Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

★33★























Eran casi las cuatro de la madrugada, ambos chicos estaban en la sala de estar con la televisión reproduciendo una película a la cual dejaron de prestarle atención después de veinte minutos por preferir hablar de temas casuales.

Después de bajar a cenar juntos y por la ausencia de sueño en ambos, prefirieron quedarse un rato, un rato que se convirtieron en horas rápidamente.

— ¿Ya está mejor del todo o sigue poquito mejor? — Le preguntó Jimin repentinamente, Yoongi le sonrió.

— Ya estoy mejor, gracias a ti. — Le agradeció despeinando el cabello azabache del menor. — Gracias por animarme hoy... Bueno ayer.

— Espero poder hacerlo siempre que lo necesite, hyung. — Le dijo sonriendo.

¿Quién lo diría? En realidad, sólo lo lastimaré.

El sonido que anunciaba un mensaje los interrumpió, ambos sacaron su celular y Jimin anunció que había sido el suyo. Bufó con molestia y rodó los ojos al tiempo que tecleaba una respuesta, al terminar, aventó el celular a su lado y se recargó sobre el sofá con los brazos cruzados.

Yoongi lo vio con algo de diversión ante el berrinche discreto. — ¿Qué sucedió? ¿Porqué tú repentino cambio de humor? — Le preguntó, Jimin suspiró, apretando sus labios después.

— Es el encargado del orfanato. — Le respondió, Yoongi frunció el ceño. — Lleva molestándome desde hace cuatro días.

— ¿Él te molesta? — Preguntó Yoongi repentinamente. — ¿Qué te hace? — Jimin negó.

— Uhm... ¿Recuerda a mi... supuesto novio? — Yoongi asintió. — Shownu, él es el encargado del orfanato. — Los ojos de Yoongi se abrieron en sorpresa.

— Jimin, ¿Él no es muy mayor para ti? Es decir... — El menor asintió.

— Si, él... Tiene treinta y seis años. — Le dijo rascando su nuca. — Se lo que piensa, hyung. Que el me manipuló para estar juntos y todo eso. Sin embargo, en realidad acepté la relación para mi propio beneficio. — Yoongi estaba a punto de preguntar, ¿Qué beneficios le traería estar con un hombre diecisiete años mayor que él?

Y bueno, recordó que el hombre es el encargado del orfanato.

— ¿Porqué necesitas beneficios estando en una casa hogar? A caso... — Su cerebro no tardó en sacar prontas conclusiones. — ¿Te trataban mal? — Jimin comenzó a mordisquear su labio inferior desviando la mirada.

— Hyung... No puedo hablarle sobre eso. — Le respondió con nervios, Yoongi ya no se podía quedar así.

Se acercó un poco al menor y tomó la pequeña manita de Jimin entre las suyas.

— Jimin, si ahí te hicieron algo, dímelo. Prometo no causarte problemas, solo quiero que me digas para poder hacer algo por tí. — Le pidió, mirando fijamente las orbes avellanas del menor, quien correspondió el contacto visual. — Te quiero ayudar ahora yo a ti. — Jimin dio un suspiro entre cortado.

¿Sería prudente? Estaría a punto de hablar de cosas que, ni siquiera le había dicho a Taehyung, eran cosas realmente muy personales y no se sentía precisamente orgulloso de todo eso.

— En ese lugar no son precisamente muy buenos con nosotros. — Comenzó, Yoongi apagó la televisión. — Para no hacerle el cuento largo, tenemos que hacer lo que ellos nos dicen, tal y como nos lo indican, si no lo hacemos, nos tardamos o lo hacemos mal, ellos solo nos golpean y nos castigan sin comer por al menos dos días. — Suspiró con pesadez, desviando la mirada a la ventana que daba vista a la calle. — Cuando... Cuando tenía quince años, un día estaba limpiando el comedor con otros de mis hermanit- — Interrumpió sus propias palabras y carraspeó. — Con otros de los mocosos del orfanato. De un momento a otro quedé solo porque los niños se veían cansados y les dije que yo seguiría solo y los mandé a la cama. En eso, llegó una de las trabajadoras de ahí, no estaba feliz y se enfadó más al ver que todavía no acababa de limpiar. Estaba angustiado, no quería que... Que me g-golpeara... — ¿Acabas de tartamudear? — Y yo solo, hice lo primero que se ne ocurrió y... Le comencé a coquetear. Y funcionó, me salvé por primera vez de los maltratos. — Rascó su mejilla, justo la pequeña cicatriz que adornaba su cachete izquierdo. — Sin embargo, las amenazas de regaños incrementaron, no sólo con la misma tipa, si no con los demás y con ello, mis coqueteos hacia ellos. Hasta que un día, pasó con Shownu. — Miró al techo, ladeando la cabeza. — Era tal vez la tercera vez que trataba de regañarme y bueno, lo coqueteé de nuevo. Solo que, esa vez llegó más lejos de lo que... había sucedido.

— ¿Él te...? — Jimin negó.

— Fue consensuado.

— Jimin tenías quince años, a esa edad, y si un idiota diecisiete años mayor que tú te convence de hacerlo entonces, no es consensuado. — Le trato de explicar. — Abusó de ti, Jimin. — El menor apretó los labios.

¿Qué era eso que se juntó en las esquinas de sus ojos?

— Yo no... — Calló al sentir la voz temblorosa. — No sé, pero, después de eso ya todo fue más fácil para mí en ese sitio, Yoongi hyung. — ¿Sus ojos se estaban derritiendo? ¿Porqué había agua recorriendo sus mejillas? — Hace años no me golpean... n-ni me... Ellos... — Talló con brusquedad sus mejillas, limpiando esa molesta agua. — Ellos solo quieren eso de mí, hyung...

Yoongi ni siquiera lo pensó, tomó el cuerpo tembloroso de Jimin entre sus brazos, acariciando su cabello y tratando de tranquilizar sus silenciosos hipidos mientras lo balanceaba de un lado a otro.

— Jimin, te prometo que- — Sus palabras fueron interrumpidas al escuchar el tono de llamada personalizado que le había colocado a Jungkook. Se preocupó.

Eran las cuatro de la madrugada, ¿Qué hacía llamándole a esa hora?

Tomó el celular y de inmediato se escuchó la voz de alguien tras la línea.

— ¡Hyung! — El mayor retiró la bocina ante el repentino grito. ¿Quién era? No se escuchaba como jungkook. — ¿Estás en casa?

— ¿Quién eres? ¿Dónde está Jeon?

— Ábreme, por favor. — Le pidió con desespero. — Jungkook está herido, hyung, por favor. — Jimin reconoció la voz tras la línea, se separó rápidamente del mayor y corrió hasta la puerta.

Taehyung estaba agitado, con el pómulo rojizo y tenía a Jungkook recargado de sus hombros.

— ¡Jungkook! — Gritó Yoongi al ver que el menor se desmayó al pie de la puerta.





Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro