21. You are me
and I am You... 🌻
. . .
Habían pasado aproximadamente 30 minutos desde que Jungkook salió con su madre de esa habitación y lo único que permanecía ahí ahora, era preocupación, angustia y sobre todo mucha incertidumbre.
¿Cómo una madre podría tratar así a su hijo?
Jimin siempre consideró tener una familia disfuncional, pero ahora que veía la situación del pelinegro deseaba que nunca nadie estuviera en su lugar.
El castaño decidió acomodar y limpiar todo aquello que restaba de la hermosa tarde que habían pasado juntos y cuando estaba apunto de terminar y echarse a "dormir" la puerta de la habitación se abrió.
Jimin se quedó en silencio. Jungkook estaba ahí parado con la mirada baja como si estuviera perdido y no supiera adónde ir. En cuestión de segundos, Jimin comprendió que algo andaba mal, la mejilla del pelinegro estaba muy roja por el golpe que su madre le dió anteriormente y un pequeño morado se podía ver sutilmente justo en el pómulo derecho.
Park sintió el momento en el que su corazón empezó a latir a mil kilómetros por hora al ver a Jungkook así, el chico que lo había ayudado, que lo había cuidado anteriormente con fortaleza y que ahora parecía completamente destrozado.
- ¿J-jungkookie?
Reparó a decir el castaño con delicadeza, pero no hubo respuesta. Su ropa estaba un poco húmeda por la lluvia ligera que aún caía del cielo. Lo ayudó a sentarse, empezó a secarlo y a tratar de cambiarlo. La tarea fue difícil, el cuerpo de Jungkook era muy grande y el alto muchacho no parecía ayudar, a pesar de no poner resistencia. Parecía que habían vuelto al inicio, cuando recién se conocieron y ninguno de los dos se atrevía a mirar a los ojos del otro.
Jimin tenía mil pensamientos pasando por su mente, quería saber que era aquello que pasaba por la mente de Jeon, pero sabía que no debía presionarlo, así que continúo ayudándolo en silencio. Cuando finalmente terminó de curar la herida de su rostro y ponerle su pijama, lo ayudó a levantarse y lentamente lo dirigió a su cama. Jeon se quedó sentado ahí, su rostro reflejaba mucho pesadez, como si fuera un niño lleno de resentimiento por dentro.
Park no sabía cómo ayudarlo más, así que decidió tan solo acostarlo y taparlo del frío de esa gélida noche, pero cuando estaba apunto de irse a su cama a dormir, Jeon tomó su mano. Era un toque muy débil, pero que reflejaba completa desesperación. El más bajo entendió a la primera que es lo que quería el otro y sin perder más tiempo se echó a su costado abrazándolo desde su espalda y dándole todo el calor y amor posible desde esa posición.
Poco a poco logró que Jungkook se volteara, fue difícil, pero finalmente lo logró. Sostuvo con sus dos pequeñas y blancas manos las mejillas del muchacho y levantó lentamente su rostro . Por fin los dos conectaron miradas, Jimin trató de transmitirle confianza y apoyo al ver esa mirada tan fría que había aprendido a reconocer con el tiempo. Esa mirada que veía en Jungkook siempre, antes de hacerse cercanos, una mirada vacía y fría que pedía cariño, amor y comprensión.
- Jungkook...
Susurró y lo abrazó. El cuerpo de Jimin se tensó un poco cuando el pelinegro empezó a sollozar en su cuello, pero sabía que lo mejor dejarlo desahogarse de esa manera.
- Llora todo lo que quieras, estoy contigo y siempre lo estaré Jungkook. Te amo... Yo también no lo olvides.
Y ahí fue cuando Jungkook rompió por fin en llanto, un llanto desgarrador que Jimin nunca había escuchado. Ahí comprendió que Jungkook también tenía miedos y podía ser débil y eso estaba bien, porque él estaba ahí para apoyarlo y no iba a ir a ninguna parte.
Después de unos largos minutos que pasaron así, Jungkook fue el primero en caer dormido. Jimin limpio sus lágrimas cuando se dió cuenta que ya estaba completamente adormecido y lo volvió a abrazar para dormir a su lado.
. . .
El día siguiente había llegado y cuando Jimin despertó, se dió cuenta que Jungkook no estaba a su lado. Al parecer ese día se había despertado mucho más temprano que de costumbre y cuando el castaño recién se levantaba de la cama a las 6:30 AM en punto, Jungkook ya estaba bañado, cambiado y listo para ir a desayunar.
- ¿Jungkook?
Preguntó Jimin en un susurro y este último volteó a verlo, tenía aún ojeras muy pronunciadas por haber llorado el día anterior y su rostro no era el mismo de siempre, se veía decaído y sin rastro de luz y felicidad alguna.
- Jimin... Quiero practicar hoy las recetas. Mañana es la semifinal, no te levanté porque te veías cansado. Voy a practicar y te esperaré para desayunar juntos ¿Si?
El castaño se quedó sorprendido con las palabras del otro, pero al ver que Jeon no tocaba el tema del anterior día decidió darle su espacio y tampoco hablar de ello.
"Me contará cuando se sienta más cómodo"
Pensó Jimin en su mente. Así que solo fue a darle un pequeño besito de despedida para luego ir al baño a tomar una ducha.
- Trataré de apurarme
El día estaba pasando más lento que de costumbre. Después del desayuno los 4 muchachos se habían reunido para hablar sobre cómo abordarían la semifinal y cada uno se puso a practicar las recetas que mejor le salían. Para sorpresa de todos Jungkook no había tocado ningún ingrediente relacionado al chocolate ese día y no había pronunciado palabra alguna.
- ¿Sabes que le pasa?
Preguntó bajito Hoseok preocupado a Jimin, pero este último solo soltó un suspiro como respuesta.
- Ayer de pronto apareció su mamá, tuvieron una pequeña discusión y luego de eso no dijo nada más. No sé que le habrá dicho.
Los tres chicos se miraron entre sí y vieron de reojo al pelinegro que estaba muy apartado haciendo cremas ligeras y bizcochos. Hoseok y Taehyung se quedaron muy sorprendidos ante esa confesión. La madre de Jungkook en todo el tiempo que conocían a Jeon solo había ido a visitar la academia unas 6 veces en todo el periodo de 4 años y cada vez que iba era para algo realmente serio, como la muerte de un familiar muy cercano o algún evento al que ella tuviera que asistir en Corea. Jeon por su parte había ido a Francia unas 3 veces a pasar parte de sus vacaciones con su madre, pero al no llevarse bien, esas visitas que deberían haber durado meses duraban máximo 2 semanas.
Los chicos le contaron eso a Jimin, dejandolo aún con más preguntas y después de un rato discutiendo sobre cual sería la mejor manera de animar a Jungkook, los tres concluyeron en que sería mejor darle su espacio. Aparte de todo ese problema tenían que practicar también, ya que la semifinal era muy importante y sería el día siguiente, por lo que simplemente decidieron no decir nada el resto de la tarde.
Cada uno se puso en su estación en silencio y empezaron con su propio trabajo. Jimin al inicio estaba un poco incómodo, debido a que normalmente la hora de practicar recetas pasaba entre risas, conversaciones sin importancia y consejos que se daban el uno al otro; en cambio esta vez fue todo lo contrario, lo único que reinaba en esa sala era el silencio. Después de un rato, afortunadamente, algo de lo que se había olvidado completamente por el reciente problema logró nuevamente captar la atención de Park.
La libreta de la abuela...
Con un rápido movimiento consiguió sacar el pequeño libro de su mochila amarillo pastel y empezó buscar deprisa la receta de tarta de durazno.
"Sweet Home"
Estaba escrito como título, tal y como la vió el anterior día que la había encontrado. Jimin se sorprendió al ver que la receta era bastante simple, mucho más de lo que hubiera imaginado. Tenía ingredientes y técnicas que amaba la abuela Min-ho, eso no se podía negar, y por supuesto, no era una tarta de duraznos convencional, pero en la mente de Jimin no estaba ni siquiera el pensamiento firme de que él pudiera ser capaz de recrear esa tarta.
No le tomó siquiera segundos entender que esa receta debía ser su próximo intento y antes de que se diera cuenta ya estaba pesando los ingredientes escritos en la lista de preparación.
Siguió la receta al pie de la letra, incluso tomó el tiempo de cada pequeño batido y cada reposo que debía tomar la masa milimétricamente, habían pasado muchos años desde que comería esa tarta y no podía darse el lujo de hacerla mal.
Cuando finalmente la creación salió del horno y Park terminó de decorarla, sonrió orgulloso, lo había logrado.
"Probablemente la abuela estaría orgullosa de mi ahora"
pensaba Jimin confortándose ante ese pensamiento y después de ver su creación por un rato, decidió dar el siguiente paso.
Quiso llamar a sus compañeros y contarles lo que había preparado, pero decidió probar primero para asegurarse de que estuviera tal y como en su mente. Cogió un largo cuchillo para cortar tartas y partió suavemente con intenciones de no romper la base de esta. Le decoración era prolija y era exactamente como su abuela solía hacerla. Se atrevió a probar un pedazo con su cucharita perfectamente pulcra y brillante esperando encontrar ese sabor que le traía tantos recuerdos, tantas sonrisas, tantos anhelos, pero extrañamente al sentir el primer gusto en su boca, nada de aquello revocó en su mente.
¿Qué?
Sé preguntó Jimin internamente y decidió partir con su cucharita un pedazo más de su porción, lastimosamente el resultado fue el mismo.
Park no entendió qué había pasado, estaba confundido, repasó nuevamente la receta tratando de encontrar algún error, pero no habían ninguno. Sintió la decepción caer en sus hombros y mientras meditaba una y otra vez todas las opciones que habían podido ocasionar ese resultado tan básico, se dió cuenta que no podía encontrar respuesta a esa incógnita, una duda más que le estaba rondando la cabeza a Park, dentro de esos frívolos días.
Antes de que se percatara de ello, el día siguiente había llegado y el momento tan esperado estaba a la vuelta de la esquina.
"La semifinal"
Esta vez era diferente a las anteriores rondas, los chicos irían a la facultad de especialistas de Agnés Dubois dónde estudiaban las personas que decidieron encaminarse en la carrera de pastelería profesional. Los salones eran más grandes y específicamente el salón al que estaban yendo era muy amplio e imponente.
La encargada de guiarlos ese día saludó a los muchachos formalmente y les informó que les darían 1 hora y 30 minutos para que desayunaran y pudieran estar completamente listos.
Muchas personas irían ese día a ver el concurso y con tan solo pensarlo, ya se sentían los nervios de los muchachos. Estaban vestidos con sus uniformes blancos de pies a cabeza y las increíbles sensaciones nuevamente los inundaban haciendo que se sumerjan en ese mundo exquisito de la competencia.
Los 4 chicos desayunaron con calma y cuando tan solo faltaban 15 minutos para que iniciara el gran eventoTaehyung y Hoseok fueron a recoger unas pertenencias a su cuarto dejando solos a Jimin y a Jungkook.
Apenas estuvieron completamente solos Jimin agarró la mano de Jungkook y le dió un pequeño beso para llamar su atención. Los dos finalmente se veían a los ojos y a pesar de que se notaba que Jungkook aún estaba afectado, parecía que ese pequeño contacto lo había llenado de valor.
- Jimin... Hoy es la semifinal
Jimin soltó una risita ante lo dicho por lo obvio que eso sonaba. Siguió acariciando su mano con mucha ternura y sonrió levemente.
- Lo es... ¿Por qué lo dices? ¿Estás nervioso?
Jungkook negó suavemente y nuevamente su mirada se apagó. Jimin dejó de hacerle caricias, a penas vio esa reacción y antes de que pudiera decir algo más Jeon volvió a hablar.
- Jimin me iré a Francia, luego de que acabe el Gran Prix
. . .
¿Qué?
Jimin quedó en shock ante tal revelación, pero aún así trató de que el otro no se diera cuenta. Rápidamente volvió a acariciar las manos de pelinegro, pero está vez de manera desesperada tratando con el contacto físico encontrar todas las respuestas a las preguntas que tenía.
- ¿Irás por vacaciones para estar con tu mam-..
- Iré a vivir a Francia Jimin. Permanentemente
El corazón de Jimin empezó a latir ininterrumpidamente y el muchacho empezó a pestañear rápido queriendo que lo dicho por Jeon solo fuera un mal chiste y pudieran seguir normal con su vida como lo estuvieron haciendo hasta ahora.
- ¿P-porqué dices eso?
La voz de Jimin comenzaba a salir temblorosa y los ojos de Jungkook estaban rojos como si las lágrimas fueran a caer en cualquier momento. Los sentimientos de los dos se sentían y flotaban en el aire y era increíble como con tan solo unas palabras, todo lo vivido hasta ahora podía percibirse como un sueño que tarde o temprano tenía que acabar.
Los dos eran tan distintos
Los dos no merecían estar juntos
¿O... Si?
El pelinegro estaba apunto de volver a hablar, pero vió a sus compañeros a lo lejos y al corroborar con su reloj, se dió cuenta que era hora de la semifinal.
- Es hora de entrar... Luego lo hablamos ¿Si? Perdón por decírtelo justo ahora
;;; 🌻
Aún estaba lloviendo, aunque solo fueran finas gotas las que caían del cielo. El frío era palpable, pero el cuerpo de Jungkook aún estaba un poco cálido por el encuentro que tuvo recientemente con su amado.
Su más grande apoyo. La persona que lo envolvió en sus brazos sin pedir nada a cambio y soportó sus terribles cambios de humor por varios meses, a pesar de no tener la necesidad de hacerlo.
La persona que amaba.
El silencio no duró mucho, para pesar del Jeon menor y apenas llegó al patio con su madre sintió una mirada juzgadora directamente hacia su rostro.
Jungkook estaba con la cabeza hacia abajo. La mejilla le palpitaba por el reciente golpe que la mayor arrebató contra él; sin importar el anillo en su dedo medio que tarde o temprano dejaría una herida en su rostro.
- Realmente me decepcionas Jungkook. Pensé que al mandarte a Corea madurarías, pero ahora veo que me equivoqué, que pasó todo lo contrario, que en vez de esforzarte por ser mejor, lo único que has hecho es revolcarte en la cama con un cualquiera.
- No te atrevas a llamarlo así
- Yo lo llamó como me da la gana. ¿Cómo te atreves a hablarle así a tu madre?
Jungkook subió por fin la mirada y la vió. Los ojos contrarios eran exactamente iguales a los suyos a primera vista, pero los sentimientos que reflejaban eran totalmente distintos. Era evidente que Jeon Jungkook tenía la misma profunda y temible mirada de la señora parada frente a él, con la única diferencia que el pelinegro aún seguía creyendo en el amor, en cambio la mayor ya había dejado de creer en ese sentir hace mucho tiempo.
- Si no me hubiera esforzado ni siquiera hubiera llegado al Gran Prix. ¿Por qué no lo entiendes?
Jeon trató de cambiar de tema ante toda costa.
- Lo he logrado junto a él. Lo amo madre... Y creo que es la primera vez que amo a alguien en toda mi vida y soy correspondido. - Jeon tomó una pausa y se jaló el cabello para evitar llorar. Un hábito que tenía cada vez que sentía que se podría desmoronar en cualquier instante - Ni siquiera tú me amas tanto como él... ¿Si quiera lo haces un poco? Lo único que piensas cuando me vez es cuando padre nos abandonó, cuando él te engañó y te traicionó. ¿Acaso tengo yo la culpa en parecerme a él?
-...
-¡Respóndeme!
- Estás enfermo Jeon. Traicionaste mi confianza exactamente igual que tu padre lo hizo. Me engañaste, me hiciste creer que ibas por el camino correcto, pero parece que me he equivocado.
...
- Después del Gran Prix te irás a Francia conmigo; Permanentemente.
¿Qué?
Los pensamientos de Jeon se pusieron en blanco un momento y cuando se dió cuenta, ya estaba gritando para proteger lo que le pertenecía. Para poder elegir su vida, su futuro y a quien mantener a su lado.
- ¡¿Estás loca?! Yo no iré a ninguna parte. ¡No me puedes hacer esto! Nunca te he pedido nada en TODA mi vida y lo único que haces cada vez que nos vemos es destrozarme. Te odio, eres lo peor que me ha pasado.
- Si ganan el primer puesto, él también tendrá la beca para Francia ¿No? Aunque dudo que alguno de ustedes tenga esas habilidades, especialmente haciendo equipo con ese... cualquiera. Alguien tan poco elegante, jamás tendría oportunidad alguna en el Gran Prix. Espero que vayas haciendo tus maletas.
Y eso fue lo que pasó la terrible noche anterior.
La señora Jeon con sus tacones bajos y negros se alejó del patio, dejando a un Jungkook con el corazón hecho pedazos debajo de la lluvia.
La lluvia... fría caía en sus hombros y cabeza generando sensaciones escalofriantes en él, pero lamentablemente ni siquiera esas nefastas sensaciones podían dejar de lado un momento, el terrible frío que de pronto se adentró en su alma nuevamente. Un frío que Jungkook pensaba, nunca más volvería a sentir.
;;; 🌻
. . .
El dolor de Jungkook es real y se siente cuando no tienes el apoyo de tu familia, no es cuestión de estatus social ni nacionalidad. Jamás podría dejar de lado su dolor, porque sé que todos en algún momento nos hemos sentido así, es bueno identificarlo y hacer algo al respecto. Sin nada más que decir, me complace decir que no estamos lejos del final de Secret Recipe y eso me emociona mucho.
Atte: Sullivan ❤️
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