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TaeHyung volteó a ver hacia la puerta principal de su apartamento, posteriormente volvió a ver a YoonGi, quien se encontraba al lado suyo en el sofá, concentrado en la película mientras lamía el helado de chocolate de su respectiva cuchara.

—¿Así que ese es el guardaespaldas sexy? —susurró. Aunque SeokJin estuviera en el pasillo afuera del apartamento, TaeHyung más que nadie sabía que los sentidos de los alfas eran más agudos; fácilmente podría escucharlos si hablaba en un tono normal. Además, TaeHyung vivía bien, pero su apartamento no era tan grande como el penthouse de YoonGi, por lo que tampoco había mucha distancia desde la sala hasta la puerta principal.

YoonGi puso los ojos en blanco. Metió la cuchara en el cubo de helado, para poder sacar un poco más de este.

—Ni siquiera lo menciones —suspiró con algo de fastidio—. Le dije que no tenía por qué quedarse, pero sigue órdenes de JungKook, así que no puedo hacer nada para que se vaya —conectó su mirada con la de su amigo—. Perdón por eso. Espero que no sea un gran problema para ti.

—No lo sé, nunca he follado teniendo literalmente a alguien más al otro lado de la puerta escuchándonos.

—Él está aquí para protegerme, no es un pervertido.

—Hasta donde tú sabes —bromeó—. Escucha —dijo, en un tono más serio—. Creo que podré soportar de alguna manera su presencia, pero... ¿estás consciente de que si ese es el tipo que te gusta, podrías pasar tu celo con él y no conmigo? Puedes irte con él, YoonGi. Yo no se lo diré a nadie, y contactaré a alguien más que quiera ayudarme con mi celo —se alzó de hombros.

YoonGi dejó la cuchara dentro del cubo de helado, este se encontraba en medio de ellos, por lo que el omega lo tomó y lo dejó en la mesa de centro. Luego volvió a ver a su amigo, analizándolo durante un par de segundos.

—¿Por qué parece que no quieres hacer esto? —ladeó un poco la cabeza—. Hace unos días estabas de acuerdo.

TaeHyung soltó un suspiro. Dejó su cuchara metálica junto a la de YoonGi y después volvió a apoyarse en el respaldar del sofá. Ambos se veían cara a cara.

—He estado pensando y... —colocó su mano en una de las piernas del omega—. Eres mi mejor amigo —recalcó—. Sé que por ninguna de las dos partes llegamos a vernos como algo más que eso. No quiero que después de nuestro celo las cosas se vuelvan extrañas entre ambos.

—Oye, eso no va a pasar.

—Además —esbozó una pequeña sonrisa—. El guardaespaldas sexy casi me asesina con la mirada cuando abrí la puerta para recibirlos —esta vez lo dijo en un tono que sabía que SeokJin lo escucharía—. Tú también le gustas, créeme.

—Si es así, no lo parece —espetó—. Si le gusto o no, ya no importa. Fui sincero con él y no funcionó. No saldré de aquí para ser rechazado una segunda vez por la misma persona, por suerte aún tengo algo de dignidad —se levantó para acercarse al alfa y sentarse a horcajadas sobre su regazo—. Por primera vez en años quiero pasar mi celo con alguien, no con supresores. Y quiero que esa persona seas tú, así que por qué no mejor te callas y me muestras eso de lo que tanto presumes —se abrazó al alfa, recostando su cabeza en el hombro de este a la vez que aspiraba su aroma—. Empiezo a sentir calor —susurró.

TaeHyung metió la mano por debajo de la camisa del omega, y se dio cuenta de que era verdad. La temperatura corporal de YoonGi había aumentado muy rápido. Su aroma, el que poco a poco se iba intensificando, también lo decía todo.

Inevitablemente el alfa también pasó la punta de la nariz por el cuello de YoonGi, y a decir verdad fue muy satisfactorio sentir cómo se estremecía ante el roce.

La mayor preocupación de TaeHyung era arruinar su relación de alguna manera. Pero YoonGi se veía muy seguro en que eso no pasaría, así que decidió confiar en él y arriesgarse con lo que harían esos tres días.

Tomó a YoonGi del mentón para alzar su mirada. Tenía las mejillas sonrojadas y no podía negar que se veía demasiado tierno de esa manera. Se inclinó levemente y terminó por juntar sus labios con los del omega.

Se separaron tan solo dos segundos después, como si aquel beso hubiese sido solo una prueba para saber si ambos realmente estaban bien con eso. Y afortunadamente pareció ser así. YoonGi colocó una mano sobre la mejilla de TaeHyung, y luego de un par de caricias se acercó para besarlo nuevamente.

El beso se fue volviendo más profundo y más apasionado a medida que los segundos pasaban. El omega soltó un suspiro de satisfacción cuando el alfa lo tomó de la cintura y lo pegó aún más a su cuerpo. Hacía tanto que YoonGi no sentía ese contacto físico, que era glorioso volverlo a experimentar.

Sabía que en cualquier otro momento jamás se le hubiese ocurrido hacerlo con TaeHyung, pero ambos estaban en celo y eso era suficiente para querer dejarse llevar por las circunstancias.

El omega ladeó la cabeza y cerró los ojos cuando el alfa inició a repartir besos en su cuello. No pasó demasiado tiempo cuando su ropa interior comenzó a humedecerse gracias a su lubricante natural.

—Tae...

—Lo sé —gruñó.

—Llévame a tu habitación.

El alfa no necesitó que se lo pidiera dos veces. Se puso de pie, cargando a YoonGi de los muslos y sin perder más el tiempo, apagó el televisor para luego caminar en dirección a la habitación.

Durante el trayecto, mientras YoonGi abrazaba a TaeHyung del cuello y sus piernas se aferraban al torso de este, no pudo evitar mirar hacia la puerta principal una última vez, donde sabía que del otro lado se encontraba SeokJin. 


SeokJin exhaló hondo por enésima vez. Se encontraba un poco fastidiado, estando a solas no iba a fingir que no. Estar ahí era su trabajo, pero no quería escuchar a ese par haciéndolo, ni sentir el aroma del omega con el que su lobo estaba encaprichado porque sabía que así sería más difícil sobrellevarlo.

Cuando escuchó que estaban hablando de él, una parte suya tuvo las intenciones de entrar para refutar un par de cosas que YoonGi dijo, pero no se atrevió a hacerlo porque no creía tener el derecho y porque tampoco sería muy profesional que se dijera.

Se limitó a permanecer de pie en el mismo lugar, y agradeció cuando se fueron de la sala. Al menos el aroma de ambos ya no era tan intenso, aunque siempre se podía percibir.

Pasaron cerca de quince minutos, cuando repente escuchó que la puerta se abrió. El alfa enseguida volteó a ver en esa dirección.

—Necesito tu ayuda —dijo TaeHyung.

—¿Disculpa? —frunció el ceño, confundido.

Escaneó a TaeHyung de pies a cabeza. Traía puesto un albornoz, por lo que supuso que estaba desnudo por debajo de él, además su aroma a alfa en celo era más que notorio, tanto que irritaba un poco a SeokJin.

Pero otra cosa que no pudo pasar desapercibido, fue el rasguño que tenía en su mejilla izquierda, de donde se deslizaban un diminuto par de gotas de sangre.

—Es YoonGi, tienes que llevártelo de aquí. Ya.

—¿Qué sucedió?

No esperó una respuesta concreta, rápidamente se adentró al apartamento para caminar a paso apresurado junto al otro alfa.

—No es nada grave —dijo TaeHyung cuando llegaron a la habitación—. Pero me está rechazando. No quiere que lo toque, ni siquiera quiere que me acerque a él o actúa como si quisiera matarme.

TaeHyung abrió la puerta de la habitación luego de decir aquello, y la imagen que se mostró frente a ellos dejó a SeokJin un poco desconcertado.

YoonGi estaba desnudo en la cama, retorciéndose entre calor, quejidos, gruñidos, lágrimas y dolor. El aroma era fuerte en toda la habitación y el de YoonGi era el que más predominaba, a pesar de que no se sentía tan dulce como lo era normalmente.

—Quise ponerle algo encima antes de llamarte, pero como dije, no me deja acercarme.

—¿Qué pasó exactamente? —volteó a verlo por un segundo antes de volver a concentrarse en el omega.

—No lo sé —dijo TaeHyung, algo alterado—. Estábamos en lo nuestro y de la nada empezó a quejarse, me empujó, me dio patadas para alejarme y luego me arañó. No estaba haciendo nada malo, lo juro. Antes de eso me dijo que le estaba gustando —escuchó al omega sollozar, cosa que incrementó un poco su propio malestar—. Es su primer celo en años en el que no utiliza supresores, tal vez sea por eso.

—Probablemente se sienta mejor si toma uno. ¿Tienes supresores?

—Amigo —le miró, con el ceño fruncido—. Soy un alfa soltero que vive solo, ¿por qué crees que tendría supresores para omegas? Los que me visitan no vienen precisamente para que les suministre supresores.

—Está bien, ya entendí —respondió con algo de fastidio—. Llamaré al señor Jeon.

—No va a contestarte, YoonGi me lo contó todo —suspiró profundamente—. Escucha, no quiero presionar las cosas, pero necesito que se vayan. Estoy en celo también, y me encuentro cuerdo ahora, pero no sé cuánto tiempo pueda durar eso —porque claro, al ser un alfa tan codiciado, era de esperarse que tampoco tuviera supresores para él, pues siempre tenía un omega dispuesto a darle lo que necesitaba—. No quiero hacerle daño a YoonGi.

—Aunque quisieras, no te dejaría hacerlo.

SeokJin se adentró a la habitación con mucha cautela. Caminó un par de pasos hacia la cama y luego se detuvo. El omega seguía retorciéndose en su sufrimiento, y por eso mismo no pareció notar la presencia del alfa. SeokJin volvió a caminar lentamente hasta llegar a la esquina de la cama, donde había otro albornoz sobre el colchón. Supuso que era el que TaeHyung le quiso poner a YoonGi pero que este no se lo permitió. Tomó la prenda y se acercó aún más.

Dudó un poco, ya que no sabía si YoonGi reaccionaría igual que con TaeHyung, pero aun así decidió arriesgarse. Colocó una mano suavemente sobre el hombro del omega.

—YoonGi.

El omega dejó de quejarse y removerse ante el tacto y la voz de SeokJin. Se quedó inmóvil por un rato, como si estuviera procesando el hecho de que su guardaespaldas estaba ahí.

Por un segundo, cuando SeokJin lo vio levantarse, realmente sintió que YoonGi lo atacaría también. No obstante, en lugar de eso y contrario a lo que esperaba, el omega se abrazó a su cuello, aferrándose a él.

Un par de segundos bastaron para que el aroma de YoonGi recuperara ese dulzor tan característico de él y que a SeokJin le fascinaba.

Aún un poco desconcertado, le echó un vistazo a TaeHyung antes de regresar su atención a YoonGi. Estaba demás decir que no sabía qué hacer.

Relamió sus labios. Volvió a titubear, pero terminó por colocar una mano en la espalda del omega. SeokJin notó que ese contacto físico tan insignificante lució como un gran alivio para el rubio.

Nunca había estado tan cerca de YoonGi de esa forma. Por lo que esta vez, seducido por él y guiado por el deseo de su lobo, lentamente enterró la nariz en su cuello, logrando erizar su piel y estremecer al omega. YoonGi ladeó la cabeza para dejar más expuesto su cuello, queriendo tentar al alfa con esa área que en esos momentos bien parecía necesitar una marca de unión.

Las feromonas de YoonGi estaban cumpliendo perfectamente con su función de atraer al alfa. Tanto que, en menos de lo que SeokJin se pudo imaginar, inició a sentirse caliente y excitado.

—¿Qué vas a hacer? —dijo TaeHyung, sacando a SeokJin de su trance.

—¿De qué hablas? —alzó la cabeza para poder verlo.

TaeHyung bufó en forma de burla.

—Es obvio que quiere pasar su celo contigo —hizo ademán de entrar a la habitación, pero en seguida recibió un gruñido por parte de SeokJin, en forma de amenaza. TaeHyung retrocedió nuevamente y alzó las manos en son de paz—. Pero algo me dice que esa noticia te encanta.

—No es así, yo...

—Ya, hombre. Convence a tu pene y a tu lobo, no a mí —le interrumpió—. Vete ahora, necesito llamar a mi omega de apoyo. Tu aroma me empieza a fastidiar.

SeokJin volvió a bajar la mirada a YoonGi, este le sonrió y lamió su barbilla de manera juguetona.

El alfa suspiró profundo. Sabía que no podían esperar a que el chofer llegara por ellos, no iban a usar un transporte público, pero tampoco podían quedarse. YoonGi no era el único que sufría con su celo, TaeHyung en realidad estaba teniendo demasiado autocontrol, digno de admirar. Pero eso no iba a durar demasiado y menos teniendo a un omega en celo en el mismo apartamento.

—¿Usas auto? Puedes prestármelo?

—Claro, las llaves están en la mesa de la entrada.

—Gracias.

SeokJin intentó separar a YoonGi para poder vestirlo, pero estaba resultando más difícil de lo que pensó. Cuando finalmente pudo despegarlo de su cuerpo, el omega se mantuvo viéndolo a los ojos con un gran anhelo mientras se dejaba poner el albornoz, como si fuese un cachorro que no podía vestirse por su propia cuenta.

Después de estar vestido volvió a abrazarse a SeokJin como si de un koala se tratase, y a este no le quedó de otra que marcharse con él en brazos.

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Bueno, iba a quedar muy largo así que mejor lo terminé aquí xD

Perdón si esta historia les parece un poco aburrida, pero no la hago con intenciones de hacerla tan profunda ni dramática como ya había aclarado en el primer capítulo u.u así que pido lo siento si no les gusta

De cualquier forma a mí sí me gusta y me ayuda a desestresarme, así que igual planeo terminarla xD

Hasta aquí mi reporte Joaquín
Que tengan un lindo fin de semana 💜

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