Aventó al celular hacia la cama, a sus amigos les gustaba fastidiarlo todo el tiempo con eso.

Y no entendía por qué, es decir, a él le gustaban las mujeres, le gustaban mucho.

Se dirigió hacia la puerta de su habitación en cuanto volvieron a tocar, y al abrirla se encontró con cierto chico.

— Tu mamá te lleva llamando para que bajes a comer. — Le avisó recargándose sobre el marco de la puerta. — ¿De verdad te creyeron el cuentito del "campamento escolar"? — Preguntó con una sonrisa burlona.

— Claro. ¿Porqué no creerían en algo que es verdad? — Le dijo con semblante serio.

— No creí que en esos campamentos se divirtieran tanto. — Apuntó hacia su propio cuello, Yoongi de inmediato llevó su mano a su propio cuello, tratando de ver a que se refería. — Solo ponte una camisa como la que tenías antes. Tranquilo, yo no les diré nada. — Jimin le guiñó un ojo antes de dar media vuelta para dirigirse hacia la primera planta.

Yoongi regresó a su habitación, se dirigió hacia su baño y se miró en el espejo. Había un hematoma en su cuello.

— Por una mierda. — Dijo por lo bajo, saliendo del baño.

Se cambió la maldita playera por una que lograra tapar esa asquerosa marca de su lindo y pálido cuello.

Se relajó lo más que pudo y bajó en dirección a la cocina, al entrar al comedor ya estaban sus padres esperándolos junto con Jimin, quien le lanzó una mirada cómplice al mirar que efectivamente, cambió su camiseta; Yoongi se sentó a su lado y comenzaron a cenar juntos entre platicas y sonrisas falsas.

Me tienen harto.

— Mañana vendrán los chicos. — Le avisó sin despegar la mirada de su plato a medio terminar.

— ¿Namjoon y Jin también? — Le preguntó EunJi con ese maldito tono.

— Si. Namjoon y Jin también, ¿Porqué? — Le respondió fastidiado.

— Solo no dejes que se den tantas... demostraciones, frente a nosotros. — Pidó GiYoon con semblante asqueado, Yoongi solo todos ojos.

— Ellos... ¿Son novios o algo? —EunJi asintió. — Oh... entonces supongo que Taehyung no podrá venir tampoco. — Murmuró agachando su cabeza con fingida tristeza, GiYoon miró a su esposa de inmediato, quien le dio una mirada de muerte.

— Cielo, no le hagas caso a este viejo. — Le llamó con risa fingida. — Además, ya le dijiste que viniera, ¿No es así? No es ningún problema, Jiminnie. — Yoongi frunció el ceño con total desprecio ante la hipocresía de la mujer.

— No los quiero incomodar, señora Min. Lo puedo ver en algún otro lugar.

— Oh Minnie, no nos incomoda, es solo que... — Trató de explicar GiYoon. — Conocemos a esos dos chicos desde siempre, todavía no nos acostumbramos a verlos de ese modo.

— No se acostumbran después de dos años. — Dijo Yoongi queriendo joderlos, logrondolo.

— Dile a tu amigo que venga, está bien. De hecho, puede que hasta se lleven bien con los amigos de Yoongi.

— ¿Segura que no es problema? — EunJi negó con una sonrisa. — Gracias. — Murmuró.

Yoongi no sabía porque seguía detestando esas situación, ya debería de estar acostumbrado después de todo ese tiempo.

Terminó de comer en completo silencio para después pararse de su lugar, dejar los platos sucios en el lavabo y retirarse una vez más de ahí.

Ignorando el guiño coqueto que Jimin le dio en cuanto cruzó el comedor.