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YoonGi recién venía saliendo del cuarto de baño, con su pijama ya puesto, cuando SeokJin entró a la habitación. Había estado con su madre prácticamente todo el día, ya que el representante de JungKook le había dicho que no fuera a trabajar, y como YoonGi había salido para verse con TaeHyung, SeokJin aprovechó en tener un grato momento de madre e hijo.

Todo salió muy bien para él, salieron a pasear y a comer fuera, platicaron, aunque en su mayoría sobre cosas muy banales. SeokJin era consciente de que su omega pensaba que HyunJoo era una persona muy fastidiosa, pero en realidad no era así, bueno, al menos no mientras YoonGi no estuviera presente. Y aunque al inicio no le prestó atención, ahora empezaba a crearle algo de conflicto.

—¿Ya vas a dormirte? —preguntó SeokJin cuando vio a YoonGi caminando a gatas sobre el colchón hasta llegar a su lado de la cama y acomodarse correctamente, arropándose con la sábana.

—Voy a ver una serie en mi celular y luego me dormiré. ¿Por qué?

—Por nada —se alzó de hombros. Se acercó al contrario, colocándose encima de él debajo de la sábana. YoonGi soltó una ligera risita.

—¡SeokJin, no te subas a la cama cuando sigues con la misma ropa con la que saliste a la calle!

—Lo siento, es que no puedo resistirme —sonrió—. Tengo muchas ganas de besarte ahora mismo.

—¿En serio? —sonrió juguetón—. Y... ¿Mami no se enoja? —se burló.

SeokJin soltó un bufido ante las palabras del menor. Lo sujetó del mentón y se acercó a su pareja para capturar su labio inferior entre sus dientes, halando levemente de él en un gesto que al omega le pareció de lo más sensual. YoonGi relamió sus labios en cuanto SeokJin lo soltó. Sonrió, con su lobo prácticamente agitando la cola por querer jugar con su alfa. Lo sujetó de la nuca y lo atrajo para por fin besarlo. SeokJin suspiró complacido, dejando que su omega tuviera el control por ese momento.

Lentamente y sin separarse de sus labios, SeokJin se acomodó entre las piernas del omega, las cuales rodearon la cintura del alfa al instante, queriendo sentirlo aún más cerca. Hacía tantos días que no tenían un momento así, que no sabían cuánto lo habían extrañado hasta ahora.

La falta de intimidad se dio a notar cuando el aroma de los dos denotó la excitación que ambos sentían, únicamente a causa de un beso francés. Hubiera sido un poco bochornoso si no fuera porque ambos estaban sintiendo las consecuencias de la abstinencia y porque ya se tenían la confianza suficiente como para que cosas como esas no les afectara de ninguna manera.

Siguieron besándose por un largo rato. Sus labios se movían a un ritmo lento, pero sus besos eran profundos y apasionados a pesar de la falta de frenesí.

SeokJin inició a rozar su entrepierna disimuladamente contra la de YoonGi. La respiración del omega se volvió un poco agitada ante la falta de aliento y la placentera sensación que le otorgaba sentir su semi erección presionándose  contra la de su alfa.

—SeokJin... —susurró YoonGi.

—Lo siento —dijo en el mismo tono. El alfa dejó de moverse y de repente todo se tornó un poco incómodo. Era extraño para él, desde que YoonGi estuvo triste y encerrado, ellos no se habían tocado de forma tan íntima y ahora era como si no pudieran retomar su vida sexual de forma natural. SeokJin en especial, no sabía si YoonGi estaba listo para ello y no quería presionarlo—. Perdón, me detendré. Tú mira la serie que planeabas ver, yo iré a tomar una ducha.

—De hecho —lo detuvo antes de que siquiera pudiera quitarse de encima. SeokJin volvió a posar su mirada en él—. Iba a decirte que estoy mojado... —dijo en voz baja y con las mejillas sonrosadas por alguna razón que no se podía explicar.

—¿Quieres hacerlo? —alzó las cejas.

—¿Tú quieres hacerlo?

—Solo si tú quieres hacerlo.

—Yo quiero hacerlo solo si tú quieres hacerlo.

Ambos soltaron una pequeña carcajada por lo absurdo de la situación. Ambos querían hacerlo, así que, qué más da. No tenían por qué pensarlo demasiado.

Volvieron a besarse poco después, de forma más frenética. YoonGi logró quitarle la camisa a su novio, mientras que este le bajó el pantalón de pijama junto con la ropa interior.

SeokJin bajó, perdiéndose por debajo de la sábana hasta llegar a los genitales de su pareja. YoonGi cerró los ojos, arqueó la espalda y sujetó la almohada bajo su cabeza con fuerza cuando sintió la húmeda y tibia lengua de su alfa sobre su miembro. Mordió su labio inferior y llevó una mano hacia el cabello del contrario mientras este se entretenía con succionar su polla. No paso demasiado cuando YoonGi inició a jadear, perdiéndose en el placer. Los largos dedos del alfa exploraron su interior para dilatarlo y hacer que lubricara más en el proceso. El omega inició a soltar algunos gemidos que procuró que no fueran muy audibles. Lo estaba disfrutando demasiado, pero necesitaba algo más.

SeokJin sabía exactamente qué era, tanto que su mismo pene palpitaba ansioso por entrar al estrecho y cálido interior de su pareja. Aunque antes de eso, estaba decidido en explorar otra cavidad.

Sacó el miembro de YoonGi de su boca. Le dio un poco de atención a sus bolas antes de lamer el lubricante que resbalaba fuera de aquel orificio. Volvió a subir a la altura del rostro del omega, lo besó nuevamente y YoonGi correspondió sin importarle sentir su propio sabor. El alfa pronto se separó, quedando de rodillas. Se desabrochó el pantalón, y ante la mirada lujuriosa del omega, liberó su miembro duro y con la punta brillando a causa del líquido pre seminal. YoonGi se relamió los labios.

—Ven aquí —ordenó SeokJin. Lo haló del antebrazo para hacer que el omega se reincorporara, acto que hizo que el rostro del omega quedara justo a la altura de su entrepierna.

SeokJin, con sus pupilas dilatadas ante la excitación, sujetó su pene de la base para luego pasar la cabeza del mismo por sobre la mejilla, la barbilla y los labios de YoonGi, dejando un ligero rastro de fluido sobre su piel. El gesto en sí fue muy obsceno, pero al omega lo calentó aún más, por lo que, viéndolo fijamente a los ojos, no hizo otra cosa que abrir la boca y sacar la lengua, dándole la bienvenida a la gruesa polla de su alfa.

SeokJin sonrió, orgulloso de la reacción del contrario. YoonGi colocó las manos sobre las nalgas de su pareja que estaban parcialmente cubiertas por la tela del pantalón, no lo hizo para controlar los movimientos del contrario, sino únicamente para tener de dónde apoyarse mientras se la chupaba.

SeokJin llevó una mano a acariciar los cabellos de la nuca del contrario, mientras que con la otra mano y con ayuda de sus caderas dirigía su falo hacia la boca del escritor. El alfa emitió un ronco gemido y siseó cuando YoonGi prácticamente tuvo toda la longitud en su garganta. El omega también gimió de gusto, y el alfa comenzó a moverse.

SeokJin estaba tan absorto en el placer y YoonGi en su tarea mientras lo veía al rostro, disfrutando de sus exquisitas expresiones, que ambos se olvidaron del mundo entero. O al menos hasta que escucharon la puerta de la habitación abrirse, logrando sobresaltarlos a ambos.

—Jin, tienes un... ¡Oh, santo cielo! —apartó la mirada inmediatamente.

—¿Madre, qué te pasa? ¡Sal de aquí! —gritó el alfa mientras se subía el pantalón lo más rápido que podía y YoonGi cubría a ambos con la sábana.

HyunJoo no volvió a decir nada, lo único que se escuchó fue el portazo cuando ella se marchó de regreso a la sala.

Todo quedó en un terrible silencio después de eso. YoonGi suspiró con frustración y algo de vergüenza. Llevó una mano a su boca, aún teniendo la sensación del pene de su novio dentro de ella, cosa que lo hizo sentir mucho más abochornado después de que su suegra los viera. Ni siquiera sabía qué decir ante tan incómoda situación. SeokJin no parecía sentirse muy diferente. El alfa se sentó sobre la cama, al lado de YoonGi, frotó su rostro con ambas manos como si quisiera liberarse de la exasperación que sentía. Para su consuelo, SeokJin había estado de espaldas a la puerta, por lo que HyunJoo no pudo ver nada a gran detalle, aunque la sola posición en la que se encontraban ya era suficiente como para saber lo que hacían.

Ninguno de los dos dijo una sola palabra por más tiempo del que les hubiese gustado admitir.

—Lo siento —habló el alfa.

—Fue culpa de ambos, nos olvidamos de poner el seguro —respondió YoonGi sin tan siquiera voltear a verlo.

—No, es culpa de ella. ¿Cuántos años cree que tengo? —frunció el ceño—. No puede entrar a esta habitación sin tocar primero, mucho menos si sabe que estoy contigo —se puso de pie—. Iré a hablar con ella.

—Oye, no —lo tomó del brazo, haciendo que se volviera a sentar—. Esto fue traumático para los tres, ¿de acuerdo? No necesitamos empeorarlo más.

SeokJin suspiró, también de frustración y algo de irritación.

—Ya no vamos a hacerlo, ¿cierto?

—No a menos que quieras que piense en tu madre durante el sexo —arrugó el entrecejo.

SeokJin soltó un pequeño bufido antes de sonreír con gracia. Volvió a quitarse el pantalón, aunque esta vez quedó en ropa interior. Se acostó, atrajo a su novio contra su pecho e inició a acariciarle el cabello.

—Está bien. De todas formas, iba a costar que se me volviera a parar después de eso.

YoonGi soltó una pequeña carcajada. Se mantuvieron abrazados y procuraron darse unos cuantos mimos antes de que finalmente quedaran dormidos.

A la mañana siguiente, pese a que YoonGi aún se moría de la vergüenza por ver a la cara a su suegra, decidió salir de la habitación para hacer el desayuno.

Por suerte, HyunJoo no se presentó en la cocina y no dijo nada hasta que todos estuvieron sentados en la mesa, listos para desayunar. La mujer aún torcía la boca cada vez que veía el cuenco con tofu desde la última vez que SeokJin rechazó su carne cortésmente. A YoonGi le hacía algo de gracia, aunque no podía exteriorizarlo.

HyunJoo prácticamente evitó verlos a los ojos durante gran parte del tiempo que estuvieron juntos ahí. Y después de que todos terminaron de comer, ella se levantó para recoger los platos.

—Gracias, madre —dijo SeokJin.

—No hay de qué.

—Yoonie —llamó el alfa, llamando la atención no solo de su omega, sino de HyunJoo también—. Me iré a duchar.

YoonGi sonrió sutilmente y asintió con la cabeza. Sabía que aquello era un claro mensaje diciéndole que fuera con él.

—SeokJin, no debes llegar tarde al trabajo —dijo HyunJoo desde la entrada de la cocina.

—Jamás llego tarde.

—Pues con la hora que veo —miró el reloj del microondas—. Vas a hacerlo hoy si no te apresuras.

SeokJin y YoonGi intercambiaron miradas. Resignado, el omega le hizo una señal con la cabeza para decirle que solo fuera él a la ducha. SeokJin suspiró. Se puso de pie, dejó un beso en la cabeza de su pareja, antes de regresar a la habitación.

Normalmente era SeokJin quien planchaba su propio uniforme del trabajo, pero ya que YoonGi había recibido tantos cuidados de él, quería al menos devolverte el favor, por lo que procuró ayudarle con ese pequeño detalle.

Luego se dirigió hasta el vestíbulo de la casa, eligiendo los zapatos que creía que más le convenían a SeokJin ese día. La mayoría de sus zapatillas eran negras, solo que de un estilo sutilmente diferente. Cuando decidió cuál le combinaba más, sacó el par y los dejó visiblemente al lado del zapatero.

—Creo que le van más los otros.

YoonGi puso los ojos en blanco tan pronto escuchó la voz de HyunJoo detrás de él. ¿En serio iba a fastidiarlo incluso con eso? Se dio la vuelta para verla a los ojos.

—Yo siento que le van más estos —dijo, con cierto fastidio.

—No tienes por qué ponerme mala cara, solo intento aconsejarte.

YoonGi no pudo sentirse más molesto en ese momento. Odiaba tanto que se metiera donde nadie la llamaba, únicamente para hacerle creer que no era digno de su hijo. Ya lo tenía harto, a SeokJin lo trataba como un niño, y a él siempre le buscaba cualquier defecto; siempre criticaba su comida, su forma de limpiar, las compras que hacía, la decoración de la casa, la manera en cómo se vestía, los nudos que le hacía a las corbatas de SeokJin, cuando lo ayudaba a peinarse, los zapatos que elegía para él, y muchísimas cosas más que ya ni siquiera podía contar, incluso había dejado que cambiara las cosas de lugar dentro de su cocina solo para que ella se sintiera a gusto. Era desesperante. Eso, sin mencionar que ahora tampoco podían tener sexo en paz. Esa mujer empezaba a hacerle la vida insoportable.

No obstante, de repente las palabras de TaeHyung llegaron a su mente.

Ella tiene que adaptarse a ustedes y sus reglas, no ustedes a las de ella.

Así que con eso presente, enderezó su espalda, alzó el mentón, respiró hondo y le vio fijamente a los ojos. Con su semblante mostrando seguridad y convicción.

—Agradezco tus intenciones de aconsejarme, pero jamás te lo pedí. Conozco a mi alfa y sé perfectamente cómo cuidar de él. Así que, te lo pediré amablemente y lo diré solo una vez: no vuelvas a venir a mi casa a darme órdenes. No muevas las cosas de mi cocina de lugar. No entres a mi habitación sin tocar la puerta. Y no vuelvas a invadir nuestra privacidad. Espero haya quedado lo suficientemente claro porque solo así tú y yo nos llevaremos bien.

La mujer parecía tener ganas de asesinarlo con la mirada, pero el omega no se inmutó. En cambio, YoonGi sonrió cuando SeokJin llegó donde ellos, como si aquella conversación jamás hubiera ocurrido. Le acomodó la corbata a su alfa y dejó un beso en sus labios a modo de despedida. Por primera vez, HyunJoo no hizo ningún tipo de comentario, y eso a YoonGi le brindó una increíble satisfacción.

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Ahora sí. Hasta aquí tenía escrito. No habrán más actualizaciones este mes jsjsjs creo que prácticamente hice una maratón xd

Bye. Cuídense mucho y feliz Halloween adelantado 👻

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