🥊4to Round
Su respiración era pesada. El día había sido largo y extenuante. Pero sus dedos se sostenían y acariciaban el cabello lacio ajeno con vehemencia, mientras cerraba sus ojos y mordía su labio inferior.
Apenas logró quitarse el calzado, que ya tenía sus pantalones en sus tobillos, su cuerpo tenso y su polla entraba y salía de la bonita boca ajena. Un muy buen trabajo el que estaban haciendo con él. Aunque hubiera optado por llegar a la cama mientras estaba tendido y de piernas abiertas recibiendo tan buen trato.
Jeon Jungkook gimió cuando succionó su polla con ganas y sus bolas se tensaron, su cuerpo cedió y su esencia fue tragada por el bonito Idol favorito del momento.
No todos los días tenías al mismísimo Jeon Jungkook de rodillas frente a ti, en tu apartamento y chupando tu polla como si fuera su paleta favorita. Quizás un sueño para algunos y una realidad casi constante para Kim Seokjin.
—Ya, cariño... —susurró alejándolo. Estaba drenado y Jungkook se había corrido junto con él, de rodillas en suelo.
El Idol de ojos inmensos y brillantes le sonrió de forma soñadora, un hilo blanquecino pintaba su labio inferior, Seokjin lo limpió con su pulgar y recordó.
Recordó lo mucho que quiso limpiar el líquido del mentón del bonito boxeador. Pero no hizo nada. No hizo ni dijo la mitad de las cosas que le hubiera encantado hacer con él.
Jungkook se puso de pie y comenzó a desnudarse—. Usaré tu ducha, hyung —exclamó—. ¿Te espero¿ —Dijo llegando al pasillo y girando su cabeza para verlo. Seokjin levantó sus pantalones más no los abrochó.
Cuando levantó la vista, Jeon Jungkook estaba en toda su gloria parado en el pasillo que llevaba al baño de Seokjin. Su piel blanca, solo manchada en su brazo derecho dónde tenía la manga de tatuajes y luego era todo piel lechosa, hermoso de pies a cabeza y un culo respingón con muslos perfectos.
A Seokjin le gustaba mucho su cuerpo. El chico también era un buen amigo. Llevaban una amistad de añares que casi nadie sabía por entrar a la industria de sus respectivas carreras casi al mismo tiempo. Jungkook era el Idol dorado, amado por todo Corea del Sur, pero nadie sabía que el chico tenía preferencias de todo tipo.
—Ve tú. Ordenaré algunas cosas y prepararé algo de comer —dijo viéndolo de arriba abajo.
Jungkook sonrió y movió su mano sin darle importancia. Ellos no tenían una relación, no la querían. Tampoco la necesitaban, solo se rascaban cuando les picaba y se reunían cuando sus agendas coincidían en el descanso.
Podría tomar una ducha con Jungkook, pero lo perturbo recordar a TaeHyung. De quién por cierto no recibió respuesta alguna después de su regalo. ¿Por qué lo hizo? Por jodidamente impulsivo ¿Cómo supo su número de habitación? Debido a la boquifloja de Sun Kyung. ¿Sintió una auténtica rabia cuando la chica le confirmó haberse acostado con Kim TaeHyung? Sí. Un jodido ataque de celos, porque estaba más que seguro que Kim TaeHyung era tan gay como él.
Obviamente el boxeador se mantenía en la sombra como muchos. Cómo él. Seokjin lo provocó la primera vez porque si bien ya tenía algunas dudas sobre la sexualidad de TaeHyung, se confirmaron cuando lo vió mirarle el culo al productor del programa en el que ambos participaron.
Definitivamente era gay, pero extremadamente reprimido. Sus dudas partían desde saber si tan solo se mantenía en las sombras como Seokjin o simplemente no había salido del closet siquiera. Porque si bien, aclarar tus preferencias sexuales en el ambiente popular de Corea del Sur no era fácil, mantenerte completamente cerrado a quien eres y lo que realmente anhelas, podía volverte loco.
Sentía pena por el tipo. Había visto algunas peleas y le parecía increíble y caliente, antes de verlo solo tenía intenciones de una amistad. Pero cuando notó la mirada depredadora del tipo sobre el trasero de inocente del productor, despertó en Seokjin otro tipo de necesidad.
Él quería que TaeHyung se abriera con él. Sí, de todas las formas posibles. Cuando lo conoció la duda aumentó y cuando lo cruzó en la fiesta de navidad la otra noche, confirmó definitivamente que Kim TaeHyung era gay y que sentía una atracción por él. Quiso dejar algunas indirectas, pero notaba la seriedad y la tensión en el boxeador que lo hizo estar constantemente bailando, dando un paso hacia adelante y retrocediendo dos.
Y la zorra de Lee Sun Kyung lo consiguió, pensó en el que tipo debía de estar hastiado si fingía y era totalmente gay, pero si era bisexual, Seokjin sintió rabia de no ser él quien saltara en la polla del boxeador noches atrás.
O que él saltara en la suya.
—Aish —quería dejar de pensar.
Tronando su cuello, decidió ir por su correo para revisarlo cautelosamente, debido a que su manager le había dejado una caja extremadamente elegante y llamativa. No tenía idea a qué se debía, pero estaba curioso por abrirla y mejor era esto que pensar en Kim TaeHyung. Desarrolló una obsesión por saber del tipo, su dedo pico varias veces para seguirlo en sus redes sociales, pero el hecho de que quisiera follar con el tipo, lo detenía de hacer algo tan simple como dar un follow.
Pero no podía sacarlo de su cabeza, lo deseaba tan mal que ni siquiera sabía cómo moverse. ¿Cuál sería su siguiente paso? TaeHyung era un enigma casi descubierto a medias. Y no saber si botó o se quedó con el collar lo tenía bastante inestable y aturdido.
Cuando abrió la caja misteriosa una invitación en negro y plateado se dejó ver. Elegante y sutilmente perfumada. Seokjin se perdió un momento:
— Quizás echar de mi perfume en la caja del collar fue demasiado —susurró, luego se quejó—. ¡Aish, soy tan estúpido!
—Lo eres ¿Pero bajo que contexto, esta vez? —cuestionó Jungkook, volviendo a la sala con una toalla en su cintura.
—Ese baño fue rápido —soltó Seokjin mirándolo de arriba abajo.
El chico sonrió angelicalmente mientras robaba una manzana roja del centro de la mesa de Seokjin con frutas frescas cada día a merced de quién pudiera comerlas.
—Solo fui a refrescarme y perfurmarme un poco para que luego me folles y vuelva a sudar de nuevo y así... Nuestra rutina —exclamó divertido acercándose al modelo y mirando la invitación en su mano—. ¡No me jodas!
Seokjin frunció el ceño y respondió sarcástico—. De acuerdo, entonces vete.
Jungkook lo miró. —Ni de broma —Seokjin rió ladino y rodó los ojos mientras desenvolvía el paquete que había junto con la invitación—. Hombre, fuiste invitado al baile de mascaradas de Año Nuevo. Ah, qué envidia. Mucho Golden Idol y aún no me han invitado a mí —dijo quejándose—. Oh, ¿puedes llevar a alguien? Llévame, hyung.
Seokjin frunció el ceño y tomó la invitación para leerla en voz alta:
—Invitación al Baile de Mascaradas de Año Nuevo...
"Estimado Seokjin,
Nos complace invitarte al exclusivo Baile de Mascaradas de Año Nuevo, una noche llena de misterio, elegancia y encanto. El evento se llevará a cabo el 31 de diciembre en el Gran Salón del Hotel Imperial, comenzando a las 8:00 PM.
Te animamos a asistir con una máscara y atuendo que refleje tu estilo único. Puedes dejarte deslumbrar por todo lo prohibido de nuestra velada, con la condición de que sólo vengas tú y una extrema persona de confianza.
El código que encontrarás detrás de esta máscara será lo que te represente. Contamos con extrema seguridad y atención médica especial para cada invitado.
Nadie sabrá quién eres. Tú no sabrás quienes son y todo lo que pase dentro de La Mascarada, se queda dentro de La Mascarada.
Esperamos contar con tu presencia para dar la bienvenida al nuevo año con estilo y sofisticación.
Atentamente,
El Comité Organizador".
—Hombre, esas fiestas son una locura y una leyenda —susurró Jungkook, tomando la elegante máscara que venía a juego con los colores de la invitación—. Por favor, llévame —suplicó viendo a Seokjin.
El modelo resopló—. ¿Quien dijo que eres mi persona de extrema confianza? —Jungkook hizo un puchero— quita esa cara, yo ni siquiera e-... Mmm —Seokjin no terminó su frase que Jungkook ya estaba juntando sus bocas y besándolo.
—Llévame —otro beso, otro ruego y otro beso.
—Ya deja de arruinarlo —se mofó Seokjin.
Otro beso—. Llévame...
— Cállate o no voy a follarte —exclamó. Jungkook lo empujó y luego lo besó más decidido.
Repentinamente estaba sobre la cama siendo desnudado por su amigo y besado en todas partes. Jungkook era dulce. Divertido y atento. A veces se preguntaba por qué ninguno quería ser exclusivo con el otro. Tenían buena dinámica, pero el corazón de cada uno pertenecía a uno mismo.
Más tarde, Seokjin estaba sobre la cama de forma horizontal mientras Jungkook lo montaba como un profesional. El chico estaba sentado y erguido sobre él. Saltando sobre su polla haciendo los sonidos más sexys y la caras más hermosas.
Tenía una fascinación peculiar por este chico, pero lo adoraba como un amigo. Era todo lo que podía ofrecerle. Jungkook pensaba igual que él. Aunque disfrutaban jodidamente demasiado el sexo entre ellos y se notaba. Mientras Jungkook saltaba encima de su polla y luego intercalaba moviendo sus caderas, la mano de Seokjin se fue directo a la polla del más joven porque estaba a punto de explotar y quería hacerlo a la par de Jungkook.
Así que rodeó la polla de Jungkook con su mano y comenzó a trabajarlo rápido y parejo, segundos más tarde Jungkook no resistió y él explotó ante el placer de ser deliciosamente apretado por el interior del chico.
Tres horas más tarde, estaban en el sofá de Seokjin bebiendo somek y comiendo ligero, hasta que el teléfono de Seokjin sonó con una llamada de su representante:
—Hyung Min Hye, hola —dijo bebiendo con lentitud, él estaba en una punta del sofá y Jungkook cómodamente en la otra con teléfono en mano.
—Hola niño ¿Viste la invitación?
—Lo hice, suena turbio si quieres mi honesta opinión —dijo divertido.
—Podría ser. Muchos se dejan ser sin máscaras, pero con ellas, si me entiendes —respondió su manager igual de divertido.
— Contradictorio —exclamó Seokjin—. Si llamas para saber si iré, no lo haré.
Jungkook dejó su teléfono y lo miró sorprendido—. ¿Cómo que no? —cuestionó metido en la conversación.
Seokjin rodó sus ojos—. ¿Jungkook-ah está contigo? —preguntó el manager Park.
— Sí, está aquí.
—¡Hola, hyung! —Gritó el más joven.
—Saludalo de mi parte y que tenga cuidado al salir —mencionó Min Hye.
A diferencia de TaeHyung y su manager, Seokjin tenía una estrecha relación y desde un inicio le dijo que él era gay y que si bien no le interesaba salir del closet no quería estarlo con las personas a su alrededor. Así que antes de trabajar juntos el contrato que Seokjin le entregó, fue claro y conciso, a diferencia de TaeHyung, Seokjin venía de una familia adinerada que tenía recursos suficientes y un buen representante legal antes de conseguír uno en la industria del modelaje. Park Min Hye, era un hombre leal y respetuoso.
Si Seokjin necesitaba algo, lo que sea, él haría su trabajo sigiloso y seguro para que Seokjin pudiera obtener lo que quisiera. Con los años, el cariño mutuo creció.
— Dijo Hyung que no seas idiota y salgas con cuidado —SeokJin le propició una patada amistosa.
Si ellos no dijeran abiertamente que follaban como animales, nadie lo creería.
— ¡Lo haré! —gritó el menor al teléfono.
Seokjin lo empujó—. Como dije, no iré
—Creí que te gustaría —mencionó Min.
Seokjin chasqueó su lengua mientras Jungkook le hacía señas indignado.
—Ire a ver a mis padres por año nuevo, mi hermana viene de Australia y quieren a la familia junta —respondió.
Jungkook dejó caer sus brazos, Seokjin le hizo una mueca.
—De acuerdo, niño. Es tu decisión, de todos modos, estás invitado con una clave. Ni siquiera los de la puerta sabrán de ti —mencionó—. Hay contrato de confidencialidad.
—Tentador. Pero tengo que pasar —dijo Seokjin. Jungkook golpeó su pierna. Pelearon con el manager Park al otro lado de la línea unos minutos y luego cortaron el llamado—. ¿Comportarte como un adulto, jamás? —se quejó Seokjin divertido.
Jungkook se sentó cerca—. ¿Cómo que no irás a la Mascarada de fin de año?
—Lo escuchaste —recalcó Seokjin, acomodándose en el sofá mientras cambiaba de canal—. Reunión familiar, Kook.
—Pero pero pero-...
— ¿Pero pero pero pero qué? —se quejó Seokjin.
—Detestas a tu familia —respondió en puchero—, tú sabes: el tema de tu sexualidad y eso.
Seokjin suspiró—. Detestarlos es una expresión un poco fuerte, si se abstienen de comentar lo que no deben son bastante tolerables —respondió a Jungkook alzando sus cejas.
Él pelinegro lo empujó—. Pero hombre es La Mascarada de Año muevo —dijo abriendo sus manos y sonriendo.
Seokjin lo miró, Jungkook era entrañable—. Me recordaste a Bob Esponja —Jungkook entrecerró sus ojos y lo golpeó—. ¡Oye más despacio, bravucon insolente!
—Aish, soportaste un round con el boxeador Casanova ese ¿No puedes conmigo, eh, eh? —Jungkook fingió moverse como un boxeador y es que el chico de todas formas entrenaba en sus ratos libres, en ocasiones, tales rutinas.
Seokjin lo empujó, con su mano en la frente del más joven y suspiró—. No tenías que traerlo a colación.
Jungkook se puso serio—. ¿De que hablas?
Seokjin lo miró, Jungkook era un buen amigo—. Me gusta el tipo.
Jungkook asintió—. A todos nos gusta ¡Auch! —el golpe de Seokjin en su nuca resonó en todo el departamento, Jungkook rió sobando su nuca—, pero tú me gustas más, hyung.
El modelo lo miró de reojo—. Que te guste cualquiera menos él —dijo suspirando.
Jungkook frunció el ceño—. Espera un momento ¿Te gusta, cómo en serio?
Seokjin suspiró y esquivó su mirada mientras tomaba su control remoto y buscaba por nada en su tv—. Es interesante.
— ¿Estás seguro que es gay?
—Al cien por ciento —afirmó—, pero no supe cómo acercarme correctamente en el fiesta de navidad —suspiró otra vez.
—No me contaste que sucedió. Mal amigo —Jungkook se puso de pie buscando por dos vasos y alcohol, luego volvió y se sentó al lado del modelo y le tendió un vaso—. Vamos, spill the tea —dijo con un acento adorable en inglés.
Seokjin rió sin gracia—. No hay mucho que contar. Le invité un trago en el palco privado.
Jungkook se ahogó con el alcohol—. ¿Tú qué?
—No significa nada en esas fiestas, lo sabes —respondió.
Jungkook suspiró—. Aún así ¿Aceptó?
—Sorprendetemente sí
— ¿Y? —Jungkook parecía un niño pequeño de ojos inmensos esperando saber el chisme completo.
— Y nada —suspiró Seokjin—. Bebimos, hablamos de algo que ya no recuerdo, no fue importante. Me sentí bastante impotente sin saber que decir y cuando decía algo lo apaciguaba y me sentí un idiota —SeokJin bebió el alcohol de un trago— oh comimos ostras, hubo tensión. Pero mis bolas sienten tensión desde el primer momento en que lo ví comerse el culo de aquel productor con los ojos.
—Uuuy, sí. Me contaste eso, pero puede no significar nada —dijo bebiendo, Seokjin le dió una mirada aburrida y Jungkook rió casi escupiendo la bebida—, sí eso fue estúpido.
Seokjin negó suspirando cansino—. Le regalé mi collar.
Jungkook esta vez si escupió el alcohol. Seokjin apretó sus ojos y con calma respiró—. Lo siento, lo siento —dijo el menor limpiando la mejilla de Seokjin con su mano—, eso me sorprendió y no me lo dijiste.
Seokjin abrió sus ojos, miró a su amigo y suspiró—. Porque no recibí ninguna respuesta, nada.
— ¿Le dejaste tu número?
—Puede buscarme en las redes sociales —dijo levantando sus hombros.
— ¿De que collar hablamos? —preguntó el menor.
—El que te gustaba a ti —dijo el modelo con una sonrisa.
Jungkook lo miró con extrema seriedad—. Eres un amigo de mierda ¿Lo sabes, cierto?
— ¿Te di cuatro orgasmos hace menos de una hora o no? —se excusó Seokjin.
Jungkook se puso colorado—. Idiota.
Seokjin rió y luego suspiró—. Se folló a Sun —exclamó entre dientes.
— ¿Sun Kyung? —repitió Jungkook, Seokjin asintió con dientes apretados—. ¿Estamos seguro que le gusta la verga? ¡Ouch! ¡Sólo hice un pregunta! —gritó en respuesta después de que Seokjin golpeara su abdomen.
—Él es gay
— O bisexual o quizás otras opciones más abiertas.
—Es gay —repitió Seokjin con seguridad.
Jungkook suspiró—. Pero se folló a tu amiguita —dijo con sarcasmo.
Seokjin resopló—. Compañera bocona de trabajo. Se lo dijo a sus más cercanos.
—Mmm, lo siento... ¿Realmente te gusta o solo estás muy caliente con el tipo? —preguntó Jungkook sirviendo otro vaso para ambos.
Seokjin miró el alcohol dentro de su recipiente y recordó sus momentos con el boxeador. Le calentaba la sangre, definitivamente. Todo su cuerpo estaba a bordo con ese hombre. Pero el segundo encuentro fue extremadamente revelador.
—Creo que sí me gusta. O podría gustarme si supiera cómo acercarme a él.
—Envialé mensaje privado por redes o pídele a Hyung que te consiga su número. Lo has hecho antes y él es un sabueso —halagó Jungkook.
Seokjin negó con su cabeza—. No estoy seguro que lo tome bien. No quisiera dejarlo en evidencia de nada, creo que ni siquiera su gente de confianza sabe de sus preferencias.
Jungkook suspiró—. Eso es jodidamente triste.
Seokjin asintió—. Lo es, pero aún así, todavía quiero conocerlo.
—Quieres chuparle la polla —dijo Jungkook aligerando la charla.
Seokjin rió finalmente y lo empujó—. No tienes remedio.
—Tú eres el más romántico de los dos. Yo solo soy honesto y tú quieres meter esa preciosa polla tuya en su culo temeroso.
— ¿Por qué llamaste preciosa a mi polla? —replicó Seokjin, Jungkook se encogió de hombros y eso lo hizo reír—. Y sí. Si quiero chupar su polla, me gusta su culo para follarlo, pero si él me quiere de rodillas y me lo ordena con esa voz grave, hombre por él me dejó.
Jungkook abrió su boca y ojos indignado—. Yo quise follarte y nunca te dejaste, traidor.
Seokjin rió chasqueando su lengua—. Tú eres demasiado maleable, cariño —se burló, acariciando el rostro de un Jungkook indignado—. Oh vamos, a ti te gusta estar abajo.
—Me gusta tenerte adentro, sin embargo me gusta montarte lo cual te hace quedar abajo —le respondió con agudeza, Seokjin rió y Jungkook cambió de tema—. Hombre, en serio. La Mascarada, llévame contigo.
—No iré —dijo alcanzando la invitación—. Mi código de presentación es lo que estará en la lista si me presento. Ve tú, yo no puedo. Sé todo lo extravagante que quieras.
— ¿Estás seguro? Mira que lo haré. Iré, tengo pensado usar una peluca de cabello rubio, extraño ese color.
—Te sentaba bien —halagó Seokjin, dando por terminada la conversación anterior—. Suerte entonces.
— ¿La Mascarada de fin de año? —soltó Vernon arrugando la nariz—. ¿No dicen las malas lenguas que lo que pasa allí se queda allí?
TaeHyung miró su invitación y su código de entrada en silencio, estaba demasiado estresado con una futura pelea en pocas semanas y demasiado entrenamiento. Estaba en su pequeño para nada humildemente gimnasio de práctica cuando recibió la invitación.
Estaba sudado y la invitación era la única cosa interesante que desviaba su atención de sus nudillos adoloridos.
—Se ve que estás súper popular. Primero la fiesta de navidad y ahora esta ¿Que harás? —preguntó su amigo.
—Iré —dijo sin pensarlo demasiado—. Si todo lo que pasa se queda allí, no hay paparazzis y podré simplemente ser yo debajo de un estúpido disfraz. Estoy dentro.
Vernon abrió sus ojos y alzó sus cejas—. ¿Estás seguro? Si estás muy estresado, puedo hacer alguna llamada de botín y-...
—Estoy cansado y aburrido. Iré a la fiesta, ayúdame a elegir algo extravagante —dijo saliendo del gimnasio y entregándole a Vernon la invitación con máscara en mano.
Su amigo lo siguió atolondrado—. ¡Pero tú no eres extravagante!
TaeHyung se giró y lo miró—. Exacto. TaeHyung no lo es. ¡Y vendrás conmigo!
Vernon aspiró y luego exhaló—. Pero mi novia va a matarme si me meto ahí —susurró para si mismo.
TaeHyung estaba ansioso. Nervioso, demasiado vestido y para nada luciendo como él. Según la temática que la carta dejaba ver y el email que recibió luego, había un código de vestimenta.
El estilo Victoriano predominaba con un toque de cyberpunk permitido, por supuesto. El contrato de confidencialidad era extremadamente estricto, cosa que en cierta forma aplacó parte de su ansiedad. No estaba seguro que encontraría allí o que quería encontrar, pero tenía mucha curiosidad.
—Mi novia me desprecia por no estar con ella en año nuevo —dijo Vernon en la puerta mientras TaeHyung daba su código.
—Tu novia es el ser más tóxico que he conocido, deberías divertirte esta noche —exclamó el boxeador.
Cuando la persona en la puerta leyó su codigo de invitación, pidió sus teléfonos celulares y los guardo bajo el mismo codigo de invitación. Estaba explícito en el email que los teléfonos celulares estarían confiscados, y de todas formas por cualquier urgencia medica tenían todo a mano.
El chico de la puerta, tomó dos aparatos celulares antiguos en perfecto estado—. Si se separan pueden llamar y podrán comunicarse sin problema entre ustedes o al número que está agendado por cualquier urgencia. Pueden irse y reclamar su teléfono en cualquier momento —sonrió amablemente a ambos—. Que lo disfruten.
Luego de eso, les hizo señas de que podían pasar y no lo miró más de dos veces, TaeHyung se sintió aliviado.
—Si te escucha decir eso, te golpeara. Su gancho es casi tan bueno como el tuyo —dijo Vernon indignado.
TaeHyung rió, sacudiendo su cabeza.
—Solo relajate. Si no vas a ser infiel solo diviértete y ya. Si ella no puede entender que necesitas tu tiempo algo anda mal, amigo. Es increíble que aparte de celarte también te golpee.
Vernon resopló—. Sabes muy bien que entrenamos juntos, no me golpea —dijo empujándolo.
—Diviertete y ya, si te necesito. Te llamo —exclamó sacudiendo el aparato en su mano.
Vernon lo miró, llevaba una vestimenta masculina muy victoriana con un cuello de volados extravagante, todo en colores blanco, gris y beige. Mucha seda y una máscara gris con detalles hermosos, debajo un barbijo que cubría su rostro para tenerlo cubierto del todo.
— ¿Puedes respirar con eso? —preguntó su mejor amigo.
TaeHyung negó—. Sólo la usaré un momento, luego veré que hago —dijo mirando alrededor hasta que finalmente entraron al salón principal.
Todo en blanco, negro y gris plata. Arañas elegantes colgando del techo con una principal extremadamente llamativa. Todo estilo Victoriano con ese aire rebelde y futurista del cyberpunk que dejó a ambos atónitos.
El baile de mascaradas era una auténtica locura extravagante y cuando TaeHyung vió la siguiente escena, supo que iba a pasarla jodidamente bien o salir perturbado.
— ¿Estoy viendo bien? —cuestionó Vernon a su lado.
—Ambos estamos viendo bien o alucinando la misma cosa.
—No tengo fantasías gays por el momento —mencionó Vernon con toda la seriedad que pudo reunir en su voz—. Es el actor ese de la película de zombies ¿No?
Vernon no recordaba su nombre, TaeHyung menos.
—Sip, es él y tiene la lengua en la boca de este otro actor que trabajo en esa película de fútbol —dijo intentando apartar sus ojos, pero era imposible.
No eran el tipo de TaeHyung, pero seguía siendo atractivo a la vista.
—Bien, algunos miran otros no, pero oh... Mierda —Vernon se giró tapando sus ojos—. No le digas a mi novia que ví los pechos de otra mujer.
TaeHyung frunció el ceño y miró a dónde Vernon se rehusaba a ver. A la izquierda de donde se encontraban había una linea apartada del salón de baile donde se alzaban unos elegantes cubículos, cada uno adornado con cortinas de seda negra que caían como sombras etéreas. Estos asientos privados ofrecían un refugio discreto para los invitados, permitiéndoles escapar momentáneamente del bullicio del baile. Las cortinas, suaves al tacto y opacas a la vista, creaban un ambiente de misterio y exclusividad, donde las conversaciones susurradas y los encuentros furtivos podían desarrollarse lejos de miradas indiscretas. La luz tenue de las lámparas de gas, con un toque de tecnología steampunk, proyectaba sombras danzantes sobre las cortinas, añadiendo un aire de intriga y sofisticación a la atmósfera.
Excepto que no todas las cortinas estaban cerradas. Un par de mujeres que TaeHyung no pudo reconocer estaba teniendo una fiesta para nada privada, dejando un poco de las telas elegantes entreabierta para los curiosos. Y una de ellas, tenía demasiado abierto la parte inferior debajo del corset dejando ver uno de sus pechos adornado con piedras.
TaeHyung hizo contacto visual a través de sus máscara con la que estaba arriba, entre vestidos elegantes nada les impidió dejarse llevar por la pasión y lujuria. La chica lo miró a los ojos, sonrió ladina y se inclinó a lamer y morder el pezón de la otra mujer, quien TaeHyung no pudo oír pero estaba seguro que gimió del placer.
—Eso fue sexy e incómodo a la vez, aún así lo último que quiero esta noche son senos y coño —admitió mirando hacia otro lado.
Vernon suspiró—. Iré a tomar un maldito trago, este lugar es una locura. Ahora entiendo porque todo es tan jodidamente discreto, secreto y par de pervertidos ¿Por qué acepté venir contigo? —dijo indignado caminando hacia el bar.
TaeHyung lo siguió sonriendo—. Porque me amas y soy tu hermano mayor.
—Idiota —dijo Vernon con indignación y cariño.
Sin embargo, la indignación llevó a su amigo por un lado y la fascinación llevó a TaeHyung por otro camino, mientras miraba embelesado el inmenso salón. Los bailarines y bailarinas en tarimas eran exuberantes y hermosos.
Los ojos de TaeHyung se quedaron pegados a los de un bailarín musculoso, con corset y pantalón engomado. Botas negras altas y unos brazos musculosos que eran una delicia. Encontrando un asiento en el bar justo frente al bailarín TaeHyung pidió su primer trago.
Ese día llevaba una peluca con el típico mullet negro y rizos negros que caían a dos aguas en su rostro tapando el cabello corto y rapado que naturalmente tenía. Sus ojos llevaban lentillas celestes y los lunares en su rostro estaban tapados con maquillaje. Realmente estaba tan extravagante como el resto de los invitados.
Se sentía tan ridículo como sexy. Cuando el trago fue depositado a su lado, removió su barbijo y bebió sin apuro. Lo degustó con calma mientras el whisky quemaba su garganta y sus ojos seguían pegados al bailarín que ahora bailaba exclusivamente para él.
Nadie lo miró con curiosidad pero si con lujuria. Especialmente porque los ojos eran lo único que podían ver de otros rostros. Algunos llevaban antifaces lujosos y su nariz y labios se dejaban ver. Otros tenían máscaras completas como él y otros no llevaban nada o no lo tenían puestos. Realmente parecía la ciudad del pecado resumida en una elegante fiesta depravada.
Sin embargo, le gustó. Y se dejó deslumbrar por el bailarín mientras bebía otro trago y comía la elegante comida que los mozos iban ofreciendo en sus elegantes bandejas. Cuando tomaba una ostra con sumo cuidado, lo recordó.
Recordó la voz de Seokjin describiendo su sabor. El calor de su cuerpo, sus ojos negros. Cómo su pulgar pasó por su mentón y el modelo lo chupó. Lo calentó y detestó como tuvo que sacarse las ganas con una mujer que no era para nada su estilo. Entre su elegante vestimenta, llevaba el collar de Fred ese que el modelo le regaló.
Lo pensó, él realmente reconsideró agradecerle por medio de las redes sociales, pero no tuvo el valor de hacerlo. Lo deseaba demasiado y sentía que por esa simple (no tan común atracción) quedaría en evidencia sus verdaderos deseos. Pero no pudo ser fantasioso con las intenciones de Kim Seokjin. El tipo le obsequió su collar porque simplemente era una disculpa. Eso debía de ser.
Su calentura por el modelo no le dejó hacer algo tan simple, como agradecer, por sentir que quedaba en evidencia.
—Idiota —murmuró para si mismo y se distrajo de las volteretas que el bailarín dió para él mientras buscaba a Vernon con la mirada.
En ese instante sus ojos se quedaron prendados de otra pareja de hombres, esta vez no supo quienes eran, no se quitaron las máscaras, pero parecían tener más de dos brazos cada uno. La vestimenta y la puesta en escena eran elegantes, pero la gente era cualquier cosa menos eso.
Pasó así un buen tiempo, solo mirando como un fisgón. Disfrutando del baile del sexy tipejo en la tarima frente a él y simplemente las horas se consumieron. Tuvo mujeres a su alrededor pero las rechazó a todas y cada una. Luego volvió a mirar a su alrededor y el caos y perversión era tan alucinantes como aburridos.
—Dales un poco de libertad o la ilusión de ella y harán desastre —dijo una voz masculina a su lado mientras acariciaban su mano.
TaeHyung giró el rostro y el bailarín sensual que había estado mirando un largo tiempo, estaba a su lado. Sonriendo como si quisiera hacerle o dejarse hacer de todo. TaeHyung mentiría si aquello no lo encendió y lo puso nervioso al mismo tiempo. Pero nadie miraba más allá de la lujuria.
—A nadie le importa quien eres —susurró el chico entre la música—. Ni siquiera a mí me importa quien eres. Sólo me gustan tus ojos y tienes una linda boca —añadió mirando sus labios.
TaeHyung alzó sus cejas y su polla se removió un poco en sus pantalones. No estaba seguro si aún estaba cohibido o el bailarín necesitaba ponerle más garra, pero su voz no era exactamente la correcta.
—Tampoco me interesa que sepas quién soy —respondió bebiendo otro trago, o al menos intentándolo, porque el bailarín tomó su vaso, agudizó su mirada en él y se inclinó para beber de su whisky y entonces, TaeHyung lo vió.
Lo que no sabía que estaba buscando, lo vió.
Bajaba las escaleras vistiendo impoluto y perfecto. Su chaqueta azul oscuro, con hombros estructurados y detalles decorativos, destacaba en la penumbra. Las mangas, adornadas con pliegues elegantes, y el alto cuello, le conferían un aire de misterio y autoridad. En el centro de su cuello, un broche prominente brillaba con gemas azules, reflejando la luz de los candelabros elegantes que iluminaban la sala con una tenue luz dorada.
Llevaba una máscara que cubría su ojos, una obra de arte adornada con gemas azules y detalles plateados intrincados alrededor de los ojos. Su barbijo era igual de elegante, con encaje y en negro. Muy sensual. La máscara a un lado de su chaqueta,.más pequeña, con un estilo que recordaba a una calavera, añadía un toque de intriga y peligro a su presencia. Su cabello rubio, perfectamente peinado, caía en suaves ondas que enmarcaban la máscara, añadiendo un contraste llamativo a su atuendo oscuro.
La música alta resonaba en el salón, mezclándose con los murmullos de algunos presentes que se desvanecían a su paso. Era una figura que no podía ser ignorada, un enigma envuelto en elegancia y misterio, perfectamente encajado en la decoración victoriana y cyberpunk del lugar.
De repente, su mirada se encontró con la de TaeHyung. Un instante de conexión que parecía detener el tiempo. Los ojos detrás de la máscara, intensos y penetrantes, se clavaron en los de TaeHyung, creando una tensión palpable en el aire. Era como si, en ese breve momento, ambos hubieran caído en un hechizo.
—¡Auch! —soltó la voz a su lado.
TaeHyung frunció el ceño ante la interrupción y lo miró descolocado, rompiendo el contacto visual con el principe oscuro de la noche.
—Yo aquí tratando de seducirte y tú viendo a ese ser de pura perfección —dijo señalando en dirección a dónde estaba mirando.
TaeHyung volvió su mirada pero el tipo no estaba por ningún lado. Movió su cabeza disimuladamente para buscarlo, pero entre la multitud fue difícil.
TaeHyung volvió su mirada al bailarín—. ¿Sabes quién es?
El tipo a su lado alzó sus cejas—. A menos que se quite la máscara, no lo sé —estirándose y devolviendo el vaso de whisky aún casi por la mitad a TaeHyung, sonrió—. Llegó hace una hora aproximadamente. Fue a las habitaciones privadas, seguramente alquiló una para toda la noche. Llamó la atención de varios, pero no se ha quitado el antifaz ni el barbijo. No lo viste entrar. Tampoco se detuvo a hablar con nadie. Ojalá tengas suerte, a ti sí te miró —añadió con sonrisa juguetona acariciando la mejilla de TaeHyung que aún estaba a la vista.
El boxeador se estremeció ante el toque, el chico volvió a su lugar donde otro más lo suplataba y comenzaron a bailar juntos. Fue sexy, desquiciado, pero TaeHyung siguió buscando al tipo de cabello rubio con su rostro cubierto. En el proceso de su búsqueda se encontró con tantas sorpresas que no sabía si reír o salir corriendo.
Aquella fiesta elegante era realmente el mundo que pintaban de los famosos donde tú aceptas si entrar de lleno o solo ser espectador. No era la primera vez que presenciaba algo así. Estas fiestas en un país como el suyo eran muy comunes. Corea del Sur era de lo más hipócrita.
—Te ves sorprendido —dijo una voz grave a su lado.
TaeHyung volteó su rostro a su derecha y ahí estaba. El principe oscuro que bajó las escaleras como si fuera dueño y organizador de aquella pecaminosa velada.
«Quizas lo es» pensó TaeHyung.
Eso lo hizo estar alerta, porque si este hombre era quien organizaba estos eventos, sabía quién era él. Si bien hubo un contrato de confidencialidad antes de asistir, no lo hacía sentirse seguro que... Fuera quien fuera este tipo, supiera sobre sus preferencias sexuales.
—No organizo esta fiesta —dijo el rubio, como si leyera sus pensamientos—. Tus ojos se ven cautelosos de repente.
TaeHyung se relajó repentinamente y entonces la nube de aprehensión desapareció y recién disfrutaba de darle una buena mirada a su acompañante. Piernas largas, su misma estatura. Olía como los dioses, y su voz era baja y grave. Esta voz le gustaba. Y esos ojos.
La máscara era bastante peculiar y llamativa, pero a la vez simple en su forma, no en sus detalles. Los ojos que se dejaban ver eran rasgados y con lentillas de color violeta. Aquello dejó a TaeHyung algo estúpido.
—Me gustan tus ojos —habló por primera vez. Ahí notó que seguía con la parte inferior de su máscara abierta.
Sintió el golpe de pánico en su pecho y quiso cubrirse el rostro pero suspiró y terminó por separar con cuidado la parte inferior de la máscara para dejar libre su nariz y labios. Los ojos violetas lo miraron y se quedaron un segundo en su boca. Las espesas y bonitas pestañas del tipo en cuestión eran llamativas también.
Todo "él" era llamativo.
Pero el bartender alcanzó amablemente un trago al "princpie oscuro" y la apreciación que este le daba a su boca se vió interrumpida.
TaeHyung se acomodó y se sentó sobre el taburete que había ignorado. El principe oscuro se sentó a su lado, cerca. No tanto, pero era claramente obvio que estaba haciendole compañía a él o al menos eso pretendía.
— ¿Es tu primera vez aquí? —preguntó.
TaeHyung lo miró. No podía ver nada, excepto sus ojos. El barbijo de encaje dejaba demasiado a la imaginación, quería arrancarselo.
— ¿Tan obvio soy?
—Te ves un poco sorprendido, pero para nada asustado —dijo con un atisbo de diversión en su voz.
TaeHyung quiso escucharlo mejor sin tanto bullicio. Parecía ser que su acompañante forzaba a sus cuerdas vocales a sonar más graves, no estaba seguro. No le digustaba, pero le hizo preguntarse quien era y por qué se esforzaba tanto en ocultarse.
Él ya no se sentía tan cohibido. O al menos eso pensaba. Estaba con el tipo que llamó su atención y se preguntó si debía de ser un novato imbécil y dejar que avanzará todo acorde a su acompañante o decirle sus preferencias.
TaeHyung no buscaba un amigo esa noche. Su amigo ya estaba por ahí dando vueltas evitando ver senos ajenos a los de su novia. Y él mismo siempre le dijo a TaeHyung que si era aventurero fuera cuidadoso. Ahora bien, aquí el único cuidado que debía de tener era... Bueno unos pares, pero no cuidar exactamente su imagen porque nadie sabía quién era él y no tenían derecho a decirlo si lo sabían.
—No es mi primera fiesta pervertida, pero si es la primera muy elegante —añadió bebiendo su whisky, esta vez su voz sonó más segura y sus ojos se mantuvieron sobre los violáceos de su acompañante.
—Eso es seguro. No es la primera fiesta pervertida de ninguno de los presentes —dijo, al parecer esbozó una sonrisa. TaeHyung no pudo apreciarla y su mirada estaba en su trago.
—No pareces para nada impresionado por tu alrededor. No te has quedado viendo nada y la decoración es bastante interesante —mencionó el boxeador, su ceño se frunció cuando notó a los bailarines de la tarima teniendo una guerra de lenguas y espadas entre su baile erótico.
El principe oscuro lo miró fijo, ni siquiera miró a dónde TaeHyung estaba mirando—. Me quedé viéndote a ti. Ya miré todo lo que necesitaba ver, ahora solo busco mi propio entretenimiento —añadió atrapando los ojos de TaeHyung de inmediato.
El boxeador relamió sus labios y se arrepintió de quitarse la máscara inferior, se sintió expuesto y no era justo, no podía ver mucho de su acompañante. Pero estaba seguro que era sexy como todo lo prohibido. Su polla recibió el memo de que esta compañía le gustaba más que la anterior.
Pero su polla aún se preguntaba que estaría haciendo un modelo jodidamente sensual en una noche de año nuevo como hoy.
—Mierda —susurró cortando el contacto visual.
Su acompañante torció su cabeza—. Lo siento ¿No estás interesado y lo mal interprete todo? —cuestionó tranquilamente.
TaeHyung lo miró de nuevo—. Nop, no es eso. Estoy interesado, sólo quise evitar pensar en alguien y fallé.
Pidiendo otro whisky, notó como se apagó cierto brillo en los ojos ajenos. No estaba seguro, era una mierda aquello de las máscaras. Carajo. Cuando su mano recibió otro vaso de su trago favorito, lo bebió de un tirón, quemó y gimió. Su acompañante lo vió todo sin parpadear y el interés brilló en sus orbes violetas otra vez.
El principe oscuro se inclinó hacia él y pegó su rostro a su oreja—: déjame chuparte la polla.
TaeHyung parpadeó, su cuerpo vibró y apenas se alejó para ver a su acompañante. Este miraba sus ojos y su boca.
—Al menos invítame un baile o un jodido trago —contraataco con voz ronca.
El principe oscuro sonrió o al menos sus ojos entrecerándose le dieron un indicio de eso.
—De acuerdo. Baila conmigo entonces —susurró alejándose y extendiendo su mano en dirección a TaeHyung. El boxeador miró a su alrededor de inmediato—. Nadie te está mirando.
Tenía razón, nadie miró, a nadie le importó. Así que TaeHyung tomó su mano y se dejó llevar al centro de la pista. La música era sensual, especialmente enfocada en volver locos a los invitados.
TaeHyung tomó su mano y el agarre firme lo impresionó, el tipo lo jaló más cerca y lo sostuvo de la cintura. El calor que lo abordó del cuerpo ajeno fue perfecto. El cuerpo del otro hombre era firme y olía exquisito. Un par de pasos más y estaban entre el gentío de la pista bailando a la par que el resto. Excepto que el resto eran cuerpos moliendose entre sí con la excusa de estar "bailando".
—Lo siento si te piso —dijo el príncipe oscuro—, tú me obligaste a sacarte a bailar —exclamó moviéndose al compás de TaeHyung.
El tipo estaba duro. TaeHyung estaba a medias, se sintió halagado. Este tipo tenía algo, pero si fuera alguien más TaeHyung estaría tan duro como su acompañante.
«No pienses en él, el punto era no recordarlo»
— ¿Guardas una espada debajo de todo ese traje de príncipe o estás demasiado feliz de estar con un desconocido esta noche? —dijó TaeHyung cerca de su rostro. Esos ojos eran una locura, estaba seguro que jamás vió a nadie en persona usando tal color.
El tipo se rió, esta vez TaeHyung pudo oírlo y sintió su cuerpo vibrar junto al suyo. Fue extraño, TaeHyung no supo por qué, pero no sé alejó. El tipo era sexy debajo de todo eso que lo cubría.
— ¿Quieres que me aleje? Lo siento, debería hacerlo —exclamó sin esperar la respuesta de TaeHyung y cuando iba a hacerlo el boxeador lo sostuvo fuerte.
Vislumbró una sutil sonrisa debido a la luz que parpadeó sobre ellos. Labios sensuales... ¿Quizás? Mierda, la curiosidad lo mataba tanto como le gustaba no saber cómo se veía su acompañante.
—No dije que te alejes —añadió.
Siguiente a eso, TaeHyung se dejó embrujar por el principe oscuro. Bailaron a la par, sintieron sus cuerpos tensos, calientes y no le importó si alguien murmuraba. No le importó si alguien juzgaba en la oscuridad u observaba desde la misma. Él solo se dejó envolver mientras el principe oscuro murmuraba palabras que golpearon justo en su parte baja.
—Hueles exquisito —susurró un momento, metiendo su nariz en el cuello de TaeHyung.
—Podrías oler mejor si te quitaras la estúpida máscara —exclamó queriendo invitar al príncipe a dejar la mitad de su rostro a la vista.
El rubio se alejó y lo miró con sus ojos violáceos, tomó su mano y lo llevó por entre la gente. TaeHyung no miró a nadie mas, se dejó llevar, subieron las escaleras y desaparecieron justo por el pasillo del cual lo vió venir. Su pulso por el cielo, expectante y necesitado.
Estaría a bordo de lo que fuera y cuando el principe oscuro se adelantó y lo guió por el pasillo hacia una de tantas habitaciones, puso clave en la puerta, se quitó su barbijo de espaldas al boxeador y TaeHyung estuvo expectante, impaciente pero antes de que pudiera ver o decir algo, el rubio giró tomó su nuca y lo besó.
TaeHyung quedó tieso, sus ojos abiertos de par en par. No entendió como estaba tan bloqueado, no tuvo un encuentro extra debido a tanto trabajo y entrenamiento por lo cual, este tipo era el primer hombre que lo besaba luego de haberse masturbado con el collar que Kim Seokjin le regaló.
«A la mierda»
TaeHyung cerró los ojos dispuesto a dejar de pensar, enredó sus dedos en el cabello rubio ajeno y metió su lengua en la boca del principe oscuro quien gimió agradecido y luego TaeHyung lo metió dentro de la habitación que tenía la puerta apenas abierta. El tipo era rápido con las manos. Besó a TaeHyung, cerró la puerta, lo llevó cerca de la cama pero no lo empujó a esta. Contrario a eso lo acorraló a una cajonera, logró abrir la parte delantera de la vestimenta de TaeHyung mientras lo besaba como los dioses.
El boxeador estaba demasiado concentrado en esos labios dulces y en ese beso devoto y exquisito que, apenas notó que estaba semi desnudo de la parte inferior ahora. Tomó el rostro ajeno para otro buen beso mientras su acompañante ya tenía su mano en su polla dura y la masajeaba dejando las piernas de TaeHyung débiles.
—Carajo, eres rápido —susurró cuando el principe oscuro besaba su cuello entre el ridículo volado de su ropa.
—Te dije lo que quería —susurró la voz ronca del tipo, siguiente a eso TaeHyung abrió como pudo sus ojos, puso su mano sobre el hombro ajeno y lo empujó con facilidad y sin resistencia alguna, cuesta abajo dejando al príncipe oscuro frente a su polla descubierta.
—Entonces puedes chupar mi polla, príncipe —susurró con voz pesada.
Los ojos violáceos brillaron, TaeHyung sólo pudo ver eso a causa de su extravagante ropa. Lo siguiente que sintió fue la lengua del tipo llevarse los primeras gotas de su esencia y sus piernas temblaron, no le dió mucho tiempo a asimilarlo porque la boca del tipo succionó su glande con auténticas ganas que hicieron ponerlo en puntillas de pie y gemir largo y tendido mientras apretaba sus dientes al final de la deliciosa sensación.
—Sí, mierda... —gimió con una sonrisa.
No le importó nada más cuando enredó sus dedos en el cabello rubio sedoso y comenzó a follar la boca del principe oscuro. El ruido de gorgojos y la voz rota del tipo gimiendo alrededor de su polla lo hicieron sentir poderoso. La máscara dejaba ver esos ojos húmedos debido a que su polla llegaba a tocar la garganta del tipo quien se estaba dejando usar sin problemas y lo apretaba deliciosamente.
El principe oscuro sabía lo que hacía.
—Dios. Esa boca —dijo TaeHyung entre gruñidos. El tipo lo complació girando su lengua alrededor de su polla, dentro de su boca y lo trago lo más profundo que pudo, succionó y TaeHyung tuvo su primer orgasmo de la noche—. ¡Ah, mierda!
Sus piernas temblaron y sus dedos apretaron y se enredaron en el cabello ajeno mientras lo tuvo allí y descargaba su semilla dentro de la boca del desconocido. Su cuerpo tembló, el escalofrío en su columna vertebral fue exquisito. Y sintió que explotaba demasiado de su estrés acumulado en aquellos días.
—Eres jodidamente bueno —sus ojos se cerraron mientras controlaba su respiración—, dame cinco minutos y te dejaré hacerlo de nuevo —dijo con una sonrisa tirando de sus labios.
—Te daré diez y lo próximo que haremos será follar como animales, cariño —dijo la voz rasposa.
«¿Cariño?»
TaeHyung abrió sus ojos sorprendido por la voz decisiva del principe oscuro, pero cuando lo vió sonreír ladino en su dirección TaeHyung reconoció esos labios. Su ceño se frunció y el tipo frente a él se quitó la máscara superior que cubría sus ojos y su cuerpo se puso tenso de inmediato.
Recopiló el momento recientemente vivido y su polla estaba dura de nuevo mientras la guardaba en sus pantalones. Casi como si fuera una fuerza sobrenatural la que la revivía. La misma fuerza sobrenatural que lo hizo sentirse atraído de inmediato hacia el hombre frente a él.
— ¿Seokjin? —susurró con boca seca, sus dedos se fueron a sus labios y recordó el beso voraz en la puerta—. ¿Cómo-...?
Seokjin peinó su cabello rubio hacia atrás, pero arrancó con facilidad la peluca y dejó ver su cabello negro corto. Pasó su propio pulgar por la comisura húmeda de sus labios y chupó. TaeHyung sintió la tensión en sus bolas al verlo hacer aquello.
— ¿Tú sabés quién-...?
—Sé quien eres —dijo con voz ronca, acercándose a TaeHyung y acorralándolo con su prominente cuerpo mientras sus ojos miraban la boca y el rostro de TaeHyung que aún tenía la máscara puesta—. Tienes un lunar en tu labio inferior, justo aquí —dijo tocando el mismo, TaeHyung sabía de que lunar hablaba—. Y conozco tus ojos. Estoy obsesionado con la mirada sensual que tienes.
Con cuidado colocó sus manos para quitarle la máscara a un TaeHyung que sostuvo fuerte una de sus muñecas para detenerlo. Seokjin se quedó quieto, TaeHyung pasó el nudo en su garganta y luego lo soltó. Cuando lo hizo, Seokjin quitó su máscara y ambos se miraron una vez más.
Cerca, intenso y el estruendo que vino desde afuera hizo saltar a TaeHyung. La multitud afuera festejaba el año nuevo con gran ímpetu, las luces de los fuegos artificiales iluminaron la habitación a través de las ventanas y sus cortinas, TaeHyung se distrajo un momento por eso, luego volvió a mirar a un Seokjin que no dejó de verlo en ningún momento.
—No dijiste si te gusto mi collar —añadió con su voz más limpia.
TaeHyung pasó el nudo en su garganta.
—Besaste mi cuello y no notaste que lo llevo puesto —respondió con voz temblorosa.
Seokjin entrecerró sus ojos y bajó el volado de la camisa de TaeHyung, sus dedos rozaron el cuello del boxeador y aquello fue carbón encendido pasando por la piel de TaeHyung. Tragó duro, demasiado obvio para un Seokjin que notó el subir y bajar de su nuez de Adán. Luego sostuvo el collar entre sus dedos y sonrió.
—No me agradeciste por esto —dijo con voz grave. Volviendo su mirada a un TaeHyung que se sintió una presa atrapada, pero para nada temerosa, contrario a eso estaba demasiado expectante.
—Me hice una paja en tu nombre cuando lo recibí —susurró grave y baja—. La caja olía a ti.
Pudo ver el exacto momento en que las pupilas de Seokjin se dilataron aún más y exhaló a través de su nariz. Acorralándolo otro poco más con su cuerpo y la cajonera de la habitación, TaeHyung se dejó.
—Tu perfume tuvo la culpa —admitió con voz ronca.
Estaban tan cerca que no tenía idea porque no saltaba encima del tipo. Parecía un sueño que en realidad Seokjin estuviera ahí. Necesitaba repetir la escena de nuevo para asegurarse que el principe oscuro era en realidad el tipo que lo traía loco desde hacía ya unos meses.
Seokjin sonrió ladino y bajo su mirada a la boca de TaeHyung—. Y yo creyendo que mi perfume fue demasiado. Pudiste mandar un jodido mensaje por ins-...
—Dios. Cierra la boca —exclamó TaeHyung agarrándolo del cuello de su camisa extravagante y juntando sus bocas.
El gemido al unisono que hicieron puso a ambos hipersensibles. Seokjin dejó que TaeHyung saqueara su boca y se saboreara a si mismo en él. TaeHyung se sintió salvaje por sentir su sabor en esa boca pecaminosa que lo volvió loco desde un inicio.
Lo besó fuerte. Lo besó intenso. Saboreó y mordió esos labios y succionó la lengua de Seokjin con ímpetu mientras lo llevaba a la cama e intentaba quitarle la estúpida camisa.
— Quitatela —dijo sobre los labios de Seokjin.
—Lo que tú me pidas —respondió el modelo, ayudándolo a desvestirse—. Lo que quieras. Sólo pídelo —dijo entre besos salvajes.
TaeHyung lo miró un momento, solo un poco atónito y sorprendido de que este hombre estuviera a su merced. Sus manos rompieron los botones de la camisa de Seokjin y le gustó el pequeño sacudón que le dió la modelo al dejar su pecho y piel expuesta. TaeHyung mordió el labio inferior de Seokjin y tiró de él.
El modelo gimió tan dulce que tuvo que frenarse a si mismo de no volver a morderlo porque esos labios estaban rojos, húmedos e hinchados. Y era toda obra suya.
— ¿Eres mi regalo de navidad tardío? —susurró sobre los labios ajenos con sonrisa ladina, mientras su mano envolvió el cuello largo y ancho de Seokjin.
—Regalo de navidad y cumpleaños —susurró Seokjin sobre sus labios. TaeHyung abrió un poco sus ojos claramente sorprendido—. Sí, te acosé por internet —dijo desabotonando la camisa de TaeHyung.
—Estamos a mano —respondió el boxeador, permitiendo que su mano se dirigiera al rostro de Seokjin y acariciara su mejilla.
El tipo era hermoso, su pulgar acarició los labios hinchados y Seokjin lo tomó entre sus labios y chupó. TaeHyung tragó el nudo en su garganta y reemplazo su pulgar con su lengua en otro beso que los hizo gemir a ambos. La química, y la piel que existía entre ellos era una locura. Cuando lo besó profundo y sus lenguas bailaron quemándose entre sí, TaeHyung se alejó con ojos desorbitados.
—Quiero follarte —dijo en modo de súplica—. Déjame follarte, puedes follarme luego. Puedes hacerme lo que quieras pero déjame estar dentro de ti al menos una vez.
Seokjin sintió el calor subir por su cuello—. De acuerdo. Puedes dirigir la primera ronda, de todos modos no vine a esta estúpida fiesta para bailar con desconocidos.
TaeHyung tembló de las ganas y el deseo—. ¿Sabías que yo estaría aquí?
Seokjin pasó saliva—. Mi manager sabe que me gustas y supo por alguien de confianza que estarías aquí —SeokJin notó el pánico en los ojos de TaeHyung—. No dirá nada. Nadie dirá nada, nadie tiene que saberlo —susurró rápidamente, tomando a TaeHyung de la cintura y juntando sus cuerpos para sentirse piel con piel.
El deseo desaforado reemplazo el pánico que quiso cocinarse dentro de TaeHyung y cerró sus ojos cuando sintió la suave piel de Seokjin. Estaba ardiendo de lujuria. Lo deseaba desnudo.
—Nadie tiene que saberlo —repitió Seokjin mordiendo el mentón de TaeHyung.
El boxeador gimió y le quitó la parte superior dejándolo desnudo. Seokjin hizo lo mismo con él para comenzar a restregarse el uno contra el otro. La boca de TaeHyung se fue al cuello largo y masculino que había mirado con ganas tiempo atrás y mordió. Mordió y succionó, Seokjin gimió y TaeHyung perdió el control. Su boca dibujó un camino del cuello ajeno a uno de los anchos hombros blanquecinos mientras sus manos trabajaban sobre el pantalón de Seokjin y comenzó a marcarlo con besos que se veían rojo carmesí sobre la piel lechosa ajena.
Ambos trabajaron en equipo, algo desordenados y ansiosos, pero lograron desnudarse y cuando TaeHyung volvió a besar a Seokjin, el modelo lo tomó de la cintura y cayó con él encima sobre la cama.
Sus pollas goteando se frotaron entre sí con fuerza y ganas. TaeHyung embistió y Seokjin abrió sus piernas.
Los fuegos artificiales afuera y la celebración de fin de año, no cesó. Pero a ninguno le importó, todo lo que deseaban estaba justo dentro de esa habitación.
—Debajo de la almohada —dijo Seokjin con voz ronca y un gemido queriendo escapar de él.
TaeHyung estaba besándolo por completo y a punto de llegar a su polla, pero se detuvo.
— ¿Qué?
—Lubricante —dijo el modelo extendiendo su mano para tomarlo él mismo y luego se lo arrojó a TaeHyung—. ¿Te encargas tú o...?
—Mierda, sí —dijo ansioso, tomando el pomo mientras el modelo se abría de piernas para él.
La polla larga y grande de Seokjin estaba erguida en toda su gloria, sus piernas largas extendidas y su cuerpo apoyado sobre sus codos. Consiguió verse extremadamente masculino y eso golpeó a TaeHyung justo en su polla. Sus llamadas de botín eran demasiado peculiares, no juzgaba a los hombres afeminados en absoluto, pero no eran sus favoritos.
Seokjin exhudaba masculinidad incluso cuando TaeHyung sería quien iba a tomarlo. El tipo estaba allí preparado y entregado con un aura que confundió a TaeHyung. Quería follarlo y a la vez sentarse sobre esa polla.
—¿Estás dudando? —cuestionó Seokjin, llevando su propia mano a su polla y trabajandola con sus largos dedos.
TaeHyung babeó cuando notó el glande brilloso y la vena hinchada que Seokjin apretaba cuando iba cuesta arriba con su mano, se vió exquisita.
—Tengo que chuparte la polla —gimió tirándose hacia adelante y pasando su lengua por todo el glande.
La cabeza del modelo cayó hacia atrás con un gemido largo. TaeHyung puso mano del otro lado de la polla (incluso por encima de los dedos de Seokjin y lo trabajó) sus miradas conectaron y TaeHyung bajó para llevar su boca en dirección a la polla del modelo, Seokjin quitó su mano y le dió espacio. Lo siguiente a eso, fue TaeHyung metiéndose la larga polla del modelo en su boca.
El sabor a piel suave y el grosor de la polla lo sacudió. A ambos en realidad, a Seokjin lo hizo ver las estrellas la succión profunda que TaeHyung estaba intentando con sumo éxito y como sintió la presión en su falo con la garganta estrecha del boxeador. Sus caderas se sacudieron y mordió su labio inferior para evitar empujar dentro.
—Carajo, no quiero correrme así —rogó el modelo. Los ojos húmedos de TaeHyung lo miraron, el boxeador se veía precioso con esa boca de ensueño estirada alrededor de su polla—. Eres mi fantasía más sucia, cariño —susurró Seokjin, alcanzando el cuello de TaeHyung y sintiendo como su polla extendía la misma. Apretó y TaeHyung hizo una sutil arcada que se sintió electrizante en la polla de Seokjin y luego hilos blanquecinos golpearon la parte posterior de la garganta de un TaeHyung que comenzó a chupar con fuerza.
Seokjin gimió y se sintió solo un poco avergonzado de haberse corrido así, pero no le impidió empujar sus caderas hacia arriba. Mientras TaeHyung chupaba, él follaba su boca.
El sudor en la frente de Seokjin y su rostro de puro placer hizo que TaeHyung apretara su polla para no correrse otra vez. Chupó otro poco, y dejó la polla de Seokjin para después. El modelo aún estaba duro, sus manos temblorosas tomaron el pomo de lubricante y b5año sus dedos y la entrada de Seokjin.
—Tengo que correrme dentro de ti —dijo con voz ronca. La garganta le había quedado un poco adolorida, pero no le importó cuando su primer dedo entro en el estrechó agujero de Seokjin.
—Carajo —dijo entre dientes el modelo con voz grave y enredó sus dedos en el cabello de TaeHyung—. Me gusta tu cabello, deberías dejarlo cre- ¡Mmm ah! —el modelo no terminó su halago que TaeHyung consiguió tocar su próstata y hacerlo ver las estrellas—. De nuevo. Agrega otro, cariño —ordenó clavando sus dedos en el cuero cabelludo de TaeHyung para traerlo más arriba.
TaeHyung gimió del dolor, pero subió un poco más para estar más cerca de la boca de Seokjin y besarlo mientras agregaba otro dedo como se lo había ordenado.
"Mmm~... Eso, ahí es, estirame" ordenó la voz grave pero dulce de Seokjin.
TaeHyung estaba follandolo con dos dedos a una velocidad sacada y necesitada, mientras su polla se molía contra el muslo de Seokjin y volvían a besarse. El modelo comenzó a moverse en sus dedos, pero no era suficiente.
— ¿Otro dedo? —preguntó TaeHyung embobado.
—A la mierda otro dedo. Tu polla, cariño —ordenó tomando la muñeca de TaeHyung y empujándolo sobre la cama.
TaeHyung cayó sobre su espalda mirando como en cámara lenta, Seokjin tomó dos preservativos abriendo uno y mirando a TaeHyung con ojos llenos de diversión y lujuria.
—Lo haré por ti, si no te importa —exclamó Seokjin.
— Apresúrate —rogó TaeHyung.
Seokjin sonrió, relamió sus labios y se inclinó para dar una fuerte succión a la polla dura de TaeHyung. Fue sorpresivo y excitante, tan al punto de que TaeHyung casi se corría otra vez, pero Seokjin no repitió aquello, sino que cubrió su polla, se sentó a horcajadas sobre TaeHyung y acomodó la polla de este sobre su entrada.
TaeHyung puso sus manos en las caderas anchas de Seokjin y apretó sus dedos contra la carne de su bonito culo y muslos.
—Dame un momento para bajar con calma —pidió Seokjin, respirando por su nariz y dilatando sus fosas nasales. Cuando la punta del glande estuvo en su entrada sintió desesperación, estaba vacío y quería la polla de TaeHyung dentro de él y TaeHyung quería lo mismo, pero tenía que tomarlo con calma.
— ¿Cuando fue la última vez que te follaron? —preguntó TaeHyung.
Seokjin rió ladino y lo miró—. Nadie jamás me ha follado. Yo siempre estoy al mando —dijo con voz grave y comenzó a bajar con calma.
TaeHyung abrió sus ojos y sus labios se separaron mientras una perfecta "O" se formaba cuando un gemido grave salía. Seokjin bajó bastante rápido y TaeHyung sintió la presión de las paredes musculares ajenas cubrir y apretar su polla la cual luchó con el anillo muscular estrecho en un inicio.
—Mierda, te sientes tan, tan bien —dijo sin aire, apretando ahora la cintura estrecha de Seokjin.
La polla del modelo estaba erguida, hinchada y roja. La visión de ese hombre ancho y ese cuerpo trabajado sutilmente lo hizo volver a mirarlo completo más de una vez.
—También te sientes-... Jodidamente bien —susurró Seokjin, finalmente sentado sobre la polla de TaeHyung, mordió su labio mientras el boxeador lo dejó adaptarse a su tamaño—. Toca mi polla —pidió. Ordenó.
TaeHyung obedeció, pero antes lamió sus dedos y luego cubrió la gloriosa polla con su saliva y apretó cuesta abajo. Seokjin gimió y sus caderas embistieron en dirección a la mano de TaeHyung por lo que se levantó y volvió a bajar, el boxeador gimió a la par del modelo ante ese movimiento y lo siguiente fue una perdida total de control.
Seokjin comenzó a moverse como ningún otro encima de la polla de TaeHyung. Al punto en el que TaeHyung estaba embobado con el tipo sobre él. Su polla estaba apretada deliciosamente y su mano trabajaba la erección de Seokjin. Los gemidos que llenaban la habitación eran tanto del modelo como suyos propios. Quería cerrar los ojos y disfrutar pero quería absorber cada imagen de ese hombre follándose con su polla.
—Eres tan hermoso —exclamó atontado.
Seokjin estaba montando su polla mordiendo sus labios y lo miró un momento, su cabello negro estaba sudado y era simplemente un sueño.
—Y tú eres tan sexy, pero trabaja mi polla mas fuerte —ordenó embistiendo su mano y volviendo loco a TaeHyung al punto en el que el boxeador temió que no duraría.
—Para, para, para, me voy a correr... Mierda —sus manos sostuvieron con fuerza al modelo, quien ralentizó sus movimientos—. Lo siento, es que que te deseo demasiado y siento que no voy a durar.
Su antebrazo cubrió sus ojos y sintió su rostro caliente.
—El Casanova del Ring teme correrse rápido y yo deseo correrme con él —dijo Seokjin inclinándose hacia adelante y quitando el brazo de TaeHyung de su rostro.
—No te burles. No es normal, no suelo durar tan poco —dijo mirando el techo y evitando el contacto visual con Seokjin.
Su polla estaba apretada y temía que incluso así explotará pronto.
—Me gusta tu polla, campeón. Pero me está costando horrores correrme. No me importa si nos corremos en cinco minutos mientras esos cinco minutos cuenten... —dijo Seokjin tomando el mentón de TaeHyung y obligándolo a mirarlo.
Juntando sus bocas Seokjin le dió un beso demandante y su lengua se adueñó de la boca de TaeHyung mientras dejaba que la polla se escapara de su interior. TaeHyung gimió y vió como Seokjin tomaba otro preservativo y lo rodaba para cubrir su polla.
Su corazón se aceleró y su estómago dió un vuelco cuando su mano fue a su propia polla y se quito el preservativo que él llevaba.
—Mierda que sí —fue lo único que logro decir.
Seokjin se acomodó sobre el respaldar de la cama y lo miró—. ¿Quieres que te estire?
— Olvídalo —respondió trepando el cuerpo del modelo y guiando la deliciosa polla a su entrada.
— No quiero lastimarte —dijo Seokjin en un susurro ronco mientras lo miraba con esos ojos violáceos que encantaron a TaeHyung.
—Me gusta el dolor —respondió el boxeador con una sonrisa ladina.
—Eres increíble —exclamó Seokjin ajustando sus manos a la cintura del boxeador—. Hazlo a tu ritmo, cariño.
TaeHyung relamió sus labios y comenzó a bajar. Ardió, quemó cada parte de agujero pero estaba seguro que se sentiría fantástico en unos momentos. Sus labios separados y sus párpados pesados eran la imagen de la misma lujuria para Seokjin.
—Estás apretado
—Lo sé. Eres grande, me encanta tu polla ¿Lo dije?
—No lo recuerdo. Me encanta la tuya —respondió Seokjin, TaeHyung sonrió ladino—. ¿No es tu primera vez o si?
TaeHyung sacudió su cabeza y añadió—, pero mis llamadas de botín no saben follarme. Me encargo de mi mismo.
—Puedo hacerme cargo de ti —dijo Seokjin acercándose al rostro de TaeHyung.
El boxeador finalmente se sintió completamente estirado y lleno—. Hazte cargo de mí, entonces.
El impulso de besarse en ese momento fue mutuo, se estrellaron contra el otro una vez más y Seokjin los movió en conjunto para dejar a TaeHyung sobre su espalda y embestirlo una y otra vez. El boxeador abrió sus piernas y las mantuvo en alto mientras el modelo lo clavaba a la cama. El sonido de la pelvis de Seokjin contra los glúteos de TaeHyung fue constante y rápido.
—Mierda, oh mierda. Mierda.... —TaeHyung maldijo una y otra vez mientras Seokjin gemía y respiraba pesado a su oído.
Luego mordía la piel de su cuello y en parte mordía su lóbulo, jugando con su lengua la cual también follaba la oreja de TaeHyung dándole placenteras sensaciones a juego.
—Promete algo C-casanova —dijo Seokjin levantando las piernas de TaeHyung y golpeando dentro de él.
TaeHyung estaba con sus manos por encima de su cabeza, para evitar que Seokjin lo golpeara contra el respaldar.
— Lo que sea, no pares —pidió el boxeador.
Seokjin olvidó lo que iba a decir y lo folló a una pulgada de su vida. La tensión en la base de sus pollas fue casi al mismo tiempo.
—Voy a correrme, ya no-.... Ya no aguanto, hombre —Taehyung gimió y buscó por el contacto y el calor de Seokjin cuando rodeó su espalda y cuello con sus brazos y lo atrajo hacia él, clavando sus uñas—. Hazme correr. Por favor, por favor.
Seokjin buscó su boca y lo besó duro mientras lo folló más fuerte y TaeHyung gimoteo sutilmente agudo en su boca y se corrió fuertemente entre ellos con hilos blanquecinos calientes que humedecieron el abdomen de ambos.
— ¡Sí! Dios, sí~... —sus uñas romas pintaron arañazos rojos en la espalda blanca de Seokjin quien siguió embistiendo su agujero hiper sensible mientras tenía el mejor orgasmo con la persona indicada.
«La persona indicada»
Dios, cuando le gustaba una polla pensaba incoherencias. Pero era traído a la realidad cuando Seokjin se corría dentro del condón, aún embistiéndolo, gimiendo dulce y agitado. Estaba tan apretado que ya no podía resistir.
—Sí. Dios, sí —repitió Seokjin sin aliento, cayendo sobre el boxeador.
TaeHyung enroscó sus brazos a su alrededor y lo mantuvo allí. No le importó si era pegajoso. Le gustaba el contacto luego de un momento privado como el que acababa de tener. Y quería apretar el cuerpo de este hombre y no soltarlo.
—Mierda —exclamó de nuevo.
Seokjin rió de forma ronca—. Maldices demasiado ¿Es bueno o malo? —cuestionó Seokjin olisqueando su cuello y jugando con su lengua.
—Es bueno. Fue increíble, no me corría así desde hace un buen tiempo —admitió con un tono divertido.
Seokjin salió del hueco de su cuello y lo miró—. Puedo hacerme cargo de ti —repitió.
TaeHyung rió—. Lo hiciste, hombre. Jodidamente lo hiciste —dijo suspirando.
Seokjin aún estaba dentro de él—. Me refiero a hacerlo otra vez. Quiero verte otra vez —añadió con seguridad.
TaeHyung lo miró, atentamente. La nube de lujuria se limpió de su cabeza y miró la seriedad del hombre sobre él.
—Quería hacerte prometer vernos de nuevo antes de hacerte correr, pero no pude detenerme —mencionó con una sonrisa tímida, bajando la mirada.
—Iba a patearte el culo si no me dabas un orgasmo —añadió TaeHyung con voz grave, luego pasó el nudo en su garganta—. Tengo una pelea pronto y poco tiempo-... ¡Ah, Jin! —el modelo lo embistió sorpresivamente y se sintió hipersensible y anhelante—. Idiota
—Dime cuando y dónde. Tú no tienes que hacer nada excepto abrirte de piernas para mí... O follarme, como sea. Yo haré todo el trabajo, soy bueno escondiendome —añadió besando los labios hinchados del boxeador.
TaeHyung se dejó engatuzar una vez más esa madrugada mientras Seokjin se volvía a mover sutilmente—. ¿Me quieres-... Lo quieres? —se corrigió rápidamente.
—Sí. Me abriré de piernas cuando lo pidas. Jodidamente sí —dijo sin pensarlo.
Y es que no servía de nada pensar. No podía pensar con Seokjin, estaba más que seguro de eso, con Seokjin alrededor solo podía actuar y si era tan reservado como parecía entonces iba a divertirse el tiempo que fuera necesario.
—Por cierto ¿A quien estabas recordando cuando nos vimos? Dijiste que no querías pensarlo —preguntó Seokjin mirando el rostro de TaeHyung atentamente.
Estaban sudados, extasiados, pero no del todo exhaustos.
—En ti —admitió TaeHyung, listo para un segundo round de sexo salvaje en breves—. Estaba pensando en ti.
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