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Por primera vez YoonGi se encontraba frente a su suegro, Jeon NoMin.

El omega no supo cómo JungKook y él se habían reconciliado, lo único que JungKook le había dicho dos noches atrás, era que hoy cenarían con su padre, su hermano mayor, ChangHa, y la omega de este en la casa de su progenitor. Sin embargo, asumió que el fallecimiento de su madre había contribuido a que eso sucediera.

Ahora se encontraban en la mesa, a mitad de la comida mientras los otros tres hombres conversaban. Todo parecía ir muy bien, ChangHa no presumía de ser el heredero de la familia como solía hacerlo cada vez que hablaba con su hermano menor, y NoMin no le decía a JungKook que aún podía hacer algo de provecho con su vida, pues aunque JungKook ya fuera exitoso en su carrera, para el viejo seguía sin ser suficiente. YoonGi no los había conocido en persona, pero mediante llamadas, mensajes y algunos actos cuestionables, era testigo del trato de ellos hacia JungKook.

Pero pese a todo, esa era una cena normal, ellos conversaban como si jamás hubiesen desterrado al otro de su vida. Y a YoonGi eso le aliviaba hasta cierto punto. No obstante, mentiría si dijera que se sentía cómodo con estar presente en esa cena.

Estaba ahí como el omega de JungKook, su novio trofeo para ser exactos. Él no estaba dentro de la conversación, él no tenía la oportunidad de opinar sobre lo que decían, ni siquiera le prestaban atención o tan siquiera volteaban a verlo. Fue bien recibido al inicio, pero ahora era como si no existiera. No era solo por él, la omega del primogénito también estaba siendo ignorada, y pese a que ella estuviera presente, de igual manera ChangHa soltaba comentarios fuera de lugar referentes a él.

En un punto, JungKook tomó su mano y entrelazó sus dedos sobre la mesa, donde cualquiera podía verlo. YoonGi quiso soltarse al cabo de unos segundos de forma disimulada, pero el alfa no lo permitió, en cambio fortaleció un poco más el agarre.

ChangHa se quedó viendo sus manos entrelazadas durante un rato. Aunque él tuviera su propia relación, no podía negar que YoonGi era un omega muy hermoso. Sin embargo, había algo más que le parecía curioso en él.

—Por cierto, ¿cuánto tiempo tienen de relación? —los señaló a ambos.

—Oh... seis o siete años —respondió JungKook—. ¿Cierto, cariño? —volteó a ver a YoonGi.

El omega se mostró un poco asombrado, ya que era la primera vez que lo metían en la plática.

—Sí... seis y medio, para ser exactos.

—Seis años y medio, ¿y aún no lo has marcado? —esta vez su mirada se detuvo exclusivamente en JungKook.

Estaba demás decir que eso tomó a JungKook desprevenido. YoonGi vestía con una prenda que tenía cuello de tortuga, especialmente para ocultar esa área, y aunque el omega tenía muy impregnado el aroma de "su alfa", ChangHa tenía un muy buen olfato, tanto como para distinguir que ese aroma no era a causa de una marca de unión.

—Estamos bien así —se alzó de hombros—. Eso es todo.

—¿Qué me estás diciendo? —soltó incrédulo—. Es algo natural. Marcas a tu omega y punto. Si no lo haces es porque no te interesa lo suficiente o...

—¿O qué? —alzó una ceja, desafiándolo.

—Nada —sonrió con cierta burla. Luego posó su mirada en el omega—. ¿A ti de verdad no te incomoda? Tanto tiempo juntos y sin una marca de unión... es como si mi hermano no te tomara en serio, ¿no lo crees? —chasqueó la lengua—. Aunque en realidad no es tan sorprendente si viene de JungKook. Siempre fue un imán de omegas, lo curioso es que... no salía con muchos. La mayoría de sus parejas fueron betas.

—ChangHa —llamó el menor de los Jeon, pues ya sabía a dónde se estaba dirigiendo esa plática. No obstante, fue ignorado a totalidad.

—No sé si alguna vez te contó esto, pero antes de que se presentara, toda la familia pensábamos que iba a ser omega.

—Maldición, ChangHa.

—Ya que tenía una libre fijación hacia artistas y actores alfas.

—¡¿Quieres cerrar la maldita boca de una vez?! ¿De quién tratas de burlarte? ¡Tu omega tampoco tiene marca de unión!

—Eso es porque solo tenemos tres meses de estar saliendo, si fueran seis años el cuento sería diferente, hasta podría asegurar que a estas alturas serías tío de dos cachorros y uno en camino —volteó a ver a su omega, que no hacía más que comer en silencio, con la mirada fija en el plato y una actitud notablemente sumisa.

—Pues yo creo... —inició a hablar YoonGi.

—Cariño —le interrumpió ChangHa—. Te lo comenté para divertirnos, no para que opinaras. Eres muy lindo, ¿pero por qué no guardas silencio y dejas que los alfas hablen? —sonrió—. Eso va para ti también, JungKook.

JungKook estampó las palmas sobre la mesa al mismo tiempo que se ponía en pie con brusquedad. Pero antes de poder decir o hacer algo, alguien más lo interrumpió.

—Suficiente, ChangHa —dijo su progenitor—. Deja a tu hermano en paz, a tu madre no le hubiese gustado escucharlos discutir. Eres un adulto, compórtate como tal.

—Lo siento, papá —dijo esta vez, con más seriedad.

Mencionar a su madre hizo que de repente todos guardaran silencio y dejaran de tratarse con desdén, especialmente los hermanos Jeon, que al parecer nunca se habían llevado bien. JungKook volvió a tomar asiento y continuó comiendo.


—Es un imbécil, un completo imbécil —gruñó JungKook cuando ya se encontraban en el auto, de camino a su hogar.

—Ahora entiendo por qué nunca me hablas de él —dijo YoonGi—. ¿Pero cómo supo que no estaba marcado?

—Siempre tuvo buen olfato.

—¿Entonces no crees que más de alguna otra persona lo ha notado también? Tal vez sea una señal de que debemos separarnos de una vez.

—O la señal de que tal vez deba marcarte.

YoonGi volteó a verlo inmediatamente.

—Ni siquiera se te ocurra. No quiero que me marques.

JungKook se giró a verlo por un breve momento, antes de volver a concentrarse en el camino. Notó que el lobo de YoonGi se había puesto a la defensiva. Su aroma se notaba un poco más amargo y parecía no querer que se le acercara ni siquiera por error.

—Te he notado muy raro últimamente. Como si cada vez te incomodara más mi presencia y lo que estamos haciendo. Fue desde que pasaste tu celo con ese alfa —masculló—. ¿Es eso? ¿Tienes algo con él?

—¿C-con quién? —preguntó, casi temeroso de que JungKook lo hubiera descubierto tan pronto.

—TaeHyung.

El omega tuvo que retener el suspiro de alivio al escuchar el nombre de su mejor amigo. Olvidó por completo que, según JungKook, había pasado su celo con Kim TaeHyung.

—Claro que no. TaeHyung es solo un amigo, no sé cuántas veces debo repetírtelo.

—¿Entonces por qué estás tan raro?

—¿Raro yo? Tú eres el raro. Sé que tu hermano es un imbécil, pero lo que dijo me inquietó un poco. Sé que no era necesario que yo estuviera en esa cena, ¿por qué me trajiste? ¿Para demostrarle a tu hermano que sí estás con un omega y no eres lo que él pensó?

—No voy a hablar de eso.

—JungKook, yo no soy ChangHa, puedes confiar en mí. Si no te gustan los omegas, está bien. Te aseguro que las personas no te van a rechazar si lo revelas, en realidad...

—Te he dicho que no quiero hablar de eso, YoonGi.

—¡Lo único que quiero hacer es entenderte! No entiendo por qué eres tan obstinado. Si alguna vez te ha gustado un alfa, no...

De repente, JungKook apretó el freno, logrando que el auto se detuviera con cierta violencia. YoonGi sintió el corazón acelerado ante el susto. Volteó a ver a JungKook, confundido. Sin embargo, el alfa solo le miraba con enojo.

—Bájate.

—¿Qué?

—¿Eres sordo? ¡Quiero que te bajes del auto!

—¿Estás loco? Apenas estamos cerca de la entrada de la ciudad, ¡aquí no hay nada! ¿Cómo voy a irme?

—No tendrías que pensar en eso si me hubieras hecho caso cuando te dije que te callaras. Ahora bájate.

YoonGi exhaló, indignado y sin poder creerlo.

—¿Sabes? ChangHa no es el único imbécil de los Jeon.

Se quitó el cinturón de seguridad, abrió la puerta del auto y se bajó de él. Una vez afuera, el alfa no dudó un solo segundo en arrancar e irse.

JungKook nunca le había hecho eso, por lo que al omega aún le costó salir de la sorpresa. ¡Lo había dejado casi en medio de la nada! Sin oportunidad siquiera de tomar un taxi.

Ahora era más que claro que el tema era muy delicado para él, pero tampoco era un justificante para que lo dejara varado en medio de la noche.

Revisó su celular mientras iniciaba a caminar, era eso o probablemente amanecería en el mismo lugar, si es que no se encontraba con algún lunático primero. Quiso llamar a TaeHyung, pero olvidó la idea cuando recordó que el alfa viajaría a su ciudad natal a visitar a su familia. Y la única persona que le quedó, fue Kim SeokJin.

No quería molestarlo. Además de que ya era tarde, era una mierda llamar a su pareja porque su supuesta "pareja real" lo había abandonado en la carretera. Sin embargo, se sentía lo suficientemente mal como para que su lobo lo empujara a la necesidad de querer escuchar su voz.

Y por suerte, SeokJin respondió.

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