Narra Amy

Todos quedaron callados, pensando en a qué se estaba refiriendo ese armadillo. Mi reacción fue rápida.

-Mighty, ya lo has oído, Sonic tiene que casarse con la idiota ésta y ya está... -Dije desinteresada.

-Pero es que yo no la amo... -Dijo Sonic. -¿Por qué habría de casarme con alguien que tampoco me ama? ¿Es que quieren que Sal y yo seamos infelices?

-Sonic... -Susurró Sally.

-¿Cómo que tampoco te ama? -Dijo la reina Aleena.

-No... hemos fingido que queríamos esto, tal vez ella sobreactuó un poco pero... es que ninguno de los dos quiere esto...

-¡Sally Acorn! ¿Es eso verdad? -Preguntó la madre de Sally.

Tocaron de nuevo la puerta y entró un mono marrón de ojos azules. Llevaba una capa china que iban desde sus hombros partida en dos junto con una pequeña corona. En eso unas lágrimas comenzaron a salir de los ojos de la ardilla entre sollozos, puso sus manos en sus ojos y siguió llorando.

-Sally, hija, ¿Qué tienes? ¿Y qué hace ÉL aquí?

-Lo... lo siento padre... lo siento madre... yo... yo no quiero casarme con Sonic, yo... amo a alguien más...

-¿Amar a alguien más? ¿A qué te refieres? -Preguntó el padre de la ardilla.

-Cuando Sonic me terminó antes de la boda de Vector y Vainilla... estaba totalmente destrozada... pero entendía que si él era felíz... yo lo era... Ese día, en el baile real que se hizo en nuestro castillo en Soleanna, lo conocía él... -Dijo mirando al mono. -Nos llevamos tan bien que comenzamos a salir a escondidas, pues sé que nuestras familias no se llevan bien...

-Así es, alteza. Mi nombre es Khan, príncipe del continente Soumerca. Escuche, sé que lo que hicimos sin su autorización estuvo mal, pero dada la situación en la que mis padres y ustedes tuvieron problemas de terreno... decidimos amarnos en secreto. Cuando supe que se casaría con alguien más... quedé destrozado... -Vaya Khan, me sentí al igual que tu amigo. -Pero ahora que no lo hará... vengo por ella, para recuperarla...

-¡Oh Khan! -Exclamó la ardilla para ir a sus brazos y no soltarlo. -Padre, por favor... déjanos estar juntos. Te lo suplico...

Después de varios minutos de pensarlo, el rey de Northamer tomó una desición.

-Ésto será hablado con los reyes de Soumerca. Pero tienes mi permiso, si es que eso te hace felíz. Podrían casarse y así Soumerca y Northamer serán uno... un reino más grande...

La ardilla contenta abrazó a su padre con lágrimas en los ojos...

Después se acercó a mi y me abrazó.

-Amy, perdóname por mi actitud anterior... pensé sólo en mi... si yo no iba a ser felíz, tu tampoco lo serías... en serio siento haberte hecho sentir mal.

-No importa, Sally. Sí, estuvo muy mal tu actitud, de hecho no recordaba que fueras así. Pero me alegra que ahora puedes ser felíz con la persona que amas. -Le sonreí.

-Tu también puedes serlo ;) -Me susurró guiñándome el ojo.

Conmovedora escena... al menos me alegra que todo se haya aclarado y que lo de Mighty haya sido evadido.

-Aún no entiendo, muchachito... ¿A qué te refieres con lo de sangre real? ¿Un planeta entero? -Dijo confundido el padrastro de Sonic.

Mierda.

-Soy Sir Mighty Arumajiro. Protector de la corona del planeta Athens. -Respondió con orgullo.

-¿Athens? Pero su realeza murió hace tiempo... -Comentó la reina Aleena.

-De hecho, murieron sin descendencia. -Explicó Sonia, pues me había comentado que era mejor en su clase de historia cuando estudiaba, y Mighty se aprovechaba de ello.

-En eso te equivocas, si tuvieron descendencia. Cuando el castillo fue tomado, lograron salvar a su heredera, mandándola a otro planeta... y aún vive. -Dijo sonriente. -¿Por casualidad conoces el apellido de la familia real o su emblema?

-Mmm... el emblema es... una rosa... -Le contestó pensativa.

-¿Vez el emblema en alguna parte?

-¿Aquí? -Dijo sorprendida.

Mierda, Mighty. De inmediato tapé el colgante que llevaba.

-Majestades... ¿Saben cuál es el apellido de la realeza de Athens? -Preguntó.

-Rose... -Respondió la reina recordandome...

Sonic me miró fijamente... suspiré hondo notando como todo mi cuerpo temblaba...

-Amy... tu apellido es... -Comenzó.

-Rose. -Finalicé.

Caminé lentamente hacia mi cuarto y tomé aquélla caja roja... salí de nuevo y la madre de Sonic se acercó y, con mucha delicadeza, la abrió y tomó en sus manos el objeto que había en su interior, sacando de allí aquélla corona...

-Esa corona... sale en mis libros... y el colgante de Amy... es el emblema de Athens... -Dijo Sonia incrédula.

Mighty con una sonrisa de victoria, salió de mi casa, rato después los demás hicieron lo mismo, dejándonos a Sonic y a mi a solas...

***
Le conté todo lo sucedido, sin omitir NADA. Honey, Shadow, Amigo, mi abuela, mi padre... el cómo había estado a punto de morir, la historia de mi familia y cómo llegué a Mobius desde un principio... TODO...

Él me escuchó hasta el final sin decir palabra alguna...

-¿Qué hacía Shadow allí? -Preguntó molesto.

-No lo sé, de repente apareció... Supongo que se sentía responsable por si me pasaba algo y quiso ayudarme...

-Sí... ya sé yo a que quiere ayudarte... -Dijo irónico.

-Sonic, no ha pasado nada entre él y yo. No hace falta que te pongas así, me salvó la vida...

-¿Por qué no me contaste ésto antes? -Dijo sin mirarme.

-¿Acaso me diste la oportunidad de hacerlo? Llego y estás super raro, y luego a los pocos días me entero que te casas.

-No fue culpa mía. -Se excusó.

-Sí, si lo ha sido... Si tu..

-Es tu culpa... -Me interrumpió. -Si me hubieses contado... -Guardó silencio. -Si me hubieses contado quien eras... hubiese sido distinto... no tenías por qué ocultarme algo así cuando yo sí te conté lo mío. -Dijo.

-Claro... ahora héchame la culpa a mí. Te acabo de explicar que no podía.

-¡Nadie te está echando la culpa! -Gritó. -¡¿Por qué a Shadow si le contaste y a mi no!? ¿¡Que es tu amado ahora o algo!?

-Sonic no me grites. Antes puede que sí, pero ahora mismo tu NO eres más que yo. Eso que te quede claro.

-Me parece que lo de ser princesa de todo un planeta entero se te está subiendo demasiado. ¿No crees? -Dijo irónico.

-Sonic, no me vengas con esas cosas, tienes las de perder.

-¿YO? ¿Perder algo? Ja, si claro. ¿Qué podría perder yo?

-A mí.... ya tuve suficiente... se acabó... Por favor... vete... ¡Y no vuelvas NUNCA! -Concluí.

El erizo quedó boquiabierto, sorprendido de lo que acababa de decir, y sin más que hacer, salió de mi casa dando un portazo.