Capitulo 23: Como padres 4
Capitulo 23: Como padres 4
This is going to hurt but I blame myself first
Because I ignored the truth
Dangerously-Charlie Puth
Era una escena realmente bonita de ver. O eso creía _____. Porque Louis solo podía ver aquella escena con un ceño fruncido. ¿Porque su bebé estaba durmiendo en cucharita con ese chico? Cansado de ver esa escena, se dirigió hasta la cama con claras intenciones de separarlos, pero _____ le puso una mano en el pecho.
Louis giró su cara indignado hacia su esposa mirándola y diciéndole con la mirada ¿Por qué no? para luego hacer un puchero como un niño pequeño. Ante esto, _____ solo pudo cogerle la mejilla y plantar un suave beso sobre sus labios haciendo desaparecer aquel puchero de niño berrinchudo.
—¿Por qué mejor no bajas a la cocina y acompañas a los niños? Yo los despierto- le dijo con una sonrisa.
A regañadientes, el castaño salió de la habitación en dirección a la cocina para darles el desayuno a los niños y poner el de los demás. Mientras que _____ miraba a los jóvenes que descansaban en la cama, que incluso les daba algo de penar tener que despertarlos para ir a clases. Pero como madre, no podía permitir que perdiesen clases.
Se acercó hasta la cama y zarandeó suavemente a la rubia para que se despertara- Ambs cariño, despierta.- le dijo sin resultado alguno. Bufando miró con el ceño ligeramente fruncido a su hija. ¿Porque tendría que haber salido igual de perezosa que su padre? Sacudiendo la cabeza, decidió por despertar al chico, quizás con el sí que tenga algo más de suerte.
-Jared- le dijo suavemente mientras le tocaba el hombro- Tienen que levantarse.
Esta vez recibió un leve murmullo del chico y un enseguida de su parte. Sintiéndose satisfecha, _____ salió de la habitación de su hija sabiendo que ya había perturbado el sueño del chico y que a este ya le costaría trabajo volver a ir al mundo de los sueños.
Restregándose un ojo con su mano libre, Jared miró a su alrededor y reparó que los niños que habían dormido con ellos la noche anterior se habían dado a la fuga y que ahora estaba haciendo la cucharita con Amber. Esto le provocó un gran sonrojo y que se removiera en su sitio.
Tomando una gran bocanada de aire para luego soltarlo lo más despacio que pudiese intentó calmarse. Alterarse no le serviría de nada ahora que sabía de sus nuevos sentimientos hacia la chica. Una vez ya calmado se dispuso a despertar a la chica que tenía delante.
-Amber- le dijo moviéndola por el hombro, pero solo consiguió que la chica se pegara un poco más al chico haciendo que la parte trasera de la chica diese directo hacia una zona restringida. Siendo tomado por sorpresa, el chico lo único que pudo hacer fue empujar a la chica haciendo que está se cayera de la cama, quien al caer dio un leve grito tanto de susto como de dolor. Al menos había conseguido que se levantara de la cama pero no tan delicadamente como lo había pensado en un principio...
—¿Pero qué demonios te pasa?- le recriminó Amber mientras se sobaba a un costado, pues fue por ahí donde había sido golpeada; pero la única respuesta que recibió del de ojos chocolate fue un portazo de la puerta del baño. Mirando ésta extrañada y frunciendo algo el ceño -algo que está siendo muy común últimamente entre su familia- se fue hasta la puerta y empezó a tocarla sin ningún cuidado. —¿¡Porque te encierras de esa manera en el baño!?
—¡No es de tu incumbencia!- le respondió desde el otro lado mientras se sacaba la ropa fuera para tomar un ducha de agua fría, a ver si eso le bajaba lo que no tenía que estar por las nubes precisamente a esas horas; y lo estúpido que estaba siendo con la chica.
—Lo es si de repente me tiras de mi cama y luego te encierras en mi baño- le dijo hablándole a la puerta cruzada de brazos.
Jared no dijo nada pero en cambio se apoyó de espaldas a la puerta. Si quería hacer algún movimiento con Amber, la actitud que estaba teniendo ahora mismo no era la más indicada para eso. Aunque la verdad es que no sabía de qué manera debería de acercarse a ella. De hacerse notar. Más de lo que está haciendo.
Si tal como le dijo Jason y la chica tenía el corazón ocupado, le sería muy difícil hacerse un hueco en el. Pero tampoco podía ir dando palos de ciego sin un plan en mente al menos. El se decía a si mismo que primero debería de empezar siendo su amigo. Y como no, aprovechar esta oportunidad en la que la podía ver donde el suponía su -ahora- desconocido rival no podía meterse. Y coger partido de los entrenamientos de baloncesto.
Dando un suspiro y tratando de calmarse, el de ojos chocolate decidió por darse una ducha, por lo que se dispuso a quitarse la camisa primero pero antes de seguir se acordó que no había llevado ropa mientras huía de Amber.
Cogió el pomo de la puerta y al abrirla una cabellera rubia fue a parar a su pecho.
Amber había tenido la cabeza apoyada en la madera de la puerta esperando que el chico dentro de aquella habitación se dignase a salir o le dijese algo. Pero con lo que no contó fue que él abriera la puerta tan de repente y que ella se fuese hacia delante.
Estaba segura que se iba a dar contra el suelo, sin embargo cuando sintió unas manos en su cadera y calor de algo dando en su mejilla la hicieron levantar la vista para ver que el chico había evitado su caída.
Sonrojada hasta la punta de las orejas, Amber se enderezó y puso sus manos en el pecho del chico mientras lo miraba a los ojos.
—Gracias- fue lo único que dijo, pero lo hizo tan bajo que creyó que el chico no la escucharía.
—Deberías de tener más cuidado- le comentó sin dejar de agarrarla por la cintura.
Volvieron a quedar callados mirándose a los ojos sin saber que más decir, pero los golpes en la puerta de la habitación les hicieron reaccionar.
—Amber, Jared- era _____- alístense rápido o llegaran tarde.
Volviendo a mirarse, ambos asintieron.
—Tenemos.... tenemos que darnos una ducha- le dijo el chico.
Ella asintiendo se separó del chico y sin pensar empezó a coger el borde de la camisa que llevaba para empezar a subirla. Al darse cuenta de lo que la oji-esmeralda estaba haciendo los colores le subieron a la cara y se giró dándole la espalda para no ver de más a la rubia.
— ¡¿Pero qué haces?!- le exclamó exaltado sintiendo como una carpa aún más notoria se volvía a empezar a formar en sus pantalones. Maldita adolescencia. Malditas hormonas se decía.
— ¿No es obvio?- le dijo la chica— se nos hará tarde si no nos movemos. Es mejor que nos duchemos juntos y así no tardamos tanto.- comentó mientras terminaba de sacarse lo que le quedaba de ropa.
Le daba un poco -demasiada- pena hacer eso. Pero algo irracional dentro de ella no la dejaba pensar con raciocinio. Estaba realmente nerviosa y sobre todo loca por estar haciendo eso. Ella se decía que era para no llegar tarde. No había nada detrás de eso ¿verdad?
Girándose lentamente -sonrojada- vio como el chico se había girado para no verla. Él seguía con los pantalones cortos que usó para dormir haciendo fruncir el ceño a la más baja. Acercándose a él le agarró el pantalón por los costados para bajárselos ella misma, pero no contó con que el chico iba a oponer resistencia.
—Quítate los pantalones Jared- le dijo- más bien ordenó- la rubia.
—¿Estás loca?- le recriminó el chico tan rojo como la nariz de un payaso.
—Tenemos que darnos prisa o llegaremos tarde- le dijo ella forcejeando con el chico en el inútil intento de bajarle la prenda al más alto. Forcejeo que acabo con la chica apoyando sus pechos en la espalda del chico.
Ambos se quedaron quietos ante esto.
Jared sentía claramente como los pechos de la rubia se estrujaban contra su espalda dándose cuenta que no eran tan grandes pero tampoco tan pequeños. Por culpa de eso, la carpa en sus pantalones se volvió más visible haciendo que los colores en su rostro fuera más intenso que antes.
Por otro lado, a Amber se le habían empezado a subir los colores a la cara. Había sido una ilusa si pensaba que al estar en las condiciones en las que se encontraban no iba a suceder nada como eso. Notaba -a través de sus pechos- como los músculos de la espalda del chico se tensaron y no se movía de su sitio. Muy en lo profundo de su mente se preguntaba por qué demonios estaba haciendo eso. Y precisamente con Jared. Es decir, ella había pensado que el primer hombre que la iba a ver desnuda iba a ser Dan en una noche llena de pasión mientras consumaban su amor, sin embargo...
—Tienes que quitarte los pantalones- le volvió a decir en un susurro la chica para luego apoyar su frente en la espalda del chico y envolvía sus brazos alrededor de su cintura.
Dando un suspiro para calmarse, Jared habló— ¿Por qué haces esto?- le preguntó.
—Yo... No lo sé- le respondió de vuelta con otro susurro como el anterior.
—Sabes que esto es peligroso ¿verdad?- le volvió a cuestionar el chico recibiendo un asentimiento por parte de la rubia.— Y que si haces otra cosa imprudente no me voy a controlar ¿lo entiendes?- lo único que recibió de la chica fue como apretaba más fuerte el agarre que tenía con sus brazos.
Jared quería que la tierra se lo tragara. Tan solo un par de minutos antes estaba dispuesto a empezar por una amistad para asegurarse un lugar en el corazón de la chica pero ahora va y le suelta que no se podrá detener si hace algo imprudente.
Suspirando, dejó caer los pantalones por sus piernas hasta que llegasen al suelo haciendo un ruido sordo. Luego los pateó lejos de él. Iba a girarse cuando la puerta de la habitación los volvió a sorprender cuando volvió a ser tocada.
—Amber. Les quedan quince minutos para entrar a clases. Dense prisa- les apuró _____— Tu padre y yo tenemos que irnos. Nos llevamos a los niños con nosotros.
Sin decir más ellos dos siguieron en silencio oyendo como los pasos en el piso de abajo iban de un lado para otro para luego escuchar como la puerta de la casa era abierta y cerrada dando a entender que se habían quedado solos. Y completamente desnudos.
El agarre de la chica era firme, lo que le hacía al chico difícil el poder moverse a su gusto. Quería girarse pero sabía que si lo hacia la chica notaría la -gran- erección que tenía, y eso hacía que se muriera aún más de vergüenza.
Ignorando eso se dijo que lo mejor era acabar con todo eso antes de que pasara algo de lo que luego alguno acabase arrepintiéndose, por lo que se dirigió como pudo hasta la ducha para abrir el agua y regularla a la temperatura deseada. Cuando esta fue de su gusto se metió con la chica en la ducha haciendo que el agua los mojase y recorriera cada rincón de su cuerpo.
Decidiéndose ésta vez por girarse, Jared agarró las manos que lo apresaban por su cintura para luego girarse lentamente y rodear a la chica por los hombros y que esta le volviese a sostener por la cintura teniendo sus cuerpo más pegados que antes sintiendo todo. Todo.
Amber tenía escondida su cabeza en el pecho del chico. Podía sentir con claridad como la erección del chico chocaba directamente contra su intimidad haciendo que un extraño hormigueo le recorriese todo el cuerpo y sintiese como se empezaba a poner algo húmeda en aquella zona avergonzándola en demasía porque de seguro el chico podría notar aquello. El miembro erecto de Jared daba junto en la entrada de la intimidad de la chica y notaba como el calor y algo de humedad provenía de aquella zona haciéndole perder un poco el raciocinio de eso.
Dejándose llevar por sus instintos, el castaño empezó a mover sus caderas lentamente haciendo fricción entre la húmeda intimidad de la chica y su miembro dándoles sensaciones de placer recorriéndoles por el cuerpo. La chica apretó más fuerte el agarre en la cintura del chico y dejándose llevar por las nuevas sensaciones que estaba sintiendo. El agua seguía cayendo por sus cuerpos haciendo la sensación mucho más placentera.
Jared seguía con movimientos lentos, cosa que hacía enloquecer a la chica hasta el punto donde empezó a dejar escapar pequeños jadeos producto del placer que estaban sintiendo. Despegando la cara del pecho del de ojos chocolate, Amber alzó la mirada para que el verde y el marrón chocasen entre sí. No dejaron de verse incluso cuando sus caras empezaron a aproximarse hasta el punto donde ya no había nada que los separasen.
Sus labios habían sido juntados y ambos bailaban en una danza que destilaba pureza en cada movimiento. Atrayendo el cuerpo del chico aún más a su cuerpo, el beso se fue intensificando y el movimiento de caderas que Jared había mantenido había cesado.
Ahora el chico perdido en el placer, agarró a la chica de las piernas para alzarla y acorralarla contra la pared para intensificar más el beso esta vez un poco más salvaje donde las lenguas de cada uno aparecieron y luchaban la una con la otra por ver quién ganaba esta batalla, la cual gano el chico.
Invadida por el placer, Amber empezó a mover esta vez sus caderas como pudo intentando crear fricción entre el miembro erecto de Jared y su húmeda intimidad. Por otro lado, el castaño sabía que eso estaba mal. Que decía mal, era peligroso. Si esto seguía así no podría controlarse de ninguna de las maneras que existiesen. Pero era tanto el placer que este lo único que hacía era nublarle la mente.
No sabiendo de dónde sacó las fuerzas, paró los movimientos sutiles pero certeros de la chica y como pudo se arrodillo en la ducha dejando a Amber acostada haciendo que se le erizara la piel por el contraste de temperatura. Ambos tenían la respiración agitada por todo lo que estaba pasando.
Amber iba a hablar pero el castaño fue más rápido que ella.
—Debemos parar.
Eso dejó helada a la chica. Ninguno de los dos emitía ningún sonido, y solo podías escuchar el caer del agua. Ambos se miraban a los ojos, la oji-esmeralda sin saber que decir realmente y el de ojos chocolate pensando en cómo parar aquello por todos los medios. No quería que alguno de los dos acabase arrepintiéndose de algo que alguno no quería que pasase...
—¿Eh?- fue lo único que pudo articular Amber.
—Es mejor no seguir con esto- volvió a decir Jared mientras apretaba las manos en puños, que estaban situadas a la altura de la cabeza de Amber.
—¿Por qué no?- le cuestiono algo decepcionada y frustrada.
—Porque no joder.
—Eso no es una razón válida- le acusó la chica.— Dame una razón válida para no seguir con esto.
—No quiero hacer esto- dijo desviando la mirada. No así se dijo a sí mismo.
—Sigue sin ser una razón- le volvió a recriminar la chica alzando un poco la voz.
Ya con la ira nublándole los sentidos, Jared dio un golpe con su puño en el suelo de la ducha haciendo que la rubia que estaba debajo de él diera un bote por el susto causado.
—¡No quiero hacer esto por una maldita calentura entiendes!- le dijo ya fuera de sí.
Sintiéndose frustrado consigo mismo Jared se levantó para salir dejando a Amber acostada en el suelo de la ducha. Cogió una toalla que se encontraba encima del lavabo y se la enrollo en la cintura para luego salir del baño dando un portazo dando a entender que estaba enfadado. Se dirigió hacia el baño que había en el pasillo para luego entrar abriendo la puerta abruptamente y luego cerrarla de un portazo.
Despojándose de la toalla, se metió a la ducha dejando que el agua le recorriera el cuerpo. Toda esa frustración había hecho que la erección que una vez tuvo bajase. Apoyando las manos en la pared, dejó que el agua intentase quitarle la tensión que había en sus músculos. Y aunque no lo supiese porque el agua caliente lo disimulaba, de sus ojos salían pequeñas gotas saladas que se mezclaban con el agua de la ducha.
En cambio Amber, había dejado de estar acostada para estar sentada y abrazar sus piernas con sus brazos y apoyar su cabeza en sus rodillas escuchando como el castaño cerraba ambas puertas de los baños de un solo portazo.
En el caso de la rubia, ella si sentía como las lágrimas recorrían sus mejillas. Se sentía frustrada por lo que había pasado, pero también sabía que las palabras que le dijo Jared eran verdad.
Sin embargo, ella misma no entendía las acciones que acababa de tener. Es decir, había estado a punto de darle su primera vez a Jared. En el baño. Mientras ambos se duchaban. Se suponía que este momento iba a ser especial. Y que sería con su persona especial. Y esa persona era Dan. Pero desde que el de ojos chocolate llegó a su vida en poco más de un mes, le ha dado un giro de 360º.
No sabía cuánto tiempo había pasado pero unos toques a la puerta del baño la sacaron de sus pensamientos. Limpiándose las lágrimas que habían salido intentó ponerse de pie fallando en el intento.
—¿Ya acabaste?- le dijo un Jared más calmado desde el otro lado de la puerta.
Llenándosele los ojos de lágrimas otra vez por la frustración por no poder levantarse del suelo habló con la voz algo entre cortada— No puedo levantarme.
Alterándose un poco por lo que la chica le dijo, el de ojos chocolate se pegó un poco más a la puerta como si eso le permitiese estar más cerca de la chica.
—¿Te hiciste daño?- le dijo. Se mordió el labio inferior y volvió a hablar— Te... ¿Te hice daño?
—¡No!- se apuró a decir la chica. No quería que Jared se sintiera mal por lo de hace poco.— No me has hecho daño.
Los dos se volvieron a quedar en silencio y solo se podía seguir oyendo el agua de la ducha correr. Hasta ese momento Amber no se había dado cuenta que la ducha seguía abierta y el agua caía mojándola un poco. No sabía cómo se lo iba a tomar Jared si le preguntaba... pero sin su ayuda no podría salir de allí.
—Puedes... ¿Puedes entrar? Por favor.- rogó.
Jared se debatía internamente que hacer. Sabía que la chica necesitaba su ayuda por el tono de voz que tenía. Pero tenía miedo. Miedo que pasara lo de hace unos momentos y que esta vez si no se pudiese controlar. Ignorando todas las advertencias y señales de peligro que le daba su cerebro, entro por la puerta del baño. El todavía llevaba la toalla que había cogido enrollada en su cintura, pero esta vez él si estaba limpio aunque sin nada debajo de esta.
Al entrar vio a la chica abrazando sus piernas y viéndole con ojos de corderito degollado. Se acercó lentamente hacia ella hasta agacharse y ponerse a su altura.
—¿Estas así desde que me fui?- le preguntó a lo que ella solo asintió— ¿Te puedes mover?- ella negó y sus ojos se aguaron.— Hay que lavarte- le dijo el chico levantándose.
Se desenrolló la toalla volviendo a quedar desnudo; para luego agacharse hasta la chica y levantarla.
—Agárrate de mi cuello.
Ella hizo lo que le dijo y escondió la cara en el pecho de él. Sentía como el chico le pasaba la esponja sobre su cuerpo con su mano libre. Después le empezó a restregar el champú en el pelo como pudo ya que ella seguía sin despegar la cabeza de su pecho y la otra mano la tenía agarrando la cintura de la chica para que no se llegara a caer en el caso de que se soltase inesperadamente de su cuello.
Sintiendo las inminentes ganas de llorar, sus hombros empezaron a moverse alertando al chico; para luego empezar a sollozar mientras el agarre que tenía hacía Jared se hacía más fuerte y decía más de una vez diciendo lo siento.
Jared sabiendo a que se refería, lo único que podía hacer era abrazarla por la cintura y dejar que se desahogase todo lo que quisiera.
Ambos sabían muy bien que no iban a llegar a la primera hora de clases por todo lo que había ocurrido en el baño.
Amber se sentía realmente apenada por la actitud que había tomado de una manera tan desinhibida y provocando al chico. Todavía así, ella sabía sin saber que era lo que había ocurrido para que se comportara de aquella manera nada propia de ella. Quizás ver al chico sin camisa le alteró las hormonas, pero tendría que ser algo normal, es decir, había visto chicos sin camisa pero nunca se había comportado así antes. Aún así, ella sabía de antemano que si llegase a ver a Dan sin camisa o incluso en ropa interior si fuese posible no se iba a lanzar como lo hizo con el de ojos chocolate. Estaba claro que se avergonzaría a más no poder y no podría ni siquiera verlo a la cara por la cantidad de cosas impropias que su mente pensaba que le hiciese.
Eso no quiere decir que en estos momentos pueda ver a Jared a la cara y que no se avergüence por lo que le hizo. Todavía puede recordar como los labios del chico besaban los suyos con delicadeza pero con pasión a la vez deseando más; y como rozaba su erección con su intimidad en un vaivén realmente placentero. De solo recordarlo los colores le subían a la cara.
Jared en cambio, toda esta situación le parecía de lo más incómodo que pudiese ser. No podía ver a la rubia a la cara sin recordar lo que había ocurrido en aquellas cuatro paredes. De cómo había acorralado a Amber contra la pared y había empezado a besarla y como se restregaba contra ella para calmar las ansias que tenía... se sentía de lo peor.
Había tenido a diferentes parejas sexuales casuales, nada serio, desde que estaba en segundo de secundaria y no le había avergonzado lo que pasaba después del acto. Al llegar a la preparatoria las insinuaciones de las chicas habían aumentado. Recuerda como en primero de preparatoria incluso las de último curso se le acercaban. Se creía irresistible. Luka no paraba de reprenderle por la actitud de mujeriego que se estaba ganando por eso. Cuando pasó al siguiente curso, el flujo de las cosas iba igual que siempre. Hasta que llegó ella. Amber Tomlinson. La recuerda jugando aquel partido de basquet donde captó su atención y se dijo que esa chica tenía que ser suya, pero nunca creyó que sus sentimientos y deseos acabaran siendo un arma de doble filo.
Y tan solo llevaba poco más de un mes de conocerla y él ya había caído en sus redes. La gente estaba empezando a especular por los pasillos que entre él y la rubia ocurría algo, pero él no afirmaba ni desmentía nada y estaba seguro que la chica no se había a enterar de los chismes que corrían tanto por los pasillos como cafetería del instituto y que sus amigos tampoco saben del tema sino ella ya habría actuado.
Realmente todo esto estaba empezando a ser muy incómodo. Solo la tenía a apenas unos centímetros de su lado mientras caminaban hacia el instituto. Su mente y el mismo se repetían que primero tendrían que ser amigos. No podía decir ni que eran compañeros, eran como desconocidos que se hablan más de lo normal para ser unos simples desconocidos. Sin embargo el no puede luchar contra eso. Tampoco sabía si la chica probablemente llegase a sentir lo mismo hacia él o si era solo unilateral. Por lo que decirle que deberían de ser solo amigos puede que le afecte, aunque si la rubia le dice lo mismo tampoco puede decirse que no lo vaya a afectar también.
—Creo que deberíamos de olvidar lo que ocurrió en el baño.- dijo la chica con voz trémula.
Ok. Eso no lo veía venir el chico.
—¿Eh?- fue todo lo que pudo decir el de ojos chocolate. Su mente todavía estaba procesando lo que la chica acababa de decirle.
—No digo que no me gustase- se sonrojó al admitir aquello. La voz era más baja de lo normal pero lo suficientemente alta para que el chico la escuchara.—Pero sería mejor para los dos que nos olvidemos de eso si no esto será cada vez más incómodo para ambos.
El chico asintió— Entiendo.- fue lo único que pudo llegar a decir.
Amber sonrió levemente sin que el chico lo notase al ir con la cabeza agachada. Dio unos pasos más rápidos que él para posicionarse por delante de él para luego girarse y mirarle con una sonrisa en la cara.
—¿Amigos?- le preguntó con la mano extendida hacía él para que la agarrase; y con una sonrisa dejando mostrar todos los dientes.
Jared miraba la mano de la chica y luego cambiaba a verla a ella a la cara. Solo le estaba preguntando si podían ser amigos ¿no? No lo estaba mandando de una a la friendzone, ¿verdad?
Suspirando, asintió.— Amigos.
Ambos estrecharon la mano. ¿Qué es lo peor que podría pasar?
Ah~ La hora del receso.
Amber y Jared pudieron llegar a tiempo a la segunda clase de ese día. Para desgracia de Amber, tanto Jason como Kate la acribillaron a preguntas que no quería contestar; y para suerte -si se le podía decir así- de Jared al llegar a la tercera hora y verse con Luka este no le preguntó el porqué faltó a su primera hora de clases.
Para esas alturas, Jared y Amber estaban siendo fusilados por las penetrantes miradas de parte de sus amigos. No bastaban las palabras para decir que querían respuestas de todo lo que estaba pasando.
Luka iba a abrir la boca pero para impedir que dijese algo innecesario o fuera de lugar, el de ojos chocolate se levantó de golpe callando al moreno. Con solo una mirada de su parte le indicó que le siguiera.
Luka se levantó y miró a Jason diciéndole que le acompañase. Estaba claro que no lo podía dejar solo en el ''estado'' en el que se encontraba.
El rubio se mordió el labio indeciso. Sabía que tenía que ir con el más alto, pero quería saber lo que había pasado de la boca de su amiga. Le hizo ojitos de cachorro al chico para que le dejase quedar ahí pero lo que provocó fue que su mirada se endureciera y no diese su brazo a torcer para que se fuera con el.
Bajando la mirada derrotado, miró a su amiga para decirle con la mirada que lo sentía a lo que ella solo sacudió la cabeza en señal que no le importaba.
Vio como los dos chicos se iban alejando de la cafetería para salir por las puertas que daban al patio exterior.
Suspirando, Amber miró a su amiga que la miraba con una mirada acusadora. No hacía falta que le dijera que no omitiera ningún detalle.
—¿Me dirás que fue lo que te pasó esta mañana para llegar tarde?- preguntó/acusó la pelirroja mientras daba un sorbo de zumo.
—Me insinué a Jared en el baño esta mañana- dijo sonrojada.
Esta declaración hizo que la pelirroja casi se ahogase con su bebida y mirase sorprendida a la chica que no se podía creer lo que escuchaba.
—¿Como que te insinuaste?- quería saber con más detalles la historia.
Esto se estaba tornando incómodo. Amber no dejaba de removerse en su asiento evitando la mirada de Kate quien no despegaba sus afilados ojos azules de ella.
—Pues eso. Que me insinué...
Kate suspiró- Amber, ve al grano. ¿Qué fue lo que paso?
Sin mirar a su amiga la rubia empezó a contarle que fue lo que había sucedido en aquel baño esta mañana. Desde que ella se había despertado desde el suelo hasta cuando Jared se había ido del baño para regresar en aquel momento con ella y ayudarla a asearse.
Decir que la oij-esmeralda no estaba sonrojada sería una vil mentira. A medida que iba relatando cualquier suceso subido de tono, su rostro se tornaba más rojo que el pelo de su amiga si es que eso era posible.
En cambio Kate solo podía ver sorprendida a su amiga sin poder decir nada. Su amiga era demasiado tímida como para llegar a hacer aquello. Es que eso no le cuadraba para nada.
—¿Pero por que lo hiciste?- le preguntó.
—Yo...- no sabía que decir porque ni ella misma sabía porque había hecho aquello.
—¿Te gusta Jared?- le dijo insegura la pelirroja.
La rubia meditó un momento su respuesta. Pero es que de verdad, ella no sabía lo que pasaba con ella.
—Yo... no lo sé- afirmó— Yo creo... creo que le encuentro muchas similitudes con Dan, y que le veo posibilidades a que si hago algo con él me será más fácil acercarme a Dan.- empezó a decir— Aunque la verdad no lo sé- la voz cada vez era más apagada a medida que iba hablando.
Kate solo la podía ver comprensivamente. Los pocos días que ha estado en la casa de los Malik por el tema del experimento no ha visto ningún indicio de que Dan vaya a cambiar la manera de ver a Amber. Sin embargo, cada vez que su nombre es pronunciado él deja de hacer lo que está haciendo para prestar atención. Parece que nadie ha notado ese ligero cambio en su comportamiento pero Kate había sido la única en notar esto.
—Ambs... la gente está empezando a hablar- su amiga la miró extrañada sin entender de lo que hablaba la oji-azul.— Amber, la gente está diciendo que entre tú y Jared tenéis algo.
—¿Qué...?- dijo sin entender.
—Algunos dices que Jared está junto a ti porque lo único que quiere es llevarte a la cama, pero otros dicen que tenéis una relación. Y digamos que el que os haya tocado juntos lo del experimento hace que los rumores de que estáis juntos aumente.
Amber estaba en shock. Si la gente empezaba a decir que ellos dos tenían algo sería malo. No quería que este falso rumor llegara a los oídos de Dan. Eso podría causar varios problemas, como que le fuese a decir algo a sus padres y con la actitud que tenía Louis quizá le hacía la vida imposible al chico sin tener la culpa de nada.
Kate solo podía ver preocupada a la rubia que parecía no saber cómo reaccionar ante lo que le acababa de decir.
Por otro lado, en el patio exterior bajo la sombra de un árbol sentados en el pasto se encontraban Jared, Luka y Jason apoyando su espalda en el tronco de este.
—¿Que fue lo que pasó para que llegaras tarde?- le preguntó Luka viendo a Jared que miraba hacia las canchas de baloncesto viendo como algunos alumnos en vez de comer aprovechaban para jugar un partido. Jason por otro lado intercalaba la mirada entre Jared y Luka.
Jared pensó bien su respuesta. Pero por más vueltas que le diese al asunto, no iba a resolver nada evadir la pregunta por lo que era más sensato decirle la verdad.
—Casi lo hago con Amber en la ducha esta mañana- soltó haciendo que el par de chicos que lo miraba abriesen los ojos hasta el extremos sorprendidos por aquella respuesta tan directa.
—¿Qué?- preguntó descolocado Jason con ganas de abalanzarse encima del castaño y estrangularlo.
—Que casi tiene sexo con tu amiga esta mañana.- le vuelve a decir el moreno.
—¡No hacía falta que me lo repitieras!- le gritó el rubio mirando al chico.
Jason y Luka empezaron a tener una discusión sin importancia entre ellos mientras que Jared seguía mirando hacia el frente viendo el partido de baloncesto que estaban teniendo los de la cancha de baloncesto.
Alzó sus piernas y las abrazó para luego enterrar la cabeza en ellas y girar la cabeza para ver como los dos chicos seguían teniendo su discusión. No notaban que el castaño los estaba mirando. Deberían de admitir que se sienten atraídos por el otro pensó el chico para luego volver a hablar lo suficientemente alto para que aquel par se callara y lo mirasen sorprendido.
—Creo que no me basta con ser solo su amigo- afirmó para luego levantarse e irse del lugar dejando a los dos chicos preocupados por aquellas palabras.
¿Cómo podía decir aquello si recién el día anterior se percató de sus sentimientos?
Cuando el receso acabó, cada quien se fue a sus propias clases. Tanto para Amber como para Jared -sobre todo para él- fue un alivio que no se hubiesen vuelto a ver. Sabía que Amber le había dicho que fuesen amigos, pero la situación en la que se encontraban actualmente, los dejaba demasiado incómodos como para mencionar la palabra amigos en cualquier contexto que se aprecie. Y sabía que si para el era muy incómodo, para ella también lo sería. ¿Como le harían las personas que están enamoradas de su amigo? Nadie quiere acabar en la friendzone.
A la hora de salida, Jared iba acompañado de Luka y Jason mientras que Amber lo hacía con Kate y Marcus quienes a las dos cuadras fuera del instituto se despidieron de los demás. Por lo que solo quedaban Luka, Jason, Jared y ella.
—¿A que hora es el entrenamiento?-preguntó Luka.
—A las cuatro.- respondió de vuelta el castaño.
El moreno chasqueó la lengua cosa que notó el rubio a su lado.
—¿Que pasa?
—No me va a dar tiempo de llegar al entrenamiento si vamos a comer al centro. Es mejor cancelarlo- le dijo apenado el moreno viendo como el brillo que tenía el rubio en los ojos se iba opacando de a poco. La verdad es que el rubio realmente tenía ganas de ir a comer con el moreno.
Notando la tristeza que tenía su amigo, le fue inevitable no querer hacer algo para animar un poco al chico.
—¿Por que no nos acompañan?- pregunta Amber algo insegura.
—Si- apoyó Jared.— Sería más rápido a la hora de ir al entrenamiento.- le dijo a Luka.
El moreno los miró inseguro a los dos.— No queremos molestar.
—Para nada- dijo con una sonrisa la rubia— además seguro que mis padres se alegraran de ver a Jason- miró esta vez al nombrado con una sonrisa mostrando todos sus dientes recibiendo una de vuelta.
Dando por terminada la conversación los cuatro jóvenes pusieron rumbo hacia la casa de la única chica del grupo. Los dos amigos iban delante de los dos rubios haciendo bromas entre ellos y riendo mientras los otros dos los miraban con una sonrisa y hablaban de las tonterías que hacían los otros dos delante de ellos.
—Estoy en casa- dijo Amber.
De repente se empiezan a escuchar el sonido de pisadas provenientes de la cocina para luego dejar ver tres cabelleras castañas que corrían en dirección del castaño mayor.
—¡Papá!- gritaron los tres niños saltando encima del chico haciendo que caiga de espaldas al suelo. Sin embargo el golpe no fue tan duro pues él ya se imaginaba que algo así iba a ocurrir por lo que se había agachado y estaba de cuclillas en el suelo.
—¡Niños!- exclamó alegre el chico— ¿Se portaron bien?- les dijo viendo a cada uno.
—¡Si!- exclamó Eddie— el abuelo Lou nos llevó con el abuelo Kevin mientras él y la abuela iban a otro lado- dijo sincero el niño.
—Espero que no le hayan causado problemas a papá- volvió a hablar el castaño acariciando las cabezas de Tommy y Ellie.
—Tranquilo, se portaron bien- dijo Louis apareciendo de la cocina.— Hola Jason- dijo viendo a sus invitados; el nombrado hizo un saludo con la cabeza.— ¿Quien es el?- preguntó por el moreno— ¿Tu nuevo novio?- al oírlo, el rubio no pudo evitar sonrojarse hasta las orejas.— Al menos es más guapo que el otro.
Al oír eso, a Jared le fue imposible aguantarse las enormes ganas que tenía de soltar una gran carcajada. Las lagrimas le salían de los ojos y se revolvía en el suelo intentando contener la risa que parecía no cesar. Los niños le miraban divertidos mientras que Amber y Louis lo miraban raro. Jason no sabía donde meterse por toda la vergüenza que estaba sintiendo y Luka solo quería matar a su amigo por reírse del bochorno que empezaba a experimentar por el comentario inocente del padre de la rubia.
—Cállate imbécil- le dijo Luka dándole una patada suave en el estómago al chico que estaba en el suelo; que no evitó que soltara un jadeo por la sorpresa.
El castaño se sentó en el suelo secándose las lágrimas que le habían salido por la risa; y los niños rápidamente se le acercaron para abrazarlo y el mayor los rodeaba con sus brazos.
—Es que tenías que verte la cara- le dijo soltando suaves risas.— Estabas tan avergonzado- se levantó con cuidado del suelo mirando a los chicos a los ojos.— Lo que les dije bajo el árbol hoy... también se les aplica a ustedes.
Eso hizo que tanto el rubio como el moreno se giraran para verse y terminaran sonrojándose y evitándose mirarse. Sin embargo, las actitudes decían una cosa y sus acciones otra ya que tenían sus manos entrelazadas.
Ignorando lo que estaba pasando, el castaño se fue en dirección a la cocina riendo con los niños que estaban enganchados cada uno a sus piernas mientras que al más pequeño lo tenía adosado a su torso. Louis y Amber iban hablando y comentando la actitud del chico con los pequeños mientras que los otros dos chicos que se habían quedado en la entrada ahora iban más juntos pero igual de sonrojados que antes detrás de la los anfitriones de la casa.
Sin duda el no haber ido los dos solos a almorzar, había acabado mejor de lo que ellos pudieron haber imaginado desde un principio.
—Me tienen que prometer que se portaran bien con Jason- les decía Jared agachado para que lo vieran bien mientras Amber estaba detrás de él asintiendo con la cabeza.
—Tranquilo papi- dijo Tommy— como hermano mayor prometo que nos portaremos bien.
Jared asintió no muy convencido. Vale que esos niños fueran unos robots tan realistas que hasta adquirían las actitudes de un niño de su edad así que no podían negarle el estar nervioso al saber que podrían hacer algo malo. Siempre podría fallar algo.
Además, el rubio era el único que podría cuidar a los niños en ese momento. Tanto el equipo femenino como masculino tenían que entrenar, por lo que nadie podía tener un ojo encima de los niños.
Se los tuvieron que llevar hasta el gimnasio del instituto ya que al rubio tampoco podían dejarle solo. No sabían lo que le podría pasar con esa barriga falsa que le habían puesto en aquel laboratorio. Louis les había dando la terrible noticia que no podía cuidar a los niños ya que no podía llevárselos al estudio esta vez, y la madre de la rubia se encontraba en el hospital ya que, Rebecca, aquella amiga que llegó a tener cuando _____ trabajaba en aquella empresa con la que no había perdido el contacto; había tenido a su cuarto hijo. Vaya marcha tenían esos dos.
Los padres del castaño tampoco eran viable. Mark estaba trabajando en el consultorio y hasta casi las siete no salía de trabajar y Kevin era mejor dejarlo tranquilo. No por nada había pedido unas vacaciones en el trabajo.
Y decirle a la pequeña Eri... ¡Mejor que no! Ella todavía no era lo suficientemente madura como para cuidar a tres niños pequeños.
Luka al ver que su amigo estaba por tener un colapso por la preocupación que estaba sintiendo se dispuso a actuar.
—Hagamos un juego.- dijo agachándose a la altura de los niños— El que cuide mejor a Jason le compraré todos los dulces que quiera. ¿Que os parece?
Al oír eso, a los niños les brillaron los ojos y de una se fueron corriendo hacia donde se encontraba el rubio sentado en las gradas para luego abrazarle los brazos o las piernas.
Luka sonriendo se acercó hasta el rubio y lo miró. Este alzó la mirada y miró los penetrantes ojos café del chico y no pudo evitar que un leve sonrojo apareciera en sus mejillas. Ante tal vista, el moreno se acercó algo indeciso hasta el rubio para luego dejar un leve beso en una de las mejillas del chico más bajo haciendo que se sonrojase más.
—Los dejo a tu cargo- dijo para luego salir de allí recibiendo las burlas de parte de su equipo. Algunas buenas... otras ya no tanto.
Mientras Jason tenía su mano en la mejilla que había sido besada por los labios de Luka; con una sonrisa demasiado tonta en sus labios. Al percatarse de eso bajó la cabeza y se mordió el labio inferior sintiendo como sus mejillas se calentaban.
—¿Te gusta el tía Luka?- le dijo Ellie.
La pregunta no pudo haber sido de lo más inocente para un niño de esa edad. Pero por eso mismo no evitó que el sonrojo no fuese mayor en su cara.
—¿Porque preguntas eso?- quiso saber mientras desviaba la mirada.
La niña se encogió de hombros— Porque cuando el tía Luka se fue te pusiste todo rojo como ahora y no dejabas de sonreír mientras lo veías.
Jason solo pudo ver sorprendido hacia la pequeña para luego ver al frente y ver como los chicos ya estaban haciendo su calentamiento. Jared y Luka se picaban entre ellos y como de vez en cuando el castaño desviaba su mirada hacia el entrenamiento de las chicas, buscando con la mirada a Amber. Volviendo la mirada a Luka, y se dio cuenta que estaba mirando en su dirección, eso lo hizo ponerse nervioso aún así no apartó la mirada en ningún momento. Aunque sintiese como sus mejillas estaban rojas.
—¿Estuvo mal lo que dije tío Jason?- le dijo la niña sacándolo de ese duele de miradas entre él y el moreno.
—Claro tonta- le dijo Tommy— No te responde porque lo hiciste enfadar- acusó el niño haciendo que a la pequeña se le aguasen los ojos y empezase a llorar.
Ante esto Tommy se alteró por haber hecho llorar a su hermana y también empezó a llorar. Por el llanto de los dos mayores, el pequeño Eddie no pudo evitar llorar también haciendo que ahora el llanto de los tres niños fuese lo único que se escuchase en el gimnasio.
Jared y Amber giraron sus cabezas como si fuesen la niña del exorcista al escuchar a sus pequeños llorar. Intentaron ir a calmarlos pero fueron reprendidos por sus respectivos entrenadores haciendo que se sintieran impotentes por no poder ir a calmarlos. Luka en cambio veía con preocupación a Jason que intentaba por todo los medios calmar a los pequeños.
—Niños. Tranquilos- intentaba que su voz sonase más alta que el llanto de los niños.— Todo está bien.- Ellos parecían no escuchar lo que decía, por lo que tendría que alzar más la voz.— ¡Todo está bien!
Grave error. Al alzar su voz, sí, el llanto de los niños paró, pero en cambio su voz resonó por todo el recinto. Sin embargo no contó que por alzar la voz de esa manera y que se alterase iban a afectarle negativamente. La falsa barriga que tenía conectada tanto por la espalda como en su propia barriga, le envío fuertes descargas que le obligaron a encogerse en el sitio y empezara a gritar por el dolor que estaba sintiendo.
Al oír los gritos, Luka miró inmediatamente como el rubio se estaba retorciendo en las gradas bajo la mirada asustadiza de los niños. Sus alarmas se dispararon de inmediato y le importó poco los reclamos del entrenador. Sentía que el aire que iba cogiendo le quemase los pulmones y las piernas parecían más pesadas que nunca.
—Jason- dijo cunado llegó a su lado— ¿Que ocurre?
—Me duele- dijo entre sollozos adoloridos.
—¿Que? ¿Que es lo que te duele?- le volvió a preguntar sin saber muy bien que hacer.
El rubio miró a Luka con los ojos anegados en lágrimas y muecas de dolor surcándole la cara— La barriga. Me duele mucho Luka.
De verdad no sabía que hacer. Estaba asustando. Escuchaba gritos de fondo y luego como unos pasos se iban acercando hasta donde ellos estaban. Eran Jared y Amber. Aunque los ignoró, porque todo su ser estaba completamente pendiente del chico frente él.
Sabían que esa barriga de silicona podría comportarse como la de una mujer embarazada, pero ninguno de los dos pensó que tanto. No podían ir a un hospital a que les ayudase, no sabrían como tratar con esto. Pero el laboratorio de estas personas estaba a media hora de camino y no sabría que tanto podría perjudicar el tiempo en el cuerpo del rubio.
—¡Luka!- exclamó Jason por el dolor mientras le agarraba el brazo.
No podía amedrentarse por eso ahora. Cogió a Jason cargándolo al estilo princesa y se dispuso a salir de allí.
—Moretti, ¿a donde cree que va?- era la voz del entrenador la que se dejaba escuchar.
—Lo siento, pero no puedo seguir con el entrenamiento- le dijo el moreno dándose prisa en salir.
—Moretti, como salga por esa puerta no jugará en el próximo partido del campeonato.
Las palabras del entrenador lo congelaron en su lugar, pero fueron escasos segundos en volver a ponerse en marcha. El chico entre sus brazos era más importante en esos momento que ser titular en el próximo partido.
—No debiste de hacer eso.- le reclamó.
—Tenía qué.- le contestó.
—Pero por eso te quedarás sin jugar en el próximo partido.- le recordó empezando a enfadarse por el tono del chico.
—Esto era más importante.
—Jared- le recriminó la rubia.
—Amber, no podía dejar a los niños de aquella manera- le dijo intentando calmarse. No quería que los tres niños que ahora se encontraban dormidos a su lado en el sofá del salón de la casa de los Tomlinson; se despertasen.
Después de que Luka se fuera del gimnasio con Jason en sus brazos y con muecas de dolor y lágrimas surcándole los ojos; los niños que estuvieron llorando anteriormente volvieron con un llanto mucho más fuerte que él anterior. Jared los abrazó intentando calmarlos y los pequeños se aferraron a él ahogando sus lágrimas en la camisa de entrenamiento del chico. Amber solo podía ver en dirección al castaño viendo como intentaba calmar a los pequeños; y ver hacia su entrenadora que la miraba con el ceño fruncido y los brazos cruzados sobre su pecho, en clara señal de que estaba enfadada.
No tuvo más opción que darle una última mirada al castaño y dirigirse otra vez a su práctica.
Por otro lado, los gritos del entrenador del equipo masculino no se veían para nada amistosos. Le reclamaba al chico que volviese al entrenamiento, pero en vez de hacerle caso se cargó al pequeño Eddie en sus brazos mientras que le indicó a Ellie y Tommy que cada uno se agarraran de su pantalón. Dándole una disculpa al entrenador, Jared decidió que lo mejor sería que regresaran a la casa para todo se tranquilizase. Pudo escuchar la misma amenaza que le había hecho a su amigo de no dejarlo jugar en el próximo partido, y aunque le doliese, esos pequeños, sus hijos, estaban primero.
—Si hubieses sido otra habrías hecho lo mismo que yo- le acusó con la mirada.
—No podía dejar el entrenamiento. La entrenadora ya estaba bastante enojada.
—Mi entrenador también lo estaba, pero yo al menos intenté calmar a los niños. También son tuyos.
—No lo digas como si de verdad fuesen mis hijos.- comentó enfadada.
Eso le sentó como una patada en el estómago al chico.
—¿Me estás diciendo que si vieses a tu hijos así no acudirías a calmarlos?
—No es lo mismo- le dijo empezando a alterarse.
—Es lo mismo- contraatacó— Ellos estaban llorando. Y no fuiste capaz de hacer nada- el castaño estaba empezando perder la calma.
—Te digo que no es lo mismo- le volvió a repetir con los dientes apretados.
—Pues dime porque no es lo mismo - dijo alzando la voz sin llegar a ser demasiado alta como para despertar a los niños.
—¡Porque ellos no son reales!- le gritó fuera de sí la rubia perdiendo completamente la calma.
Eso había hecho enmudecer al chico. Las palabras de la chica no eran mentira, pero eso no dejaba que aquellos niños no fuesen del todo mentira. Sentían al igual que ellos. Comían. Reían. Eran como ellos. Y lo supo cuando notó como parte de su pantalón se empezó a humedecer. Jared miró con furia en sus ojos a la chica haciéndole saber que había elegido mal sus palabras.
—Esta noche dormiré con los niños- dijo para luego levantarse con el pequeño Eddie en sus brazos quien mantenía escondida su cara en el el hueco de su hombro y se aferraba con fuerza de su camisa del entrenamiento.— Vamos niños. Hay que ducharse.
Tanto Tommy como Ellie se levantaron con la cabeza gacha y se aferraron del pantalón del chico para luego desaparecer por el umbral de la puerta de la sala dejando sola a Amber en aquel lugar.
Ahora mismo se estaba arrepintiendo mucho de lo que acababa de decir.
Había estado fuera de lugar.
Y le había dolido mucho que Ellie y Tommy hubiesen tenido la cabeza gacha; y que Eddie estuviese escondido en el hombro del castaño. Sin duda eso le había sentado peor que un balde de agua fría. Ella estaba muy equivocada en decir que esos niños no eran reales. Estaba claro que ellos sentían como los humanos.
Se sentía como una basura en esos momentos.
Ver como ni le dirigían ni una sola palabra, le había dolido más que el comentario de Jared diciéndole que no dormiría con ella. No sabía si disculparse sería bueno en aquel preciso momento. Seguramente Jared la miraría desaprobatoriamente, y lo más probable es que los niños asentirían a sus disculpar por pura cortesía pero seguro que no estarían cómodos con su presencia.
Subiendo las escaleras se podía escuchar el sonido del agua en el baño principal, ese que Jared había usado esa mañana. Podía oír claramente el silencio que había en aquel baño, pero algún que otro sollozo o lamento por parte de alguno de los niños también podían ser escuchados desde fuera.
Poniendo una mano en el picaporte, Amber se preguntaba si sería bueno entrar. No sabía que hacer, pero una voz la sacó de sus pensamientos internos.
—Mamá no nos quiere- se pudo escuchar la débil voz de Ellie.
—No digas eso princesa- le respondió Jared de vuelta.
—Es verdad- dijo esta vez Eddie— Mamá no nos quiere.
Amber no sabía que cara estaría haciendo el castaño, pero ella solo podía morderse el labio inferior aguantándose la ganas de contradecir aquellas palabras.
—No digan esas cosas. Ella si los quiere.- intentaba convencer Jared.
—No tienes porque mentirnos papá- esta vez fue la voz de Tommy— Mamá no nos quiere. Por eso dijo aquellas palabras. Tal vez ya se cansó de cuidar de nosotros.
—Escuchadme los tres- volvió a hablar Jared haciendo que los niños y Amber al otro lado de la puerta le prestaran atención— Mamá os quiere mucho. Ella nunca se cansaría de ustedes así que nunca volváis a pensar así.
—¿Nos quiere mucho?- dijo insegura la voz de Eddie.
—Mucho mucho- le contesto Jared sacándole risas al pequeño. Amber supuso que le habría hecho cosquillas o algo por el estilo.
—¿Pero entonces mamá dijo aquello?- dijo Ellie
Jared se quedó en silencio unos segundos. Si el no pensaba hablar ella abriría la puerta y calmaría todos los miedos y las dudas que pudiesen llegar a tener los pequeños.
—Dijo eso porque está enfadada con papa- podía oír como el chico jugaba con el agua de la bañera.
—¿Porque?- dijo Tommy sin entender.
—Porque papá prefirió estar con ustedes a poder jugar en un partido importante.
El baño volvió a quedar en silencio hasta que la voz de Tommy volvió a inundar el lugar.
—Entonces si es nuestra culpa que mamá se haya enfadado.
Parecía que esta vez Jared se había quedado sin excusas que darle a los niños de la actitud que había tenido hace unos momentos. Amber tenía que actuar o sino eso les indicaría a los tres niños que era verdad lo que había dicho Tommy. Podía intuir que Jared se había quedado en blanco y tenía que hacer algo en ese preciso momento, así que sin pensárselo dos veces abrió la puerta de golpe asustando a los cuatro que estaban en el baño.
—No es vuestra culpa, ni la de papá. Es solo mía. Por eso creerme cuando os digo que os quiero mucho mucho.- les declaró la rubia con los ojos cerrados y las manos en puños.
Los niños la miraron con un brillo en los ojos.— ¿En serio?- dijeron los tres a la vez.
Amber aún con los ojos cerrados asintió con la cabeza. Por eso al abrir los ojos y ver que Jared estaba dentro de la bañera junto con los niños, le fue inevitable que que se sonrojara. Se dio la vuelta y cerró la puerta de golpe sorprendiendo a los niños que lo que hicieron fue girar la cabeza hacia un lado sin entender.
—¡Lo siento!- dijo desde fuera y las manos en sus mejillas como si así evitara que el calor que estas tenían desapareciesen- ¡No pensé que estarías dentro en la bañera!
Por otro lado Jared tenía una mano cubriendo su rostro sonrojado.—¡No... No te preocupes!
Sin esperar a que Jared tuviese algo más que decir, Amber se fue corriendo hasta su cuarto cerrando la puerta y deslizándose por ella una vez que estuvo dentro con el sonrojo todavía en su rostro.
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