𝟙𝟚
SeokJin y YoonGi se encontraban acostados sobre el sofá, esperando a que el nudo dentro del omega bajara lo suficiente para que el alfa pudiera sacar su miembro y que así su pareja pudiera descansar mejor.
Claro que con sus lobos recién reconociéndose, era de esperarse que tuvieran ganas de unirse cada vez que se les diera la oportunidad, iban a estar calientes y con ganas de mucho sexo por lo menos hasta los siguientes par de días que pudieran verse.
Sin embargo, había algo ahí que a SeokJin no terminaba por agradarle del todo. No sabía si era porque estaba en casa de su jefe acostándose con su omega o porque precisamente todo el penthouse olía a JungKook. Tal vez eran ambas. Un poco de culpa y un poco de desagrado a la vez.
—YoonGi.
—¿Mm? —soltó adormilado. El pecho de su alfa era demasiado cómodo, y los efectos del nudo junto a su reciente orgasmo le hicieron sentirse tan relajado, que le provocó un poco de sueño.
—No creo que pueda venir muy seguido aquí, o de lo contrario el señor Jeon descubrirá muy pronto que me gusta anudar a su omega.
—No soy su omega, alfa. Soy tuyo.
—Ya, pero nadie más que nosotros dos y tu amigo sabemos eso —inició a acariciar el cabello del contrario—. ¿Tienes el fin de semana libre?
—Creo que sí, ¿por qué?
—Me gustaría llevarte a la playa.
YoonGi levantó la cabeza para poder verlo.
—¿A la playa? —sonrió.
—Eso pensaba —asintió—. Pero no quiero que te ilusiones, no soy un actor multimillonario como el señor Jeon. No puedo llevarte a lugares muy lejanos, viajar en limusina o en jet privado, o alojarnos en un hotel cinco estrellas...
—Alfa —YoonGi lo detuvo antes de que continuara—. ¿En serio te estás sintiendo inseguro por el dinero? —alzó una ceja. SeokJin giró el rostro hacia su costado derecho para evitar la mirada del omega. Era la primera vez que YoonGi lo veía con las mejillas sonrosadas, probablemente de la vergüenza. Y aunque fue algo que le pareció tierno, no podía dejar de sentirse un poco ofendido por la clase de persona que el alfa insinuaba que era. YoonGi lo sujetó de la mandíbula, haciendo que volviera a verlo—. ¿Por quién me estás tomando? Señor Kim, ¿debo aclararle que eso no me importa?
—Ya no hay nudo... —murmuró.
—Oye —frunció el ceño ante esa manera nada disimulada de intentar cambiar de tema—. SeokJin, no estoy contigo por tu capacidad económica, ni porque la tengas grande, ni siquiera por tu casta. Créeme, incluso si no fuéramos destinados y tú fueras un beta, tampoco me importaría. Si estoy contigo es porque me gustas independientemente de todo lo que te he dicho. Me gustabas antes de saber que eras mi otra mitad. El dinero no va a cambiar eso. Además, ¿crees que todo lo que hay aquí es porque JungKook me lo ha dado? —bufó—. Tengo mi propio dinero, no busco un alfa que me mantenga ni que me trate como su sugar baby, así que deja de pensar que con viajes y regalos caros vas a hacerme feliz porque no es así. Te quiero a ti, nada más.
YoonGi se levantó, haciendo que el miembro del alfa saliera de su interior. Se puso de pie y, sin decir nada más, se alejó hacia el cuarto de baño.
SeokJin suspiró profundamente cuando escuchó la puerta cerrarse. Se incorporó sobre el sofá, haciendo su cabello hacia atrás a la vez que pensaba en las palabras de YoonGi.
No es que quisiera comprar su amor con cosas lujosas, no quería que YoonGi se lo tomara así. Solo... quería dejar un poco en claro la realidad de su posición. No es que fuera pobre, pero tampoco tenía el suficiente dinero como para conseguir lo que quería solo con un chasquido de dedos.
No esperaba que hablar de eso le ofendiera a su omega.
Aunque a decir verdad, era raro incluso para él. SeokJin nunca se había preocupado por su estatus económico frente a otros omegas con los que salió. Pero de alguna forma sintió que YoonGi estaba a un nivel más alto y a él le sentaba un poco mal no estar a su misma altura.
Aunque tal vez también debía admitir que se había estado comparando mucho con JungKook esos últimos días. Era un poco difícil no hacerlo cuando el mundo creía que JungKook y YoonGi estaban juntos. ¿Cómo iba a competir un simple guardaespaldas contra el alfa más famoso, guapo y millonario del país?
A SeokJin le encantaría regalarle el mundo entero a YoonGi, pero eso era algo que JungKook sí podía hacer, no él.
Sin embargo, ahora era consciente en que tenía que dejar esos pensamientos de lado. Si la fama y el dinero lo fueran todo para YoonGi, debía ser realista en que ni siquiera lo hubiera volteado a ver cuando se conocieron. Su relación con JungKook sería más real de lo que aparentaba ser ahora.
Además, como el mismo YoonGi lo dijo, era su omega, no el de JungKook. Eso debería ser suficiente.
También debía empezar a acostumbrarse a que YoonGi en realidad era más independiente que la mayoría de los omegas que llegó a conocer en toda su vida. Si YoonGi quisiera el mundo entero, se esforzaría por obtenerlo con sus propias manos antes que pedírselo a JungKook, SeokJin o a cualquier otra persona.
Se levantó del sofá y tomó el mismo camino que había tomado su omega. Escuchó el ruido de la regadera al llegar a la puerta, pero no se abstuvo de abrirla.
Sus ojos se deleitaron con la perfecta imagen de YoonGi dentro de la ducha. Tenía la cabeza inclinada hacia atrás mientras recibía el agua en su rostro y su cabello, el cual estaba peinando hacia atrás para terminar de eliminar la espuma del shampoo. El alfa no pudo evitar pensar que incluso su silueta se veía esbelta y perfecta a través del vaho en el cristal.
SeokJin entró al baño, cerró la puerta y a paso lento se acercó a la ducha hasta lograr colarse dentro, con su omega.
YoonGi ya había notado su presencia, aunque no hizo nada al respecto, solo siguió con lo suyo. Sin embargo, esbozó una sutil sonrisa cuando dos manos se aferraron a su cintura y el pecho del alfa se pegó a su espalda.
—Lo siento —susurró el alfa—. Si sirve de algo, yo tampoco estoy contigo por interés superficial ni nada parecido. De verdad me gustas mucho, Min YoonGi, cómo nunca nadie me ha gustado antes. Jamás hubiera aceptado estar contigo a escondidas del mundo, de mi jefe y poniendo en riesgo mi trabajo si no fuera así.
El omega se volteó hacia él. Llevó sus brazos alrededor del cuello del contrario y se alzó de puntillas para poder alcanzar sus labios, formando un beso muy apasionado y muy húmedo a causa de la regadera. SeokJin correspondió gustoso, abrazando a su omega con un poco más de fuerza y juntando aún más sus cuerpos.
Cuando sus labios se separaron, ambos se sonrieron, como si aquel pequeño disentimiento jamás hubiera ocurrido.
—Entonces sígueme contando de nuestros planes de fin de semana —dijo YoonGi.
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Espero les haya gustado este capítulo, gracias por su paciencia jsjsjs
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