Narra Sonic

Los primeros rayos de Sol me despertaron. A un lado de mí estaba Amy, ella también despertó.

-Buenos días, Ames.

-Hola Sonic... ¿Ames?

-Lindo apodo, ¿No?

Reaccioné.

-¡¿Uh?! ¡Perdón, Amy! ¡No era mi intención!

Nos separámos rápidamente, puesto que, ¡Yo la tenía abrazada! Habíamos dormido demasiado cerca y no me di había dado cuenta de que la abracé a mitad de la madrugada.

-N-No te preocupes... -dijo totalmente roja desviando la mirada.

-Ahm... Debes tener hambre. ¡Vamos a comer!

-¡Sí! -afirmó inmediatamente.

La cargué y corrí hacia Green Hill. Ya lograba ver el camino gracias a la luz del sol. Nos detuvimos en un restaurante a desayunar. Nos conocimos un poco más. Supe que tenía 8 años y que sus padres la habían mandado a este lugar a unas largas vacaciones. No me dijo de donde venía. Ni yo tampoco.

Cuando terminamos, fuimos a donde estaba mi casa en un buen fraccionamiento, ésta vez caminando, pues ya no estaba tan lejos. Llegamos primeramente a registrarla y a acomodar los papeles. Al terminar, quise presentarle a Tails y a Knuckles. Toqué la puerta y nos abrieron. Me abrazaron al ver que estaba con bien y nos adentramos.

-Chicos, ella es Amy Rose, a quien salvé. Amy, ellos son Knuckles y Tails, mis roomies y mejores amigos.

-Hola -saludó alegremente la ojiesmeralda.

-¡Hola, Amy! -le regresó el saludo el equidna. Se acercó a mi oreja. -Hey, Sonic, ahora sé por qué querías salvarla, nada mal novato -bromeó.

-No seas mam-

-¡Hola Amy! -interrumpió mi grosería. -Soy Mails pero me puedes decir Tails. Tengo 6 años y soy como el hermano de Sonic --sonrió presentándose. -Sonic, ya nos habías preocupado. No regresaste ayer en la noche.

-Les contaré todo. Claro, después de ducharme.

-Bien. Iré a preparar algo para beber. ¿Vienes, Amy? -le preguntó Tails.

-Claro -y se dirigieron a la cocina, quedándome a solas con Knuckles.

-Seguiste mi consejo, ¿No es así?

-En mi vida vuelvo a escucharte -dije rodándole los ojos.

-Ya. Lo siento. Menos mal que no hicieron nada anoche... ¿O sí?

-¡Malpensado! Sí, dormimos juntos, pero es no significa que-

-Claro, lo siento. No recordaba que tienes 10 años. Pero para tenerlos, sí que sabes sobre la vida, ¿No? -me miró subiendo y bajando las cejas. Ugh, pero qué burlón. Suspiré con sumo cansancio.

-Sólo la salvé y descansamos, es todo.

Decidí dejarlo solo y me fui a duchar. Cuando salí, escuché leves risas en la cocina. Entré y vi a mis amigos sentados en la barra con limonada en sus vasos. Knuckles me hizo un ademán de que me sentara con ellos y así lo hice.

-Ahora que recuerdo, Sonic, perdiste un día de clases -comentó Tails.

-Oh, cierto...

-Dejénmelo a mí -dijo Knuckles sacando justificantes falsos de su bolsillo.

--¡Oh! ¡Knuckles! -reímos todos.