Yoongi voltea a ver cuando siente a alguien más carraspear, deja el documento de lado para ver con una ceja alzada a su secretaria.

Y a su mente vienen los recuerdos de hace unos días, estaba tan avergonzado de comp actuó que su único método fue evitar a su secretaria.

No sabía que pasaba, pero extrañamente ella lo hacía sentir extraño.

Y eso que él es homosexual.

Tener aquellas sensaciones por una mujer, lo hacía sentir confundido.

— Que pasa? —Pregunto él.

JiMin mordio su labio inferior y luego soltó un suspiro, dejo la bandeja con café y un emparedado sobre la pequeña mesa ratona.

— Le traje un refrigerio señor Min, no ha almorzado así que pensé que... —Suspiro—. Le traje algo para que no se pase de su estomago.

Yoongi reprimió una sonrisa, pero mantuvo su rostro estoico.

— Gracias —Murmuro suavemente, Jimin casi le dice que no le escucho, pero mordio su lengua cuando quizo soltar aquel comentario sagas.

— Está bien, cualquier cosa aviseme señor Min, soy su secretari- secretaria después de todo. —YoonGi asintió y tomó entre sus manos el emparedado.

Su estómago gimió de satisfacción, sabía delicioso.

Jimin sonrio e hizo una venía para retirarse de aquella oficina.

Al salir, sus mejillas adoptaron un tenue rosa, y su corazón se aceleró. Y aquello lo hizo sentir enfermo.

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