Capitulo 1
♦️ROJO ESCARLATA♦️
Se colocó los audífonos con una mano y con la otra colocaba un caseta en su reproductor portátil, el olor a cigarrillo llegó a sus fosas nasales provocando una mueca de asco en ella, cerrando los ojos escondiendo su cabeza entre sus rodillas abrazándose así misma. No quería sentir ese horrible olor pero los muros de su habitación no lo iban a conceder, el humo simplemente atravesaban los muros delgados hasta penetrar en su habitación y fastidiarle.
Trato de huir de ese olor escondiendo su rostro entre sus rodillas, y su mente comenzó a jugarle una muy mala pasada, "sexo" "suicidó" "alcohol" "maldiciones dichas en voz alta" "mentes psicópatas en progreso"
"Sueños pasados"
"Pesadillas"
Había muchas cosas en su mente que la hacían divagar y sentirlo como propio, y aún así al mismo tiempo sentía que todo eso no era suyo, cuando tendría un momento de paz?… Tenía tantos momentos difíciles y agobiantes, aveces la invasión de felicidad, otras de miedo o tristeza, y lo peor...
Enojo, furia y sed de sangre sin sentido.
Eso era algo que detestaba sentir,era aveces tan influyente que el solo echo de tener el pensamiento se le hacía difícil contenerlo o no explotar, las otras sensaciones no eran tan fuertes, y le dolía saber que eso era lo que más sentía y la predominaba, una ira irracional que corría sus venas sin razón, como si lo que le estuviera provocando la ira no lo sintiera específicamente ella, pero lo expresarán a través de ella como un medio de escape emocional.
Y en ese momento, la detonación de su enojo sin razón fue el simple olor a cigarrillo que se pasaba por toda la casa gracias a los malos hábitos de su madre, tenía que controlarse y lo único que se le ocurrió al instante fue tomar sus audífonos y escuchar música con el volúmen al tope intentado distraerse.
La espalda le dió picazón de repente, y con una mano intento alcanzar ese punto exacto en el que le comenzó a dar comezón, después se volvió a concentrar en la música, hasta que de nuevo sintió la comenzón, esta vez un poco más fuerte de lo normal, como si le ardiera un poco, volvió a buscar con sus manos el nuevo lugar en su espalda.
Pero persistía.
Esta vez ya no lo soporto, se quitó su chaqueta y su blusa, quedando con una camiseta ligera de tirantes, desesperada tratando de aliviar la comezón en la espalda con las manos, metiendolas bajo su blusa, cuando la punta de sus dedos llegaron al lugar su respiración se corto unos segundos, sus nervios se pusieron de punta, sus pupilas se dilataron abriendo por completo los ojos ante la sorpresa que sintió al tocar un poco arriba de su columna, sintiendo ardor como si se hubiera lastimado de nuevo.
-no de nuevo - susurró pensando lo que pasaba en ese momento.
Saco sus manos de su blusa para observarlas, y su respiración volvió , solamente para comenzar a ser rápida, cuando sangre fue lo primero que vio escurrir entre sus dedos, se quitó los audífonos y se levantó en dirección a su espejo en el cuarto de baño, quitándose la última prenda, desabrochó su sostén y volteo el rostro al estar de espaldas al espejo.
Tenía una cortada bastante grande, profunda, que se estaba infectado y de ella salía sangre en gran cantidad, trato de alcanzarla con las manos de nuevo y a cambio el ardor se intensificó, comenzando a mezclarse con el dolor que se presentaba de manera lenta como si el filo de lo que la allá cortado aún estuviera clavado en su piel.
-Mama!- llamo tratando de calmarse de inmediato al no saber que diablos pasaba otra vez, sin obtener respuesta salió del baño tomando su blusa aún en brazos pegándola a su pecho -Mama por favor ven!- volvió a llamar, asomándose a la puerta de la habitación.
-Ma... ahg!- pauso su caminar al sentir como una nueva cortada aparecía en su espalda, su respiración se entrecortaba al sentir sus latidos acelerarse cada vez más, la asfixiante sensación la estaba matando y lo odiaba, he intentado correr, fue escaleras abajo y en el espejo de la puerta con dirección al sótano volvió a ver su herida, está vez acompañada de otras dos que aparecieron, ante su temerosa mirada, seguidas de más cortadas que hiban apareciendo empezando a causarle cada vez más dolor.
Sus gritos comenzarón a escucharse por toda la casa y su madre salió por fin de el baño donde estaba encerrada, asustada por encontrarla de rodillas con la espalda siendo marcada una y otra vez de varias heridas sin un causante aparente
-Mamá está pasando otra vez!!.... Hag!!!- apenas pudo decir en cuanto su cabeza empezó a mostrarle varios lugares que no reconocía, recibiendolos con punzadas dolorosas que pasaban tan rápido que apenas se daba cuenta de lo que podía ver.
Pudo reconocer antorchas encendidas en fuego y escuchar una voz sin ver a su emitente "Es ella... Mátala" se escuchó con distorcion en el recuerdo.
La escena se cambió rápido mostrando luces parpadeantes y una voz distorsionada gritar con emoción.
"Los Grayson voladores!!!"
Sintiendo el aroma a palomitas de maíz y dulces de algodón de azúcar, como si estuviera en el lugar.
Comenzó a sentir más dolor apoyando sus manos en el suelo acompañado de gritos de agonía, su madre no sabía que hacer.
Sintió peso sobre sus hombros al cambiar el panorama de nuevo.
"Todo cambiará para ti muchacho"
Escuchaba pitidos a su alrededor, enfocando un monitor de hospital, marcando el muy bajo pulso de un corazón en la pantalla.
Volvió a cambiar mostrándole el sol más bello desvaneciéndose en el agua de lo que supuso sería una playa.
"Es mi deber y mi prioridad" escucho a lo lejos sin ver nada más que el horizonte.
"Ayuda..." Resonó como un último suspiro de agonía en su cabeza asiendo que ella abriera de golpe los ojos inalando por la boca con fuerza el aire que perdió en sus pulmones sin darse cuenta.
Hiperventilo unos segundos para después, con lentitud caer inconsciente en los brazos de su madre, quién no podía hacer más que llorar en silencio al ver las marcas en el cuerpo de su hija, sin saber cómo..., Porque y para que debía sufrir tanto.
En serio se lo merecía?… Había cometido algún pecado?… Y lo más importante... Quien la castigaba de esta horrible manera tan inhumana e injusta.
Sentada en el suelo con su hija en brazos, dejo caer las lágrimas más amargas que jamás pudo aver soltado, su pequeña estaba siendo herida y la impotencia la hacía llorar de la frustración que sentía, al ver la sangre escurrir de sus heridas simplemente no supo que hacer, cubrió su boca con sus manos para evitar soltar algún sonido demasiado fuerte, tratando de calmar sus latidos por el susto que se llevó al tener que precenciar una escena mucho más aterradora que la última vez.
-Perdoname Rachel- le susurró sabiendo que no la podía ayudar, aunque lo intentara. -Ya no se que hacer...- dijo dandole un beso en la cabeza meciendose con su hija en brazos -perdoname-
★†////////////////////////////////////////////////////////★†
Era lunes en medio día cuando salió de su casa en dirección a los suburbios de la ciudad, sus zapatos se ensuciaban de a poco con los baches de las carreteras llenas de agua estancada, saco agua embotellada de su mochila comenzó a desenroscar la tapa, su garganta se sentía totalmente seca y sus ojos estaban rojos por falta de sueño, se quedó afónica de tantos gritos que dió contra la almohada… ahora apenas y le salía la voz. Tenía la cabeza gacha así que las personas no notaban su desgarrada imágen, por lo tanto los "piropos" de los hombres habían empezado y con eso los morbosos del asco la comenzaban a molestar de ves en cuando, como a cualquier chica joven que se apareciera por esas calles,y digamos que su vestimenta no ayudaba mucho a pasar desapercibida.
Llegando a las casas viejas del lugar, giro a un callejón donde solo volteaba la mirada de vez en cuando, encontrandose con basureros, gatos callejeros y algunos bichos, llegando al fondo de el callejón levantó la vista encontrandose con escaleras conectadas al edificio de al lado, comenzó a subir los escalones hasta llegar al tercer piso y tocó la ventana levemente.
Unos segundos después escuchó un vidrio romperse, "probablemente un vaso" pensó al escuchar el sonido, pronto una melena de color negro como la noche se asomo a la ventana dejando ver rastros de un fatídico experimento en el rostro de la chica, quien levanto la ventana molesta ante la interrumpción de sus actividades.
-Que buscas aquí?- pregunto quitándose los guantes.
-Tus feromonas... Necesito una pequeña cantidad... Para una persona nada mas- sin cuidado entro al lugar por la ventana.
-mataras a alguien otra vez?- se burló poniendo sus manos en su cadera.
-Solo necesito que suelte un poco la lengua para que me diga lo que quiero-
-Claro... Pero después de usar las feromonas morirá en menos de treinta minutos... Ya lo sabes-
-lo se... No es como si le hiciera falta a alguien, le aria un favor al mundo entero- se encogió de hombros.
-Es ladrón?... Violador o secuestrador?-
-traficante de órganos...- suspiró con desepcion y melancolía -Se lleva niños- bajo la mirada al recordar la sangre en el elegante smoquin blanco que le vio la noche anterior a aquel hombre.
-la humanidad está tan jodida...- dijo su acompañante negando con la cabeza -Tienes suerte de no ser de este mundo... La odiarias tanto o más que Hiedra Venenosa-
Sin mediar más palabras se dirigió a un cuarto de oficina donde se encontraba un pequeño laboratorio con muestras de todo tipo.
-Te daré feromonas del amor... Se las das para que las ingiera... De forma oral, después lo besas, y en cuestión de segundos ara la ilusión de estar enamorado de ti... Solo asegúrate de sacarle la información que necesitas antes de los treinta minutos... Cantara como ave-
Le entrego un tubo de ensallo que contenía un líquido carmín asemejante al fusia, ella lo tomo de inmediato y lo inspeccionó con la mirada.
-es diferente a las feromonas del amor habituales... Que tiene?-
-es nueva versión, Kory... Le dará una muerte el triple de dolorosa-
Se encogió de hombros y luego le dió la espalda para tomar un vaso con agua. -ratas como el merecen una muerte asi-
-Siempre me he preguntado... Cómo recreas tan bien las formulas de Hiedra Venenosa, he oído que son complejas-
Se dió la vuelta y comenzó a caminar saliendo del laboratorio, dispuesta a poner gran cantidad de feromonas en la bebida del idiota que no le daba información.
-es mi secreto- sonrió levemente y la inspeccionó de arriba a abajo
-te vez demacrada sabes- le dijo la chica de cabello negro
-ni me lo recuerdes- sonrió para si misma. -gracias por esto Selina-
-recuerda mi paga Kory... en tu próxima visita debes darme mi dinero -
-lo tendras cuando regrese a Gotam- termino diciendo al salir por dónde entro.
Quizá el verse demacrada era más por el echo de aver tenido pesadillas con varias cosas y escenarios que prefería olvidar… y preferir desvelarse a esperar que las pesadillas volvieran. Quería consentrarse para volver a su vida de antes lo más pronto posible, quería volver... Olvidar lo que vio en ese tedioso lugar.
El idiota que traficaba órganos de niños se regocijo en el dinero que ganó a cosata de esas vidas inocentes, que no podían defenderse, y como el echo de no haber podido hacer algo por ellos la hizo sentirse la peor escoria de las galaxias solo por necesitarlo con vida. Cada vez que se le hacercaba y la tocaba ella estuvo a punto de vomitar en varias ocasiones, después de todo… cuando terminara de conseguir la información, no lo necesitaria más nunca.
-aguanta un poco Kory- se susurró así misma, guardando las feromonas en su bolso -solo un poco más-
★†////////////////////////////////////////////////////////★†
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro