🥊2do Round
TaeHyung estaba tomando su café bien negro. No le gustaba ese líquido diabólico, pero siempre lograba despertarlo.
—Eres un idiota —dijo Vernon a su lado, una vez que la maquilladora se alejó.
TaeHyung tomó un sorbo de su café y frunció el ceño.
—Sí, ya lo dijiste unas cien veces —respondió.
Su amigo negó con la cabeza. —Te tiraste a esa tipa y ahora estás cansado. Tendrías que haber dicho que no —le reprendió—. Quiero que en la competencia le ganes a ese modelito creído.
TaeHyung frunció el ceño. —¿Es un creído? —preguntó curioso.
Vernon se encogió de hombros. —Le gusta a mi chica. Me cae mal —dijo elevando el mentón.
TaeHyung alzó las cejas. —Eres tan tonto.
Vernon chasqueó la lengua, mientras la persona a cargo de llevarlo al estudio entraba en el camarín para guiarlo y comenzar con la filmación.
— Estaré entre el público especial —dijo su amigo antes de marcharse y dejar a TaeHyung caminando a solas con el productor y uno más que estaba acomodandole el micrófono y engachandolo en la ropa.
— Es un gusto que hayas aceptado venir hoy —exclamó el muchacho que caminaba frente a él.
Tenía un buen culo dentro de esos jeans, pensó TaeHyung. Sus ojos vagaron sin problema, aunque no era suficientemente atractivo de rostro, su cuerpo era jodidamente interesante. Había productores jóvenes por doquier y TaeHyung no supo donde mirar cuando entró. Intentó no hacerlo de todas formas, pero el chico contorneaba sus caderas de forma interesante.
—Estará detrás de las puertas de presentación. Entras al… —el joven parloteó. TaeHyung lo miró distraídamente, pero no oyó ni una palabra cuando el chico giró a verlo. Sus ojos cayeron de nuevo en su bonito trasero y…
—El modelo: Kim Seokjin. Kim Seokjin, el boxeador: Kim TaeHyung —exclamó el joven productor, y TaeHyung quedó petrificado.
Kim Seokjin llevaba puesta una chaqueta de cuero negra con una camisa blanca y un par de jeans. Vestía Gucci, su pelo corto estaba peinado hacia arriba, dejando su frente al descubierto, y esos ojos increíblemente negros lo miraban con seriedad. El chico dijo algo, se inclinó, y TaeHyung no se dio cuenta en qué momento entraron en una especie de cubículo donde ahora se encontraban solos.
Seokjin lo miró y parpadeó de una forma tan preciosa que TaeHyung se sintió estúpido. Era un jodido Dios griego. Una escultura con las proporciones más perfectas. Centímetros más alto que él. Hombros tan anchos que TaeHyung se imaginó trepandolo y arañando. Una mirada lobuna que puso su polla en una situación riesgosa y calurosa. Unos labios rojos con bálsamo que invitaban a ser besados, mordidos. O bien podrían estar alrededor de su polla.
«Carajo ¿Estás en celo, imbécil?" Se reprendió a sí mismo.
—Hola —se escuchó decir a sí mismo.
Seokjin alzó una ceja—. Hola a ti también —repitió con una voz grave, pero sutilmente suave. Luego extendió su mano—. Kim Seokjin —sonrió ladino, y TaeHyung respondió al instante.
Intentó recomponerse luego de sentir la cálida y suave mano masculina ajena. ¿Qué estaba mal con él? Ah, si. Necesitaba intimidad con un hombre. Estaba caliente como el infierno y jodidamente insatisfecho. No se avergonzaba de su lívido, pero la maldecia en ocasiones.
Cómo ahora.
—Kim TaeHyung —dijo con voz grave, apretando la mano ajena.
—¡Auch, auch, auch! —repitió el modelo con una mueca, soltándose rápidamente del agarre firme de TaeHyung. El boxeador lo liberó y lo miró preocupado.
—¿Qué tan estresado estás? Carajo, ahora entiendo lo que dicen de ti —dijo casi divertido.
TaeHyung se sintió solo un poco cohibido.
—No estoy estresado —respondió cortante.
La sensación de la piel y el calor ajeno se adherió a su mano como una marca de fuego. Se sintió extraño.
—Eso fue fuerte —repitió el modelo, abriendo y cerrando sus dedos peculiares y largos.
TaeHyung relamió sus labios, evitando imaginarlo en zonas indebidas de su cuerpo. Maldita sea, necesitaba echar un polvo, de los buenos. Se sintió a flor de piel.
—Eres un debilucho —dijo seriamente, sin ver al modelo—. No te hice nada.
«El día que te haga algo, jodidamente lo sabrás», se permitió bromear para sí mismo.
—No soy un debilucho. Tú eres algo bestia —exclamó Seokjin.
TaeHyung frunció el ceño y lo miró—. No soy una bestia. Tú eres una jodida flor delicada —escupió.
Seokjin rió sin verlo, luego torció su cabeza y sus ojos se encontraron. Estaban parados uno al lado del otro, hombro con hombro en ese estúpido cubículo pequeño para dos tipos anchos. TaeHyung no pudo evitar notar el aroma de Seokjin, una mezcla embriagadora de sándalo y algo dulce que lo desconcertaba.
—Si soy una flor delicada, jodida en cambio… ¿Mmm? —el tipo hizo un puchero mientras pensaba.
TaeHyung se irritó por pensar que era lindo y caliente al mismo tiempo.
—“Jodido” bueno no. Aún no me han jodido. ¿Te han jodido a ti? Pareciera ser que lo necesitas —exclamó con su voz baja y grave.
TaeHyung abrió los ojos y sintió el pánico subir por su garganta. Al igual que su polla, quería salir a saludar a este individuo, pero cuando estaba listo para responder, las puertas se abrieron, las luces lo encandilaron y lo siguiente que supo es que estaba caminando junto con el modelo al centro del escenario donde se encontraba el conductor del programa. Al igual que él, Seokjin tenía su propio micrófono y recién ahí notó su pecho al descubierto entremedio de los botones desabotonados de su camisa.
El conductor del programa, con una sonrisa amplia, se dirigió a los participantes, trayendo a TaeHyung a la actualidad.
—Bienvenidos, TaeHyung y Seokjin. Antes de comenzar la competencia, tenemos algunas preguntas para ustedes. TaeHyung, ¿cómo te sientes al competir contra Seokjin?
TaeHyung, aún sintiendo el calor de la mano de Seokjin y apartando sus ojos de él, respondió con una sonrisa forzada.
—Estoy listo para ganar, como siempre.
El conductor asintió y se volvió hacia Seokjin.
—Seokjin, ¿qué opinas de tu rival?
Seokjin sonrió, pero sus ojos brillaban con un desafío oculto.
—Creo que TaeHyung es un oponente fuerte, pero todos tienen sus debilidades.
El conductor notó la tensión y decidió profundizar un poco más.
—TaeHyung, eres conocido como “El Casanova del Ring”. ¿Crees que esa imagen te ayuda o te perjudica en la competencia?
TaeHyung mantuvo su sonrisa, aunque por dentro sentía una punzada de incomodidad.
—Creo que me ayuda. La confianza es clave en cualquier competencia.
Seokjin levantó una ceja, claramente no convencido.
—¿Confianza o fachada? —preguntó con voz grave.
TaeHyung apretó los puños, tratando de mantener la calma.
—Confianza —respondió cortante.
El conductor, notando la tensión, intervino rápidamente.
—Seokjin, eres conocido por ser bastante reservado sobre tu vida personal. ¿Cómo manejas la presión de estar en el ojo público?
Seokjin sonrió de manera enigmática.
—Prefiero mantener ciertas cosas privadas. Creo que es importante tener un equilibrio entre la vida pública y la privada.
El conductor asintió, satisfecho con la respuesta.
—Bien, parece que ambos están listos para la competencia. ¡Que gane el mejor!
“¡Corte!” gritó una voz mientras el conductor los felicitaba por esa entrada.
Antes de que pudieran moverse, Seokjin se inclinó ligeramente hacia TaeHyung y susurró: —Eres muy bueno en esto, TaeHyung. Pero hay algo en tus ojos… algo que me intriga.
TaeHyung sintió un escalofrío recorrer su espalda. Mantuvo su expresión neutral, pero su corazón latía con fuerza.
—¿Intriga? —preguntó, tratando de sonar despreocupado.
Seokjin sonrió de manera enigmática. —Sí, intriga. Como si escondieras algo fascinante.
TaeHyung frunció el ceño, pero antes de que pudiera responder, el conductor volvió a intervenir. —¡Excelente trabajo, chicos! Ahora, tómense un descanso antes de la siguiente toma.
Mientras se alejaban, TaeHyung no pudo evitar sentir que Seokjin sabía más de lo que dejaba entrever. La competencia en el programa sería intensa, pero había algo más en juego, algo que TaeHyung no podía identificar del todo. Tendría que estar más alerta que nunca. ¿Será que en su descuido, Seokjin lo encontró mirando de más al joven productor? TaeHyung se detuvo un momento, recordando cómo sus ojos se habían desviado hacia el culo respingón del productor ¿Acaso Seokjin era tan observador, como para dejar pasar ese detalle?
El modelo se acercó nuevamente, esta vez con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos. —¿Te gusta lo que ves? —preguntó en un tono casual, pero con un filo que hizo que TaeHyung se tensara.
—No sé de qué hablas —respondió TaeHyung, tratando de sonar despreocupado.
Seokjin sonrió de manera enigmática. —Solo espero que no te distraigas demasiado. La competencia apenas comienza.
TaeHyung sintió que su corazón latía con fuerza. Sabía que Seokjin no se refería solo al programa. Había algo más. La tensión entre ellos crecía, y TaeHyung no pudo evitar preguntarse hasta dónde llegaría esta inesperada y extraña interacción.
Si el tipo solo estaba jugando con su cabeza, TaeHyung lo golpearía. Golpearía ese bonito rostro sin importar cuan perfecto fuera. El productor anterior al que miró de arriba abajo apareció nuevamente para explicarles la siguiente toma. El público era tranquilo y respetuoso, pero algunas chicas soltaban de vez en cuando algún piropo a él o al modelo.
A la distancia, se veía relajado y divertido. TaeHyung lo detestó tanto como lo deseó fervientemente. Era una locura. El tipo seguramente era heterosexual. Y aun si no lo fuera, TaeHyung no se metía con otros tipos que tenían la soga al cuello tanto como él. Fue ridículo incluso pensarlo, así que se relajó y puso atención a la siguiente escena. El primer juego iba a comenzar.
TaeHyung estaba tan bien vestido como Seokjin. Luego de unas tomas en las que cada uno habló más de su carrera y popularidad, recibieron un cambio de ropa deportiva. TaeHyung no pudo recibir visitas extras fuera de su maquilladora, así que cuando estuvo listo, salió del camerino cruzándose con el modelo engreído.
Él llevaba una camiseta negra sin mangas y pantalones del mismo color. Seokjin, en cambio, llevaba la misma camiseta pero con mangas. TaeHyung estaba más musculoso que el tipo. Más kilos; el modelo claramente cuidaba su peso. Sin embargo, sus anchos hombros competían con los suyos. Sabía que los de Seokjin eran genética pura. Él tuvo que trabajar por las medidas de su cuerpo. Eso lo hizo envidiarlo un poco.
Seokjin alcanzó su andar y TaeHyung suspiró, el tipo lo miró en silencio mientras el pasillo era concurrido sutilmente y el mismo productor del trasero respingón los guiaba. Esta vez, TaeHyung no lo miró.
— ¿Por qué tan serio? —preguntó el modelo un poco juguetón.
TaeHyung apretó sus dientes—. ¿Por qué tan risueño? —replicó, respondió con otra pregunta.
Seokjin soltó una risa grave y seca, fue sexy. Jodidamente sexy para TaeHyung, quien tronó su cuello para relajarse. Cuando le lanzó una mirada de soslayo, los ojos del modelo brillaban con una mezcla de desafío y algo más, algo que TaeHyung no pudo identificar del todo. El productor seguía hablando, pero sus palabras se desvanecían en el fondo mientras los dos hombres se miraban fijamente y una vez más quedaban detrás del escenario, en aquel cubículo que los aislaba de todos.
—¿Siempre tienes que ser tan difícil? —murmuró Seokjin, acercándose un poco más, su voz apenas un susurro.
TaeHyung sintió un escalofrío recorrer su espalda. No estaba seguro si era por la cercanía de Seokjin o por la intensidad de su mirada. Tragó saliva, intentando mantener la compostura.
—¿Y tú siempre tienes que ser tan provocador? —respondió, su voz más suave de lo que pretendía.
Seokjin soltó una risa baja, casi inaudible, y dio un paso más cerca, sus labios apenas a unos centímetros del oído de TaeHyung.
—Tal vez me gusta verte perder el control —susurró, su aliento cálido contra la piel de TaeHyung.
El boxeador cerró los ojos por un momento, luchando contra la oleada de emociones que lo invadió. Cuando los abrió, encontró a Seokjin observándolo con una expresión que mezclaba diversión y algo más profundo, algo que hacía que su corazón latiera con fuerza.
—Si intentas distraerme o molestarme para hacerme perder. Estás cayendo bajo —exclamó TaeHyung, intentando recuperar la compostura. El modelo era alguien insoportable... Insoportablemente provocativo ¿y se veía siempre tan bien? Que tedioso, pensó TaeHyung, a la vez que deseaba agarrar a Kim Seokjin de la cintura y acorralarlo a la pared. Pensar en el calor corporal ajeno y en la cercanía de ambos, puso su polla semi dura.
— ¿Tengo la posibilidad de distraerte? —se mofó el modelo.
TaeHyung apretó los puños, sintiendo cómo la rabia y algo más, algo que quiso ignorar, se mezclaban en su interior.
—Llevo menos de una hora contigo y puedo ver qué no eres más que un modelo arrogante —respondió con un tono que intentaba ser despectivo, pero que sonó más como un desafío.
Seokjin sonrió, una sonrisa que no alcanzaba sus ojos, pero que era lo suficientemente encantadora como para hacer que cualquiera se detuviera a mirarlo.
—Llevo menos de una hora contigo y tú no eres más que un boxeador con un ego demasiado grande —replicó, acercándose un paso más, invadiendo el espacio personal de TaeHyung.
El aire entre ellos parecía cargado de electricidad. TaeHyung podía sentir el calor del cuerpo de Seokjin, y por un momento, se preguntó si realmente lo odiaba tanto como decía.
El cubículo era estrecho, apenas había espacio para moverse. Las luces del escenario se filtraban por las rendijas de la puerta, creando un ambiente casi claustrofóbico. TaeHyung y Seokjin estaban tan cerca que podían sentir la respiración del otro.
—¿Qué te hace pensar que puedes distraerme? —TaeHyung intentó sonar seguro, pero su voz traicionó un leve temblor.
Seokjin se inclinó un poco más, sus labios casi rozando la oreja de TaeHyung, otra vez.
—Porque sé que ya lo estoy haciendo —susurró, su voz suave y provocativa.
TaeHyung sintió un escalofrío recorrer su espalda. Intentó apartarse, pero el espacio reducido no se lo permitió. Seokjin sonrió, disfrutando de la reacción del boxeador.
—Deberías concentrarte en la competencia —dijo TaeHyung, intentando recuperar el control de la situación.
—Oh, estoy muy concentrado —respondió Seokjin, sus ojos brillando con una mezcla de desafío y algo más profundo.
El momento fue interrumpido por el sonido de un asistente llamándolos al escenario. Ambos se enderezaron, la tensión entre ellos palpable. Pero, como decía la canción, el show debía continuar. La distancia que hubo entre ellos antes de comenzar, y como el modelo, aparte de hermoso y perfecto, también era buen actor, permitió a TaeHyung respirar y estudiar a su rival.
Aunque no era lo mismo estudiar los movimientos de tu oponente en el ring que estudiar la actitud de tu oponente, un modelo provocador y sensual, en un programa de variedades.
El asistente los guió hacia el escenario, donde las luces brillaban intensamente y el público esperaba con expectación. TaeHyung y Seokjin tomaron sus posiciones, cada uno tratando de mantener la compostura.
TaeHyung observó a Seokjin de reojo. El modelo se movía con una gracia natural, su sonrisa deslumbrante y su actitud relajada. Era evidente que sabía cómo manejar la atención del público. TaeHyung, por otro lado, estaba acostumbrado a la intensidad del ring, donde cada movimiento podía significar la victoria o la derrota.
El presentador del programa comenzó a explicar la primera competencia: un juego de preguntas y respuestas rápidas. TaeHyung se concentró, decidido a no dejarse vencer por la presencia perturbadora de Seokjin.
—Primera pregunta —anunció el presentador—: ¿Cuál es la capital de Francia?
TaeHyung presionó el botón primero.
—París —respondió con seguridad.
El público aplaudió y TaeHyung sintió una pequeña victoria. Pero Seokjin no parecía afectado. De hecho, su sonrisa se amplió, como si disfrutara del desafío.
La competencia continuó, con preguntas que iban desde cultura general hasta temas más específicos. TaeHyung se dio cuenta de que, aunque Seokjin era un modelo, también era increíblemente inteligente y rápido para responder.
En un momento de descanso, Seokjin se inclinó hacia TaeHyung y susurró:
—No te confíes demasiado, Casanova. Esto apenas comienza.
TaeHyung sintió un escalofrío, pero no dejó que Seokjin viera su nerviosismo. En cambio, le devolvió una mirada desafiante.
—No pienso hacerlo —respondió, con una determinación renovada.
Después de una serie de preguntas intensas, Seokjin y TaeHyung estaban casi empatados, con Seokjin ligeramente a la delantera. Ahora, el siguiente desafío era físico, un juego de equilibrio y fuerza. Ambos se prepararon, con esa actitud que dejaba entrever que ninguno estaba decidido a perder.
El juego comenzó, y TaeHyung, conocido por su destreza física, avanzó con confianza. Sin embargo, no podía evitar lanzar miradas furtivas a Seokjin, quien, con su elegancia natural, también se desempeñaba sorprendentemente bien. Cada vez que Seokjin sonreía o hacía un movimiento grácil, TaeHyung sentía una punzada de distracción.
En un momento crítico, el boxeador casi perdió el equilibrio, su mente nublada por la presencia magnética de Seokjin. Los espectadores contuvieron el aliento. Pero justo cuando parecía que iba a caer, TaeHyung se recuperó, canalizando toda su concentración y fuerza. Con un último esfuerzo, superó el desafío, derribando a Seokjin y ganando el juego.
¡Corte! Sonó fuertemente mientras TaeHyung estaba encima de un Seokjin que no luchó demasiado por apartarlo. Se miraron un microsegundo que incendió a TaeHyung y lo hizo sentirse expuesto, alejándose bruscamente para levantarse y acomodar sus malditas ideas, segundos después.
La tensión en el aire era palpable. Seokjin, con una mezcla de admiración y desafío en sus ojos, se acercó a TaeHyung por su espalda:
—No estás mal, Casanova —murmuró, su voz baja y cargada de significado. TaeHyung, aún respirando con dificultad, solo pudo sonreír, sabiendo que la verdadera batalla apenas comenzaba.
La sonrisa fue tensa y luego prefirió mirar al público y alzar sus brazos como si terminara de ganar un round y estuviera en el ring. La adrenalina era una sensación adictiva, pero su piel vibraba con algo más. A la distancia, sus ojos se encontraron con los de su amigo, quien, a pesar de estar festejando con el público, le echó una mirada cargada de miles de preguntas. TaeHyung sacudió su cabeza en un intento de despreocupar a Vernon, pero no se sentía tan tranquilo como pretendía demostrar.
Y su cuerpo aún vibraba por todas partes luego de haber estado encima de Seokjin al derribarlo. Rogó al cielo que el modelo no sintiese su polla emocionada.
Jodido infierno, por favor no.
Con una mirada de soslayo, notó como peinaban a Seokjin mientras este bebía agua. Su garganta se movió y fue la cosa más sexy que TaeHyung presenció olvidando incluso de beber sus propios electrolitos. Cuando Seokjin acabó su bebida, TaeHyung se sintió sediento de algo totalmente diferente y su cuerpo vibró cuando el modelo le guiño el ojo junto con una sonrisa jodidamente hermosa y provocativa.
«Mierda» iba a echar un polvo después de esto. Anoche una foto de ese tipo lo ayudó a correrse, ahora el mismo tipo, lo estaba poniendo cada vez más caliente y necesitado.
Carajo, no veía la hora de acabar el programa y salir corriendo de ahí.
Salir corriendo de ahí, no sucedió. Pero obtuvo un respiro cuando fue llevado para un cambio de ropa para el siguiente juego.
Cambio de Roles
El estudio estaba lleno de expectación. Las luces brillaban intensamente, reflejándose en los rostros ansiosos del público. TaeHyung, conocido como “El Casanova del Ring”, se encontraba en una situación completamente nueva. Vestido con ropa de alta costura, se preparaba para desfilar por la pasarela. Seokjin, el enigmático modelo, observaba desde un rincón, una sonrisa juguetona en sus labios.
TaeHyung avanzó con pasos firmes, pero su expresión era de desdén. Cada movimiento parecía una burla a la profesión de Seokjin. Los espectadores murmuraban, notando la tensión palpable entre los dos hombres mientras que otros solo se divertían. Seokjin había estado provocando a TaeHyung desde el inicio del programa, y ahora, el boxeador aprovechaba la oportunidad para devolverle el golpe, aunque de manera figurada.
Cuando llegó el turno de Seokjin para boxear, la atmósfera cambió. TaeHyung se colocó en el ring, su mirada fija en el modelo. Seokjin, aunque nervioso, se puso los guantes y se preparó. Los primeros golpes fueron suaves, casi tímidos, pero la tensión entre ellos crecía con cada segundo.
—Sé que tus manos pueden servir para más que cargar anillos de oro y plata de Fred, modelito —soltó TaeHyung sin compasión.
Seokjin sonrió ladino.
De repente, en un movimiento inesperado, el modelo lanzó un golpe que impactó directamente en el ojo de TaeHyung. El boxeador retrocedió, llevándose una mano al rostro. El estudio quedó en silencio, y Seokjin, horrorizado, se acercó rápidamente.
—¡Lo siento, hombre! —exclamó Seokjin, su voz llena de preocupación.
TaeHyung lo miró con furia, pero también con algo más. Una chispa de eso que no podía negar, pero que tenía qué. La tensión entre ellos había alcanzado un nuevo nivel, y TaeHyung necesitaba acabar con esto de una buena vez. No estaba para jugar con un engreído y atractivo heterosexual que gozaba jugando con su cabeza.
Pero recuperándose rápidamente del golpe, endureció su rostro mientras bajaba la mano de su ojo. Seokjin, aún preocupado, dio un paso atrás, esperando una reacción explosiva. Sin embargo, TaeHyung respiró hondo y forzó una sonrisa.
—No te preocupes, estoy bien —dijo TaeHyung, tratando de sonar despreocupado.
Pero en su interior, sintió un tirón de atracción que lo desconcertó. No era solo la adrenalina del momento, sino algo más profundo que no tenía lugar. Disimuló las sensaciones de su cuerpo una vez más, enfocándose en el desafío final que estaba por venir.
El presentador del programa intervino, anunciando el último reto con entusiasmo.
—¡Y ahora, el desafío final! —exclamó, mientras el público aplaudía—. Nuestros participantes deberán trabajar juntos para superar una serie de pruebas físicas y mentales. ¡Que comience el juego!
TaeHyung y Seokjin se miraron, la tensión entre ellos palpable. El boxeador sabía que este último reto no solo pondría a prueba sus habilidades, sino también la creciente atracción que intentaba ocultar. Con un último intercambio de miradas, se prepararon para enfrentarse una vez más, conscientes de que su tiempo juntos estaba a punto de terminar.
Y TaeHyung no podía esperar.
Desafío Final: La Carrera de la Confianza
El presentador explicó las reglas del desafío final con entusiasmo. TaeHyung y Seokjin tendrían que colaborar en una serie de pruebas para llegar a la última etapa, donde competirían entre sí para determinar el ganador.
—Primera Etapa: El Laberinto del Ciego —exclamó el conductor—. Un “piedra, papel o tijeras” y el que pierde es vendado. El otro será su guía y avanzará detrás de él. Si lo guía mal, ambos se retrasan, por lo cual deben confiar uno en el otro o perder en la primera ronda —explicaba mientras los ponía uno frente al otro—. Manos al centro y ¡piedra, papel o tijera!
TaeHyung perdió.
—Traigan la venda. Seokjin deberá guiar a TaeHyung —anunció entusiasmado mientras el público parecía igual de complacido al ver que TaeHyung sería el vulnerable.
Ambos se miraron, conscientes de la importancia de la primera prueba. Seokjin tomó la venda y se paró detrás de TaeHyung y vendó sus ojos.
—¿Vas a confiar en mí? —exclamó coqueto el modelo. El público enloqueció y TaeHyung apretó los dientes ante la respiración de Seokjin golpeando su nuca.
—No tengo otra opción, ¿o sí? —con los ojos vendados, dependía completamente de las instrucciones de Seokjin.
Pero de alguna forma lo protegió del resto, sus sentidos concentrados en su rival que actualmente era su compañero por un breve instante y con un solo fin. Las manos de Seokjin solo podían permanecer en sus hombros o cintura, esa era la regla y no debía guiarlo con empujones, solo con su voz.
—Bien. Seokjin, sostente de TaeHyung y que comience el juego.
TaeHyung esperó sentir esas manos en sus hombros, pero contrario a eso, Seokjin las puso en su cintura. Solo tenía permitido sostenerlo si TaeHyung tropezaba o estaba a punto de caer. El boxeador sintió la gota gorda caer por su frente cuando esas manos tocaron su cintura.
Jodido infierno. Jodido juego y jodidas reglas.
—A la derecha —comenzó Seokjin, su voz grave y baja. O quizás solo estaba concentrado. TaeHyung maldijo al universo, pero obedeció—. Ahora tres pasos adelante —indicaba Seokjin, su voz firme pero con un tono juguetón que hacía que TaeHyung apretara los dientes—. Buen chico —susurró bajo.
Para más comodidad, no tenían un micrófono encima esta vez, sino uno grande y especial por encima de sus cabezas, así que TaeHyung rogó que nadie hubiera oído la forma en que Seokjin le susurró el “buen chico”.
Decidió ignorarlo pero absorber su aroma y el calor de su cuerpo detrás, cuando Seokjin volvió a guiarlo, TaeHyung se preguntó cuánto faltaba, no era un trecho largo, pero Seokjin seguía hablándole al oído y en ocasiones apretaba su cintura. Hasta que en un momento, tropezó y sintió terror cuando su cuerpo se precipitó hacia adelante, son él poder ver nada, excepto oscuridad. El público gritó. TaeHyung contuvo la respiración y luego los brazos de Seokjin lo rodearon.
El público celebró. El conductor dijo algo, la música se intensificó, su pulso se aceleró y lo único que pudo existir en ese instante, fueron las manos de Seokjin. Una sobre su pecho y la otra en la zona erógena de su bajo vientre. Fue un toque impersonal, el boxeador estaba seguro de eso. Pero él estaba hambriento de ese tacto.
—Carajo —dijo sin aliento. Sus manos se aferraron por instinto a las de Seokjin sobre su pecho y abdomen y el cuerpo ajeno se pegó a su espalda.
La respiración de Seokjin y su risa aliviada lo descolocaron. Fue todo demasiado intenso e imprevisto que se preguntó si el bulto apoyado en su trasero solo se debía a que el modelo venía con micrófono propio o estaba tan entusiasmado como él.
«Aish, no seas idiota, TaeHyung»
—Te tengo, cariño —susurró Seokjin luego.
TaeHyung apretó sus dientes, se enderezó al darse cuenta que estaba descansando sobre el cuerpo del modelo y recuperó parte de su compostura. Luego decidió concentrarse por su propio bien y a pesar de algunas provocaciones, lograron salir del laberinto sin mayores problemas, aunque la tensión entre ellos era palpable.
En la segunda Etapa: La Torre de la Cooperación, tenían que construir una torre con bloques gigantes. TaeHyung y Seokjin trabajaron juntos, moviendo los bloques con cuidado. Cada vez que sus manos se rozaban, una chispa de electricidad parecía pasar entre ellos. Pero TaeHyung estaba seguro que era su maldito apetito sexual haciendo estragos con él.
—Cuidado, no lo dejes caer —dijo el boxeador, su voz más suave de lo que pretendía.
—Tranquilo, lo tengo —respondió Seokjin, con una sonrisa que hizo que TaeHyung desviara la mirada.
A pesar de la tensión, completaron la torre y avanzaron a la última y tercer etapa: La Carrera de la Competencia.
Aquí, ya no eran un equipo, sino rivales otra vez. TaeHyung y Seokjin se lanzaron a la carrera, saltando y esquivando obstáculos. Seokjin, con su actitud provocadora, hizo que TaeHyung perdiera la concentración.
En un momento crucial, Seokjin se giró y le lanzó una mirada desafiante.
—¿Qué pasa, Casanova? ¿Te estás quedando atrás? —provocó el modelo.
TaeHyung, incapaz de soportar más las provocaciones, cometió un error y tropezó hacia Seokjin. Ambos cayeron al suelo, perdiendo valiosos segundos. Aunque intentaron recuperarse, ya era demasiado tarde. Terminaron la carrera, pero no lograron ganar.
El programa terminó con una atmósfera tensa. TaeHyung y Seokjin se miraron, sabiendo que la tensión entre ellos había afectado su desempeño. El público aplaudió, se divirtió y luego del largo día, finalmente se despidieron y acabaron la grabación.
Mientras recogían sus cosas, TaeHyung se apresuró a caminar en dirección a su camarín luego de saludar al público, Seokjin quien también se despidió del público otro poco más, firmando algunos autógrafos y sonriendo a muchas mujeres, fue dejado atrás por el boxeador con auténticas ganas.
TaeHyung no necesitaba ver a ese candente heterosexual (que lo tuvo duro todo el jodido día) ser todo un galán perfecto con las mujeres. Se sintió demasiado necesitado durante toda la grabación, no podía ni siquiera pretender ser algo que no era en ese instante.
—Fue divertido, ¿no crees? —dijo Seokjin, su voz suave pero cargada de significado, justo detrás de TaeHyung.
¿Acaso corrió detrás de él? ¿Y por qué el pasillo estaba tan desolado? No quería estar a solas con ese tipo. Aún frustrado por el resultado, solo pudo asentir, ignorar a ese hombre resultó difícil. Pero tenía piernas largas para acelerar el paso.
Excepto que Seokjin puso su mano en su hombro y lo detuvo—. Sé que lo dije antes, pero lamento lo de tu ojo —exclamó, señalando el ojo de TaeHyung, estuvo a punto de tocar el rostro ajeno, pero TaeHyung se alejó antes de que pudiera intentarlo.
TaeHyung decidió tocarse el mismo la sutil marca rojiza y soltó una risa seca—. Esto es una simple caricia. No es necesaria tu disculpa —no quiso sonar despectivo y sobrador, fue sin querer cuando entrecerró sus ojos y soltó aquellas palabras.
Pero se sintió agradecido cuando llegó a su camerino, porque eso significaría dejar de pretender que este hombre no lo afectaba.
Seokjin rió ladino y sacudió su cabeza—. Mis caricias son del tipo que vuelven loco a mi acompañante. No que dejan marcas físicas en la piel —añadió con voz grave—. A menos que el acompañante lo pida —finalizó sonriente.
TaeHyung se quedó shockeado, un poco perdido en sus ojos y en la boca de Seokjin.
— ¿Disculpa? —fue todo lo que pudo verbalizar.com ceño fruncido—. Tu golpe a mi ojo, fue pura suerte. Estaba distraído intentando no golpear tu bonito rostro. No harás mucho dinero sin él ¿O si?
El boxeador se sintió orgulloso de sus palabras hirientes, pero Seokjin sonrió otra vez:
— ¿Estás diciendo que mi bonito rostro te distrajo? —el mohin exagerado en sus labios fue extremadamente atractivo para TaeHyung.
Al punto de irritarlo.
Estaba alucinando el coqueteo del modelo, o este maldito era un psicópata que disfrutaba molestarlo aún, incluso, detrás de cámara.
—Eso no fue lo que dije y lo sabes —exclamó irritado. Sin embargo el modelo se veía divertido, así que señaló su propio ojo y continuó—. Esto fue un golpe de suerte. Eres descordinado. Tu destreza es terrible y te mueves pésimo —señaló.
Seokjin, lejos de verse ofendido se acercó a él, ocupando nuevamente su espació personal y no le hablo al oído, fue de frente y muy cerca, paralizando a TaeHyung.
—Te puedo asegurar que mi destreza es increíble y me muevo fantástico —exclamó gravemente.
Maldito escalofrío que le recorrió desde la nuca hasta su espina dorsal y descendió hacia adelante a su bajo vientre para tensar sus bolas y endurecer su polla.
— Hablaba de tus movimientos en el ring —aclaró con voz grave pero temblorosa.
Seokjin alzó sus cejas, una sonrisa ladino tiró de sus labios y los ojos de TaeHyung descendieron a ellos. Mierda, mierda, mierda. Nunca se sintió tan expuesto con otro hombre ¿Por qué estaba vacilando así? Debía mirar si había gente alrededor de ellos, pero Seokjin se robó todo el spot y su atención no pudo desviarse.
—Oh... En el ring —replicó el modelo divertido—. Yo me refería a otro tipo de destreza.
—Si, parece divertirte mucho contigo mismo —respondió TaeHyung.
El aliento a menta que provenía de la boca de Seokjin y se colaba en sus cosas nasales, le hicieron desear poder sentirlo en su lengua. Mientras esta excavaba en la boca ajena.
—Y tú te ves tan serio —respondió el modelo—. Te hace falta un poco de diversión.
TaeHyung alzó las cejas, su cuello caliente y seguro de que estaba sonrojado—. No creo que seas mi tipo —mintió, tragando el nudo en su garganta.
Mentiroso, es todo lo que te encanta.
—Nunca dije que lo fuera —susurró divertido, poniendo a TaeHyung más tenso—. No tienes tan buen gusto —añadió, con sus ojos bajando a la boca del boxeador.
TaeHyung pensó en miles de respuestas para ese ataque, pero se sintió desarmado cuando los ojos del modelo se quedaron un momento prendidos de sus labios. Hasta que la puerta de su camarín se abrió, ambos saltaron lejos del otro. Vernon, su mejor amigo, los miró confundido y Seokjin sonrió:
—Un gusto haberte conocido hoy. Adiós, Kim TaeHyung —se despidió melodiosamente y se retiró.
El pasillo seguía tranquilo, nadie vio nada entre ellos.
TaeHyung lo observó irse, sintiendo una mezcla de confusión y curiosidad. Las palabras de Seokjin resonaban en su mente, dejándolo inestable y con un deseo creciente de entender más sobre su enigmático rival.
Justo cuando pensó que todo había terminado, Seokjin se giró, mordió su labio inferior y le guiñó un ojo.
TaeHyung sintió un escalofrío descender por su espalda y un temblor recorrer su cuerpo. La intensidad en la mirada de Seokjin lo dejó sin aliento, y mientras lo veía alejarse, supo que algo había hecho mal para que Seokjin pudiera, de alguna forma, ver que había algo más allí. En él.
—¿Qué fue eso? —preguntó Vernon, asustándolo porque TaeHyung había olvidado totalmente su presencia.
—Nada. ¿Qué fue qué? —soltó entrando rápidamente al camerino.
—Ustedes estaban muy cerca —respondió Vernon.
—Para nada —Taehyung comenzó a guardar sus cosas—. Salgamos de aquí, necesito gastar energía entrenando —no pudo mirar a su amigo a la cara.
—¿Eso o prefieres que llame a…?
—Sí, llama a quien tengas primero. Para después de entrenar —casi rogó mientras guardaba todo—. ¿El resto del equipo?
Vernon lo miró en silencio, pensando muchas cosas pero no dijo nada—. En la camioneta esperando por ti. ¿Estás bien?
TaeHyung aspiró y luego largó el aire por su nariz—. Mejor que nunca —mintió—. Salgamos ya.
Mientras caminaban hacia la camioneta, TaeHyung no podía dejar de pensar en Seokjin. Este encuentro había despertado algo en él, algo que no podía ignorar. La necesidad de algo.
Al subir a la camioneta, Vernon lo observó con preocupación—. Si necesitas hablar, estoy aquí, ¿sabes?
TaeHyung asintió, agradecido por la oferta, pero sabía que algunas cosas debía resolverlas por sí mismo. Miró por la ventana, viendo cómo el paisaje urbano pasaba rápidamente. Su mente estaba en otro lugar, en otro momento, con alguien que no podía sacar de su cabeza.
El viaje de regreso fue silencioso, pero dentro de TaeHyung, una tormenta de emociones se desataba. Estaba tan cansado y a la vez tenía tanto temor. Seokjin lo hizo sentir tan vulnerable y hambriento.
Iba a ser difícil dejar de pensar que hubiera sido si el escenario fuera otro y el modelo no fuera un heterosexual tan culo engreído, sino mejor alguien que jugaba para su equipo. Pero eso sería demasiado. A TaeHyung no le importaba quien era gay y quién no en el ambiente, él sabía de todas formas que jamás explotaría eso con alguien tan conocido como él. Y Seokjin no era una opción, solo fue un dolor en el culo que ya se había acabado.
Esperaba fervientemente que en el programa, una vez emitido no se notara lo mucho que tuvo que luchar consigo mismo para dejar de desear lo que no debía y no podía tener.
Perdón lo prometí ayer pero lo termine recién. Es muy largo, espero leer sus comentarios UWU
Q.E.P.D Yeontan 💜
Happy Jin DAY chiquis ✨
Con amor niñita Nanykoo 💜
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