Nicole M.

La pequeño ventana estaba medio abierta, el viento entraba como una ola, atacando mi habitación completa. con mucho frío y mi cuerpo temblando me acerqué a cerrarla.

— Voy a morir de frío — cuando al fin alcancé a cerrar la ventana sentí un gran alivio.

La noche siempre había sido fría pero estaba tan centrada en cuidar a Alexia que no me dí cuenta. Alexia había desaparecido yace dos meses, los policías y agencias de otros lugares estuvieron buscándola y aunque se dieron por vencidos, nunca podré hacerlo yo.

— Nicole, ya la comida está. — mi madre, ella también estaba mal por la desaparición de Alexia, apenas podía dormir bien, sus ojeras se hacía visibles cada vez más.

— ¡Ya voy! — grité antes de ponerme una sudadera.

Cuándo bajé estaba mi madre en aquella silla de siempre, cada vez que la veía allí me daba mucha nostalgia, pues mi hermana se sentaba alado de esa silla, y mi madre la extrañaba demasiado.

Nos quedamos en silencio, no era un silencio incómodo, más bien era un silencio reconfortante. pasamos toda la cena en silencio, una que otra vez nos miramos pero hasta ahí quedó.

— Duerme bien, mamá — luego de despedirme de ella entré a mi habitación cerrando ésta con pestillo.

me tiré a la cama suspirando, extrañaba mucho a alexia y seguramente ella a mí. Escuché unos pasos que seguramente habían sido de mi mamá, fue a dormirse.Y si, solo estaba esperando que se duerma para poder ir a la habitación de alexia, estuve planeando entrar allí desde esta mañana y ya era hora.

Cuando dejé de escuchar los pasos me levanté lentamente y apagué la luz de mi habitación, y abrí lentamente la puerta sin hacer ningún tipo de ruido, viendo a todos lados para comprobar que mamá no estuviese fuera de su habitación. cuando por fin llegué a la puerta de la habitación de alexia me quedé parada ahí con la mano en el manojo de la puerta. estaba nerviosa, mis manos temblaban y empezaba a sentir mis ojos cristalizarse.
— Tu puedes, Nicole... — grité para mis adentros dejando aquella tristeza que me estaba invadiendo.

Abrí la puerta, y rápidamente me di la vuelta para cerrarla quedando adentro de la habitación, las lágrimas salían lentamente de mi ojos, su habitación estaba llena de pósteres de sus cantantes y actores favoritos, en todas la esquinas, reí recordando como hablaba de un tal "Bill", siempre parecía haber estado enamorada de aquél chico, y aunque nunca tuvo pósteres de él en su habitación ni me enseñó fotos siempre pensé que era un buen hombre.

— Alexia... — susurré secando mis lágrimas. Mi tristeza se vino abajo cuando escuché un sonido que provenía de el baño de su habitación, tomé el coraje para ir allí. Un hombre de unos 192 cm, cabello y ojos cafés estaba sin camisa y con un pantalón negro estaba ahí en el baño, ¡El baño de mi hermana! — ¿Quién eres tú?

— ¿Qué te importa? — respondió seco para volver a voltearse, empezó a acomodar su cabello con un pequeño peine. Se volvió a mí con una cara de aburrido. — ¿Puedes quitarte de la puerta?

— Claro, cuando me digas quien diablos eres. — Me crucé de brazos mientras lo miraba con mucha atención. su piel estaba muy pálida, sus venas se marcaban demasiado y sus labios estaban muy rojos, como si se hubiese puesto tinta en los labios.

— No...— no pudo terminar la frase por un grito ahogado que se había escuchado, su mirada conectó con la mía en un instante. Puso sus ojos en blanco como si hubiese recordado algo muy estúpido. Aquél grito volvió a escucharse una vez más, esta vez más cerca, hasta que apareció una mujer de cabello blanco con un vestido que llevaba una corset que parecía que le estaba sacando hasta el alma, ¿Cómo apareció esa mujer si no había más puertas?

— Bill, te dije que dejaras a la condenada humana en paz. — murmuró golpeando a éste en la espalda, lo cuál no le importó mucho porque no se quejó. — Buenas noches, linda. me da mucha pena que nos hayas visto, Bill se escapa de la casa cada vez que puede. 

— Aún no entiendo que hacen en mi casa. — los miré a los dos furiosa, estaba llena de preguntas, ¿Cómo entraron? ¿Qué hacen aquí? ¿Por qué están aquí? ¿Quiénes son?

— Puedo leer tu mente y no pienso responderte. — ¿Estaba loco? un humano no puede leer mentes y no hay personas que puedan hacer eso, los espíritus no existen, así cómo los vampiros, lobos, aliens, enanos, brujas, videntes. No creo en nada que no haya visto.

— Deja de leerle la mente a la humana — la que parecía su madre esta vez le haló la ojera haciendo que aquél chico frunzara el ceño. — Lo siento, ya nos vamos.


Los dos desaparecieron antes de que de mi boca saliese una palabra de mi boca. ¿De dónde habían salido esos dos? las preguntas inundaron mi mente esa noche. Nunca había tenido tantas preguntas en segundos, claro que era curiosa pero de mi mente no salía aquella imagen de ese hombre y aquella mujer, estaba por volverme loca. Primero la desaparición de alexia y ahora extraños en su habitación.


¿Quién es Bill?

¿Quién era es mujer?

¿Cómo desaparecieron así?
 

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NTDA:

Después de mil años volví,y aparecí con un fanfic,recordando que nunca había hecho uno.

Pero por el amor de mi vida ( Bill Skarsgård ) decidí hacerlo.

Espero que lo disfrutes tanto como yo al escribirlo.

Besos; K.