SeokJin tocó dos veces la puerta de la habitación privada en la que se encontraba su pareja, y aunque no obtuvo una respuesta como tal, decidió abrirla con mucha cautela.

YoonGi se encontraba recostado en una camilla, con el respaldo levemente alzado. El omega estaba cargando en sus brazos lo que parecía una pequeña bola compuesta de ropa, aunque ambos sabían que por debajo de toda esa tela había un diminuto ser al que el mundo recién le estaba dando la bienvenida.

Contrario a lo que SeokJin temió encontrarse, que era ver a su pareja rechazando al bebé, YoonGi en realidad no dejaba de verlo y de sonreírle con tanto afecto, que llenó de amor el corazón del alfa.

—Mira quien viene ahí —susurró el omega, pues el bebé estaba durmiendo. Aun así, YoonGi no dejaba de hablarle—. Tu papá quiere conocerte.

SeokJin, con el corazón alborotado, caminó en silencio hasta donde estaba su familia. Cuando finalmente pudo ver el rostro de su hijo, casi sintió ganas de llorar de la felicidad.

—Míralo —sonrió el alfa luego de sorber por la nariz—. Pero si es hermoso.

—Por supuesto que lo es —miró a SeokJin—. Tiene buenos genes.

El alfa emitió una baja risa. Acarició de forma muy sutil la mejilla de su bebé con su dedo índice, y luego plantó un beso en la frente de YoonGi.

—¿Cómo te sientes, cielo? —tomó una silla que estaba en la esquina de la habitación, para colocarla al lado de la camilla y tomar asiento en ella—. ¿Te encuentras bien?

—Aún no lo sé, supongo que la anestesia local sigue dando efecto —suspiró—. Estaremos aquí probablemente dos días más.

—Estaremos aquí todo lo que sea necesario —le acarició el hombro y luego volvió a ver al bebé—. ¿Puedo cargarlo?

—Eres su padre, Jinnie, no tienes que preguntar por eso.

SeokJin esbozó una amplia sonrisa, más que encantado con aquella respuesta. Cuando pudo tomar al bebé con mucho cuidado, volvió a sentarse sobre la silla y se quedó observando a su cachorro durante varios segundos.

—Santo cielo, es el bebé más hermoso del mundo —subió la mira hacia el omega y le sonrió de manera burlesca—. Dijiste que iba a ser niña. Aún no te han otorgado ese sexto sentido del que tanto se jactan los omegas, eh.

—Tal vez me equivoqué en eso, pero sigo teniendo la completa seguridad de que será alfa cuando se presente.

—Aún falta mucho para eso, ¿cierto, cariño? —le dijo al bebé.

—SooBin —dijo YoonGi.

—¿Qué? —SeokJin volvió a alzar la vista hacia él.

—SooBin. Dijiste que te gustaba ese nombre en caso de que fuera un niño.

SeokJin no supo qué decir durante un rato. ¿Eso significaba que siempre lo había estado escuchando? Cuando hasta en la actualidad, el alfa siempre creyó que YoonGi lo ignoraba con tal de no hablar sobre el cachorro y siempre le terminaba cambiando el tema.

Decir que se sentía confundido en ese momento era poco. YoonGi pareció percibirlo, por lo que decidió ser completamente sincero con lo que sentía.

—Sé lo que piensas, SeokJin, y por un tiempo yo también me lo creí. Pensé que había algo mal en mí y que habíamos cometido un error al ser padres ahora... pero cuando lo vi... supe que ese cachorro es lo mejor que nos ha pasado en la vida. Te amo y amo a mi hijo también.

—Entonces...

—Pero no quiero volver a pasar por esto —lo interrumpió—. Me di cuenta de que no era el bebé, es toda esta etapa del embarazo que ha sido muy abrumadora para mí y no quiero repetirla. Creo que nunca llegamos a hablar seriamente de este tema, por lo que no sé si tenías pensado tener más de un solo hijo, pero no es algo que yo quiero. Lamento si te he decepcionado o si esta noticia cambiará algo entre nosotros, pero...

—YoonGi, basta —dijo, con voz suave—. El que quieras tener más hijos o no, no cambiará nada entre nosotros. No te preocupes por mí, estoy más que feliz con nuestro cachorro, con nuestra pequeña manada. Jamás te presionaré para que me concedas más hijos y mucho menos si sé que eso te hará sufrir. ¿De acuerdo? Nuestra familia está completa, deja de preocuparte demás que no te hará ningún bien.

—Eso no era lo único que me preocupaba —admitió con vergüenza.

—¿Qué más era?

—Temía que no te sintieras atraído hacia mí físicamente por cómo estaba mi cuerpo antes. Incluso ahora... con la cicatriz...

—YoonGi —sonrió—. Me encantas como el día en que te conocí, todavía más. Jamás dejarás de gustarme. Todo lo contrario, cada día me siento agradecido de tenerte a mi lado.

YoonGi esbozó una sonrisa cansada.

—Eres muy dulce, incluso cuando no lo merezco.

—No digas eso. Has tenido unos meses difíciles, pero todo estará bien ahora. Solo... nos desvelaremos todas las noches, tendremos que cambiar pañales cada treinta minutos, nuestras camisas se mancharán de vómito de bebé, viviremos de programas infantiles en la televisión, y todo eso.

—Y aún no hemos llegado a la parte de la pubertad.

—Jamás llegaremos a esa parte. Mi cachorro se quedará así para siempre.

El omega volvió a sonreír, enternecido por la imagen que sus ojos le otorgaban de su alfa cargando muy placenteramente a su bebé.

—Gracias, Jinnie. Siempre encuentras la manera de hacerme sentir mejor.

Se sentía tan aliviado ahora, que ni siquiera sabía por qué tardó tanto en hablar con su pareja sobre todo lo que le incomodaba.

—Ni siquiera tienes que agradecerlo, mi amor. Ahora descansa, ¿sí? Yo los cuidaré a ambos.

No pasó mucho tiempo cuando YoonGi se rindió ante el sueño. En la habitación no se volvió a escuchar ninguna voz durante un largo rato, en el que SeokJin no dejaba de sonreír y de ver a sus dos seres amados. El alfa destellaba tanta felicidad y amor por ellos, que era sumamente difícil de ocultar.

Entendía el conflicto de YoonGi y en parte también se imaginaba a qué se debía. Lo natural era que los omegas no se quejaran por tener cachorros, en la actualidad no eran obligados a ello, pero no era común que negaran a su bebé una vez que supieran sobre su embarazo. Era como un instinto que poseían, el cual les hacía concebir a tantos hijos como les fuera posible sin ninguna objeción. Pero eso también se debía a que la mayor parte de los omegas tenían una actitud sumisa. YoonGi era más dominante, usualmente no se dejaba intimidar por nadie y no estaba acostumbrado a sentirse vulnerable físicamente.

Sin embargo, SeokJin sentía que, como su pareja, parte de su trabajo era hacerle sentir mejor consigo mismo y ayudarle a afrontar sus inseguridades. Aunque más que un simple "trabajo", para él era un puro acto de amor, pues todo lo que tenía que ver con YoonGi, a ojos de SeokJin era perfecto, lo podía comprobar con solo ver a ese precioso cachorro entre sus brazos. En definitiva no había algo de YoonGi que SeokJin no amara y no estaba dispuesto a que su omega se lo cuestionara.

Depositó un beso en la frente del bebé, prometiéndose a sí mismo ser un buen padre para SooBin y un buen alfa para YoonGi, se prometió amarlos y cuidar de ellos hasta el día que le tocase partir de ese mundo.

▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂

¿Cómo estamos para el final? 👀 jsjsjs

¿Vieron? Les dije que este fic iba a ser más light, no les hice tanto drama xdxd