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Por primera vez YoonGi experimentó lo que era estar junto a SeokJin durante su etapa de celo. Había sido unos días después de que habían regresado de Anyang y después de que HyunJoo volviera a su casa, al parecer JinWook había obedecido al pie de la letra todo lo que le había dicho SeokJin.

Durante el celo, los días fueron muy intensos para ambos. El lobo de SeokJin tomó todo el control y el de YoonGi supo adaptarse muy bien a él. El alfa lo volvió a marcar más de una vez, pero por fortuna las heridas ya estaban cerradas en la actualidad.

A pesar de que la carrera del omega volvía a ponerse en pie y las personas volvían a creer en él, YoonGi siguió alejado de las redes sociales y de su trabajo como escritor durante un tiempo más. Aprovechando que ahora se encontraban solos y alejados de las noticias de la farándula, quería apreciar cada minuto de su vida privada, de su hogar, de su alfa.

Por obvias razones la mente de SeokJin se había mantenido nublada durante su etapa de apareamiento, y como consecuencia del vínculo que los unía, la de YoonGi también. Tanto así, que no procuraron usar ningún tipo de protección; ellos jamás utilizaban condón y las pastillas anticonceptivas del omega quedaron más que en el olvido. Y no fue hasta tres semanas después, cuando YoonGi inició a tener los síntomas de lo que se avecinaba.

Era fin de semana y finalmente habían tenido tiempo suficiente como para ordenar los muebles de la sala y la cocina justo como estaban antes de que HyunJoo llegara. YoonGi pudo haberse sentido molesto por tener que hacer algo que nunca debió en primer lugar, pero había hecho las paces con su suegra y así quería seguir manteniéndolo.

SeokJin se sentó en el sofá una vez que terminaron, YoonGi hizo lo mismo que él y ambos suspiraron con cansancio al mismo tiempo.

—No me importa cuánto trabajo nos llevó, así me gusta más.

—Aún sigo preguntándome cómo mamá pudo mover tantas cosas en un solo día.

—Nunca subestimes a una madre.

—Me ha quedado claro —giró el rostro para verlo durante unos segundos—. ¿Sabes? Verte agitado, sudado y con el rostro rojo, me pone un poco cachondo.

—Jinnie, estoy muerto del cansancio —negó.

—Entonces déjame encargarme de todo —lo tomó de la mano.

—Ahg, también estás sudando —se quejó.

—No es como si no lo haremos después —soltó una pequeña risa mientras se ponía de pie—. Anda, vamos a la habitación.

—Que conste que te lo advertí, por si me duermo durante el sexo —dijo mientras se levantaba con la ayuda de su pareja.

—Oh, claro que no vas a dormirte —lo acercó más a él, lo tomó de los muslos y lo alzó con mucha facilidad—. Me aseguraré de que estés muy despierto.

YoonGi sonrió. Enredó las piernas en el torso del alfa, se abrazó a su cuello y no esperó ni un segundo más para unir sus labios en un beso hambriento.

Ambos se perdieron unos segundos en los labios y la lengua del contrario, hasta que YoonGi sintió algo en su interior que no le agradó y lo llevó a separarse.

—SeokJin, bájame.

—¿Qué? —preguntó confundido. El omega no habló, pero tampoco parecía sentirse muy bien—. ¿Cielo, qué pasa?

—¡Bájame, bájame!

SeokJin así lo hizo. Justo cuando los pies de YoonGi volvieron a tocar el suelo, este salió corriendo hacia el cuarto de baño. SeokJin lo siguió, aún muy preocupado, y el sentimiento solo empeoró cuando lo vio vomitando en la taza del inodoro.

Una vez que terminó, el alfa se acercó a él con una toalla desechable. YoonGi la tomó y, mientras se limpiaba la boca, SeokJin colocó una mano en su frente para medirle la temperatura.

—No tienes fiebre. ¿Te sientes mal?

—No... No lo sé, es raro, no suelo enfermarme.

SeokJin se quedó en silencio durante unos segundos, craneando cuál podría ser la posible causa del malestar de su omega.

De repente, como si acabase de tener una epifanía, el alfa regresó la mirada hacia el menor.

—Yoonie... —balbuceó, entre asustado, nervioso y emocionado a la vez—. ¿Volviste a tomar las pastillas anticonceptivas después de mi celo?

El rostro de YoonGi se volvió aún más pálido ante aquella pregunta. Miro a SeokJin con los ojos muy abiertos.

—N-no.

—Entonces... —tragó saliva—. Es una posibilidad.

—¿Que estoy encinta?

Esa misma noche SeokJin salió a toda la velocidad que pudo a comprar tres pruebas de embarazo a una farmacia.

Después de ver los tres resultados... esa misma noche también supieron que serían padres.

¿Alguno de los dos se lo esperaba? No. ¿Fue un accidente? Técnicamente. Pero eso no impidió que ambos celebraran con abrazos y lágrimas de felicidad la futura llegada de un cachorro a sus vidas.

Ambos serían padres primerizos, por lo que estar preparados no era algo que los definiera. Aun así, querían y deseaban experimentarlo todo, cada maldita etapa. Eran conscientes de que no sería algo fácil, pero lo querían.

Después de que el omega fuera al médico y le confirmara que, efectivamente, estaba encinta, inició a cuidarse más, las cosas que ingería y las actividades que hacía. SeokJin se volvió más protector de lo normal y siempre consentía a su pareja cada vez que tenía la oportunidad. Incluso HyunJoo se volvió una suegra muy cariñosa cuando se enteró que pronto tendría su primer nieto.

Aparte de la mamá de SeokJin, JungKook era el único que sabía sobre su embarazo luego de que se lo confesó cuando fue a visitarlo. Volvieron a mantenerse en contacto un par de semanas más, por lo que podría decirse que realmente se volvieron amigos. Y, este sábado en específico, el omega planeó un almuerzo con él, TaeHyung y JiMin para también darles la noticia a estos últimos dos.

TaeHyung estaba enterado de la nueva relación que tenían JungKook y YoonGi, pero por supuesto, no estaba enterado de que el alfa estaría presente durante el almuerzo con su mejor amigo, por lo que no disimuló su disgusto cuando lo vio en el restaurante. JungKook y YoonGi estaba en una mesa, aparentemente comentando sobre los platillos que veían en el menú.

—No puedo creerlo —TaeHyung y JiMin se detuvieron frente a ellos—. ¿En serio lo invitaste? —señaló al otro alfa.

—Gusto en verte a ti también —respondió JungKook con sarcasmo.

—No peleen, ¿sí? —les pidió el omega.

—Hola, YoonGi —saludó JiMin, quién estaba tomado de la mano de TaeHyung. Miró a JungKook y luego se acercó al oído de su alfa—. ¿Quién es él?

—Ah. Jeon, él es JiMin, mi omega. JiMin, él es JungKook o como yo lo llamo, cabeza de chorlito.

—Muy gracioso —respondió el alfa, sin mostrar un ápice de gracia en su rostro—. Gusto en conocerte, JiMin.

—Igualmente, JungKook —le sonrió.

—No te dejes llevar por su cara bonita —TaeHyung haló la silla para que JiMin pudiera tomar asiento al costado de YoonGi en la mesa redonda, mientras que él se sentó entre su omega y JungKook. Volteó a ver al otro alfa, analizando un poco su nuevo aspecto—. ¿Por qué llevas corte de Dora, la Exploradora?

Por reflejo, JungKook desvió la mirada y llevó una mano a tocar un mechón de su cabello, que ahora le llegaba hasta el inicio de los hombros.

—No es porque quiera. Saldré en una nueva serie y mi personaje debe verse más inocente, vulnerable o algo así, y parece ser que lo aparento muy bien con este cabello.

—¿En qué serie saldrás? —preguntó JiMin, con curiosidad.

—Se llama 'Destino', es una comedia romántica entre dos alfas —respondió con sinceridad. No es como que pudiera ocultarlo, de todas maneras la serie saldría a la luz en unos meses—. Ellos están... destinados a permanecer juntos pese a que ambos pertenecen a la misma casta y... por eso el nombre.

—Oh, suena interesante.

—¿Saldrás en una serie de romance entre alfas? —cuestionó TaeHyung—. Creí que tu enorme ego jamás te permitiría hacer algo así.

—Me gusta, aunque no lo creas —se defendió.

—Hablando de eso, ¿realmente creen que puedan existir destinados entre la misma casta? —preguntó JiMin.

—Yo lo creo —respondió YoonGi, mirando a JungKook.

—No lo veo imposible —dijo TaeHyung mientras se alzaba de hombros.

—¿Qué vamos a comer? —intervino Jeon, no queriendo seguir escuchando ese tema de conversación.

Una vez que revisaron el menú, ordenaron la comida y su respectivo camarero la sirvió en la mesa, JungKook aprovechó que TaeHyung y JiMin se encontraban conversando sobre los chismes dentro de la familia del omega, para hablar "en secreto" con YoonGi.

—Yoonie, lo vi —susurró.

YoonGi terminó de beber un poco de agua de su vaso antes de dirigirle la mirada.

—¿Qué viste?

—A NamJoon, lo vi. Es el guardaespaldas de HoSeok.

—¿Y qué hiciste cuando lo miraste? —indagó, bajando la voz también.

JungKook clavó el tenedor en su filete de res antes de acercarse más al contrario.

—Nada, solo... me fui. No supe qué hacer.

—Bueno, quizás hablarle hubiera sido un buen inicio —comentó con algo de sarcasmo.

—¿Cómo piensas que debería hablarle después de despedirlo por no corresponderme? Es humillante, yo mismo lo ocasioné y ahora no puedo creer que justo sea guardaespaldas del otro tipo que parece coquetearme cada vez que me ve. Aunque... Bueno... no es como si me desagradara.

—JungKook, deja de torturarte. Solo ve y habla con él. Inicia disculpándote, preguntándole cómo le ha ido todos estos meses, y no le pidas volver a ser algo tuyo, solo muéstrate feliz por lo que ha alcanzado ahora, sé su amigo y no le reclames nada. No sabes si está con alguien o si volverá a querer algo de ti.

—Mm —hizo un mohín—. Supongo que disculpándome sí sería un buen inicio —asintió. A decir verdad no había pensado en eso, ni en nada en específico porque los nervios al verlo no se lo permitieron y lo único que hizo fue huir de ahí—. Gracias, YoonGi. Supongo que esto del embarazo y de ser futuro padre te está volviendo más sabio o algo así.

Esas palabras no las dijo precisamente en un susurro, por lo que los otros dos presentes lo lograron escuchar. JiMin se ahogó con la bebida mientras que TaeHyung abrió más los ojos, sorprendido.

—¡¿Qué?! —miró a YoonGi—. ¡¿Estás encinta?!

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