaron aquel tema de lado y volvieron a pasar un rato juntos, jugando a aquel videojuego mientras la tarde pasaba con tranquilidad.
🎡
Caminando en el paseo marítimo, con las increíbles vistas de una de las playas de Los Ángeles frente a ellas, se encontraban en el atardecer unas jóvenes, las cuales eran las mejores amigas.
Faith se encontraba deseosa de poder expresarle a Zoe lo que había pasado con Blue, confesarle las dudas que había tenido y los miedos que conllevaba. Jamás se había sentido así y el beso de aquella noche en la fiesta universitaria, no lo olvidó. Incluso podía sentir los labios de Blue todavía.
¿Le había gustado? Más de lo que esperaba.
¿Le gustaría repetirlo? Tenía miedo a responder a esa pregunta.
Faith siempre le había gustado los hombres y seguían gustándole. Eso no cabía duda. Pero una cosa no quitaba la otra y Faith sabía que empezaba a gustarle Blue y, cuando Blue la besó y ella le siguió el beso y lo disfrutaron como nunca, supo que había algo nuevo en ella. Pero le entró el pánico una vez la música se acabó y ella, después de escuchar como Blue se le confesaba, se esfumó, asustada.
Se sintió estúpida esa noche cuando la dejó. No debió hacerlo, pero no sabía como comportarse, ni que decirle. Todo eso era muy nuevo para la joven de cabello rizado.
Entonces, mientras aquellas 2 amigas caminaban juntas cerca de la playa, Faith se armó de valor y dijo;
—Debo confesarte algo.
Zoe, la cual también le llevaba dando vueltas a algo y era que quería confesarle a su mejor amiga por lo que estaba pasando, siendo Faith la primera persona a la que se lo diría. Pero a la vez le daba algo de pánico, pero si no lo hacía algún día, si no se lo contaba a alguien, no sabía como reaccionaría y siempre se sentiría así. Y ya estaba cansada de sentirse de aquella manera.
Esperaba que Faith no la juzgase y le guardase el secreto hasta que pudiese contárselo a Rhett.
Sentía ese nerviosismo previo de cuando quería contarle algo importante a alguien sobre un problema que estabas sufriendo.
Zoe miró a Faith y, con una sonrisa, contestó;
—Claro, ¿qué pasó?
Zoe esperó a la respuesta de esa joven y, cuando Faith habló, la sorpresa en Zoe se hizo más que evidente.
—Me gusta Blue —soltó rápidamente, dejando con una sonrisa a Zoe al descubrir que sus sospechas eran ciertas.
Al mirar Faith para su mejor amiga, hizo que elevase la ceja por la sonrisa que esta le estaba poniendo.
—¿Y esa sonrisa de rubia enterada?
Zoe movió los hombros, no diciéndole nada a Faith sobre la confesión que Blue había tenido con ella. Le había prometido guardar aquel secreto y seguiría cumpliéndolo.
—¿Qué pasó con Blue, Faith? —cuestionó Zoe.
Hubo un largo silencio, hasta que Faith contestó.
—Nos besamos en la fiesta y me puso bien excitada —respondió, consiguiendo que Zoe la mirase—. Llevaba semanas extraña con ella, pero pensaba que era amistad, no sentimientos por ella. Y ese beso me encantó. Joder, si me encantó.
Zoe sabía que faltaba una palabra porque la conocía a la perfección, por lo cual preguntó;
—¿Pero?
Faith dejó de caminar, parándose en medio del camino, entorpeciendo a un joven que estaba tras ellas con sus auriculares puestos, metido en su propio mundo. Maldijo en voz baja por ser obstaculizado por esas chicas y continuó con su camino.
La joven de cabello rizado contestó;
—Me asusté y me marché sin decirle nada. —Miró hacia otro lado, avergonzada, mientras que Zoe no retiraba la vista de ella—. Después de eso, no he querido hablar con ella.
Zoe negó con la cabeza, viéndose a sí misma en Faith por como trataba a Rhett y ahora empezó a ver las cosas mucho más diferentes de como las veía. A pesar de que sabía que hacía daño a Rhett, a veces, la falta de experiencia en el amor romántico, la hacía cometer grandes errores y quería solucionarlos, poco a poco.
—Faith...
—¿Qué? Joder, Zoe —contestó enfadada la joven Faith—. No me vengas a decirme a mí eso, cuando tú y Rhett han tenido que hablar y no lo han hecho.
Zoe elevó la ceja y, con una pequeña sonrisa por haber aclarado las cosas del pasado, respondió;
—La verdad es que lo hicimos hace 2 tardes.
La sorpresa en el rostro de Faith fue bastante impresionante y, cualquiera que pasara por ese paseo marítimo, podría imaginarse que lo que le estaba contando la rubia era mucho más que interesante.
—¿Qué? ¿Y no me lo cuentas, tía?
Zoe apretó los dientes, tratando de ocultar su felicidad a pesar de que todavía quedaban muchas cosas que solucionar entre ellos. Pero que Rhett hablase con ella y aclarasen lo que pasó en el pasado, era un paso bastante enorme para ambos. Pero Zoe sabía que le faltaba lo gordo, y era contar lo que pasó ese día que lo rechazó y, no solo eso, sino de que trabajaba. Eso iba a ser bastante feo de contar y no sabía si se derrumbaría delante de él o como sería la reacción de Rhett. Pero no podía vivir más ocultando su secreto. Necesitaba sacarlo hacia fuera.
—Solucionamos nuestros problemas con aquella charla y fue... Increíble —reveló.
Faith se moría de ganas por saber que es lo que había pasado entre ellos y, cuando Zoe se lo contó por encima, Faith le preguntó;
—¿Qué sentimientos tienes por él, Zoe?
Zoe sabía muy bien la respuesta, pero no se lo contó hasta que pasaron largos minutos, preparada para decirlo en voz alta y no en su mente.
—Lo amo. Pero es complicado.
Faith entendió su respuesta, y era lo que la tenía tan despistada, torpe incluso la gran mayoría de las veces. Quería saber que es lo que le ocurría para poder ayudarla y después de la discusión que tuvieron Rhett y Zoe cuando Rhett trató de obligarla a hablar delante de todos, haciendo que Zoe se asustase todavía más y diese varios pasos hacia atrás.
Faith comprendió a Rhett que estaba tan desesperado como todos ellos por saber que problemas estaba metida Zoe, pero tampoco eran las formas.
—¿Cuándo hablarás con nosotros sobre lo que te ocurre, Zoe?
Y lo que no sabía Faith, es que Zoe estaba lista para contárselo solo a ella, por el momento. Ir poco a poco y saber como sería la reacción de ella. Quería explicarlo, quería hablarlo con alguien, pero a la vez estaba muerta de miedo.
Y, cuando abrió la boca para decirlo, a Faith le sonó el móvil, haciendo que Zoe silenciara cuando por fin estaba lista para hablarlo.
Esperó pacientemente a que Faith acabase la conversación, la cual estaba hablando con su tía y, cuando acabó la llamada, la joven miró a su amiga rubia y dijo;
—Joder, Zoe... Siento mucho dejarte así, pero mi tía me acaba de llamar y tengo que recoger a mi prima con urgencia. Se ha puesto enferma en el entrenamiento de fútbol. —Analizó la mirada de su mejor amiga y preguntó. —¿Hablamos mañana?
Zoe, la cual se quedó con aquella sensación extraña de no poder contarlo, asintió, comprendiendo a Faith y que sabía que era una urgencia.
—Claro —sonrió ella y se quedó sola, pensando, lista para hablar con Rhett.
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