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Con el transcurso de los meses, la pareja decidió mudarse a Daegu, lugar donde YoonGi nació y donde toda su familia vivía. SeokJin pensó que así sería mejor, en especial durante su embarazo; que su familia estuviera cerca de él, le era reconfortante.
YoonGi se esforzó mucho por querer encontrar un buen lugar que se convirtiera en su nuevo hogar. No quería apartamento, estaba más que decidido en comprar una casa, que fuera amplia, que estuviera lo suficientemente alejada del centro para que el ambiente fuera tranquilo, y lo suficientemente cerca de algún hospital y una buena escuela donde su cachorro podría estudiar.
Cuando finalmente la encontraron, no dudaron en mudarse. La familia de YoonGi había recibido muy bien al alfa, mucho mejor de lo que HyunJoo recibió a YoonGi, y eso en cierta parte avergonzaba a SeokJin. Sin embargo, era algo que el omega había dejado en el pasado y eso, a decir verdad, lo agradecía mucho.
Fue un proceso ligeramente complicado el mudarse de ciudad, pero al mismo tiempo refrescante. Era como si parte de lo que les hacía falta era justo eso, cambiar de ambiente, en especial después del revuelo que YoonGi vivió.
Pero, ante los ojos del alfa, la parte más difícil no llegó sino hasta que el omega llevaba seis meses de embarazo. El apego, la dulzura y las ganas de hacer el amor todos los santos días, habían desaparecido. YoonGi sintió aversión a varias cosas en el inicio de su embarazo, como a los pepinillos, el café, la cebolla, y el olor a canela. No obstante, ahora parecía que en ocasiones la aversión la sentía hacia el mismísimo SeokJin. Incluso ahora que ya estaba cerca de dar a luz.
A SeokJin no le gustaba hablar o pensar de forma despectiva de su omega, porque después de todo era su pareja y lo amaba más que a nada, entendía todos los cambios por los que estaba pasando, física y mentalmente, gracias a la llegada de su primer bebé. Pero simplemente YoonGi estaba insoportable con él.
Esa noche en especial, SeokJin había llegado tarde debido a su nuevo trabajo como guardaespaldas de otra persona muy reconocida que, por cierto, había sido muy comprensiva con el hecho de que el alfa no podía salir de la ciudad por mucho tiempo debido a su situación actual.
Cuando entró a su hogar, luego de pasar por el vestíbulo, lo primero que vio fue a su novio en la sala mirando la televisión. Se dirigió hacia él para tomar asiento en el mismo sofá. El omega estaba con la espalda recostada y sus manos se posaban sobre su pancita que ahora era más que notoria.
—He llegado —avisó el mayor. Se inclinó hacia el omega y plantó un beso sobre su mejilla. Dejó otro por la línea de su mandíbula y luego bajó a su cuello, depositando unos cuantos más.
Lejos de sentir la dulzura de sus caricias, YoonGi frunció el ceño al percibir algo diferente en su alfa. Volteó a verlo cuando SeokJin se alejó. El alfa se sintió un poco fuera de lugar por la forma tan crítica con la que YoonGi lo observaba.
—¿Qué sucede?
El omega no respondió, en cambio, se acercó a él para olisquear cerca de su cuello, pero el olor en sí, provenía de la ropa.
—¿Por qué hueles a otro omega? —frunció el ceño.
—Cielo, porque trabajo para una —quiso recordarle, de la manera más calma posible.
—Pues apestas a ella, me provoca nauseas.
SeokJin llevó la manga de su traje hacia su nariz. El aroma de la chica ni siquiera era tan fuerte, aunque era normal que los sentidos de YoonGi se agudizaran durante toda esa etapa. Era algo habitual que el alfa llegara levemente impregnado del aroma de las personas a las que escoltaba, en especial porque debía tomar supresores y ese hecho se volvía más indispensable cuando de un omega se trataba, sin importar que SeokJin ya estuviera unido a alguien más. Era una regla general. No obstante, otra cosa que durante los últimos tres meses se había vuelto habitual, eran los celos irracionales de su omega. El alfa siempre trataba de alivianar las cosas, pero YoonGi no se lo permitía.
—Iré a tomar una ducha para quitarme el olor.
—Aunque lo hagas, no te quiero conmigo esta noche.
—Yoonie...
—SeokJin, es en serio. No quiero que duermas en la habitación.
Dicho eso, el omega se levantó con algo de dificultad, el alfa lo quiso ayudar pero YoonGi no se dejó. Y una vez que estuvo de pie, fue a encerrarse a su habitación.
SeokJin frotó su frente con la palma de su mano, sintiéndose frustrado y un poco exasperado. Sabía que todo eso era a causa del embarazo y era momentáneo, pero no por eso la estaba pasando mejor. El proceso se había vuelto más complicado de lo que se imaginó. Aunque con suerte, todo eso acabaría el día de mañana con la cita que les había programado el doctor en el hospital.
JungKook estaba en su penthouse esa noche, no era algo de extrañar, claro estaba. Había instalado una televisión en su recámara, por lo que se encontraba acostado y arropado sobre la cama, con una película reproduciéndose, pese a que estaba más concentrado en lo que veía en el celular.
Hacía una semana que la serie que estaba protagonizando había dado estreno. Y él estaba muy pendiente con los comentarios que las personas estaban dando respecto a él. Cuando salió el tráiler, sus fans se sorprendieron, pero ahora había cierto revuelo sobre por qué estaba haciendo eso y sobre sus preferencias.
Le faltaban los últimos capítulos por grabar aún, mentiría si JungKook dijese que no había disfrutado el trabajo, pero la reacción de la gente lo había mantenido en la incertidumbre por varios meses.
No pensó que muchas personas se ofenderían por el papel que había tomado. Después de lo de YoonGi, después de que los medios filtraran fotos suyas con betas u otros omegas, y después de volverse uno de los famosos que más escándalos había creado ese último tiempo, muchos lo criticaron con que realmente ya no podía caer más bajo con su carrera y como persona. Pensaban que esto era algo solo para llamar la atención, pensaban que ese papel no le correspondía, ¿por qué el programa lo había aceptado siquiera? A JungKook ni siquiera le iban los alfas y esto solo lo hacía porque se había quedado sin más oportunidades. Y JungKook, como siempre, no pudo quedarse con la boca cerrada. Aunque esta vez, fue sincero con algo que jamás pensó que lo sería, y es que al fin le había revelado a su público que a él le gustaban los hombres de su misma casta.
No se fue con tapujos, dijo la verdad sobre por qué tomó el papel en primer lugar, pero que al final había disfrutado de cada rodaje, dijo la verdad sobre lo bien que le trataba el staff del programa, HoSeok y todas las demás personas que hacían un papel ahí, dijo la verdadera razón por la que se había comportado como un imbécil con YoonGi, sobre la horrible persona que se había vuelto y sobre todo lo que sentía. También mencionó que se arrepentía de la gran mayoría de todas las cosas que hizo para dañar a los demás y para negar sus sentimientos, pero de algo que no se arrepentiría nunca, era de ser parte de ese show.
Fue algo muy liberador el poder al fin afrontar todo lo que llevaba dentro. Supuso que era parte de crecer como persona, y el haber perdido a YoonGi por un tiempo, haber perdido a todos sus amigos, a NamJoon, a muchos de sus fans, y ser tachado como un mentiroso oportunista, era un precio que debía pagar.
El timbre se escuchó, logrando sacarlo de sus pensamientos. No recordaba haber pedido algo a domicilio, por lo que con cierta curiosidad, salió de la cama para dirigirse hacia la puerta principal.
Sus ojos se abrieron más de lo normal al ver a NamJoon ahí. Su desconcierto fue tan obvio, que al otro alfa le causó un poco de gracia su expresión.
—Hola.
—Hola... —respondió JungKook en voz baja.
Aún no se lo podía creer. Hace unos meses, cuando HoSeok lo invitó a su apartamento, JungKook soñaba con un momento parecido a este. Sabía que NamJoon los había escuchado, y por eso fantaseaba con que el alfa llegara a su penthouse antes de la noche, para decirle que no fuera a casa de HoSeok y que se quedara con él. Como si de una película romántica se tratase.
Evidentemente, eso nunca pasó.
Justo por eso había dado por hecho que NamJoon no lo quería cerca de él en definitiva, por lo que procuró mantenerse alejado. Sin embargo, ahí estaba ahora. El alfa había llegado hasta su penthouse, por su propia cuenta, sin que Jeon le dijera algo, y ahora no sabía qué interpretación darle a eso.
—Qué...
—Miré tu entrevista —comentó el guardaespaldas—. Fue... muy revelador —esbozó una ligera sonrisa, de esas que ocasionaban que sus hoyuelos salieran a la luz, de los cuales JungKook estaba realmente enamorado a pesar de que nunca lo admitió en voz alta.
—¿Por qué la viste?
—¿No querías que la viera? —alzó una ceja.
—No. Es solo... que es vergonzoso —desvió la mirada—. Dije muchas cosas.
—¿Y cómo te sientes?
JungKook volvió a enfocar su vista en él. Su corazón latía por ese alfa, más de lo que lo hacía antes, y eso le creaba cierta inquietud.
—Bien, creo... aunque las personas...
—Deja de pensar en las personas. Estoy preguntando por ti.
—Me siento aliviado —confesó tras un suspiro—. Muy aliviado. Es como si un enorme peso se hubiera quitado de mis hombros. Es... impresionante. Pensé que me arrepentiría tan pronto lo dijera todo, pero no me siento así. Ya no me siento molesto, frustrado o como si siempre tuviera que andar a la defensiva. Es increíble.
—Me alegro por ti —asintió.
Ambos se mantuvieron en silencio durante unos segundos, hasta que JungKook terminó con el mismo.
—Gracias por venir a preguntar cómo me siento. Pensé que ya no querrías volver a hablarme.
—Jamás dije que no quería volver a hablarte.
—Bueno, tal vez deberías considerarlo. Porque no quiero liar más las cosas entre nosotros.
—¿Por qué dices eso?
—Porque aún me importas. Te lo dije la última vez que hablamos y eso no ha cambiado. Cuando HoSeok me invitó a su apartamento, por alguna razón pensé que vendrías a impedirlo —sonrió sin gracia—. Es patético.
—No vine porque la decisión la tenías que tomar tú, no yo. Si HoSeok te interesaba, no había nada que hacer ahí.
—HoSeok no me interesa. Es decir, es un buen tipo y quizá sí me llamó la atención al inicio. Pero... no lo quiero más que como un amigo.
—Entonces... ¿no fuiste a su apartamento esa noche?
JungKook negó con la cabeza.
—Te lo dije... Te estaba esperando.
Llevó una mano a su cabello e inició a enrollar su dedo índice sutilmente con uno de sus mechones. Era un acto inconsciente que había tomado desde que se dejó crecer el cabello. A NamJoon le resultó tierno.
—De verdad intenté no pensar en ti desde la última vez que dejé este lugar. Pero eres imposible de sacarte de mi cabeza. Cuando vi la entrevista, me sentí orgulloso de ti, en serio, pensé: eso era lo único que anhelaba de él —asintió—. No por mí, sino por ti, sabía que dejarías de fingir ser otra persona una vez que dijeras la verdad.
—Perdón por haber tardado.
—No digas eso. Me alegra que hayas sido valiente y que ahora te sientas bien con eso. Esta versión tuya es más atractiva y despampanante —le sonrió mientras apoyaba su hombro izquierdo en el marco de la puerta. JungKook también sonrió, sintiéndose un poco embobado—. ¿Puedo preguntarte algo?
—C-claro.
—¿Fue cosa mía o la última vez que hablamos intentaste pedirme otra oportunidad?
—Ah, eso... —volvió a sonreír, aunque esta vez por la vergüenza que le ocasionó recordar eso. No sabía y tampoco entendía a qué se debía tanta timidez con el alfa frente a él, cuando jamás había sido así tiempo atrás. Estaba a punto de inventar alguna excusa cuando NamJoon volvió a hablar.
—Porque si estás dispuesto a intentarlo, yo también lo estoy.
—¿Eh?
—Sin engaños ni tapaderas —le advirtió—. Quiero que seas mi novio formalmente, que solo estés conmigo y que yo solo esté contigo. ¿Qué te parece?
—Oh, bueno, yo... —carraspeó. Lo que menos se esperó era recibir una propuesta de noviazgo esa noche. Estaba tan sorprendido, pero a la vez tan feliz—. Yo... sí. Sí, quiero intentarlo.
—¿Puedo besarte?
A JungKook se le salió una ligera carcajada por los nervios. Sentía sus mejillas calientes, y casi se sintió tonto porque su lobo saltaba de la emoción como si de un cachorro se tratara.
—No me veo bien —se excusó, desviando la mirada una vez más. Estaba en pijama y con el cabello alborotado, como si no se hubiese levantado de la cama en días, y por alguna razón no quería que su primer beso con NamJoon, después de lo que le pareció una eternidad, fuera con esa apariencia.
Su corazón se aceleró aún más cuando sintió la mano del otro alfa sobre su mentón, haciéndolo voltear a verlo a los ojos. Ahora estaba justo frente a él, demasiado cerca, tanto que su aroma se sentía irresistible. Sin decir nada, el más alto se acercó aún más, hasta dejar un casto beso sobre los labios de JungKook.
Se separó levemente solo para verlo durante unos segundos. JungKook parecía aturdido, aunque no de una mala manera. Volvió a besarlo con delicadeza, un beso que no duró ni siquiera dos segundos. Pero fue suficiente para volver a despertar esa confianza en el más bajo. Y esta vez fue JungKook quien lo besó.
El beso se prolongó. JungKook dirigió sus manos a las mejillas del contrario, como si no quisiera alejarlo de él. NamJoon lo tomó de la cintura con una mano y con la otra terminó por cerrar la puerta del penthouse.
Esa noche volvieron a unirse como hacía tiempo no sucedía y, esta vez, los sentimientos de ambos eran de los más sinceros que podían existir en el universo. Sin culpa ni ningún tipo de remordimiento.
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Perdón que me tardara un poco en actualizar. El inicio de este año ha sido dlv para mí jaja y si no he llorado de frustración es porque no lo hice en todo el año pasado y no quiero estropear mi buen récord xD
Como sea, gracias por leer. Espero les haya gustado este capítulo, sé que me he enfocado en JK últimamente, pero ajá, me gusta su personaje y el shipp, y les toca soportar jsjsjs
Bais, cuídense mucho 💜✨
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