Capítulo 33 ~¿Sentimientos?~
Narra Amy
Antes de que Shadow llegara a mí, me paro y me encamino a otro lado, él me empieza seguir a la misma poca velocidad. Eso sólo me pone más tensa. Rouge llega de repente, y me saca de ese pasillo, bajando por un agujero pasando por varios cuarteles.
—Shadow pretende matarme... —murmuro.
—Tú dame las esmeraldas y te sacaré de aquí.
—No puedo hacerlo.
—Qué lástima.
Rouge me suelta y comienzo a caer hacia la profundidad de la fortaleza, ¿Es mi fin? Maldita. Knuckles tenía razón. Es una víbora. Una mano me detiene rápidamente.
—¡Amy!
—Knuckles...
El equidna, al parecer, estaba en su nave atrapado o algo así.
—No sé pilotar... —eso explica el porqué de la extraña posición en la que se encuentra la mini-nave.
Me burlo unos segundos y nos subimos, él dijo que iba a no-sé-dónde, pero flotando, así que me tuve que ir sola en la nave. Subo y subo, por instinto volteo y Shadow otra vez persiguiéndome. ¿Qué pretende? Logro llegar a donde estaba todo el show. Me bajo.
—¡Sonic, toma! —llamo su atención lanzándole las dos esmeraldas del caos que hace minutos le había robado a Eggman. Él corre para tomarlas, pero Shadow también las quería. Las esmeraldas de los Metarex empezaron a brillar también, haciendo que toda la fortaleza brillara con mucha intensidad; al disminuir el brillo, Shadow y Sonic ya se habían convertido en sus formas "Súper". Después de terminar con los cygbors que se encontraban allí, salen a luchar fuera.
Narra Sonic
—Creo que tenemos más en común de lo que creía, Sonic.
—Hmph...
—¿Me vas a dar las esmeraldas o tengo que quitártelas a la fuerza?
—A ti no te interesan las esmeraldas y lo sabes. Sólo las coleccionas para el Dr. Eggman. Te ha engañado del todo, ¿No crees? —le recalco.
Sólo sentí un golpe en la cara, tan intenso que ya habíamos llegado al lugar en donde estaban disparando directamente los Metarex a la fortaleza. Continuámos peleando sin importar el entorno, y , sin darnos cuenta, creamos algo así como un agujero de gravedad que comenzó a succionar todas las naves Metarex que estaba a nuestro alrededor, algunas que llegaban al tocarla, explotaban. A nosotros también nos succionaba, la nave de uno de los tres servidores de Dark Oak explotó debido a que no pudo resistir más, Shadow y yo nos agarramos de la fortaleza, y una nave pasó a un lado de nosotros.
—Ese es Eggman... —hablo para mí mismo.
Shadow deja de ser súper y se arrastra hasta llegar a la nave de su "amo". Las esmeraldas han caído. Mierda.
—¡Sonic! —escucho la voz de mi mejor amiga y volteo. El Tifón Azul se encontraba a mi lado con mis amigos dentro.
—¡Creí que nunca llegarían!
Salto hacia el Tifón Azul, y nos alejamos a toda máquina....
***
Narra Amy
Han pasado dos días de aquello. Hacíamos una limpieza en el Tifón Azul, pues aunque sea un gran lugar, todo se llega a ensuciar. Con la escoba, barro el suelo de uno de los pasillos.
Veo a Sonic caminar hacia mí con unas cuantas cajas.
—Hey, Ames. Cuídame estas cajas, por favor —asiento con la cabeza y tomo las cajas para ponerlas al lado mío. Le detuve antes de que se fuera.
—Sonic...
—¿Si? ¿Qué pasa, Ames?
—¿Crees que Shadow esté bien?
Él se queda callado, dándome la espalda aún, segundos después me gira un poco su cabeza y me mira.
—Él siempre aparece, tú no te preocupes —y se va. ¿Pero qué hago yo con estas cajas? Hum...
Recuerdo cuando Rouge casi me deja morir. Maldita arpía, ahora sé porqué Knuckles te detesta tanto. Lo bueno es que el equidna puede controlar la Esmeralda Maestra, con eso logramos salvar el Tifón Azul.
En eso, Tails nos llama a través del micrófono que conecta a varias bocinas dentro de la gran nave. Eso significa que es algo importante. Todos llegamos a reunirnos con él.
—Hemos detectado una nave no identificada —anuncia.
—¿Tienen su clave? —pregunta Sonic.
—No han enviado ninguna.
—¿Es un Metarex? —cuestiona un poco la conejita.
—No lo sé, Cream. Pon su imagen en la pantalla al zoom máximo.
—Entendido.
Cream puso la imagen de la nave, eran...
—Es el Team Chaotix...
***
La nave de Vector entró al Tifón Azul, en aquel garage improvisado donde se guardaban las naves.
—No sabemos bien como ha ocurrido, pero nos perdimos en el espacio —dice el camaleón. Creo que se llama Espío.
—Y no había en donde pararse para preguntar —habla el cocodrilo entre risas.
—¿Están perdidos desde hace semanas? —le pregunto.
—Bueno, el espacio es muy grande y nuestro motor principal sufrió una avería. No teníamos cables para reparar la batería...
—Hubieran mandado una señal de auxilio, los hubieramos ayudado —les dice el erizo azul.
—Nuestro transmisor se rompió por culpa de una abeja —se queja, mirando amenazante al niño abeja que estaba con ellos.
Uff... A estos se les rompe todo.
—¡Yo no tuve la culpa! —se defiende.
Tails suspira resignado. —Seguro podré reparar su nave, pero me tomará tiempo y pues si quieren pueden esperar en el Tifón Azul, ¡Y no quiero que rompan nada!
—De acuer-
—¡Tú no me das órdenes! —exclama la abejita.
—Pues no arreglaré su nave.
—No le hagas caso, te doy mi palabra de que nos portaremos bien —sonríe. —y ya que vas a darle servicio a mi nave podrías instalarle un GPS...
—Pff, de acuerdo.
***
Todos en la nave nos encontrábamos ocupados, o eso creía yo. Tails arreglaba la nave del los Chaotix y seguramente Cosmo se encontraba con él. Knuckles debía estar dándole mantenimiento a todo lo que necesitara la Esmeralda Maestra. Sonic quizás se encontraba con los recién llegados. Mientras, yo me encontraba en la habitación que compartía con Cream, aunque ella no se encontraba ahora conmigo.
En eso, ella entra a la habitación a duras penas y se tumbó en su cama, reposando su cara en la almohada. Algo está mal, ni siquiera saludó.
—¿Te pasa algo? —le pregunto, dejando la revista de modas del mes pasado al lado mío.
—Es solo que me siento un poco desanimada.
—¿Y se puede saber por qué? —pregunto sentándome junto a ella.
—He querido hacerle compañía a Tails en lo que arreglaba la nave del Sr. Vector, quería pasar un poco de tiempo con él y... hasta le hice unos panecillos de sus favoritos y todo, me levanté supertemprano para poder hacérselos.
—¿Y luego?
—Ya iba a ir para darle la sorpresita pero... —sus ojos se humedecieron. —estaba abrazando a Cosmo. Se veían tan felices, Cosmo también le había preparado unos panecillos. Me siento terrible, Miss Amy.
—Ay, Cream. Aún estás muy joven como para andar pensando en cosas de amor y eso, vas a ver que cuando estés más grande, un chico se va a fijar en ti y te va a adorar con toda su alma. A lo mejor y ese chico pudiera ser Tails —le aconsejo, tratando de animarla.
—Eres la mejor amiga —dice y se incorpora abrazándome.
—Y tu la mía. Pero, anda, ya no te pongas triste, quiero ver a la conejita sonriente de todos los días.
—¡Vale!
De repente, tocan a la puerta.
—Pase —oh Caos mío, es Sonic.
—Oh, aquí están las dos. Chicas, Cosmo nos ha preparado una fiesta, vengan, que sólo faltan ustedes.
—¿Una fiesta? ¡Qué emoción! Un poco de diversión nos hará bien después de todo —comento. Sonic asiente con una sonrisa y se va cerrando la puerta.
—¡A arreglarnos! —exclama Cream con suma emoción.
Asiento y saco de mi armario un vestido rosa pálido largo hasta las rodillas con detalles plateados en la cintura y tacones bajos que combinan; mientras que Cream opta por un vestido que le llega abajo de la rodilla color naranja con una cinta blanca en la cintura y encaje blanco.
Llegamos a la fiesta y todos estaban arreglados para la ocasión. Todos comíamos escuchando las extrañas aventuras de Vector y una que otra broma de Espío burlándose de él. Knuckes y Charmy se unieron al "Bullying contra Vector".
Nos la estábamos pasando muy a gusto. En eso, se puso música lenta. Entonces, que Tails toma valor e invita a Cosmo a bailar, ésta se sonroja debido a la burla que empezamos a hacer pero acepta finalmente. Cream y Charmy platicaban, y Espío se acerca a mí.
—Hola, Amy. ¿Gustas bailar? —me pregunta, extendiéndome la mano con una sonrisa en su rostro. Asiento con la cabeza y le acepto el baile.
—¿Conocían a Knuckles desde antes? —inicio como tema de conversación, pues he visto que se llevan muy bien y eso me ha llevado a preguntarme eso.
—Sí, él antes estaba con nosotros en la agencia de detectives Chaotix, pero luego por sus estudios y cuidar la Esmeralda Maestra a la vez, se nos separó.
Narra Sonic
Me estaba tomando unos tragos con Knuckles en la barra. En realidad, no llevaba mucho tomando. A mis casi 16 años supongo es lo que hace cualquier joven de mi edad, o eso me dijo Knuckles. Miro hacia atrás y me encuentro con Espío y Amy bailando y platicando. Frunzo el ceño.
—¿Por qué volteas tanto a la pista Sonic? O quiero decir, ¿Por qué volteas a ver tanto a Amy? —Knux me saca de mis pensamientos, haciendo que vuelva en mí. Lo miro y veo que tiene una sonrisa burlona en su rostro. Hmph.
—Claro que no, tonto. ¿Crees que Espío guste de Amy? —pregunto de repente.
—¿Por qué? ¿Celoso? —ruedo los ojos.
—¡Ja! ¿Yo? ¿De ellos? Para nada —Knuckles ríe ante mi respuesta.
—¿Entonces? No veo cual sea el problema. A ti ni siquiera te gusta Amy. O, bueno, eso me lo dijiste la otra vez.
—No, no me gusta. Pero es mi mejor amiga y quiero protegerla de chicos que sé que tienen otras intenciones con ella. Espío no me da buena espina.
—Sí, claro. Eso dijiste con Nikki. ¿Así siempre será cada vez que Amy conozca a un chico? Si hay celos, hay amor. ¿Será que el rompecorazones de Sonic se está enamorando?
Bufé. Iba a responderle cuando sentí que alguien me tocaba el brazo. Volteo y miro a Amy.
—Hey, Sonic, ¿N-no bailas?
—Ahm... Yo...
—No sé si pueda, Amy, —responde Knuckles por mí. —ya lleva unos cuantos tragos, de seguro ya se le subieron.
—¿En serio? Oh, pues si es así...
—¡No es verdad! Ven Amy, te demostraré que miente —digo un poco molesto por la reverenda mentira del equidna.
Llevo a Amy a la pista y me quedo parado frente a ella, sin hacer movimiento alguno.
—¿Por qué siento que no sabes bailar? —de repente, me siento idiota. Knuckles... Seguro ha hecho todo esto a propósito, sabiendo mis bajas habilidades de baile.
—Sí sé, es que... No la verdad no sé mucho, nunca he ido a un baile y...—confieso. —Pero no creas que estoy borracho —me estaba poniendo nervioso. Demonios.
Al notar ella mi incomodidad, toma mi mano y la posa en su cintura, y la suya en mi hombro, las manos que nos sobraban nos las tomamos. Me mueve unos pasos a la izquierda, otros a la derecha, giro y volver a empezar. Agarramos el ritmo de la música lenta y relajada. Nos mirábamos a los ojos, yo estaba a gusto. La sujeto más fuerte de la cintura y la pego más hacia mí, sin perder el ritmo de la música. Le sonrío cautivador y tomo posesión de la danza. Noto que se sonroja, sin embargo, no hice comentario alguno.
—¿Así? —pregunto al guiñarle un ojo. Sonríe.
—Así.
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