Narra Amy

-Entonces... ¿Todo esto por eso? Esperen, ¿Una niña en el Sonic Team? -Knuckles frunce el ceño.

-Sí, ¿Por qué no? -dice Sonic.

-Como decía, -vuelve a hablar el zorrito. -con algo de práctica puede sernos de mucha ayuda. Ya lo habíamos platicado desde antes con Sonic y estuvimos de acuerdo en agregarla al Team.

-No veo cuál es el problema, Knuckles -comento indignada.

-Está bien, está bien. Pero yo no la entrenaré, soy un equidna muy ocupado; si me disculpan, tengo una esmeralda que cuidar -decide Knuckles mientras sale por la puerta de cochera del taller de Tails.

-Prosigo, -continúa Tails -sólo tú podrás usarlas ya que eres la primera en usarlas. Ya te adaptarás.

-Las esmeraldas del caos son las 7 servidoras de la esmeralda maestra, que es la que cuida Knuckles, tienen propiedades místicas con habilidades de un gran poder, y el titular de todos ellos pueden utilizarlas para una gran variedad de cosas, tales como la creación de una poderosa Súper Transformación, para accionar máquinas, y deformar el tiempo y el espacio -responde Sonic a mi pregunta no formulada. Ya me hacía falta un pequeño repaso acerca de todo este asunto.

-Sí, con ellas también puedo hacer anillos de energía que hacen que Sonic aumente más su velocidad y fuerza, desde que te fuíste logramos tener 6 esmeraldas del caos, pero con Eggman y sus inventos logró quitarnos 3 y ahora sólo tenemos 3. Debemos conseguir las demás antes de que- -un leve temblor interrumpió a Tails, quien ha caído de sentón al suelo.

-¡JO JO JO! -escuchamos. Esa risa no cualquier individuo la tiene.

Eggman. Salimos afuera, no sin antes correr y dejar a Cream en su casa. El calvo estaba entre unas colinas de la ciudad. Sin dudarlo, corrimos hasta donde él estaba. Madre mía, debo de hacer más ejercicio, ¡Qué poca condición tengo!

-Nos volvemos a ver, Eggman -habla Sonic, haciendo notar su presencia.

Eggman esboza una sonrisa malévola y dice:

-Quiero que conozcan a mi nuevo invento. E-123 Omega, ¡Ataca!

Era un robot de dos metros y algo, rojo con blanco y negro, con ametralladoras como brazos.

Sonic corrió hasta donde él se encontraba y trató de darle una súper patada. Pero el robot era tan fuerte que lo lanzó contra un árbol lejos de allí. Sonic comenzó a toser, el golpe lo había sofocado. ¡Debía de ir a ayudarlo! Corro hasta donde estaba él, pero...

-¡Amy, cuidado!

Me giro hacia atrás logrando captar lo que Tails me decía, pero era demasiado tarde. El robot me había atrapado, echándome a una jaula con los barrotes electrificados, segundos después, Tails estaba conmigo.

El robot le disparaba a Sonic, pero Sonic lograba esquivar las balas. Tails le lanzó uno de esos anillos que contaba minutos atrás. Sonic se gira sobre sí mismo logrando una super velocidad, logrando apagar al robot.

-¡Estúpido robot! -Eggman lo recogió con unas pinzas que salían de su eggcarrier, seguido de una bomba de gas que hizo que Sonic perdiera la conciencia.

-¡Sonic! -grito, no sabía si Sonic estaba bien, herido o lo que sea, no podía encontrarlo por el humo que dejó la pequeña explosión. Traté de salir, pero los barrotes me electrocutaban. En un ataque de desesperación, recordé las pulseras doradas que traía puestas.

-Piko-piko -convoqué. Estiro la mano y aparece mi gran martillo dorado con rojo, casi de mi tamaño. Pensé que caería junto con él viendo su gran tamaño, pero no pesaba, no me pesaba.

Tails me señala los controles de la jaula, diciéndome que encontraría una forma de desactivarlos. Pero estaba demasiado preocupada. No aguantaba no ver a Sonic entre todo el humo. Así que golpeo fuertemente la caja de controles haciendo que la jaula explotara. Tails vuela rápidamente hacia el cielo, sosteniéndome.

-Estás loca, Amy -murmura mirando hacia abajo.

-No sabes cuánto -afirmo. Por Sonic hago lo que sea.

Ví a Eggman y le hice una seña a Tails de que me lanzara hacia allá. Al principio se negó, pero al no ver a su amigo entre todo el humo que aún no se había dispersado bien, me lanza.

-¡¿Pero qué demo-?! -se maldició Eggman antes de ver el martillo sobre su nave, lanzándolo muy lejos de aquí.

Caía muy rápido, pero Tails me agarró antes de caer al suelo. Me deja en tierra firme y él y yo buscamos como locos a Sonic. Sentí como una mano tapaba mi boca y me arrastraba hacia donde no había rastro de humo alguno.

-¡Tails! -logro gritar, mientras trataba de safarme.

-Oye tranquila, Ames, soy yo -me giré y ahí estaba él.

-Oh Sonic, ¡Estaba tan preocupada! -confieso mientras le abrazo. Me regresa el abrazo, pero al ver a Tails y a Knuckles acercarse me suelta.

-¿Pero que pasó aquí? -exclama Knuckles irritado.

-Eggman de nuevo -le responde Sonic serio.

-¡Amy! ¡Sonic! Me alegro que estén bien los dos -manifiesta Tails mientras se acerca a nosotros.

-Debo admitir que Amy fue la heroína de hoy -le dice Sonic a Knuckles, sin apartar la vista de mí.

-¿Amy arruinó el plan de Eggman? -preguntó Knuckles sorprendido, no puede aceptar que una chica también puede ser fuerte. Ja.

-Digamos que sí -le respondo a Knuckles, sonriendo victoriosa.

-¡Vaya! Creo que después de todo no eres la niña débil que eras antes.

-¡Oye!

-Ya, ya. ¿Lo vez? Amy, con un poco de práctica, será de mucha utilidad en nuestros viajes -dice Tails tratando de calmarnos.

-Bueno, ¡Vamos a comer! Yo invito -Sonic sale caminando hacia el restaurante del Lago Green Hill, seguido de nosotros.

Madre mía, no puedo creer que yo pudiera ser tan fuerte, a partir de mañana, comenzaré mi entrenamiento con Piko-piko, no sé quien me va a entrenar, pero eso sí, ¡A correr más se ha dicho!