Ambos bajaron con la mirada en el piso, se les hacia realmente muy extraño verse entre sí, pero, les daba más pena ver a seokJin.

Habían despertado frente a frente, Yoongi aún abrazándolo por la cintura. Jimin se dedicó a observar con detalle las lindas facciones del chico frente a él, pero, cuando este abrió los ojos solo se quedó ahí, estático, sin decirse nada, solo viéndose a los ojos y recordando el lindo beso.

Para Jimin, era un milagro que recordara eso. No era la primera vez que tomaba alcohol, sin embargo, si fue la primera vez que se embriagaba, y eso, definitivamente, no lo volvería a repetir.

Bueno, pero lo que pasó en cuanto salieron del transe, se besaron una vez más. Lento, disfrutando el sabor de los labios ajenos.

Eso, hasta que Jin entró de repente y los hizo separarse en tan solo microsegundos.

Y ahora estaba ambos junto con Seokjin y Namjoon en el comedor mientras desayunaba en silencio, Jimin solo observaba el plato de comida frente a él. Mierda, el desayuno se veía estupendo pero las ganas de vomitar, ahí seguían. Sentía que con solo un sorbo del jugo de naranja, comenzaría a sacar todo.

De repente, Taehyung apareció por las escaleras y entró a la cocina, sentándose con la cabeza baja.

¿Qué pasaba? ¿Porqué todos veían el suelo esa mañana?

— Buenos días, Taehyungie. — Saludó Seokjin, parándose para tomar un plato limpio y servirle el desayuno al recién llegado. — Espero que hayas dormido bien, ¿Tienes resaca? Uhm... ¿Dónde está Jungkook? ¿Sigue dormido? — Taehyung rascó su nuca.

— No, él... Está despierta, no creo que tarde en-

Una vez más, los pasos sobre la escalera llamaron la atención de todos, voltearon hacia la puerta esperando la aparición de Jungkook.

Y en cuanto pasó, Yoongi dejó caer el tenedor, Jin casi tira el plato de Taehyung y Namjoon ahogó un gritito.

Jungkook cruzó la cocina con las sábanas de la cama sobre sus manos para dirigirse a la lavandería, después de salir, fue al baño para lavar sus manos y regresó a la cocina, tomando asiento entre Namjoon y Taehyung.

— J-Jungkook... — Le habló Yoongi, el menor ni siquiera hacía un ruido, simplemente estaba viendo los cordones de su sudadera, jugando con ellos.

Jimin no comprendía una mierda, decidió ignorar el extraño ambiente a su al rededor y se atrevió a comer.

Una, dos, tres cucharadas y todo iba bien.

Eso, hasta que llego a la sexta.

Se paró corriendo de la silla para meterse al baño, Yoongi lo siguió alarmado y se hincó a su lado, sobando su espalda y dándole papel en cuanto sacó la cara del inodoro.

— ¡¿Qué mierda está pasando?! ¡Están sucediendo demasiadas cosas al mismo tiempo! — Gritó Jin, dejando el plato de comida frente a Taehyung y regresando para darle uno a Jungkook. — Yo solo pensé que Yoongi y Jimin se quedarían un par de días. No que nos embriagariamos, vomitariamos y- — Namjoon se paró para abrazarlo por la espalda.

Su novio necesitaba relajarse.

— ¿Estás bien, Minnie? — Preguntó Yoongi, ayudando al menor a pararse.

— Si, hyung. Solo, estoy mareado. — Se recaegó sobre el lavabo, lavó sus manos y enjuagó su boca.

— ¿Tienes más molestias en el estómago? — Jimin negó. — Eso esta bien, termina el desayuno entonces. Te daré algo para el dolor de cabeza.

¿Cómo sabe que me duele la cabeza?

— Gracias, hyung. — Murmuró, regresando a la mesa. — Lo siento. — Se disculpó con los demás.

— No te disculpes, Minnie. Todos en esta mesa hemos pasado por eso. — Le dijo Seokjin. — Bueno, no se si Taehyung haya-

Y el menor corrió al baño, Jungkook lo siguió.

— Bueno, oficialmente todos hemos pasado por eso. — Afirmó Namjoon, siguiendo con su desayuno.

Una mañana algo diferente, pero no la cambiarían por nada. Porque fue el principio de una nueva familia.