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22. Deep in my chest

🌻🌻

Jimin aún repetía las palabras dichas con anterioridad y es que no era fácil.

No era fácil caminar hacia esa sala llena de personas sabiendo que toda esa felicidad que había construido durante meses podría ser destruída. Podría ser convertida en un sueño lejano que alguna vez sucedió y nunca más se repetirá, porque los sueños pasados se quedan en anhelos que el alma solo puede disfrutar con la mente.

Jungkook se veía decidido y eso confundía aún más a Park. Trató de no dudar sobre el amor que ese hermoso muchacho pelinegro le había confesado hace muy poco, en una noche llena de pasión, roces y jadeos; lamentablemente le fue imposible.

Los nervios y ansiedad se apoderaron de él, como pequeñas bacterias carcomiendo su alma y pensamientos, lo infectaron tortuosamente. Lo hicieron darse cuenta que aunque el amor de dos personas sea fuerte y sincero no siempre todo sale como uno quiere y eventualmente la separación siempre es una opción que se debe considerar.

Mientras caminaba a esa enorme sala donde las personas ponían su corazón en forma de ingredientes, su mente pasó por un abanico de emociones que lo llevaron desde la desesperación hasta la melancolía, tristeza, soledad, anhelo... Emociones que finalmente se esfumaron al escuchar al presentador.

Jimin estaba empezando a amar a ese presentador, de una u otra forma ponía sus pies en la tierra.

Sus ojos vagaban entre sus utensilios, mientras el señor de voz grave presentaba el evento. El público esta vez era mucho más grande y Park podría jurar que su familia estaba entre ese tumulto de personas, pero no sé atrevió a observarlos. No era el mejor momento para hacerlo, ya que sus pensamientos se estaban ordenado a una velocidad nunca antes presenciada en su cuerpo.

Risas

Llantos

Angustia

Los escenarios futuros que probablemente terminarían sucediendo eran infinitos y pasaban tan rápidamente que Jimin no tenía tiempo de analizarlos como él hubiera querido, como él lo hacía cuando tenía una de esas crisis nerviosas en las que solo quería gritar, pero de pronto, cuál luz en medio de la oscuridad, lo entendió.

Lo entendió tan solo unos segundos antes que el presentador revelara al jurado especial de esa noche y lo agradeció, porque de haber sido después probablemente la cobardía lo hubiera inundado.

El futuro es incierto, no se sabe que pasará realmente, pero si observamos todo de una manera más realista, probablemente esa era la última vez que Jimin y Jungkook podrían preparar algo juntos, ante el mundo y por supuesto, Jimin había canalizado aquello entre sus pensamientos. Entre tantos "pronósticos" su corazón elegió uno a manera de embudo y se tuvo que aferrar a ese para dar la mejor batalla de su vida, junto a aquella persona que amaba y no quería perder por nada del mundo.

- Dicho esto, pasaré a presentar al jurado especial de esta noche. No muchos esperaban este regreso, pero finalmente pudo ser concretado. La damos la bienvenida a una gran mujer que por segunda vez tenemos como jurado del Gran Prix. Así es, estamos hablando de nada más y nada menos que la gran Mrs. Yang - mi

Los aplausos se hicieron notar y una hermosa señora de apariencia joven apareció en el gran sillón rojo de invitados. Los 4 chicos quedaron con la boca abierta, ni siquiera el propio Jeon Jungkook sabía que Yang-mi había venido a Corea para ser jurado del Gran Prix. No obstante, el joven Jeon para sus adentros no estaba tan sorprendido, después de todo Jeon Yang-mi no era el tipo de madre que pudiera emprender todo un viaje solo para ver a su hijo.

Un pequeño blackout ocurrió en la mente del castaño, la impresión era invasiva y toda su mente nuevamente era un revoltijo. Por suerte, el objetivo que había marcado no era tan débil y aún seguía presente. Una mejor razón para concentrarse en el concurso y dejar de lado a esa señora que con una máscara de porcelana, fingia ser una amorosa y elegante persona, una persona que ni siquiera se le acercaba a los talones a la verdadera fachada que lamentablemente o afortunadamente había tenido el desagrado de contemplar.

Mientras falsas personas alababan a ee maniquí viviente, la cabeza de Park seguía siendo un remolino de sensaciones. Afortunadamente para él, al sentir cerca la explicación del concurso, la adrenalina lo consumió dándole a su vez la concentración que necesitaba.

Ya había sentido eso antes, pero esta vez era aún más exitante. Mientras más sucumbía en todo aquello, el placer era mayor y sus piernas se volvían más débiles. La presión en su cabeza y sus hombros era exquisita, la neblina imaginaria nuevamente se posicionaba en su mente y lo llenaba de sensaciones deliciosas que le encantaría probar de manera más carnal.

Park era así, era un poco masoquista y aveces no podía ocultarlo aún si quisiera hacerlo. Aveces su mente lo traicionaba y para no pensar en situaciones terribles caía en esa deliciosa adicción. Antes lo había sentido, pero recientemente lo había experimentado más vividamente. Desde que empezó el Gran Prix, su cuerpo se había vuelto participe de ese pecado tan exquisito lleno de adicción y seducción.

En la estación de al lado se posicionaba el grupo contrincante que apenas en ese momento decidió admirar. Las conocía, pues había leído de su participación en la gran lista de la competencia, lo que no había planeado era llegar con ellas a la semifinal. Un grupo de 4 chicas inglesas conocidas popularmente como "Death Stars" se contorneaban en esa mesa. Eran conocidas por sus postres y apariencias extravagantes, nada dignas de un país tan conservador como Corea.

Eran unas artistas de primera que habían nacido para ser refinadas y revolucionarias "pâstissieres". Decidieron ir a Corea, porque sabían que al ser un país de un estilo tradicionalista sería más fácil impresionar, lo que no tomaron en cuenta es que los participantes de Corea no eran unos mimados a los que se les podría derrotar fácilmente. Las "Death Stars" contra "Los príncipes de los dulces" darían de que hablar un buen rato en la academia y eso se palpó desde el momento en el que el público se convirtió en cientos de personas y los periodistas empezaron a rondar por los pasillos de Agnés Dubois.

¿Divertido dúo verdad?

Jimin se rió en la soledad por aquellos pensamientos que lo animaron a mirar a Jungkook un momento. Tan callado y con esa mirada tan amarga que ya había aprendido a reconocer. Cogió su mano y cuando acariciaron miradas, el rostro del pelinegro se suavizó; un delicioso regalo para la vista del castaño.

- Hay que dar lo mejor, ¿si?

Susurró Park y Jungkook asintió con una mirada un tanto nostálgica que Jimin decidió ignorar estratégicamente por el momento. Una mano conocida se posicionó en su cintura, dándole seguridad y haciendo que sus pies nuevamente caigan en el suelo. Sin lugar a dudas lo necesitaba, los repentinos temblores causados por la adrenalina y exitación del momento ya se estaban haciendo un poco molestos.

- Entonces, antes de comenzar, explicaremos el reto de esta semana.

Las caricias de Jungkook en su columna vertebral hacían que Jimin pueda tener completa atención en las palabras del presentador y aunque una escalofriante mirada escondida en unos ojos perfectamente maquillados lo observasen con cautela, aquello no lo hacía sentir menos confiado.

- Se han puesto a pensar en ¿Qué es estar vivos? ¿Tan solo es una condición biológica o... Talvez en lo espiritual, ¿tiene otro significado?

La sala se quedó en silencio, lo único que ahora de escuchaba era la voz resonante del presentador.

- Quiero que a través de sabores frutales y un sabor predominante evoquen la vida de una persona. Desde los sentimientos más cálidos hasta los más fríos, la complejidad de sentirse vivos en un solo plato.

Jimin estaba perdido en ese eco de palabras junto a sus otros compañeros. El único que realmente tenía una idea clara de lo que quería realizar era Jungkook y sus amigos en el fondo sabían que él sería el dirigente de esta ronda, después de todo su madre era una de las jurado.

Apenas la voz del señor dejó de emitirse y fue reemplazada por un tik tak ya conocido, los dos grupos de muchachos supieron que la semifinal ya había comenzado. Sin perder más tiempo los 4 muchachos se juntaron en un círculo.

El primero en pronunciar palabra fue Hoseok.

- ¿Qué haremos? - Las preguntas se realizaban en susurros, para evitar que el otro grupo se enterase de su estrategia.

Todos miraron a Jungkook sabiendo que él sabría que hacer y él miró a sus otros tres compañeros con un semblante profesional y concentrado, uno que muy pocas veces sacaba a relucir.

- Escuchen bien, que no hay tiempo para repeticiones. Haremos un mousse ligero de maracuyá en capas. Debe ser suave pero a la vez consistente. Una fina capa de bizcocho de limón en la base y una cubierta de chocolate blanco en cúpula lo cubrirá.

Sonaba bien, nadie lo podía negar, pero aún así al escuchar esas palabras el estómago de los chicos se empezó a revolver, especialmente el de Hoseok y Taehyung pues conocían a la perfección que Jeon Yung -mi detestaba el chocolate blanco. Para la mayor los chocolates amargos, eran aquellos que daban cuerpo a los postres y no era mentira, ella se basaba en lo tradicional y de la misma manera le enseñó a su hijo cuando pequeño. El chocolate blanco por otra parte, dulzón y de un tono níveo era todo lo contrario y muchas veces en entrevistas la gran Jeon había tildado de "vergonzoso" el uso de este insumo en postres gourmet.

Jeon sabía que utilizarlo era una forma de mostrar rechazo y descontento hacia su madre, pero esa no era razón para que se detuviera o se atreviera a cuestionar su decisión.

- Sé lo que están pensando y sí, estoy seguro de esto. Jimin y yo haremos el chocolate blanco y la mousse; ustedes preparen el bizcocho y decoren el plato.

Después de ponerse de acuerdo a través de un rápido intercambio de palabras los muchachos se dividieron en dos pequeños grupos y cada uno se fue a su propia estación. Jimin tenía toda su mente puesta en ese platillo, estaba tratando de imaginarse las texturas al probarlo, las capas finas y los diversos contrastes que provocaría en su lengua. Un baile de sabores que parecía muy prometedor y seductor.

Quiso iniciar con la mousse, incluso preparó sus utensilios de manera veloz,  pero Jungkook lo detuvo. El castaño paró en seco, no entendía que estaba pasando, de pronto Jeon puso el chocolate blanco en las narices de Jimin dejandolo aún más perplejo.

- Yo haré el mousse...

El más bajo se sintió extraño por un escaso segundo, parecía que é no era el único sorprendido. La señora pelinegra que los miraba de soslayo también tenía un semblante de impresión. Por suerte  un pequeño susurró en su cuello lo tranquilizó, ese aroma que había aprendido a conocer lo invadió y se sintió seguro, una seguridad que le encantaba y confortaba se adentró nuevamente en su corazón.

- Te lo he enseñado muchas aveces, ayer también lo repasamos. Estoy seguro que estás preparado Minnie

Un apodo que solo utilizaban en la soledad de su cuarto salió a relucir. La confianza mutua que se tenían hacía que se sintieran completos y el tiempo pasara de manera lenta, en su propia nube de amor.

Jimin empezó a prepararlo, lo hizo de manera firme y segura, sin dudar en ningún momento de lo que estaba haciendo. De rato en rato los dos se lanzaban unas miradas de complicidad, unos toques secretos e incluso intercambiaban dulces palabras, que aunque no tuvieran precisamente un significado de amor, se sentían como confesiones en lo más profundo de sus almas.

No es que no se tomaran el concurso enserio, por supuesto que lo hacían, pero sin darse cuenta la burbuja que tenían entre ellos los absorbió. La preparación del postre no fue tensa, fue como un musical rítmico lleno de química, electricidad y amor. Eso distrajo al público, al jurado, incluso al otro grupo de muchachas, pero no a ellos; tampoco a sus compañeros de equipo, ellos se sentían mejor si esos tórtolos estaban en paz.

Se sentía correcto.

El tiktak del reloj por fin se detuvo y en un abrir y cerrar de ojos los muchachos supieron que el tiempo se había acabado.

- Por favor, acérquense a la mesa a dejar sus platillos

La mesa del jurado era larga, en total  4 personas estaban sentadas ahí, entre ellas el director y la madre de Jeon. Esta vez era turno de Jungkook llevar ese platillo y así lo hizo, se topó por un momento con la mirada seria de su madre pero la ignoró olímpicamente. La presentación era impecable, digna de un platillo hecho por los príncipes de los dulces. El público estaba expectante, el pequeño platillo irradiaba luz y felicidad.

Los 4 adultos lo observaron con detenimiento y después de unos segundos el presentador pidió a una muchacha del otro grupo acercarse.

Una adolescente alta de cabellos marrones se acercó. Tenía varias perforaciones en las orejas y a pesar de estar vestida con el pulcro atuendo blanco de cocina, su rostro y facciones la hacían ver fuera del tono clásico de Corea.

Resaltaba por sí sola.

El platillo del grupo de extranjeras no se quedaba atrás. Era por su parte, mucho más atrevido que el de los muchachos, hecho que los puso nerviosos por un segundo. Era un dulce cuadrado en medio de todo el plato bañado con glaseado negro brillante, se veía simple, pero la ralladura de chocolate amargo encima lo hacía ver elegante. Los muchachos morían por saber que había dentro, la expectación los carcomía vivos.

El estómago de Jimin nuevamente falló, se revolvió, sus sentimientos y la adrenalina regresó; Jungkook en consecuencia, entrelazó su mano con la suya para tratar de contrarrestar aquello.

El vacío se sentía no solo en su estómago, también en su mente, en sus piernas, en sus ojos, un vacío lo estaba llenando e induciendo al mismísimo infierno, mientras los jurados deliberaban y empezaban a probar las creaciones.

Nuevamente la excitación volvió, un jadeo casi imperceptible salió de su garganta, sus labios estaban hinchados y mordidos por tanta presión, incluso su entrepierna empezaba a despertarse.

- ¿Qué pasa?

Susurró Jeon a su lado, pero Jimin solo pudo sorber su nariz como respuesta.

Tantas cosas pasando a la vez habían hecho que llegue a su límite y encima de todo, no haber descargado sus emociones por la anterior revelación de Jeon  lo tenía aún más consumido.

- Jungkook...

Resolvió a decir Jimin entre murmuros y acarició la mano del pelinegro entrelazada a la suya. Un nudo grande se formó en sus cuerdas vocales cuando intentó expresarse y por esta razón no pudo emitir sonido alguno. Jungkook acarició la espalda de su amado al realizar que era la única forma de apoyarlo en esos momentos, justo ahora cuando el otro estaba descarrilandose le tocaba ser fuerte por los dos.

No pasó mucho más tiempo cuando la madre de Jeon carrespeó su garganta anunciando con ello, la pronta primera intervención del jurado. Las miradas ansiosas del público e incluso las cámaras estaban listas para capturar el momento. Para conocer al ganador de la semifinal del Gran Prix.

- La vida para todos es diferente. Para algunos es placer, para otros trabajo, esfuerzo, amor incluso; uno no nace sabiendo que será en la vida, por el contrario intenta construir en el camino su propia utopía.

Con palabras que parecían triviales empezó la mayor. Una pausa fue necesaria para tomar aire y luego haciendo pequeños golpes con el tenedor encimado al platillo prosiguió.

El rostro de la señora se veía serio, como si fuera a dar una crítica realmente severa, lo que espantó a los muchachos. Las infinitas posibilidades de respuesta se acortaban cada vez más y aunque no quisieran, el momento estaba apunto de producirse para siempre quedarse ahí, en forma de recuerdo.

- El grupo de los muchachos hizo un mousse de maracuyá con bizcocho de limón y chocolate blanco en cúpula. Me hizo soñar con una juventud plena, con la dulzura que encuentras en la propia amargura, la acidez y el contraste... Los errores que cometes, sin siquiera darte cuenta.

La madre de Jeon tornó su mirada sutilmente a Jungkook lo vió fijamente. Esta vez y de manera sorprendente, su rostro se había suavizado. Mostraba un repentino arrepentimiento, ahora Jimin podía comprender de dónde Jungkook había heredado esa infinidad de expresiones que sin siquiera darse cuenta, lo podían confundir e instigar a un bucle de incertidumbre.

- Probablemente nunca hubiera dicho eso hasta ahora pero, creo que el chocolate blanco complementó bien los demás sabores. Balanceó con notas dulces la acidez, demostró que a veces el amor también puede ganar.

Esta vez la que hablaba no era la fachada perfecta que Mrs. Yung-mi solía mostrar, esta vez era Jeon Yung-mi. La más genuina capa de su ser y Jeon Jungkook lo había comprendido, porque hace mucho que no veía esa faceta de su madre. En tan solo un intercambio de miradas lo supo, se acariciaron de esa manera, y aunque el Jeon más joven aún estuviera furioso con ella, un hijo nunca se puede resistir al amor de una madre. Nunca se puede resistir a la virtud de sentirse amado.

- Por otro lado, el grupo de muchachas hizo un postre un poco más extravagante. Nos hablaron de la muerte, un tema que muchas veces nos hace y nos ha hecho cavilar a miles de personas en el mundo.

Las muchachas se veían contentas con la devolución, sonrisas amplias se pintaban en sus rostros. Jimin y Jungkook lo dieron todo, pero sabían que había la posibilidad de perder. No podían cegarse a algo tan básico.

- La técnica fue impresionante y como resultado un postre delicioso. Sin embargo, le faltó un poco de sentimiento,  la muerte para muchos es tristeza, es melancolía, talvez pudieron haber incorporado eso también. El bizcocho tres leches con el ganache derramándose de color rojo, fue un factor sorpresa increíble. El glaseado también estaba perfecto y todo junto tenía un sabor muy bueno. Será una difícil decisión a tomar

Todos se quedaron en silencio por unos segundos, la tensión era palpable en el ambiente, pero ya ahora de conocer el resultado y parecía que los jurados estaban listos.

- Voltearán las pizarras en 3... 2... 1

🌻🌻

Lo mío no son los banners, menos las portadas, pero lo estoy intentando. Cuando termine Secret Recipe voy a corregir todo y voy a implementar los banners, creo que me salió decente para ser la primera vez. Para la próxima historia ya voy a tener más experiencia al menos. Alucino con los miles de errores que he cometido con S.R. Aveces incluso me desanímo o arrepiento de haberla comenzado como muchos, porque sé que ahora podría haber ejecutado mejor esta historia de lo que lo hice cuando empecé, pero así es la experiencia. Está llena de errores y sentimientos encontrados así que a seguirle dando.

Atte: Sullivan ❤️

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