Capítulo 168 ~Doloroso pasado~
Narra Amy
-¡Oww, miren esos juguetitos! -Exclamó Cream.
-¿Los compramos? -Preguntó Rouge emocionada.
-¡Siiiiii! -Contestamos Cream y yo al unísono.
Creo que a Shadow no le desagradó que me hablara con Cream y Rouge, pues no se opuso a que saliera con ellas.
Había ido a acompañarlas a Central City por cosas para el bebé. Ésto es tan... Bonito. La cara de felicidad de Rouge al ver comida, no tiene precio. Come demasiado.
Me pregunto cómo me vería yo de madre. Pero de inmediato descarto la imagen de mi cabeza. ¡Soy muy joven para ser madre!
Al pagar las cosas, tengo que volver a Green Hill al trabajo. Pues a las 12:00 abría el local. Oh Chaos, tengo media hora.
-Chicas, me tengo que ir. El trabajo me llama. -Digo.
-No te preocupes sugar, pero ya sabes, el viernes en casa de Bella.
-Claro, no se me olvida.
Me despedí de ellas y tome el autobús hacia Green Hill. En el camino, me pongo mis audífonos y espero a llegar.
***
-Gracias por comprar en Sweet Cake, que tenga una excelente tarde. -Digo sonriente, mientras entregaba una caja con pastelillos de chocolate dentro.
El cliente me sonríe y se sienta en una de las mesitas de la calle, para compartirle alegre a sus hijos.
-Ha sido un día de mucho provecho, ¿No lo crees, Amy? -Me dice Natalie mientras se estiraba.
-Eso creo. Al parecer, los postres de la señorita Perla son los que más gustan.
-Antes trabajaba aquí una muy buena cocinera. Pero desde que se casó y embarazó, ya no ha regresado.
-Oh, ¿En serio?
-Sí. Tuvieron un niño... Amm... Peter, creo que le pusieron.
-Es un lindo nombre.
El sonido de la campana de la entrada suena, alguien ha entrado.
-Yo atiendo. -Le digo a Natalie para que ella pueda ir a limpiar las mesas de la calle.
Me acomodo mi delantal rosado con blanco y veo cómo Natalie sale del local.
-Bienvenido a Sweet Cake, ¿Qué le puedo o...frecer...?
-Oh, hola Ames. Qué gusto verte. No sabía que trabajabas aquí.
Era Sonic. No lo había visto desde hace como dos meses, pues lo veía y lo saludaba en el centro comercial, pero no platicábamos, pues Shadow siempre me acompañaba.
-Hola Sonic. Sí, desde hace tiempo. -Le contesto amable.
-Qué bueno. ¿Y cómo te va?
-Muy bien, gracias. ¿Y a ti, Sonic?
-Pues... No tan bien como quisiera. Pero bueno, me contó Rouge que ya se volvieron a hablar.
¿No tan bien?
-Sí, desde hace algunos días. Son muy lindas ella y Cream.
-Lo son. Oye...
-¿Sí?
-¿No quieres salir conmigo algún... día de estos?
Suspiré. -Sonic, que tengo novio. ¿Recuerdas?
-Oh, bueno, valió la pena intentar, jeje. En ese caso... ¿Nosotros podríamos ser amigos? Quiero decir, VOLVER a ser amigos.
-¿Qué no lo éramos?
-Oh, sí verdad. Jeje.
-Je... ¿Y en qué te puedo ayudar?
-Ahm, si bueno, me gustarían dos rebanadas de pay de queso.
Asentí con la cabeza y corté las rebanadas del gran pay que estaba en el refrigerador de cristal, donde también teníamos exhibidos demás postres. Me pagó y le entregué las rebanadas en una cajita lo suficientemente grande para que se pudiera llevar las rebanadas. Al dársela, me susurró un "Gracias, Ames", al mismo tiempo que me sonreía y me guiñaba el ojo. Madre mía. Se despidió.
-Nos vemos, Sonic...
Al salir él, entró inmediatamente Natalie sosteniendo una charola con platos sucios. Al verlo, quedó boquiabierta y rápidamente se acercó a mí.
-¿Es quien creo que es? (●'∀`●)-Preguntó con la mirada iluminada.
-¿Sonic?
-¡Así que sí es él! ¡Sonic Speeder! Es tan guapo.
-Tranquila Nat, que se te está cayendo la baba por él.
-Je cx ¿Y a ti no?
-No...
-Ehhhh que se me hace que sí.
-Es sólo un amigo.
-Claro, "amigo".
-Ya mejor sigue limpiando.
***
Llegué a mi casa exhausta. Ya había anochecido y me tuve que venir caminando, ya que el mendigo transporte nunca pasó y los taxis me ignoraban ;-;
Al abrir, me econtre con los labios de Shadow en mi mejilla. Oh, vaya.
-¿Cómo te fue? -Me preguntó con dulzura.
-Bien. -Le sonreí.
-Te compré algo.
Se dirigió al sillón y tomó una bolsa decorada, como de esas en las que pones un regalo dentro.
Lo abrí y pude ver que era ropa.
-Me gustaría que te lo probaras. -Insistió.
Asentí y después de agradecerle con un tierno beso, me dirigí al baño. Saqué completamente lo de la bolsa. Era un vestido rosa pálido con caída suave hasta la rodilla. Oh, es encantador. Y me queda perfectamente. No quise ir hasta mi habitación a ponerme unos zapatos que combinasen, así que me volví a poner mis converse rosas y regresé a donde Shadow.
Él está de pie delante de la ventana que da hacia la tranquila calle. Una melodía de Elvis Presley domina suavemente el ambiente del salón. Se vuelve cuando entro y me sonríe.
-Te ve hermosa. -Se acerca a mí y observa mi calzado. Arquea una ceja divertido. -No has cambiado mucho, por lo que veo.
-Tu tampoco. Siempre con tus viejas canciones.
Suelta una risita y me mira con sus penetrantes ojos rojizos. Pasea sus dedos delicadamente por mi mejilla, haciendo que me ruborice.
-¿Sabes que combinaría con tu atuendo?
-¿Qué?
Se pone detrás mío y me abrocha un collar con dije de corazón con las letras Te amo -Shadow grabadas.
-Oh... Es hermoso, Shady. -Le digo tiernamente.
-Bailemos. -Me susurra alegre, mientras se vuelve a poner en frente mío.
Se inclina y me tiende la mano. Poso la mía en la suya y se incorpora para atraerme hacia él. Le pongo la mano libre en el hombro y le sonrío, contagiada de su ánimo juguetón. Empieza a mecerse, y allá vamos. Wow, sí que baila bien. Recorremos el salón entero, girando y cambiando de rumbo al ritmo de la música. Me resulta fácil seguirlo.
No lo había visto tan contento desde que habíamos dejado a Eggman. Siempre, o bueno, la mayoría del tiempo, le notaba pensativo, desanimado, deprimido... Es entonces cuando me pregunto...
-Shady... ¿Qué te dijo Eggman antes de dejarlo?
-¿Qué me ha dicho de qué? -Pregunta confundido.
-Sí... Cuando fuíste a hablar con él, regresaste muy... extraño... ¿Qué fue lo que te dijo?
Y para en seco.
Se quedó en silencio unos segundos para que después la música se detuviera. El ambiente se ponía tenso. Él cerró los ojos. Madre mía, no debí...
-Shady, yo no...
-Tenía una familia. -Me interrumpe de repente.
-¿Eh?
Dio un largo suspiro, y se echó a hablar.
-Tenía una familia, y ellos me alejaron de ella... Acababa de cumplir los 16. Un día, un señor llamado Gerald Robotnik, nos secuestró a mis hermanos menores para llevar a cabo sus experimentos en el ARK, y para poder llevarnos, mató a mis padres, quienes lucharon hasta su último segundo para poder evitarlo... Yo... yo no podía hacer nada contra sus avanzados robots... -Se le empezó a quebrar la voz. -Primero, lo hizo con mis hermanos. Les hizo varias pruebas pero... no aguantaron. El maldito... Los mató. Y todo por lograr su objetivo, crear la forma de vida perfecta. El profesor estaba tan desesperado, que antes de nosotros, lo intentó con su propio hijo y con su propia nuera. Los humanos no aguantaron y murieron... Fue así como María quedó huérfana, quedándose con el profesor. Por eso, decidió intentarlo con antropomorfos...
Sus lágrimas iban cayendo cada vez más rápido, miraba al suelo y tenía la voz ronca, como si tuviera un nudo en la garganta. Me parte el alma verlo así...
-Pero con mis hermanos, no resultó. -Continuó. - Ahora sólo quedaba yo. Era la última oportunidad que tenía para lograr su objetivo. Entonces decidió hacer un trato con el ser oscuro, Black Doom. Con su sangre, lograría hacerme aguantar aquéllas pruebas... Tres pruebas, cuatro pruebas, cinco pruebas... Tuve que aguantar decenas de dolorosas pruebas, para terminar en lo que soy ahora. Mi fuerza, mis púas, mi color de ojos, mi complexión, mi voz... Todo, me cambió. Cuando al fin terminó, no recordaba nada. Era como si hubiera nacido de nuevo. Lo único que era verdad en mi pasado, fue todo lo que pasé con María, mi congelación por 50 años, en fin... Todo lo que pasó después de que Eggman lograra volverme a despertar. ¡Era tan sólo un chico normal! ¡Con una familia, amigos, un hogar! ¡Y el me lo arrebató TODO! ¡Me arrebató mi vida entera! Y no recuerdo nada...
Cayó de rodillas ante mí mientras sollozaba más fuerte. A mí me empezaban a salir unas cuantas pequeñas lágrimas, oh, Shady...
Le imité y me arrodillé para abrazarle y calmarle un poco. Debe ser difícil que todos los seres a los que ha querido han muerto tan... Brutalmente...
María, sus padres, sus hermanos...
-Me quitó todo, Amy. Me dejó sólo... -Sollozaba.
-No Shady... Aún me tienes a mí...
-Amy...
-¿Sí?
-Cásate conmigo. -Me miró a los ojos.
-¿Eh?
-Cásate conmigo. -Repitió.
Casarme... con él...
Oh,
por,
Chaos...
-Sí. -Respondí.
-¿Sí?
-Sí...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro