Maratón (3/5)

~ Pasado ~

«Jimin y Yoongi 19 años»

(Narra Jimin)

Tenía dos años de estar estudiando en la Universidad de Daegu.

En esos dos años veía a Yoongi de vez en cuando, no cruzábamos muchas palabras, el primer año, intento hacerme solo una mala broma, pero como prometimos, no deje que lo hiciera y se la devolví.

Intentó lanzarme la bandeja con comida encima, pero me quite a tiempo y terminé lanzando la suya encina de él, todos en la Universidad se rieron de él y claro... El también se rió y me dejo en paz.

Yoongi no volvió a molestarme ni una sola vez, cuando cruzamos miradas, yo le sonrió y él me devuelve la sonrisa, algo que no solía hacer nunca.

Pero justo ahora, quizá tenía más de dos meses de no cruzarme ni una sola vez con él, quizá la mala etapa de la escuela y el instituto solo fue algo de niños, de chiquillos, algo que jamás debió pasar, pero sucedió.

Sufrí accidentes incontables por culpa de Yoongi y aunque después supe que el último no fue del todo culpa de él, lo perdoné, no me gusta guardar rencor u odio hacía nadie.

Caminé directo a la sala de práctica, este día no tenía clases pero quería bailar, entrenar y hacer lo que tanto me gusta, solo en un salón donde se que nadie va, casi nunca.

Estaba cerca de la sala cuando escuché la suave melodía de un piano ser tocado, camine lentamente hasta estar frente a la sala de práctica, abrí la puerta lo más cuidadoso que pude y vi a alguien muy conocido para mí, de espaldas.

Cerré y me senté en una de las sillas que estaba cerca de mi, escuché todo lo que tacaba, en mi rostro estaba plasmada una sonrisa al verlo tocar tan comodo, tranquilo, en su mundo, su entorno, siendo el mismo.

Cuando terminó, no pude evitar aplaudir, emocionado por tan bella melodía y esplendida imagen la que tenía frente a mi.

- ¿Quién anda ahí? - Preguntó él, dando un respingo del susto al escuchar mi aplauso y no verme bien.

- ¿Desde cuándo sabes tocar tan bien el piano Yoongi? - Le pregunté.

- ¿Jimin? - Preguntó él.

Salí de donde estaba y me acerqué hasta él, le sonreí y él me devolvió la sonrisa, aunque se le notaba asombrado aún.

- Tomar muy bien Yoongi - Le dije, mientras me sentaba a su lado en el piano y lo tocaba delicadamente.

- Gracias... ¿Qué haces aquí? - Me preguntó.

- Aquí ensayo cuando no tengo clases y necesito paz, tranquilidad y donde poder estar solo - Respondí.

- Creó que ambos coincidimos con el mismo lugar Park - Me dijo.

- Jimin... - Le dije - Dime Jimin, siento que si dices mi apellido aún me odias - Le respondí, formando un puchero con mis labios sin darme cuenta.

Escuché su tierna risita y sentí mi piel erizarse al notar que ese sonido encantaba mis oídos. Sonreí y mis mejillas se sonrojaron segundos después.

- Bueno Jiminie - Y ahí está otra vez, ¿Por qué me gusta tanto cuando me llama así? - ¿Desde cuándo estás ahí? - Me preguntó.

- No hace mucho, creo que solo escuché el final - Le respondí, volteando a verlo - ¿Puedes tocar algo más? - Le pregunté.

- ¿No venías a ensayar? - Me dijo aún sonriendo.

- Cierto... ¿Puedes tocar algo mientras bailo? - Le pregunté, está vez mostrándole mi eyesmile.

- ¿Bromeas? - Me preguntó. Lo mire con fingida indignación y negué - Bien... ¿Qué quieres que toque? - Me preguntó.

Aplaudi emocionado y no me di cuenta el momento en que lo abracé muy eufórico... Algo que jamás habíamos hecho, pero me sentí tan bien, sentí... Qué estaba haciendo lo correcto, me sentí muy reconfortado al abrazarlo y más aún, cuando él me devolvió el abrazo.

Me separé un poco, le sonreí, aún muy avergonzado, con mis mejillas sonrojadas y mi corazón bombeando descontrolado. Me puse de pie y me acerqué a la tarima que estaba dentro de esa sala.

- Toca lo que quieras Yoongi, bailaré lo que sea que toques - La respondí segundos después.

Me sentí nervioso de un segundo a otro, pero por alguna razón, también sentía que podía confiar en Yoongi, así que me quite mis zapatos y respiré hondo esperando que el iniciará.

- ¿Listo? - Me preguntó.

- Siempre estoy listo Min Yoongi - Respondí.

(Narra Yoongi)

Inicié a tocar el piano, con una canción que ha andado rondando por mi mente durante meses, con una que espero pronto crear.

Se llama... Mikrokosmos.

Cuando inicie, mi vista danzaban del piano a la suave y majestuosa danza de Jiminie, ese chico que ahora a parecido creando una idea diferente de él hacía mi.

Nunca odie a Jiminie, siempre quise ocultar lo que realmente siento, ese chico... Es un verdadero ángel.

Tocaba el piano suavemente, observando los delicados movimientos de Jiminie, baila increíble, tiene movimientos tan hipnotizantes, atrae con solo verlo, su sonrisa brilla en todo su esplendor, algo que me contagia y me mantienen observándolo durante minutos enteros sin querer despegar la mirada de él.

Jiminie es un bello ángel caído del cielo.

Cuando termine de tocar el piano, él se detuvo, su respiración era irregular, pero su bella sonrisa no desapareció nunca, mi vista no se despegaba de él.

Segundos después desvió su mirada hacía mí y se sentó en el piso de la tarima, me levanté y caminé hasta donde estaba él, mientras aplaudía encantado por lo que había presenciado.

- Bailas muy bien Jiminie, ¿Te lo han dicho? - Le dije, mientras me subía a la tarima y me sentaba a su lado.

- ¿Mis maestros y padres cuentan? - Me preguntó con una inocencia encantadora.

- Probablemente cuenten, pero déjame decirte que bailas muy bien.

- Gracias... - Me gusta cuando sus mejillas se ponen rojitas de lo avergonzado que se pone.

Hace meses que no me topaba con Jiminie en los pasillos y es que... Yo lo evitaba, ¿Por qué?

Por qué cada vez que lo veo, el me sonríe y despierta más emociones en mi que no conocía, me aterrorizaba la idea de que... Algo que nunca me imaginé suceda.

Pero ahora, que lo tengo aquí, a un lado mío, que me sonríe, me habla y trata con tanta comodidad, olvidando todo el daño, sufrimiento que le hice pasar durante años. Se que tiene un enorme corazón, que no pienso lastimarlo nuevamente, este chico... Es la luz que mi vida necesita.

Pasamos platicando durante horas, sin darnos cuenta que la tarde iba terminando poco a poco, que el día había llegado a su final, estábamos concentrados uno en el otro, sonriendo y riendo de vez en cuando, por cualquier ocurrencia que nos viniera a la mente.

- Mira la hora - Me dijo un poco asustado observando su reloj de mano - Ya es muy tarde y debo regresar a casa, me queda más lejos que cuando íbamos a la prepa - Se levantó y tomo su mochila.

- Si quieres puedo llevarte, vengo en auto y... No sería ninguna molestia para mí - Le dije, mientras también me ponía de pie.

- ¿Seguro?, No quiero que...

- Estoy seguro Jiminie, ¿Vamos? - pregunté.

- Está bien, vamos - Caminamos hasta la salida y... - La puerta no abre - Me dijo asustado, yo fruncí el ceño y me acerqué, intenté abrir y no pude.

Observé la hora y me di una cachetada mental, había olvidado algo muy importante.

- ¿Cómo pude ser tan idiota de olvidarlo? - Susurré.

- ¿Olvidar que Yoongi?, Mira... Estamos atrapados, debemos salir de aquí.

- El conserje me dijo que cerraría a las 6 de la tarde y ya son...

- Las 7:30 Yoongi - Lo escuché decirme, mientras suspiraba.

- Lo siento, en serio lo olvidé por completo - Le dije sintiéndome culpable por esto.

- ¿Puedes llamar a alguien para que venga por nosotros? - Me preguntó y yo asentí.

Saque mi teléfono con la intención de marcar a quien sea y la maldita basura estaba sin pila, no tenía cargador ni nada.

- Me quedé sin pila - Le dije - ¿Tú no puedes marcarle a alguien? - Lo vi bajar la mirada y jugar con sus manos - ¿Qué? - Le pregunté.

- Yo...

- ¿Tú...?

- Yo no tengo teléfono - Susurró, bajo pero lo escuché. Aunque claramente me sorprendió muchísimo escucharlo decir aquello.

- ¿Quién en este mundo no tiene teléfono? - Le dije incrédulo.

- Yo... - Me dijo, aún muy avergonzado.

- Si, tu... ¿Por qué...?, ¿Cómo es que no tienes Park?, Si tuvieras podríamos llamar a alguien.

- Si no hubieras olvidado que cerrarían temprano, no estaríamos en esta situación.

- Si no te hubieras puesto a bailar y espiarme yo estaría en mi cómoda cama.

- ¿Espiarte?, ¿Yo?

- Si tú...

- Eres un animal, Min, ¿Para qué quiero espiarte?, Tampoco es que fueras la gran cosa, créeme.

- ¿Y tú qué se supone que eres Park?, ¿Un cavernícola?, En serio... Actualízate, ¿Quieres?

- Sigues siendo el mismo idiota de siempre, ¿Sabes? - Bufó molesto y camino lejos de mi.

Suspiré frustrado por qué, no se en que momento terminamos discutiendo por una estupidez. Caminé hasta la tarima, donde él se fue a sentar, me senté a su lado y ambos suspiramos al mismo tiempo.

- Lo siento... - Le dije en susurró.

- Escuchar a Min Yoongi pedir disculpas dos veces en el día no es nada común para mis oídos, pero... Puedo acostumbrarme - Me dijo, rodé los ojos y después sonreí.

- No te acostumbres, no pienso volverlo hacer.

- Ya veremos - Me dijo riendo - ¿Nos quedaremos aquí toda la noche? - Me preguntó.

- Creo que si, ¿Tus padres no se preocuparan? - Le pregunté.

- No, ellos sabían que podría llegar tarde a casa y cuando es así, no me esperan. ¿Y tus padres, no...?

- Hace mucho dejó de importarme lo que ellos quieren, nunca se dan cuenta si llego a dormir o no a casa, además... No están ahí ahora mismo.

- Entiendo, bueno, creo que nos tocará quedarnos aquí está noche - Me dijo.

Yo asentí y segundos después sentí su cabeza posarse en mi hombro, un escalofrío recorrió toda mi espina dorsal y mi corazón empezó a bombear desenfrenado.

- Me agrada más el nuevo tu - Lo escuché hablar. Reí bajo y me acomodé mejor, recostando mi cabeza sobre la de él.

- Me agrada el nuevo tu, a mí también - Le respondí.

De pronto soltó un grito espantando y se apego más a mi, casi lanzandome de Leno al piso, me dio un leve golpe en la quijada, que si me dolió un poco.

- ¿Qué te sucede Jimin?, ¿Por qué gritas así?

- Creí... Ver una araña, pero... No, ¿Estás bien?, Lo siento, reaccioné mal, le temo a las arañas - Me decía mientras veía mi quijada.

Nuestras miradas se conectaron, mi mano había quedado posada sobre la de él, nuestros rostros estaban muy juntos, podíamos sentir la respiración del otro. Poco a poco nos fuimos acercando, sin darnos cuenta de lo que realmente hacíamos, solo dejamos que nuestros cuerpos actuarán por ellos solos.

Hasta que nuestros labios se unieron, pude sentir la suavidad de los suyos, la calidez que creabamos ante tan maravilloso y dulce beso. Uno tan inocente, pero tan lleno de cariño, uno... Qué no sabíamos que sentimos uno por el otro.

Bese los dulces y abultados labios de Jimin, todo el tiempo que sentí necesario, mi mano fue a parar a su mejilla y sus manitas se aferraron a mi camisa. Movíamos nuestros labios al son de nuestras respiraciones, profundizando cada vez más el cálido, dulce y maravilloso beso.

Nos separamos segundos después, con nuestras respiraciones entre cortadas, uniendo nuestras frentes y sonriendo por lo que habíamos hecho. No sentimos culpa, no sentimos miendo, no sentimos nada negativo.

Sólo... Nuestros verdaderos sentimientos salieron a la luz aquella noche.

Desde ese momento, una nueva historia se empezó a escribir entre nosotros, una que esperaba fuera eterna y la más brillante de todas.

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¿Qué les pareció este capítulo?

¿Les está gustando está maratón chiquillos?

Esperó que si, me he esforzado mucho en ello, disfruten que aún nos quedan dos más🤭

¡Nos seguimos leyendo amigos!

Besitos💜

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