-Debes estar seguro de que me dices la verdad.

-Claro que lo estoy, sabes que no te mentiría. Además, el mocoso de Fox es el causante de que dicho equipo siga a flote. Sería una excelente oportunidad de darle un merecido a ese Mccloud.

-Hmm, hmm... Me parece lógico lo que me dices, lagarto. ¿Y sabes qué? Tienes mucha razón al afirmar que ese Marcus es el castigo perfecto que Fox se merece.

La penumbra gobernaba el lugar. Sus voces hacían un tenue eco que llegaba hasta el fondo de lo que se supone era una gran nave combativa; sin embargo, el deteriorado avance del tiempo hacía que el lugar más bien pareciera una basura andante. El lobo se tocaba los pelos de su mentón de manera minuciosa, como si fuera un viejo sabio.

-Debemos actuar rápido, O'Donell. No sabemos en cuánto tiempo estará esta magnífica oportunidad.

-Lo sé, lo sé. Pero primero debo preguntarle-respondió de manera despectiva, mirando al camaleón con ojos iracundos-. Tal vez le apetezca acompañarnos.

La nave que servía de hogar para todos ellos estaba en un estado, sino deplorable, razonablemente en malas condiciones. Sus vidas como cazarrecompensas no les iba muy bien, y menos con el nuevo Star Fox en acción. Perdida la oportunidad de ser los nuevos "héroes" que la galaxia requería, se habían ido a pique; de ahí que su odio fuera un tanto inquisidor, pues al tratarse de un niño" veían una nueva oportunidad de sacar del juego a ese equipo. O'Donell se dirigía a su camarote a descansar, no sin antes hacer una visita a su más reciente recluta. Abrió una de las compuertas de la habitación que, cabe resaltar, estaba oscura; una silueta femenina era lo único visible por el momento. Silueta felina, por cierto.

El lobo se le acercó de manera respetable-aunque un poco temblorosa-a esa figura, la cual se cubría en la penumbra. Se oyó una voz femenina.

-Vaya, vaya, al fin te apareces.

-Recuerda que aún soy el líder de este grupo.

-¡Ja-exclamó la sombra, luego de inclinarse a la derecha-, pareces todavía un mozo!

-Hmm, si no fuera por esa vez que logré engañarlo, tú no estarías viva-replicó el lobo con un acento bastante álgido.

-Como sea, si estás aquí es porque hallaron a ese grupo, ¿verdad?-dedujo la felina, mientras sostenía en su mano derecha una pistola-Sabes que sin mi no puedes hacer nada contra ellos.

-Es un tanto curioso-recalcó O'Donell-que el General Pepper aún siga en ese puesto.

-Y, ¿qué están ha...?-un fuerte temblor sacudió toda la nave, sorprendiendo a los integrantes.

-¡Ya no hay tiempo!-la agarró de su muñeca con brusquedad-Debemos encontrarlos, ¡ahora!

Powalski corría de un lado a otro, programando los sistemas necesarios para su funcionamiento, mientras que Panther ocupaba un asiento, en calidad de piloto. Los preparativos estaban más que listos y, según ellos, se hacían más formidables con eso, aunque la nueva integrante no veía oportunidad en esa carcacha. Las luces empezaron a centellear, los monitores ya estaban listos y los operadores no se hicieron esperar.

-¿Hacia dónde se dirigen?-preguntó la felina a Leon, quien estaba frente a una computadora.

-Esto no puede ser...-dijo de manera deductiva-Algo está mal... ellos, su nave, nada tiene sentido.

-Claro que debe haberlo-gruñó desesperadamente el jefe del Star Wolf, el cual no estaba de buenas-¡Tienen que estar en alguna parte!-golpeó con fuerza un tablero de la nave nodriza.

-Espera-señaló el lagarto-, ya los tengo ubicados. Ya puedes calmarte, O'Donell.

-Excelente, lo que se esperaba de ti-se mofó la voz femenina de él-. Ahora-dijo en un tono más serio-, ¿dónde están?

-Pues...-ya no pudo terminar la frase.

-¿Pues qué?

-Miren todos-señaló el puma desde su pantalla-. Es el objeto que chocó con nuestra nave.

Cuando ya estaban ahí, vieron lo que había provocado el golpe. Para empezar, en la zona donde se encontraban no era frecuente que hubiesen asteroides fuera de su órbita, y por si eso fuera poco, lo que chocó con su nave era de un tamaño mayor a un protoplaneta-un asteroide de gran tamaño-, pues era de 10000 km de longitud, siendo un factor muy preocupante.

-¿Qué es esa cosa?-exclamó la felina.

-Ni idea, pero puede haber sido de alguna colonia conocida. De otro modo, ¿qué otra razón puede existir?-dedujo Panther, bastante increíble teniendo en cuenta de que no era tan bueno en formular hipótesis.

-Leon, escanea esa cosa-ordenó Wolf al lagarto.

-A la orden-empezó a teclear en el ordenador.

-Me parece que ibas a decir dónde está ese Star Fox-recordó el puma, aún posicionado en su lugar de operaciones.

-Oh, claro. Se encuentran en... Sistema Solar.

-¿Sistema Solar? ¿Qué es eso?-gruñó Wolf con una notable ira.

-Tranquilo, tengo su ubicación exacta. Acabo de programarla en el mapa.

-Bien-dijo el canino, más para sí mismo que para los demás-, vayamos hacia el lugar donde están-presionó varios botones y emprendió el viaje.

Mientras, en ese mismo tiempo, Marcus y compañía aterrizaron encima del suelo vegetal. Al momento que salían, empezaban a preguntarse si alguna vez alguien habría conocido ese lugar. Lety, por su parte, cargaba el diario con una pluma; llegar a un planeta con posibles indicios de vida le parecía lo más emocionante y no iba a perder la oportunidad de registrarlo. Marcus se le acercó y cuando la coneja subió la mirada, él se detuvo en seco; sus mejillas se tornaron en un tono levemente rojizo.

-Marcus-Lety parecía no haberse dado cuenta-...

-Em... ¿sí?

-¿Qué haces parado ahí?

-Bueno...-frotó sus dos manos a modo de relajación y soltó un suspiro-Quería ver qué harías.

-Registraré todo lo que pueda hallar aquí-una sonrisa dominaba su rostro-. Es sorprendente que este planeta se haya salido por completo del esquema colonial; de seguro cambiará la forma de ver nuestro cosmos. ¿Tú que crees?

-...

-¿Marcus?

-Para serte sincero-le dificultaba un poco hablar-, no sé si cambie algo-ella lo miró con bastante asombro-. Digo, es un planeta fuera de nuestro sistema Lylat, y además no hay muchas pistas de que alguna vez estuvo habitada por alguna academia o especie de reserva militar-ahora nada de lo que decía tenía sentido-; sólo quiero decir que...

-¡Cállate de una vez, Marcus!-exclamó en un tono que no era nada común oír-¡Me duele la cabeza!

-¿Falco?-Marcus y Lety se levantaron del sitio, ya que al parecer aún estaban cerca de los Airwings-¿Aún no has salido?

-No me interesa...-respondió de forma soñolienta-Sólo... Váyanse lejos. Yo me quedo.

Ambos se vieron y, levantando los hombros, se retiraron; pensaban que estaba jugando de nuevo y lo que quería realmente era disfrutar su partida en paz. Muy lejos de la realidad. De hecho, tenía una botella de vodka en la mano, acompañada de otras vacías; mientras bebía lágrimas salían de sus ojos y rompía en un llanto apenas audible.

-Katt...-balbuceaba a menudo, y no era para nada. Tener ese recuerdo y saber hasta tal punto que no la vería de nuevo lo despedazaba cabalmente.

Amó a Katt, pero nunca se lo dijo por la vergüenza que ella provocaba frente suyo y por el hecho de que prefiriera ser alguien frívolo con la gata; y tal vez nunca lo haría, puesto que Wolf la habría asesinado frente a sus ojos.

Se había enamorado desde hace tiempo, pero su actitud y la muerte del amor de su vida lo dejaron profundamente dolorido. Salvo Fox, nadie lo sabía.