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Maratón (1/5)
(Narrador Omnisciente)
~ Pasado ~
« Jimin y Yoongi 17 años »
Jimin se levantó con un ánimo increíble, su brillante aura, su hermoso eyesmile, sus ojitos sentellantes, decían lo feliz que se había levantando aquella mañana.
¿Por qué?
En realidad no existía ninguna razón, simplemente se levantó de buen humor, algo le decía que aquel día sería increíble y diferente al resto. Sus padres sentían la felicidad de su hijo y eso los ponía muy felices a ellos.
Esa mañana Jimin cantaba y bailaba donde sea que caminará, en el desayunó, ayudó a su madre a prepararlo, ayudó a su padre abrir la tienda de convivencia, hizo muchas cosas antes de irse a la escuela.
Hacía un año el padre del castaño le había comprado una bicicleta para que pudiera transportarse fácilmente hasta el instituto, que no quedaba tan cerca de su casa, así que decidió comprarsela con mucho esfuerzo.
Jimin terminaba de ponerse su uniforme, uno que cuidaba muchísimo, pues solo tenía dos, más uno deportivo, el castaño sabía que el uniforme escolar y muchas cosas más le tocaba a sus padres comprarlo, razón por la cual siempre se mantenía limpio, muy bien planchado y como nuevo.
El uniforme consistía en unos pantalones grises, zapatos negros, camisa de manga larga en blanco, un saco color ocre, con el logo del instituto estampado en el, una corbata a rallas y claro que debían tener siempre una identificación para poder entrar al instituto.
Jimin no eran tan fan de las corbatas, pero debía colocársela siempre, el uniforme era de muy buena calidad, pertenecía a un instituto de prestigio, era el único chico de su vecindario que estudiaba en un lugar de clase alta, aún así, Jimin nunca tomaba importancia a las clases sociales, siempre buscaba la manera de llevarle las mejores notas a sus padres y ser bueno en sus estudios, aunque claro... Nunca logrando el primer lugar por más que intentará, por alguna razón, Min Yoongi siempre llevaba el primero a pesar de sus constantes reportes.
- Ya me voy papá, ¿Dónde está mamá? - Preguntó el menor a su padre.
- Está abajo, en la tienda, vete hijo o se te hará tarde - El castaño se despidió de su padre y luego bajo para encontrar a su madre ordenando productos de los estantes.
Se despidió de ella, siempre muy sonriente y con el mejor ánimo del mundo, salió de su casa y que también es la tienda de convivencia, tomo su bicicleta y emprendió camino hasta el instituto.
Todos los días recorría 30 minutos ida y vuelta para llegar al instituto, siempre iba tarareando canciones para hacer el viaje menos largo, Jimin se sentía feliz también, por qué estaban a nada de terminar el año escolar y el próximo esperaba con ansias poder entrar a la Universidad, a la mejor de Daegu.
Llegó al instituto y saludo a los mismos chicos que siempre le sonreían, aunque claro, jamás nadie se le acercaba, por qué todo el instituto sabía que Jimin, era el conejillo de indias de Min Yoongi y por más que fuera el cerebrito de todo el instituto, también sabían que podía llegar a ser el bravucón que podía arruinar sus vidas en un abrir y cerrar de ojos.
Yoongi observaba a Jimin desde el salón que compartían, tenía la mirada fija sobre el chico que terminaba de acomodar su bricibleta. Jimin elevó la mirada y vio a Yoongi, que ni siquiera desvió la mirada o lo evitó, el castaño ladeó la cabeza y sonrió dulcemente, pues sabía que nadie arruinaría su día, mucho menos aquel chico gruñón que lo observaba fijamente desde el salón.
Jimin entro al edificio, soltando un suspiró, pero tranquilo, relajado y más positivo que antes.
Entró a los baños y ese día no encontró a los mismos matones de siempre que Yoongi solía mandar a molestarlo, todo estaba saliendo perfecto, sus clases rindieron mejor de lo común, respondió excelente a todas las preguntas de los profesores, aunque le extrañó un poco que Yoongi se haya mantenido en silencio y no haya respondido nada muy competitivo como siempre.
Aún así, el almuerzo fue de maravilla para Jimin, comió tranquilamente, sin que nadie lo molestará, aunque estuvo sintiendo una mirada encima de él, aún así, no le tomo mucha importancia.
Las clases de deporte salieron bien para él, incluso rindió excelente en clases de natación, algo que siempre se le dificultó, en fin, Min Yoongi ese día no lo molestó en ningún momento, no tiro su almuerzo al piso como suele hacer, no envío a nadie a que lo siguiera a los baños, no hizo nada en contra de él y claro que Jimin creía que estaba teniendo un excelente día.
Al finalizar el día, el castaño se sentía tranquilo, no llevaba mucha tarea, pero prefería hacerla ese día para tener todo en orden, como siempre, la preparatoria no había sido fácil en todo ese tiempo, pero rendía lo suficientemente bien, para siempre llevar el segundo lugar.
Antes de salir del instituto, fue por unos libros que necesitaría a la biblioteca, la campana que finalizaba el día había sonado hacía más de 10 minutos, Jimin fue por los libros, al tenerlos en sus manos los metió a su mochila y después fue por su bicicleta para poder irse a casa.
Formó un puchero con sus labios al ver que casi no había nadie en todo el instituto, que estaba por oscurecer y que probablemente demoraría más de lo normal en llegar a casa. Sin embargo, quería que su día terminara siendo perfecto, así que sonrió animadamente, quitó la llave de su bicicleta y subió a ella.
Salió del instituto y subió a ella, emprendió camino muy tranquilo, así durante dos minutos, mientras se acercaba a una cuesta un poco inclinada, que siempre lo hacía ir frenando con cuidado para no caer.
Sin embargo... Su día no podía terminar perfecto como el deseaba, sabía que él jamás tendría un día libre donde Min Yoongi no hiciera de las suyas en su contra, eso lo pensó, justo cuando bajaba la colina y los frenos de su bicicleta no respondían, no funcionaban por más que intentaba.
Empezó a sentir terror en su corazón, pero lo sintió más cuando alcanzó a ver a dos chicos de los que siempre lo molestaban con una cuerda tensada a cada extremo. El castaño sólo pudo cerrar fuertemente sus ojitos cuando sintió como la bicicleta era detenida abruptamente por aquella cuerda y él salía volando de ella, para caer de lleno al piso y sentir un dolor indescriptible, agudo, doloroso, caliente y terrible en sus rodillas, tobillo y muñeca.
- Déjenlo ahí, vámonos - Dijo Yoongi, cuando vio que su plan había funcionado.
Yoongi nunca se quedaba un solo día tranquilo sin molestar a Jimin hasta por lo más mínimo, pero aquel día dejó que disfrutara de su libertad, para después arruinaría de golpe y vaya que se llevó tremendo golpe el menor.
El pelinegro sonrió ladino y dio la media vuelta para subirse al auto que lo esperaba e irse a su casa, claro que él jamás se dio cuenta de lo que sucedió después de aquella pesada broma que le hizo al castaño.
Yoongi se fue, pero los matones "amigos" de él, se quedaron a completar algo que Yoongi no les pidió, pero ellos deseaban hacerlo.
Jimin se quejaba del terrible dolor que sentía en todo su cuerpo, observó la palma de sus manitas, sangrando, con cortes, su uniforme roto, sucio, sus rodillas sangraban a gran cantidad, con grandes raspones, el mejor sentía dolor y más aún cuando intento mover su pie izquierdo.
Ahí es donde Jimin sintió como su tobillo estaba fracturado, como se empezaba a inflamar y su muñeca izquierda también empezaba a formar un color morado y también empezaba a inflamarse, no quería tener fracturas, le tenía miedo, por qué ama bailar y si está lastimado no se quiere ni imaginar cuando tardará en recuperarse.
Entonces fue testigo y víctima de lo que vivió después.
- ¿Por qué Suga te odiará tanto?, ¿Qué le hiciste cerdito?, No estás tan feo, eh, podemos jugar contigo un rato, pero no pienso ensuciar mi imagen con un muerto de hambre como tú - Dijo uno de los "amigos" de Yoongi hacía Jimin.
- ¿P-or qué... Me hacen esto?, Yo jamás les e hecho nada, déjenme por favor - Pidió el castaño con lágrimas en sus tiernos ojitos, sintiendo miedo cada que esos chicos se acercaban a él.
Jimin logró ver como uno de ellos lo gravaba con su teléfono, mientras los otros tres reían y empezaban a marearlo, lanzaban golpes a su estómago, piernas, lastimaban más su tobillo. Jimin sólo logró cubrirse el rostro, cuando sintió como le tiraban un líquido espeso encima de él.
El castaño lloró, rogó, imploro que lo dejarán, que no lo lastimaran, grito de dolor en cada golpe, pero nada pareció funcionar, aquellos chicos no iban a parar pronto. Jimin quedo inconsciente cuando no pudo con más dolor, cuando tanto su dolor físico y mental lo hicieron desmayarse para no sufrir más.
Despertó en un hospital, con su tobillo enyesado, vendas en sus costillas, muñeca izquierda, en sus rodillas y con un dolor terrible en cada parte de su cuerpo. Jimin paso una semana en el hospital, mientras se recuperaba y claro, que le tocó pasar un mes con aquel yeso, que aunque no sufrió una fractura, si un esguince en grado uno que casi pasa a mayores.
Jimin deseaba que aquellos dos meses faltantes acabarán pronto y dejará de ver a Min Yoongi en su vida.
Mientras tanto Yoongi se desquitó, golpeó y le hizo lo mismo a los cuatro chicos, uno a uno, los envío al hospital también, por haberle hecho lo que le hicieron a Jimin, sin em haberlo ordenado.
Yoongi se enfureció cuando vio el vídeo que le mostraron y se enfureció más cuando supo que Jimin fue a parar a hospital y todo el daño que su cuerpo sufrió. Si bien Jimin nunca fue de su agrado, el sabía que desde los 15 años empezaba a sentir algo diferente por él y que todo lo que le había hecho, era para despistar sus verdaderos sentimientos.
Aún así, el pelinegro pensó, que cortarle los frenos de la bicicleta y hacer que cayera iba ser la última broma que le haría al chico y lo dejaría en paz, no lo volvería a molestar en su vida. Nunca espero que la bola de imbéciles que hacían todo lo que él les ordenaba se pasarán de la raya con lo que hicieron.
Claramente paso días enfurecido, frustrado y sintiéndose culpable, si bien el fue culpable de una parte, no lo fue del todo. Yoongi por primera vez, sintió un pequeño dolor en su corazón, cuando unas semanas después Jimin regresó al instituto, con su uniforme deportivo, con muletas y peor aún, cuando Jimin no lo volteó a ver y le sonrió como siempre solía hacerlo, aún, si sabía todo lo que Yoongi le hacía.
Yoongi no volvió a ver una sonrisa de Jimin, desde ese día, hasta que terminaron la preparatoria, no volvió a verlo, hasta un día en época navideña, que lo encontró de casualidad o menor dicho... Jimin lo encontró de casualidad.
Pero eso.... Eso es otro cuento.
~ Presente ~
Jimin despertó exaltado, sudando y con sus rostro rojo, lágrimas bajando incontrolables por sus mejillas.
Aquella pesadilla, que fue real hacía muchos años, había invadido su tranquilo sueño y lo hizo recordar una de muchas cosas que Min Yoongi lo hizo sufrir dolorosamente.
Por meses Jimin no pudo bailas, mientras se recuperaba de aquella lesión.
Jimin pensó, ¿Cómo perdonarle tan fácilmente cada una de las humillaciones?
¿Cómo perdonarle tan fácilmente todo el dolor tanto física como emocional que le hizo sufrir?
- No será fácil Yoongi... - Susurró a la nada el menor, mientras trataba de conciliar nuevamente el sueño y limpiaba su rostro bañado en lágrimas.
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¡Hola amigos!
¿Qué les pareció este capítulo?
Esperó que realmente les haya gustado mucho.
¡Iniciamos con nuestra esperada maratón! ✨
Los próximos capítulos serán sobre el pasado, para que vayan comprendiendo algunos detalles.
¡Nos seguimos leyendo amigos!
Besitos💜
No olviden dejar su estrellita si les gustó el capítulo ⭐
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