TaeHyung regresó a la sala, donde se encontraban SeokJin y YoonGi esperándolo, sentados en uno de los sofás. Recién habían llegado hacía unos cinco minutos.

—Aquí está tu ropa —dijo el alfa mientras le extendía las prendas bien dobladas, una sobre otra—. La he lavado.

—Gracias, Tae —se puso de pie para tomar la ropa—. Eres increíble.

—Sí, eso ya lo sé —sonrió con falsa altanería.

—¿Me prestas tu baño? Necesito ir a cambiarme de vestimenta.

Volteó a ver a SeokJin, dedicándole una pequeña sonrisa. Su alfa le había prestado ropa para salir del apartamento, pero YoonGi sabía que no podía llegar a su penthouse oliendo a SeokJin.

—Por supuesto —extendió su mano y se hizo a un lado para darle la pasada.

—Dejé las llaves del auto en el mismo lugar de donde las tomé —informó SeokJin cuando se quedaron a solas. También se puso de pie—. Gracias por haberlo prestado.

—Ni siquiera lo menciones —metió las manos en los bolsillos de su pantalón—. Pero por favor, dime que no lo hicieron en mi auto.

SeokJin desvió la mirada por unos segundos, antes de volverla a posar en él.

—Lo llevamos a lavar antes de venir aquí, no te preocupes.

—Maldición —murmuró, con el ceño ligeramente fruncido. Ni siquiera él había tenido sexo en su propio auto como para que otra pareja tuviera su primera vez ahí—. Ese auto es mi vida, si veo una sola mancha de dudosa procedencia, se los cobraré.

—Lo desinfectaron bien, tranquilo —puso los ojos en blanco—. Y tomamos supresores de olor antes de venir aquí, así que el auto no huele a ninguno de nosotros.

—De acuerdo —dijo más relajado, mientras se sentaba sobre el sofá y extendía sus brazos por sobre el respaldar de este—. Y... ¿Todo salió bien con Yoonie?

Normalmente no era algo a lo que SeokJin estuviera dispuesto a responder, ya que podría decirse que se trataba de algo muy personal e íntimo. Pero TaeHyung era el mejor amigo de YoonGi y el único que sabía lo que pasó entre ellos dos, así que decidió aceptar hablar de ello.

—Fue caótico —murmuró—. Pero en un buen sentido, irónicamente.

—Le gustas mucho, ¿sabes? Hasta yo puedo verlo y sentirlo. Así que espero que no se te ocurra jugar con él.

—No tengo pensado hacerlo. Al menos no de la manera a la que tú te refieres.

—Descarado —sonrió—. Pero supongo que ese es el tipo de YoonGi.

SeokJin volvió a sentarse, esta vez al lado de TaeHyung. El primero de ellos había mantenido una expresión seria todo ese rato, pero ahora se le veía una un poco más sombría e inquisitiva.

—El señor Jeon y YoonGi, ¿de verdad se llevan tan mal?

Todo había sido tan rápido y su mente había estado tan nublada todos esos días, que realmente no se puso a pensar qué vendría después del celo de YoonGi, en caso de que este sí lo reconociera como su alfa. Y para hacerlo más inquietante, no habían hablado a detalle del asunto. ¿Cómo iba a ser su relación a partir de ahora? SeokJin necesitaba saber en qué se estaba metiendo.

—La mayoría del tiempo —asintió TaeHyung—. A pesar de eso, ellos se tienen amarrado el uno al otro. JungKook no quiere dejar ir a YoonGi y YoonGi no quiere dejar ir a JungKook. Creo que han pasado tanto tiempo juntos que ahora sienten una dependencia emocional muy grande —se alzó de hombros—. Pero no te confundas, no se aman como pareja, solo... no lo sé. La verdad es que si no lo entienden ellos, mucho menos voy a hacerlo yo —sonrió sarcástico.

—¿Sabes si el señor Jeon alguna vez ha maltratado a YoonGi?

—Se responden mal entre los dos cotidianamente, ya es algo normal en ellos. Pero si te refieres a agresión física o algo por el estilo, no. Hasta donde sé, JungKook jamás le ha tocado un solo cabello a YoonGi, al menos es un alfa decente en esa parte —volteó a verlo—. ¿Por qué me preguntas esas cosas a mí? No es por ser grosero, pero esto es algo que deberías hablarlo con YoonGi.

—Sí —murmuró pensativo—. Tienes razón.

Pasaron alrededor de tres minutos. SeokJin se puso de pie y se dirigió hacia el baño de invitados, donde YoonGi estaba. Se acercó a la puerta, la cual tocó dos veces con el nudillo de su dedo índice.

—Pasa —dijo YoonGi desde adentro. No sentía tan potente el olor de TaeHyung, por lo que supo que quien estaba del otro lado era SeokJin.

El alfa abrió la puerta, dejando ver a su omega frente al lavamanos, ya vestido con la misma ropa con la que había llegado antes de su celo. El rubio tenía la mirada en la pantalla de su celular, sin embargo no tardó mucho en guardarlo en el bolsillo de su pantalón y posar su mirada en el alfa.

—He llamado al chofer, viene en camino.

—Está bien —se adentró al cuarto de baño y cerró la puerta suavemente tras su espalda, apoyándose en ella—. ¿Podemos hablar?

—Sí, por supuesto —asintió mientras caminaba un par de pasos más hacia él.

—Yo solo... —guardó silencio. Con cualquier otra persona era fácil ser directo, pero YoonGi de alguna manera hacía que se sintiera nervioso. Soltó un bajo suspiró mientras terminaba de acercarse a él. Bajó la mirada a la mano izquierda del omega, y con cierta lentitud y timidez, la fue tomando—. Solo quiero saber... ¿qué sucederá a partir de ahora?

YoonGi bajó la mirada a sus manos entrelazadas y luego volvió a subirla a los ojos del alfa. Sonrió suavemente ante lo tierno que le estaba pareciendo SeokJin en ese momento. Colocó su mano libre sobre la nuca del contrario, y sin esperar más, lo atrajo hacia él para besarlo. Era la primera vez que probaba sus labios ese día de manera prolongada, y esta vez sin que estuviera el calor de su celo de por medio.

SeokJin no se opuso en lo absoluto al beso, todo lo contrario, posó sus manos en la cintura de YoonGi para que sus cuerpos estuvieran más unidos, mientras que su lengua se adentraba parcialmente a la boca contraria.

No pasó mucho tiempo cuando el alfa alzó al omega y lo sentó sobre la cerámica que rodeaba el lavamanos.

YoonGi sonrió cuando se separó del beso y se mantuvo acariciando una de las mejillas de SeokJin con su dedo pulgar.

—Esto me gusta —susurró.

—A mí también —respondió SeokJin, acariciando los muslos del omega.

—Entonces no tiene por qué acabar.

—Si alguien más se entera de esto, voy a perder mi trabajo.

—Si se rumorea que le estoy siendo "infiel" a JungKook, gran parte de mi carrera se acabará —también añadió—. No es conveniente por ninguna de las dos partes.

—Entonces significa que... ¿"Será nuestro secreto"? —preguntó, diciendo las mismas palabras que YoonGi le dijo la primera vez que estuvieron juntos en el auto de TaeHyung.

—¿No te molesta? —inquirió.

—Esto es demasiado nuevo —comentó—. Realmente no sé si todo lo que hicimos, lo que estamos haciendo o lo que planeamos hacer está bien o mal, pero tampoco quiero que acabe. Así que... no me molesta. Quiero conocerte, saber más de ti, y creo que mientras menos personas sepan sobre lo nuestro, podremos disfrutar de nuestra pequeña burbuja por mucho más tiempo —con mucha delicadeza, llevó uno de los mechones de cabello de YoonGi por detrás de su oreja—. ¿Qué piensas tú?

—Quiero lo mismo que tú. Quiero conocerte, terminar de comprender por qué mi lobo está tan loco por el tuyo —sonrió—. Y muero de ansias por regresar a tu casa —plantó un fugaz beso sobre los labios del contrario—. Prometo que la próxima vez sí prestaré atención al tour.

SeokJin soltó una pequeña carcajada y negó ligeramente con la cabeza.

—La próxima vez será más romántico, lo prometo.

YoonGi sonrió aún más amplio. Hacía tanto tiempo que no sentía esas mariposas en el estómago, que había olvidado lo bonito que podía ser.

Varios minutos después recibió la llamada de su chofer, anunciándole que ya se encontraba afuera del edificio. Ambos se despidieron de TaeHyung, no sin antes volverle a agradecer por todo lo que había hecho por ellos.

Dentro del auto no se dirigieron la palabra, eran como dos desconocidos. Y estaba bien, porque eso era lo que ambos querían, que nadie los relacionara de ninguna manera más que la obvia, que SeokJin era su guardaespaldas.

Al llegar donde YoonGi vivía, ambos tomaron un camino diferente, pues no era costumbre que hubiera guardaespaldas custodiando su casa, para eso se suponía que el edificio era uno de los más seguros, específicamente tratándose de personas famosas, que era más el caso de JungKook que el suyo.

Estando a solas dentro del elevador, se permitió sonreír como un idiota. Esos últimos días habían sido los mejores de toda su vida, y no había nada que pudiera arruinar su felicidad.

Cuando el omega entró al penthouse, para sorpresa suya se encontró con JungKook en la sala de estar. Las luces estaban apagadas, solo una lámpara de pie iluminaba vagamente el lugar. JungKook estaba sentado en un sofá individual, tenía las piernas cruzadas y una de sus manos sostenía un vaso con whiskey a medio acabar. No parecía ser el primero que tomaba, estaba despeinado y con la ropa desarreglada a pesar de llevar una vestimenta formal. Su mirada además, estaba perdida en la nada.

—Maldición, JungKook. Me asustaste —se quejó.

El alfa no respondió, hasta parecía que ni siquiera le había escuchado. YoonGi no le tomó importancia, puesto que supuso que era porque estaba ebrio.

Decidió continuar con su camino a la habitación.

—Te llamé varias veces —dijo el alfa, aún con la mirada perdida—. ¿Por qué no respondiste?

YoonGi se detuvo cuando escuchó su voz. Sí, lo sabía. Cuando vio su celular tenía más de diez llamadas perdidas de JungKook. No fue algo a lo que le quiso tomar verdadera importancia, ya que ese era el primer celo en el que lo pasaba con otro alfa, y pensaba que JungKook estaba llamando solo para fastidiar.

—Lo mantuve apagado la mayor parte del tiempo. Estaba en celo, ¿recuerdas? Lo que menos quería era estar con el celular en la mano —exhaló—. Espero que no me hagas un berrinche por eso, porque no estoy de humor para tus...

—Mamá falleció.

YoonGi perdió la voz momentáneamente luego de escuchar eso. La noticia lo había dejado en un desconcierto total, tanto que le costó volver a hablar.

—¿C-cuándo pasó? —preguntó con la voz más suave y con más delicadeza.

—Ayer. Vengo del funeral —mencionó antes de terminar de tomarse el whiskey de un solo trago.

YoonGi se acercó a él. Le quitó el vaso de la mano para dejarlo sobre la mesa de centro y luego de eso, se colocó frente a él para abrazarlo. JungKook se aferró a su cintura, escondió su rostro en el abdomen del omega y YoonGi sintió su corazón estrujarse cuando lo escuchó sollozar.

No se dijeron nada, solo permanecieron así por un largo rato, el uno junto al otro, como solían hacer cada vez que alguno de los dos se sentía mal.

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Este es el último capítulo del año UwU que tengan una muy feliz Navidad y un feliz Año Nuevo. Se les quiere mucho 💜 y nos leemos hasta en febrero jsjsjs