Capítulo 1 ~Today, our lifes begin again~
Opening:
Soltó su mano en seguida. Disimuló una sonrisa y dio unos pasos hacia atrás lentamente.
-Yo... He de irme. Tengo varios pendientes que he de hacer antes de la cena. Mucho gusto, Shadow...
Aurora hizo un ademán con su mano en señal de despedida, y corrió hacia su habitación, la cual se encontraba en el segundo piso de la gran casa; dejando a sus familiares un tanto extrañados, en especial al recién llegado: Shadow the Hedgehog.
Al entrar, cerró la puerta lo cual provocó un ruido sonoro en toda la casa, sin embargo eso no le importó, su cabeza le provocaba un dolor punzante a la par que le daba vueltas. ¿En serio sería parte de su imaginación la cual le jugaba una broma de mal gusto? ¿O en realidad su clarividencia se hacía más potente conforme maduraba?
Sin darle más vueltas al asunto, decidió tumbarse boca abajo en su cama y hundir su cara en la almohada hasta quedarse dormida. No pensaba bajar hasta la esperada cena de Noche Buena.
***
Todos le recibieron con un cálido abrazo. Shadow, sin duda, fue un erizo muy querido por las heroicas acciones que realizó en su congelada juventud. A Mighty y a Honey, quienes fueron sus amigos más cercanos, se les llegaron a salir las lágrimas de la felicidad al saber que su ex-compañero de aventuras estaba vivo y que había regresado con bien. Rouge, sin dudarlo, corrió a abrazarlo cual osito de peluche, pues a pesar de haber sido su exnovio, la verdad es que nunca habían dejado de tener esa relación extrañamente cercana hasta su supuesta muerte.
-Ahm... ¿Quién es él? -los jóvenes de menor estatura, hijos de los viejos héroes de Mobius, fueron los que rompieron el motivador momento que se estaba formando en el salón.
-Él, hija mía, es Shadow the Hedgehog. Uno de los mejores héroes del planeta que han existido, y un muy buen y viejo amigo nuestro -contestó con una gran sonrisa el armadillo, recargándose en el hombro del recién nombrado.
La joven de ojos azules, junto con los demás chavales, quedaron sorprendidos al escuchar tal presentación. Al igual que Aurora, habían escuchado con atención desde pequeños las grandes historias que sus padres les contaban sobre Shadow, el erizo que confrontó al mal viniendo de él, cuyo puso en riesgo su vida en más de una ocasión, al punto de terminar con su vida sacrificándose por aquellos a quienes amaba.
-¿Shadow? ¿Shadow the Hedgehog? -repitió Sunny, la joven mitad murciélago mitad equidna de pelaje blanco y ojos púrpuras como los de su padre. Ciertamente, todos ellos se encontraban un tanto confundidos.
-¿Que no estaba muerto? -comentó Trizz incrédula.
El erizo azabache miró a los chicos. Una media sonrisa se formó en su rostro al saber que todo su sacrificio en el pasado había rendido unos muy buenos resultados. Ahora, todos eran felices y vivían su vida en un ambiente lleno de paz y armonía...
-Muy loco, ¿No? -habló con tranquilidad, encogiéndose de brazos.
-Venga ya, que la cena ya está lista y esta noche habremos de pasarla genial, especialmente porque tenemos un invitado de honor -Amy les sonrió cálidamente a todos, invitándoles a pasar al gran comedor. Mientras se dirigían a aquella gran mesa, miró a los lados, sin lograr encontrar a la mayor de sus hijos. Puso su mano en el hombro de su hijo, el cual, por inercia, se detuvo a la par de aquella acción. -¿Aurora todavía no baja?
-Supongo que no. La última vez que la vi, fue subiendo las escaleras hacia su habitación.
-¿Podrías ir con ella y avisarle que ya estamos todos, Spazz?
-Claro, mamá.
El erizo de pañuelo negro se dirigió hacia donde su madre le había pedido ir. Tocó con delicadeza la puerta blanca con discretos detalles rosas y verdes. Al no obtener respuesta, se preocupó y decidió tomar la perilla y abrir la puerta.
-¿Aurora? ¿Rory? ¿Estás ahí?
La vio acostada en su cama con los auriculares puestos y los ojos cerrados. Seguramente escuchando esa música suya la cual Flash catalogaba como "rara y pasada de moda". Y estaba en lo cierto, Aurora escuchaba nada más y nada menos que "Everything" de Michael Bublé, una hiena de ojos azules como el cielo, famoso, muy probablemente durante la época en la que sus mismísimos padres ni siquiera se conocían. Pero lo cierto era que, a Aurora no le importaba la época en lo absoluto, mientras le gustase algo por más viejo que fuera, lo escucharía sin importar lo que dijeran los demás. Le relajaba, transmitiéndole sensaciones que la hacían des-tensarse en momentos de presión.
Se acercó a ella y llamó su atención tocándole el hombro, provocando un pequeño saltito por parte de la eriza. Pausó la canción desde su móvil, y se quitó sus audifonos, prestándole atención a su hermano menor.
-Ya es hora de la cena -avisó.
-¿Ya? ¿Tan rápido pasó el tiempo? -se preguntó con cierta sorpresa, mirando por la ventana, en donde la oscuridad yacía en todo Green Hill, acompañada de iluminaciones navideñas haciendo presente un ambiente de paz y armonía. Ahh... La navidad.
-Sí. Rory, ¿Te encuentras bien?
-Sí, sí. ¿Por qué no habría de estarlo, Spazz?
-En estos días siempre andas saltando por toda la casa cantando villancicos. No es que no me agrade que hoy no estés así, pero me ha resultado extraño -decidió sentarse junto a su hermana, sabía que ella ocultaba algo.
-¿No te parece extraño? -pensó en voz alta, llamando toda la atención del erizo.
-¿El qué?
-Shadow...
-¿Es eso? ¿Te incomoda Shadow?
-¡N-no! Pero, ugh. Olvídalo. Cosas mías. Ya sabes como es mi imaginación -trató de disimular su incertidumbre con una sonrisa, la cual se llegó a notar forzada, pues mostrar todos los dientes no hace que oculte nada.
La miró alzando una ceja, pero al final decidió dejarlo por la paz.
-Si tu lo dices... Pero que conste que mis interrogantes no acaban aquí ni ahora. Aún así, si tienes algo que contarme, sabes que puedes confiar en mí, ¿No?
-Claro -terminaron la conversación, acompañada de un abrazo entre los hermanos. Spazz solía preocuparse mucho por Aurora, y, al contrario de Flash, lo demostraba.
Salieron de allí y se dirigieron al comedor. Todos los presentes se la pasaban muy bien. Los adultos hacían sus chistes maduros y los jóvenes, quienes estaban en un extremo de la gran mesa, también platicaban agradablemente, pues llevaban casi toda una vida de conocerse. Amy, Rouge, Cream y Vainilla terminaban de servir los platillos y recogían los platos de menor tamaño en donde todos comieron una deliciosa fruta picada en cuadritos como entrada. Los erizos recién llegados, se sentaron en las sillas sobrantes situadas entre los adultos y los chicos.
Spazz se sentó primero, dejándole a Aurora un lugar junto al erizo azabache. Tragó saliva, pero no tuvo opción. En ese momento no sabía si su hermano lo había hecho a propósito o si simplemente el destino la había colocado allí.
Se sentó lentamente, saludando a todos con la mano y acompañada de una de sus agradables sonrisas. Todos adoraban a Rory desde que era una pequeña eriza.
Miró de reojo al erizo azabache, quien la miraba con una expresión llena de algo que no podía descifrar en aquél momento; se sintió un poco incómoda, pero su mirada no transmitía perversión ni mucho menos, sino que, era una de esas miradas llenas de nostalgia y serenidad. Pero, ¿Nostalgia de qué?
-Permíteme decirte que, ésta noche luces preciosa -dijo sin pensar. La eriza se giró a mirarlo de inmediato con un sonrojo notable a kilómetros. No sabía qué responder ante eso, aunque no negaba que le había hecho sentir algo dentro de su estómago.
Él continuó sonriéndole, hasta que se dio cuenta. Apenas si lo conocía, al menos en esa línea del tiempo a la que había viajado.
-Err... Yo...
-Gracias -se limitó a decir rápidamente apartando la vista del chico. Los dos quedaron en un silencio un tanto incómodo para ambos. Shadow se maldició por dentro, conquistarla de nuevo le iba a ser tan difícil como la primera vez.
Sintieron una mirada penetrante, una que a cualquiera de los tres jóvenes habitantes de la casa les pondría los pelos de punta. Alzaron la vista para encontrarse con los ojos verdes del héroe más reconocido en todo Mobius. Sonic no les quitaba la vista de encima, su sentido sobreprotector sobre su Rory había despertado después de varios meses. Al final, su esposa fue la que llamó su atención sirviéndole una deliciosa cena en frente suya.
-Rayos, se me había olvidado "ese" otro detalle -comentó en voz baja.
-¿Cómo?
-¿Eh? No, no. Nada, je. Pensaba en voz alta.
-Oh.
***
Se había quedado a dormir en un cuarto de hotel en el centro de la ciudad. Recién había llegado, y no había pensado en donde instalarse temporalmente. Todos los hoteles de gran prestigio se encontraban ocupados debido a las fiestas decembrinas, por lo que no le quedó más opción que en uno barato. El colchón de su cama estaba muy duro y la almohada pareciera que no la habían cambiado en años.
"No importa si debo buscar durante todo el día. Pero ésta noche no me quedo aquí" Pensó.
Miró el reloj despertador -cuyo sonido estaba descompuesto- y se levantó de golpe. Estaban a punto de ser las 19:00 hrs. y Aurora seguramente saldría del Programa para Jóvenes Héroes en cualquier momento. ¿Tanto había dormido? Bueno, eso pasa cuando uno se desvela hasta el amanecer.
Quería disculparse por su atrevimiento de la noche anterior, pues, además de llamarla "preciosa" y dedicarle ciertas miradas no muy discretas, en el abrazo de la media noche no la soltaba, poniéndola un poco incómoda, aunque no reprochó. Debía aprender más a disimular lo que sentía, pues ahora, él era el único de los dos que sentía algo más que una no muy cercana amistad entre conocidos.
Se alistó y preparó todo lo que tenía que hacer para dejar ese feo hotelucho.
***
Se encontraba nervioso. ¿Qué le iba a decir? ¿Debería decirle todo? ¿Debería ocultárselo? Sí. Optó por la ultima opción en la que pensó. No quería que se repitiera aquello y estaba decidido a evitarlo a toda costa. Ella era muy especial para él, y daría su propia vida con tal de su felicidad.
Comenzó a notar que varios chicos salían de aquellas instalaciones. Buscó y buscó hasta dar con su objetivo. Aurora se estaba despidiendo de una chica rubia para continuar con su camino.
Nervioso, volvió a hacerse todas aquellas preguntas que circulaban por su mente durante las últimas horas, agregando aún más incertidumbres.
"¿Y si huye de mí? ¿Y si me llama pedófilo? ¿Y si sabe la edad que tengo? ¿Y si me acusa con su padre? ¡¿Qué tal si aquí no podemos ser algo?! ¡¿Y si ya tiene a alguien?! ¡¿Deberé de amenazar a su pareja?!"
-¡Ugh! -golpeó frustrado con su cabeza el gran tronco que tenía al lado.
-¿Shadow?
Entonces, la vio. Tenía cargando su mochila en brazos y lo miraba fijamente. Seguramente, pensó que estaba loco. De inmediato, posó recargando una mano en el árbol y la otra en su cintura.
-¡Oh! ¡Aurora! No te había visto -exclamó, tratando de disimular... todo. -Si te llamas Aurora, ¿No?
-You got it! -tal y como su padre, usando otros idiomas para hablar. Sonrió para sus adentros.
-Je... Bueno, quería disculparme por lo de anoche... Fui tan atrevido y-
-¡Oh! ¡No pasa nada! ¡No hay nada qué perdonar! -habló despreocupada, con una sonrisa de oreja a oreja, como si en serio no le hubiera importado.
La reacción de la eriza al no estar molesta, mantuvo un poco desconcertado al erizo. ¿Acaso ella...?
-Ehm... ¿Me conoces? ¿Sabes quién soy? -preguntó esperanzado. Quizás, ella también recordaba todo y sólo trató de disimularlo la noche anterior.
-¡Claro que sí! Eres Shadow the Hedgehog. ¡He escuchado y leído muchas historias sobre ti! Mi padrino Mighty siempre me contó sobre casi todos tus actos heroicos cuando eran jóvenes y-
Aurora notó un poco de decepción en el rostro del azabache, y se dio cuenta de que había malentendido la pregunta.
-Tú uh... Te referías a si nos habíamos conocido antes, ¿No? Pues ahm... No-
Miró a Shadow. No estaba tan alto como sus padres o sus tíos, en realidad, apenas si estaba un poco más alto que ella. Notó que su cuerpo estaba muy bien cuidado y se perdió en el pelo del pecho del mismo, moviéndose un poco gracias al viento.
-Si nos hubiéramos conocido antes, te hubiera recordado... -de repente se sonrojó por lo que había dicho, además de recordar lo que su padre le había dicho hace tiempo. -¡OH, CHAOS! Papá dijo que tu solías tener amnesia muy seguido, seguramente lo que te he dicho... ¡Ha sonado totalmente desconsiderado de mi parte! ¡Lo siento! ¡N-no! ¡Nosotros no nos conocemos! ¡Agh!
Mientras ella se lamentaba, él aprovechó para caminar un poco más cerca de ella sin llamar mucho su atención, sólo para estudiarla un poco más. Esta, definitivamente era la mujer que había conocido hace tiempo, pero no estaba seguro el cómo llevar a cabo algo que no había planeado con anticipación. ¿Cómo se podría conocer a alguien de nuevo? Aun así, su orgullo y curiosidad eran más fuertes. Entonces, lo decidió. Le tocó el hombro para que le mirara, haciendo que parara su "ataque" de nervios y culpabilidad. Se sonrojaron al momento en el que sus ojos se conectaron.
-En ese caso, tal ve deberíamos conocernos más...
-T-t-tú... ¿Quieres conocerme más? ¿A mí?
Shadow desvió la mirada de ella, tratando de que su voz sonara desinteresada y calmada, a la par que caminaba unos cuantos pasos hacia otra dirección hasta detenerse.
-No he estado en éste lugar durante décadas. Me he quedado igual físicamente, pero todo alrededor mío ha cambiado... Podría tenerte de guía, digo, ya que conoces este lugar más que yo...
Tan sólo terminar su oración, Aurora corrió hacia él sin dudarlo, quedaron tan cerca que casi sus narices se podían tocar, lo que puso aún más nervioso al erizo provocando que diera unos pasos hacia atrás, tratando de mantener sus impulsos y ganas de querer abrazarla, y besarla.
-¡Sí! ¡Por supuesto que sí! ¡Encantada de ayudarte! Por las tardes estoy algo ocupada en el Programa pero saliendo podríamos- -de repente, una idea se le vino a la cabeza a la ojiverde. -¡Tienes que venir conmigo! ¡¿Qué mejor manera de conocer a la "Nueva Green Hill" yendo al nuevo parque de diversiones?!
Tomó la mano de Shadow antes de que él pudiera contestar y comenzó a correr despreocupadamente.
-¡Por cierto! Tú también te veías muy bien anoche.
El erizo se preguntó si había sido o no una buena idea, pero el entusiasmo de Aurora tan sólo hizo que la comisura de sus labios se curvaran en una sonrisa.
Lo hecho, hecho estaba, y estaba decidido en salvarla. No importando el riesgo o sacrificio que, esta vez, se tendría que hacer.
Ending 1:
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