SeokJin se quedó desconcertado por un breve momento. Pues al preguntar si le estaba coqueteando era en son de broma, no esperaba que el omega le respondiera que sí y con una total convicción.

Por un minuto pensó que tal vez podría estar equivocado, pero la manera en la que YoonGi lo miraba le decía lo contrario. No podía negarlo, su lobo se removía con una mezcla de felicidad y deseo ante la presencia de ese omega.

La mayoría de los omegas eran tímidos, muy pudorosos y sumisos en la vida cotidiana, siempre esperaban a que fuera el alfa quien iniciara el cortejo o que diera el primer paso para cualquier cosa. Aunque a muchos eso les gustaba, a SeokJin por otro lado, le parecía aburrido. No mintió cuando dijo que le gustaban los omegas seguros de sí mismos, además le encantaban los omegas con iniciativa y que fueran un poco dominantes. A su lobo le divertía mucho jugar con ese último aspecto estando en la cama, y bueno, a él también.

Cuando veía a YoonGi, no podía negar que sentía una rara conexión entre ellos. Pensaba que solo era él, pero vaya sorpresa se había llevado ahora que, aparentemente, le estaba coqueteando con descaro.

Sin embargo, aunque le hubiese encantado corresponder, había un límite que no podía cruzar y por eso prefirió hacerse el desentendido.

—YoonGi, creo que sus palabras podrían malinterpretarse.

—¿Cree que decirle directamente que estoy coqueteando con usted, se puede prestar para otro tipo de interpretación? —alzó una ceja—. ¿Quiere que sea sincero, SeokJin? La relación entre JungKook y yo desde hace años se convirtió más como en una relación de hermanastros que no se llevan bien, pero siguen estado para el otro porque después de todo siguen siendo familia. Aparentamos frente a las cámaras y a sus fans, eso es todo. Esta noche me iré a la habitación del hotel y JungKook no llegará porque lo más seguro es que se irá a otra habitación con ese beta. Van a fornicar toda la noche y al día siguiente "mi alfa" regresará conmigo solo para cambiarse de ropa y para recordarme que debo tomar mis supresores, porque de lo contrario la gente sabrá que no estoy marcado por él —aguardó unos segundos y luego soltó un bajo suspiro—. Me siento atraído por usted. Es la primera persona a la que se lo digo en años, y no sé si estoy siendo tan directo ahora porque mi celo está muy cerca o porque realmente me gusta y no quiero perder esta oportunidad. No le estoy confesando un amor eterno, solo mis ganas de sentir el nudo de un alfa dentro de mí al menos por una noche. Pero independientemente de si usted siente lo mismo por mí o no, estoy consciente de la posición en la que se encuentra gracias a su trabajo... Sin embargo, también quiero aclararle que si usted decide arriesgarse, voy a dejar la puerta de mi habitación sin seguro.

Dicho eso, YoonGi se puso de pie y caminó en dirección al salón donde estaba la fiesta. SeokJin sabía que debía ir detrás de él, pero quedó tan desconcertado por segunda vez, que le costó unos segundos poder reaccionar. Es decir, le gustaban los omegas con iniciativa, pero nunca uno había sido tan directo con él como lo había sido YoonGi.

Después de que la fiesta acabó, sorprendentemente todo había ocurrido justo como YoonGi lo describió. JungKook se había ido a otra habitación con el beta, y quien tuvo que acompañarlos había sido NamJoon. SeokJin por otro lado, tuvo que quedarse haciendo guardia frente a la habitación de YoonGi.

El omega había tomado una ducha y luego de salir, se quedó solo con la bata puesta por casi cuarenta minutos mientras se ocupaba de otras cosas como arreglar su maleta o sacar su computadora por si se le ocurría escribir algo.

No obstante, no podía concentrarse en su libro ya que cada cinco minutos volteaba a ver hacia la puerta. YoonGi lo sentía por su aroma, SeokJin estaba ahí y era evidente que ahí iba a seguir toda la noche. Lo que no dejaba al omega tranquilo era saber si iba a entrar a la habitación o no, que justo por eso era que había decidido quedarse con solo la bata de baño puesta.

Pasó otra media hora, YoonGi no había logrado escribir nada y gracias al sueño decidió darse por vencido, tanto con su libro como con SeokJin. Se sentía decepcionado, pero también ya se había hecho la idea de ese resultado, por lo que fue más fácil sobrellevarlo.

Se vistió con su pijama y se metió a la cama para finalmente dormir.

Al cabo de unas horas, cuando YoonGi se encontraba en el mundo de los sueños, los supresores ya habían dejado de hacer efecto, ocasionando que esta vez el aroma de YoonGi lograra esparcirse por toda la habitación, hasta llegar a las fosas nasales de SeokJin.

El alfa tragó saliva con dificultad al sentirlo. El aroma a coco con rosas y macarrones dulces era increíblemente delicioso. El lobo de SeokJin gruñía por entrar a esa habitación, pero él intentaba controlarlo.

No era que no hubiese querido entrar desde hacía antes. Si fuera otra persona, después de aquella invitación SeokJin probablemente ya estaría sobre el omega haciéndoselo por segunda o tercera vez. Pero con YoonGi las cosas eran diferentes, SeokJin trabajaba para él y para "su alfa", tenía que ser profesional y no dejarse llevar. Toda su carrera estaría en juego por algo como eso.

Miró hacia los lados antes de desabrocharse los dos primeros botones de su camisa, pues iniciaba a sentirse un poco sofocado.

Después de sentir el calor en su cuerpo iniciaba a preguntarse si estaba haciendo lo correcto o si estaba siendo un completo idiota por perder la oportunidad de estar con un omega como YoonGi. De cualquier forma, estaba seguro de que el mayor idiota de todos era Jeon JungKook por no valorar a su pareja.

Muchos alfas seguro morirían por tener a YoonGi como omega, pero JungKook parecía no darse cuenta de eso.

Estuvieron cinco días en Busan, ya que JungKook aprovechó en salir en algunos programas y hacer otras entrevistas. Después de eso regresaron a la capital y YoonGi se tomó el día para encontrarse con su mejor amigo en un restaurante.

—¿Qué tal estuvo el viaje? —preguntó TaeHyung mientras hacía de lado la ensalada en su plato, para comerse únicamente el filete.

—Aburrido —suspiró con pesadez mientras picaba el salmón con el tenedor.

—¿En serio? —cuestionó—. ¿Y qué hay del guardaespaldas sexy? —canturreó, logrando sacarle una pequeña carcajada al omega.

—No pasó nada. Supongo que no le interesaba tanto como él a mí. Pero no importa, de alguna manera estaba consciente de que nada iba a suceder entre nosotros. ¿Pero sabes? Fue divertido coquetear —sonrió—. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que hice algo así.

—Deberías hacerlo más seguido —aconsejó—. Vamos, YoonGi, no tienes 50 años. Estás joven, eres un omega hermoso y tienes una personalidad increíble. Mereces más que la indiferencia de ese actor de pacotilla.

YoonGi volvió a reír por las palabras del alfa. TaeHyung la mayoría del tiempo se refería a JungKook con insultos infantiles y lo cierto era que hasta la actualidad eso le seguía ocasionando mucha gracia.

Tomó un poco de su té frío antes de volver a retomar el tema.

—No es tan fácil. No puedo hacerlo con cualquier persona, muchos me conocen como la pareja de JungKook, si me encuentran haciendo algo indebido se armará un escándalo, y quién saldrá perjudicado por eso seré yo, no JungKook ni nadie más.

—Querido Yoonie —colocó su mano sobre la de su amigo—. De verdad te mereces algo mejor.

—Entonces podrías empezar por quitar tu mano o los que no me conocen pensarán que somos pareja y nadie querrá acercarse a mí —bromeó.

—Tendrías suerte si te consideraran mi pareja —le siguió el juego—. Y sería mejor alfa que ese escuálido.

—JungKook tiene más músculos que tú —rio.

—No me has visto desnudo —contraatacó.

Ante lo dicho por el contrario, la sonrisa de YoonGi se fue desvaneciendo poco a poco mientras que una idea loca, pero a la que extrañamente él sí le veía sentido, se le estaba cruzando por la mente.

—TaeHyung, ¿me harías un favor?

—¿Qué necesitas?

—Mi celo es en dos días, así que... ¿Serías mi alfa de apoyo?

TaeHyung se quedó anonadado por varios segundos debido a esa pregunta que jamás se esperó que vendría de YoonGi, hasta que terminó soltando una fuerte carcajada.

Los alfas u omegas de apoyo, eran aquellos que solo solían estar para los celos, ya fuera entre amigos o extraños conociéndose en una aplicación especial para eso, no había una relación romántica entre ellos, solo estaban ahí para cuando el otro necesitara de su atención, y por eso se les llamaba "alfa de apoyo" u "omega de apoyo".

—¿Pero qué dices?

—Escucha —exhaló—. Seré honesto, quizá sí me gustó sentirme atrevido y coquetear con SeokJin en Busan, pero entre nosotros nunca pasará nada. Y... creo que la emoción de ese momento me hace rechazar los supresores para mi siguiente celo, pero sé que tampoco puedo pasarlo con cualquier extraño. Tú eres mi mejor amigo y confío mucho en ti. Además... tal vez esto me ayude mucho para mi libro. Así que, por favor, piénsalo.

—¿Estás consciente de que esta vez tu novio cabeza hueca sí tendrá razones para odiarme?

—¿Desde cuándo eso te importa? —inquirió.

—Tienes razón —asintió y sonrió con malicia—. Está bien, lo haré porque soy un buen amigo y porque, ¿adivina qué? Mi celo coincidirá con el tuyo, así que seremos el apoyo de ambos.

—Bien. Me parece estupendo —sonrió—. Solo dime que no tienes fetiches raros.

—No, pero te advierto que serán tres días muy intensos. Tendrás mucho con qué inspirarte para tu libro —le guiñó un ojo.

—Eso ya lo veremos —lo desafió.

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