Cuatro
pov. Taehyung
¿Desde cuando le tenía tanto miedo a la muerte? Cuando era pequeño siempre me dijeron que las personas que dejaban este mundo podrían volver a verse en las estrellas de cada noche y así jamás estarías solo.
Siempre pensé que tendría una larguísima vida y sería muy exitosa según la vidente que vió mi suerte cuando terminé la universidad.
Recuerdo que en mi primer trabajo juré jamás rendirme puesto que en esta vida estaba solo yo, nadie más. No recuerdo donde habrán estado mis padres ni mi familia, solamente recuerdo a Namjoon que había sido mi vecino cuando apenas era una criatura en una casa que fue abandonada y de paso, había sido olvidado ahí.
Vaya mierda de padres que escogí.
No podía evitar no llorar, tengo tanto miedo en este momento porque ya no me queda nada. Jamás podré ir al concierto de mi artista favorito, ni podré acceder a las compras más lujosas como siempre quise, ni podré viajar con Namjoonie y mucho menos, podré conocer al amor de mi vida.
Lágrimas y lágrimas caían de mi rostro enrojecido con gritos de sufrimiento que salían desde lo más profundo de mi pecho, de mi corazón.
Llamada perdida de Namjoon, llamada perdida de Namjoon y quien sabe cuántas más habrá sido que al final tomé el último autobús de la noche oscura que era acompañada de una intensa lluvia, la cual me había empapado absolutamente todo.
Ya que importa, me moriré igual.
— ¿Hola? ¿Namjoon hyung? — contesté el teléfono con la voz más tranquila que podría fingir — ¿Dónde mierda estás? ¡Has desaparecido hace seis malditas horas, Taehyung! — vaya, el llanto y la tristeza si paralizan el tiempo.
— Estoy en el paradero de autobuses de la clínica, ya se fue el último autobús ¿Podrías recogerme? — pedí con un nudo en la garganta.
— Taehyung ¿Qué te pasa? ¿Qué sucedió?
— ¡Namjoon me voy a morir! ¡Tengo un estúpido tumor en la cabeza! ¡Me estoy muriendo lentamente! — grité al teléfono antes de tirarlo y soltar una vez más mis lágrimas desgarradoras.
No sé ni cuanto tiempo pasó que el auto de Namjoon estaba delante mío. Él bajó del auto con una toalla grande, la toalla que siempre había usado para sentirme seguro. — Vamos a casa pequeño. — mencionó mientras me subía al auto en el lado del copiloto.
Él tenía lágrimas acomuladas, sabía que estaba hablando enserio y que no era broma lo de mi muerte — Hyung, ya que me iré próximamente ¿Qué harás con mi habitación?
— Taehyung, no te vas a morir y te prometo que haré lo posible para que no mueras — dijo sin mirarme a los ojos, para él era demasiado importante mi existencia o quizás era porque estaba conduciendo ¿Quién sabe?
Demasiado dudoso.
"Joven Taehyung, el constante estrés que ha estado percibiendo lo ha llevado a esta situación y le recomiendo que en sus últimos días, pase su rutina lo más tranquilo posiblemente".
El estúpido trabajo me llevo a mi muerte, Jeon Jungkook me está llevando a mi muerte.
En casa, Namjoon solo me permitió bañarme mientras el preparaba la cena, posiblemente mi cena favorita.
— No es posible que en una cita te den ese diagnóstico ¡Te llevaré a una clínica mucho mejor! — dijo él, está claro que está en negación mientras me servía una tasa de chocolate caliente, mi favorito. — No es necesario, estaré bien así. — mencioné sin ánimos que seguir, mi vida ya se iba a acabar tarde o temprano.
Necesito vengarme, antes de que mi muerte decida llamarme y más vale que sea tarde.
Horas y horas pasaron que Namjoon quiso dormir a mi lado abrazándome como cuando éramos apenas unos niños que no sabíamos del mundo exterior. Era curioso porque estaba con tanto enojo y tanta sed de venganza mientras que él estaba en un sueño realmente plácido que no sintió mi ausencia.
Tomé el bate de béisbol que Namjoon tenía de colección, una buena cantidad de cebollas que claramente al jefe Jeon le encantaban y otras herramientas más pero no podía faltar mi vestimenta absolutamente todo de negro para que se percate si estoy a oscuras.
Quizás Namjoon ya me iba a matar de por sí al tomar su bate de beisbol pero tomar las llaves de su auto sin su permiso ¡En verdad me iba a aniquilar!
En fin, moriré jóven.
Me sabía de memoria la dirección de la casa de Jeon, había pasado por tanta tortura ¡Díganme que secretario le lleva la ropa planchada con cierta temperatura a su casa en plena luz del día o quién totalmente cuerdo va cortarle el césped a cierto centímetro por el gusto del jefe!
Dios, tengo mucho que vengarme pero será bromita nada mas ¿Verdad?
La seguridad del portón de Jeon era tan estúpida que pude pasar sin problema alguno. Tan millonario y tan idiota para cuidarse, tremendo mocoso de mierda.
Pude haber entrado rompiendo su luna pero fue más sencillo entrar por la puerta principal sin llave ¡Enserio, tantas personas que podrían robarle y este hijo de fruta ni se cuida!
Escuché un ruido que se aproximaba a la sala y cerca a la cocina, opté por ocultarme en el sofá y era él.
Él en una bata negra y pantuflas de... ¿Conejo?
Ridículo.
Estaba buscando un vaso de agua a las tres de la madrugada. Tres de la madrugada y Taehyung, el cucú te torturará.
— Buenas noches señor Jeon — dije sosteniendo el bate y mirándole fijamente a los ojos.
Esto me iba a gustar mucho.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro