Capítulo 4 ~El equidna, sabe~
Narra Tails
Desde aquella vez, Sonic y yo nos pusimos a buscar información sobre... ¿Cómo se llamaban? Ah, sí, las esmeraldas del caos; y buscar unas cuantas de esas cosas, bueno, si es que existían más. Era un día de verano, de hecho, el sol nos mandaba señales de que sería una temporada muy calurosa, y no fallamos, hacía mucho calor. Nos cansamos de jugar, entonces decidimos acostarnos cerca de un lago, para sentir la rica brisa del agua en nosotros.
—¡Hey Tails! ¿Vez eso? —preguntó Sonic.
—¿Qué? Ah, eso. Espera, ¿QUÉ?
Lo que veíamos no era una nube, parecía más bien una isla... que flota.
—¿Qué tal si echamos un vistazo?
Sonic suele ser demasiado curioso, le gusta mucho arriesgarse, ¡Algún día meterá la pata!
—No lo sé, Sonic. Parece peligroso. Además, no tenemos forma de subir, y... ¿QUÉ RAYOS HACES SONIC? ¡BAJATE AHORA MISMO!
—Vamos Tails, ¿Qué no puedes volar?
—Sí, pero no quiero —pero qué se cree éste.
—...Si lo haces te compraré el libro que tanto quieres.
—¡AGÁRRATE BIEN, SONIC!
Llegamos y, definitivamente, era una isla flotante. Llegué cansado, quiero decir, Sonic no pesa tan poquito... Reflexioné un poco el asunto.
—...Sonic.
—Ya lo sé Tails, es impresionante —comentó admirando el entorno.
—¿POR QUE DIABLOS NO USASTE TU ESMERALDA DEL CAOS PARA TRANSPOTARNOS EN VEZ DE SUFRIR AGUANTANDO TU MALDITO PESO? —exploté.
—Tranquilo, Tails. No sabemos bien que sorpresas nos pueda traer ésta cosa.
De repente, la esmeralda empezó a brillar. Empezamos entonces a ver a lo lejos otro brillo AÚN más grande, caminamos hacia allá, y había ... ¡UNA ESMERALDA DEL CAOS GIGANTE! Sonic y yo nos miramos sorprendidos. La íbamos a tomar cuando alguien nos lo impidió, poniéndose frente a nosotros.
—¿Cómo hallaron esta isla y qué hacen aquí? —preguntó.
-¡Hola! ¿Cómo te llamas? —le preguntó sonriente el ojiverde a aquél equidna.
—Sonic no creo que debas... —susurré.
—Me llamo Knuckles, el equidna guardián de la Esmeralda Maestra —contestó serio.
—¿Esmeralda Maestra? —pregunté.
—Dinos todo lo que sepas... tenemos una Esmeralda del Caos —le dijo Sonic, mostrándosela.
—...De acuerdo, pero primero, dame la esmeralda.
—¿Eh? ¡No, ahora es mía! Pasa por mí primero... —no puedo creer que Sonic sea tan peleonero.
—Te lo ganaste, erizo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro