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★ Capítulo dos.



Capítulo dos:
★ Nuevo jefe.

★ ★ ★

     La fiesta en sí fue de lo más maravillosa, a excepción de algunas inconveniencias pero nada que no se haya podido solucionar en el momento.

Oficialmente este lunes nuestro antiguo jefe, el señor Ethan Rogers se ha retirado como director y propietario de todos los hoteles "Rogers Legacy". Me siento en parte muy feliz por él ya que nos cuenta que estaba cansado de siempre venir a trabajar aunque le gustaba mucho, pero los años ya no le favorecían. Personalmente espero que pueda vivir su vida más relajada y en compañía de sus seres más queridos.

Ahora pasando al tema del momento: el nuevo jefe, Steve Rogers. Sí, aquél chulo guapetón e hijo del señor Ethan, el que no pudo salir de mi mente hasta... No, no se ha ido.

Según nuestro antiguo jefe, todo sería exactamente igual; sin embargo, creo que es algo imposible que suceda dado que ninguna persona es igual y aunque le doy el beneficio de la duda a mi nuevo jefe, como dicen los dichos... ver para creer.

Acerca de Steve no tengo más que decir o juzgar, más que su precioso físico y su rostro esculpido por la diosa de la belleza. Dios mío, pero quién no estaría como yo en mi lugar. El hombre tiene todo lo que una mujer desea: es guapo como si fuese el mismísimo hijo de un dios, millonario a morir, buena persona y amable (o al menos eso aparenta), todo sería obviamente perfecto si pudiera decir que está soltero. No todo en la vida es perfecto, aquí el claro ejemplo de ello.

Pero tengo que dejar de indagar sobre eso porque, muy a parte de que el hombre este casado... ¡él es mi jefe! Y definitivamente en mi vida no hay tiempo para dramas como esos.

—Wanda, pero que mañanera me saliste hoy, eh —saluda Janelle desde su escritorio. Ella es la asesora principal del hotel.

—Ya sabes, tenemos que mantener al jefe contento —contesto pero inmediatamente me arrepiento. Puede que eso no haya sonado tan inocente que digamos. En mi cabeza sonaba bien.

Ella sólo me da una sonrisa ladeada, coqueta y yo me alejó avergonzada. Pero, ¿qué me pasa? ¿acaso me he vuelto una pervertida sin vergüenza alguna? Definitivamente tengo que dejar de pensar en Steve, digo, el señor Rogers.

Me dispongo a irme hacia mi oficina hasta que un muy guapo señor Rogers me intercepta en el camino.

¡Jesús bendito! ¿Es qué acaso este hombre nunca se ve mal? Que me pase la receta, por favor.

Con ese traje Tommy Hilfiger se ve como quiere. Sus marcados, muy seguramente trabajados brazos, se marcan a través del saco negro y debajo de este se encuentra una camisa blanca junto a una corbata gris, en compañía con unos pantalones de vestir negros. Christian Grey no le llega ni a los talones.

—Buenos días, señor Rogers —me acuerdo de mi educación y salgo de mi ensoñación rápidamente.

—Muy buenos días sean, señorita Wanda —contesta formal—. Porque es señorita, ¿o me equivoco?

Ay señor creador del universo, ¿por qué me pones a tremenda tentación delante de mis narices? Esa voz ronca que será producto de mi infinita imaginación por una largo tiempo, estoy segura.

Dios mío, Wanda, ¿cuántos años tienes? ¿Catorce, quince? Tienes veintitrés, reacciona como una persona madura.

—Soy soltera señor —digo sin pudor alguno. ¿Qué? Él fue el quien preguntó.

—Ah, muy bien —carraspea nervioso—. Acompáñeme a mi oficina para ver nuestra nueva forma de trabajo.

Asiento en seguida hacia él y me pide que lo siga. Uff, lo seguiría hasta el fin del mundo si me lo pidiese.

Camino detrás de él y accidentalmente (juro que fue por accidente), mi mirada cae hacia su trasero... ¡madre mía! Tiene más nalga que yo.

Actual estado: deprimida porque un hombre tiene mejor cuerpo que yo.


—Bueno, Wanda, ¿te puedo llamar por tú nombre de pila, no? —se dirige a abrir su oficina.

Entramos a ella y la veo como siempre ha estado. El color blanco y café mate abunda todas las paredes del lugar. Su escritorio es de color blanco tirando a beige, su silla giratoria es café haciéndole compañía a las sillas para clientes y dos pequeños sillones que tiene a su derecha e izquierda.

En general me gusta demasiado la oficina, son colores neutros que me lucen fantásticos. No es ni muy fría ni muy cálida, es simplemente perfecta.

—Claro, señor —respondo a la vez que tomo asiento al ver que lo hace a mi par.

—Bueno, como decía, ahora que ya no esta mi padre sólo algunas pequeñas cosas cambiarán, no es demasiado —habla con una pequeña sonrisa que me alegra hasta el alma—. Cada mañana me gusta un café oscuro con dos de azúcar y unas pequeñas donas que se encuentran a la vuelta del hotel.

»La puntualidad es algo sumamente importante para mí así que espero no tenga ningún inconveniente.

—¿El señor Ethan le comentó sobre que aún estoy estudiando? —pregunto nerviosa ya que no quiero dejar mis estudios por venir a trabajar.

—Claro que lo hizo, usted podrá seguir estudiando como siempre, eso no cambiará —musita y respiro tranquila. Terminar mis estudios es fundamental para mí y, detestaría tener que aplazarlos por trabajar.

—Prosigo: el almuerzo se modificará hasta mediodía, serán cuarenta y cinco minutos. Las llamadas telefónicas y todo lo necesario te lo estaré diciendo por día, lo que necesite extra y demás. Eso sería todo.

Bueno, nos quitó quince minutos de almuerzo, eso quita la magia que había en mí. Mentira, pero que mandonsito nos salió el señorito, de igual manera, qué se puede hacer, a cumplir con las órdenes del jefe.

—¿El salario seguirá siendo igual? —le hago la pregunta antes de olvidarla.

—Obviamente que sí, yo no le he mencionado ningún cambio a parte, seguirá siendo igual —masculla al parecer molesto—. Puede retirarse —me ignora después de eso undiéndose en algunos papeles al parecer muy importantes.

Que se joda, sólo le hice una pregunta que a todos nos tenía en duda, ni que lo hubiera hecho intencional.

Salgo de su oficina, no volteo en ningún momento a verlo. Me dirijo a mi oficina imitando su duro tono que utilizo en sus últimas frases aún en mi cabeza.

"Pidi ritirirsi" y más, vengo repitiendo en voz baja.

Al principio se comportó de forma muy amable y cordial; sin embargo, con esto último, no supe qué pasó con él. Un momento era todo sonrisas y al otro, parecía molesto. Pero como sea, no me quebraré la cabeza tratando de decifrarlo, sólo espero que no sea así siempre.

Supongo que la única manera de averiguarlo es con el tiempo. Después veremos cual es la faceta que se le quedará: amable o cambiante.

Creo que ya saben cual es la que yo y podría apostar que todos, queremos que se quede.

N/A

¡Hola, chicas! ¿Cómo han estado? Espero que muy bien. Lamento muchísimo la demora, en serio, no tengo excusas así que sólo les digo que trataré de actualizar más rápido💕.

Voten y comenten mucho su opinión, es demasiado importante para mí. Besos a todas🌟🎉.

¡Llegamos a las 1K lecturas! Mil gracias🎊🏁.

¿Chris Evans o Sebastian Stan?

I can't decide, omg, ambos son hermosos💞.





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