Narra Shadow

Corro en busca de el doctor Ivo Robotnik, o, como muchos le apodan, Eggman. Él sabe todo de mí y estoy dispuesto a hacer lo que sea para que me lo cuente. En el camino destruyo a los robots que protegen a Eggman. O que protegían. También me encuenteo a un robot que se dice llamar Omega, quien parece ser que me conoce. Me dijo que me apoyaría en ir contra el doctor, no sé que asuntos tenga con él y ni me importa, pero parece ser que éste está escapando de mí para no decirme ni una palabra. Después de una trabajosa búsqueda, lo encontramos. Nos mira con una cara de desprecio, al darse cuenta de nuestras intenciones a juzgar por mi expresión facial.

—¿Shadow y Omega? ¡Me han traicionado!

—Doctor, por favor, necesito saber... Yo soy... ¿Un androide? —suelto sin titubear, preguntándole directamente sin rodeos.

—Yo no diría un androide exactamente, sino, una copia, un clon.

—¿Qu-qué? —abro los ojos como platos.

—Tú y Omega son mis creaciones, pero me han traicionado. Por consecuente, debo deshacerme de ustedes.

Llamó a un robot gigante, en el cual se coloca dentro para así controlarlo. Nos empieza a atacar, pero en un abrir y cerrar de ojos, lo vencemos sin dificultad alguna. Al hacerlo, una esmeralda del caos color azul sale volando, a lo que la atrapo con habilidad enseguida.

—¡Me las van a pagar! —exclama furioso el humano.

Entonces, comienzo a tener unos... ¿Recuerdos?: Varias cápsulas con androides idénticos a mí dentro, yo en una de ellas, una explosión en el espacio...

Comienzo a reírme maliciosamente, como un loco, y el doctor se me queda viendo desconcertado.

—Ya empiezo a entender éste rompecabezas —explico. —"El ser supremo" al que se refieren, a esa forma de vida perfecta... es aquel erizo negro y está muerto. Y yo sólo soy una copia... me han dado recuerdos que no son míos... de hace 50 años... Debo de ser el androide que el Dr. Eggman creó. ¡Y está claro lo que debo de hacer! Doctor Eggman... ¡Usted va a ir directo al infierno de donde provengo!

Empieza a correr, huyendo de nosotros, a lo que por inercia, le perseguimos. Descendemos a la parte inferior de la base, en la que había lava alrededor de aquel piso de piedra; parece ser que es la parte más baja de la base. Se arrepentirá de haberme creado.

—¿Por qué persigues a Robotnik? ¿Y por qué me apoyas? —interrogo al robot.

—¿No-te-acuerdas?

—¿Acordarme de qué?

—Tú, Rouge y-yo, el mejor-equipo. 

—¿Rouge?

—Hace-medio-año. ¡Cuidado!

Un monton de robots de Egg-pawns venían hacia nosotros a toda velocidad, atacándonos con láseres o con espadas. Como acostumbro, yo disparo con mi arma y cuando es necesario con mi propia fuerza. En una de esas, encontré otra esmeralda caos. Y por supuesto que la tomé. Justo en ese momento, el doctor aparece y me grita amenazante:

—¡Esa es mi esmeralda! ¡No la toques! —y por obvias razones, no le obedezco. Él sonríe —Me han dado varios problemas, pero, ¿De verdad creían que me podían desafiar? —ríe. —Pues no, nunca podrán vencer al Doctor con un IQ de 300.

—¡Te destruire-mos, Doctor-Eggman!

—¡Exactamente, Dr.! —exclamo, dándole la razón a Omega. —Te arrepentirás de haberme creado. Te irás directo al infierno.

—¡Cállate renacuajo! ¡Tú no eres original! Cuando acabe contigo, ¡Te robotizaré e irás directo con los demás! Sentirás el poder de mi furia —amenaza, entonces se sube a otro de sus inventos. Éste era más grande, y difícil de vencer con unas simples armas de fuego.

—Shadow, conviertete en tu-forma Fe-ver. Una esmeralda es sufi-ciente para derrotar-lo.

No recuerdo momento alguno en el que me haya transformado en esa manera, aunque, en realidad, no recuerdo mucho de nada en lo absoluto. Tomo una de las esmeraldas y me concentro: mi piel se torna completamente roja, y entonces decido atacar al Doctor, esquivando los misíles que me lanzaba. 

—Explosión de caos —convoco sin pensar.

Y, una fuerza proveniente de mi interior, se lanza contra mi oponente, haciendo que todos los misíles explotaran mucho antes de llegar a Omega y a mí. El robot le lanzaba misíles y le disparaba. Con otra explosión de caos, logro vencerle, y de su fallido invento recién destruido, sale otra de las esmeraldas y la tomo sin dudarlo.

Sonrío victorioso, y miro al Doctor en el suelo.

—Finalmente, tengo todas las esmeraldas —musito, mientras éstas rodeaban mi cuerpo. 

—Te hice, ¿Y así es como me pagas? —logra decir, aguantando el dolor de sus heridas.

—Yo soy Shadow, la ÚLTIMA forma de vida perfecta. Una copia de el verdadero Shadow. Con el poder de éstas esmeraldas... ¡Seré más fuerte que él! ¡Esto es quien soy! 

—¿Qué? 

—¡Adiós, doctor! 

—¡NOOOOO! 

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→El Shadow de esta historia todo el tiempo ha sido la copia, o sea, éste que está narrando, los recuerdos que tuvo de María y esas cosas son producto de Eggman, sí pasó pero no con éste Shadow, sino a la forma original (quien está muerta) pero Eggman alteró la memoria de Shadow haciendole creer que él es el original y que vivió eso hace 50 años cuando en realidad no fue exactamente él.