La tarde se sentía pesada, no sabía por qué pero tenía miedo, salí de casa intentando ser positiva mientras caminaba viendo ese viejo pueblo en el que crecí, intente hacer mis cosas con normalidad, compré cosas para mi comida y volvi a casa, en el camino lo encontré a el, un gran amigo, solo eso, su cabello desordenado y enmarañado, sus bellos ojos negros con unas marcas del mismo color bajo ellos, su ropa arrugada pero con su aroma característico a lavanda y esa forma peculiar de caminar como si necesitará bastón, nos saludamos con un abrazo y dulce beso en los labios que se sintió eterno aún que solo durará unos segundos, caminamos juntos hacia mi casa, ambos entramos y despues de una plática amena con unas copas de alcohol ambos empezamos a cocinar, nos sentíamos completos en ese momento, salimos una vez la comida estuvo lista dejando detrás dos platos de comida medio llenos, la caminata nos dio paz a ambos, ver ese viejo pueblo callendo a pedazos pero extrañamente hermoso nos trajo recuerdos maravillosos de una infancia que se fue volando y ninguno percibió en qué momento se acabó, miramos el ocaso desde un punto alto y mientras se acercaba la bella oscuridad de la noche el me beso una vez más, un beso realmente magico que me hizo sentirme aun mas confundida con mis sentimientos hacia el, lo amaba? Lo quería? Lo deseaba? No lo sabía y no quería saberlo, dejarme llevar noche tras noche igual que hoy era lo que más deseaba, regresamos a mi casa con una sonrisa en nuestros rostros y con un beso en mi mano se despidió de mi y una vez lo ví desaparecer en la oscuridad mi alma se retorció como si hubieran arrancado una parte de mi, entre y en la soledad de mi fría casa solte unas lágrimas sin alguna razón aparente, vi los platos de comida medio vacios que el y yo habiamos dejado esa misma mañana, cene en soledad para despues tomar un baño, una vez termine algo me incómodo a comparación de otras ocasiones no habia recibido mensaje de el después de nuestra cita, no sabia que pensar, las horas ya habían pasado desde que nos despedimos y algo en mi mente me ordeno ir rápido donde el estaba, tome mis cosas y corrí lo mas rapido que pude, al llegar pude escuchar el casual ruido de un arma disparar, sabia de donde venía, entre a su casa empujando la puerta y al entrar lo vi, sentado de espaldas a la puerta con su cabeza reposada en la mesa con su viejo revolver en el piso, botellas y latas de cerveza a montones a su al rededor, me acerque temiendo lo peor pero al revisarlo y verlo de cerca lo note, el estaba ileso, no tuvo el valor de acabar con todo pero aún si el arma no logro su cometido lo note en su mirada y en esas lagrimas que caían por su mejilla, el ya estaba muerto..